Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Rencor

Peter salió de su hogar, si es que aún se le podía llamar así, lo más pronto que pudo. Le daba asco el tan solo pensar lo que pudo haber pasado entre su padre y Wade ahí dentro.

Seguía sin poder creer todo lo que Tony pudo ocultarle tanto a él como a su padre Steve. ¿Cómo pudo haberles mentido de esa manera tan cruel? ¿Por qué jugar con ambos? Él decía amarlos... ¿era acaso una mentira? Mientras decía odiar a Wade se metía entre sus sabanas y parecía disfrutar aquellos momentos que pasaba junto a él.

Lloro mientras gritaba lleno de frustración por lo herido que se sentía en esos momentos.

—Peter—escucho la voz del capitán a sus espaldas pero no volteo—. Pet...

La mano de su padre hizo que quedara frente a él y pudiera ver su rostro, sus ojos rojos producto del llano y todo el dolor que reflejaban. Ambos estaban destrozados.

—Quiero estar solo pops—susurro despacio, tratando de no quebrarse nuevamente.

—Cariño...

—Por favor—suplico viendo los ojos de su padre.

Steve asintió y dejo que Peter se fuera.

El castaño camino hasta su auto y subió a él lo más rápido que pudo, solo tenía una dirección en mente: ir donde Wade y enfrentarlo.

El rubio escucho como la puerta del auto era azotada y luego de unos segundos, el rechinido de las llantas contra el césped del jardín de la cabaña, arrancando casi al instante y saliendo de ahí a toda prisa.

Steve coloco una de sus manos en su boca mientras caía destrozado al suelo. ¿Cómo nunca le habían advertido que el amor podía doler así? Sentía sus entrañas arder, sentía que se estaba desmoronando por dentro, todo él estaba roto.

Y no, no podía odiar a Tony, por más que quisiera en ese instante. Pero, lo que si odiaba era todo ese dolor que estaba sintiendo por él en ese momento. Sentía como si el hombre de hierro lo hubiera apuñado una y otra vez con aquellas viles palabras. Cuando confeso que amaba a Wade fue la estocada final para matarlo ahí mismo, en vida.

Quería parar el sangrado de su corazón, era como una hemorragia de sentimientos que parecía no tener fin y se odiaba el mismo por no poder detener todo aquello que sentía.

¿Tan malo había sido amando a Tony Stark? ¿No había llegado a su altura? Porque realmente él se sentía culpable, él sentía merecerse aquel castigo que el genio le estaba dando. ¿Pero por qué? Su único error había sido proteger a su mejor amigo... ¿acaso eso era justo como para sufrir una traición por parte del hombre que más amaba?

¡Demonios! Lo adoraba. Tony Stark era todo para él. Ese hombre era quien le había enseñado el nuevo mundo que ahora conocía, se había vuelto su amigo a pesar de sus diferencias, se habían enamorado, él le había entregado su amor, todo para hacerlo feliz.

Steve lo había puesto encima de todos, incluso de él. Le había gritado al mundo con orgullo que Tony Stark y él estaban enamorados, que eran el uno para él otro, aun sin importar el historial de romances fallidos por culpa del castaño. Se había empeñado en ser el único en su vida y corazón.

Había hecho todo para estar a la altura de Tony, había estado caminando en la cuerda floja para alcanzar el ego del genio, por lo cual renuncio a muchas cosas por él, estaba cegado y loco por demostrarle que podía ser la persona a la cual podía amar. El multimillonario se había adueñado de su cuerpo, de su mente, de su corazón. Hubiera muerto por Tony, hubiera cruzado un camino en llamas sin importar quemarse solo por él. A ciegas le había dado todo, confiando plenamente en él. Grave error.

Vio las señales y las ignoro por completo. Oyó las palabras de sus amigos más no las escucho, no quiso hacerlo. Las advertencias habían sido claras, Tony Stark no iba a cambiar nunca. Tal vez quiso convencerse de que el hombre de hierro podía ser solo de él, que no necesitaba a alguien más entre sus sabanas que no fuera él mismo pero Tony no era hombre de una sola persona.

Nadie era dueño de él.

No quería cuestionar el amor que Tony le había dado, tal vez lo había amado, de una forma diferente y egoísta, tan sombrío y frío que a veces podía doler y que ahora.... Ahora lo estaba matando.

(◦◦◦)

Peter pensó un momento antes de bajar del auto, trataba de ordenar un discurso en su mente pero así como las palabras llegaban se iban, no podía retener nada de lo distraído que se encontraba pensando en una y mil cosas.

Vio el reloj percatándose que pasaban unos minutos de la media noche y soltó un suspiro lleno de frustración. Golpeo el volante un par de veces mientras dejaba que su cabeza descansara ahí por unos segundos. Necesitaba encontrar valor suficiente para discutir sin llorar, el coraje ya lo tenía pero aun así sentía que no era el suficiente.

Después de meditarlo bajo sin más, el encargado de la puerta que solía conocerlo lo miro por unos segundos y agradeció que no dijera nada, camino hasta el elevador y presiono el botón para que lo llevara hasta el piso de Wade. Las puertas se abrieron y salió casi de inmediato, siguió caminando con parsimonia hasta encontrar la puerta de aquel departamento que tanto conocía.

Una pregunta rondo por su cabeza un momento... ¿su padre también había estado ahí? ¡Dios! De tan solo pensarlo hacía que su estómago se revolviera con unas fuertes nauseas.

Alzo su mano tocando con brusquedad la puerta, no hubo respuesta de inmediato y volvió a tocar con más fuerza, estaba a punto de tumbar la puerta pero Wade abrió.

Se quedó ahí, estático, viéndolo como si quisiera analizar lo que estaba sucediendo con él, pero su rostro delataba lo mal que lo estaba pasando. Entendió la situación casi de inmediato cuando Peter camino hasta él estampando su mano abierta y firme, usando toda la súper fuerza heredada de su padre contra su mejilla.

Retrocedió mientras Peter entraba al departamento.

Un silencio arrasador le dio la bienvenida mientras Wade tomaba su propia mejilla con su mano viendo la sangre que había derramado su boca. Alzó su vista para encontrarse con los ojos del castaño reflejando el dolor que estaba sintiendo en esos momentos y pudo sentirse miserable por haberlo provocado.

—Peter, déjame explicarte—sabía que no tenía alguna excusa valida pero al menos intentaría defenderse.

—¿Por qué me hiciste esto a mí?—pregunto con las pocas fuerzas que tenía— Te di todo Wade—susurro al borde del llanto.—. Te ayude a superar lo de Vanessa, estuve en tus momentos más difíciles, te defendí de todos y tú... ustedes...—trataba de encontrar una manera de articular sus palabras, de expresar lo que estaba sintiendo—. Me traicionaron. Tú y mi padre...

—Cariño...

—¡No te atrevas a llamarme así nuevamente!—grito, señalándolo con el dedo— Jamás en tu vida vuelvas a decirme algún apodo cariñoso si solo lo finges—Wade lo miro asustado por la actitud que estaba viendo en el castaño, jamás lo había visto así.

Y Deadpool odio verlo llorar, odio confirmar que Peter lo amaba tanto pero sobre todo se odio a sí mismo por hacerle pasar aquel momento.

Encontrarse a Peter fue una casualidad del destino, en una de las rondas nocturnas fue que ambos se encontraron y después de ahí, por accidente o intencionalmente siempre terminaban viéndose en aquel tejado del edificio cerca de Central Park.

El castaño solía ser tímido pero él había sacado su parte más descarada, su risa le contagiaba la alegría que le habían quitado luego de la muerte de su novia Vanessa. Peter hacia que viera un mundo diferente al que solía ver, uno lleno de colores y esperanza, él siempre miraba lo bueno en las personas. Podía jurar que tenía el alma y corazón más dulce que había conocido en su vida.

Para él, usualmente, era difícil comunicar sus verdaderos sentimientos, a pesar de que fuera tan demostrativo y carismático, pero el adolescente conocía esa parte frágil de su alma que ningún otro podía conocer, solo bastaba una mirada para descifrarlo.

—Mírame—le ordeno al menor y este negó aun viendo el piso—. Mírame a los ojos y déjame decirte la verdad—suplico desesperado.

—No—volvió a negar levantando la vista plantándola en los ojos del mayor—. Siento que ya no te conozco más. ¿Quién me asegura que no me vas a mentir otra vez?

El ex rubio no lucho ni dijo nada.

Peter había sido tan perfecto para él que se asustó. Él por el contrario, no era de hacer las cosas bien, no era su estilo, era un chico rebelde que amaba romper reglas, luego de sufrir tanto por Vanessa temía el volver a enamorarse y odiaba a Peter por haberlo hecho caer en las redes del amor nuevamente.

Se había acostumbrado tanto a él, lo extrañaba todo el tiempo, se había enamorado de Peter Rogers Stark perdidamente que aquel sentimiento se sintió mal, lo acorraló y encontró una forma perfecta para destruir ese sentimiento; abrir aquella obsesión que alguna vez mantuvo por Tony Stark fue lo correcto para hacer lo incorrecto y terminar con todo lo bueno que tenía.

Encontrar a Tony fue una inyección de adrenalina que tanto amaba, se había convertido en su pecado favorito pero, era muy egoísta para dejar escapar a Peter de sus brazos, porque a pesar de todo le gustaba como su alma se sentía con él, tan tranquila y llena de paz, "estabilidad" era la palabra que definiría aquel sentimiento, mientras que con el hombre de hierro sus demonios despertaban haciendo una revolución dentro de él, era una llama que lo consumía poco a poco y lo cegaba por la pasión que ambos tenían.

Era cierto que amaba a Peter con todo su ser pero a Tony... Tony tocaba otras fibras en su ser. Amaba como lo tocaba, sus besos quemando su piel, sus caricias aterciopeladas en las partes más sensibles de su cuerpo. Se había vuelto esclavo de tener sexo con el hombre de hierro.

—Peter...—arrastro su nombre entre sus labios ganándose una mirada llena de odio por parte del castaño.

—Dime algo... ¿Qué fui para ti? ¿Un maldito juego? ¿Yo era tu juguete Wade?—lanzó las preguntas como dagas apuntando directamente al mercenario— ¿Y luego que?—rio con ironía y se odio el mismo por parecerse a su padre, los odiaba tanto— ¿Tony iba a ser tu premio?

—¿Qué? No, mierda—negó el mayor casi de inmediato—. Realmente te amaba Peter, yo te amo.

—¡No digas más eso!—grito lleno de rabia. Le daban tanta repulsión las palabras de Wade—. ¡Tú nunca lo hiciste!—la mirada que Peter le dio lo hizo estremecerse y se quedó sin palabras—. Si me hubieras amado jamás me hubieras engañado y mucho menos con mi maldito padre.

—Me asuste por lo que sentía al principio. Yo pensé que no te merecía. Tú... tú eras alguien perfecto para mí Peter y yo... yo soy un desastre— Peter mantuvo su mirada perdida en el suelo escuchando las palabras del mercenario—. No podía estar contigo aunque fuera lo que más quisiera pensé que tarde o temprano te darías cuenta de quien verdaderamente era yo y me dejarías, no quería un corazón roto por lo cual decidí actuar primero y demostrar que no había dejado a ser el Wade de antes.

Las palabras de Wade salían como cristales de su boca, cayendo sin piedad y rompiéndose casi al instante. Arrastrándose por llegar a los pies de Peter intentando tocar alguna fibra de su ser para buscar su perdón.

El castaño lo miraba en silencio. Todo daba vueltas en su cabeza en ese mismo instante y no creía ni una sola palabra del hombre que tenía frente a él.

—¿Pensabas en el mientras estabas conmigo?—lanzó aquella pregunta con un tono mordaz que estremeció a Wade.

Wade levanto su vista. No quería responder. No tenía el valor para verlo a los ojos y decirle que si lo había hecho, había tratado de no decir el nombre de Tony mientras le hacía el amor a él.

—¿Sabes qué? Tienes razón—asintió con una sonrisa cínica en su rostro— nunca me mereciste, ni merecí esto. Ustedes dos son una porquería y están hechos el uno para el otro—explotó lleno de ira—. Eres un maldito desgraciado. Te odio—lanzó sus palabras con todo el coraje que corría por sus venas—. Los odio tanto.

Estaba claro, Wade lo había amado con sus peores intenciones. Romperlo para no romperse él.

Peter jamás había cuestionado a Wade por sus comportamientos, él siempre lo apoyo, le dio todo sin pedir nada a cambio.

Lo había amado con todo su ser, pensó por un momento que estar junto a Wade era el paraíso donde podría olvidarse de todos sus problemas, lo hacía volar y ahora estaba cayendo sin un paracaídas para detener la muerte, que en este caso era la de su corazón. Aquel final feliz que Wade alguna vez había pintado en sus pensamientos se había evaporado tan rápido como el humo del cigarro.

Wade era su vida entera pero tenía que entender que la mayor parte de la vida es injusta.

Debió haberlo sabido desde el principio. Debió saber que Wade solo era una las muchas personas egoístas que habitaban el mundo, una que solo veía por sus propios intereses sin importar si dañaba a los demás. Debió saber que el "juntos" solo era una ilusión que nunca existió.

¿Cómo demonios no se había dado cuenta de los sentimientos que escondía Wade? ¿Cómo no entender que aquellos suspiros en reuniones familiares no eran precisamente por él sino por su padre que se encontraba a unos metros de él? ¿Y esas miradas cómplices que solían darse cuando estaban cerca y a él lo dejaban confundido? No, Peter sí se había dado cuenta que Wade mentía acerca de sus sentimientos pero no tenía el valor suficiente para darse cuenta que esa persona que usurpaba su lugar en el corazón de su novio era su padre.

A esas alturas sabía que todo estaba perdido. No hacía falta que alguien cediera a perdonar u olvidar, la única salida era romper. Él había dado todo y Wade solo lo había tomado llevándoselo consigo. Lo único que tenía que cambiar era la dirección equivocada que lo había llevado por el camino tan devastador en el que ahora se encontraba.

—Yo no amaba a tu padre—respondió atrayendo la mirada dolida del menor—. Pero... yo... amaba la forma en que me hacía sentir durante el sexo—soltó en un suspiro—. Esa sensación de adrenalina, de peligro yo... lo siento tanto Peter—dejo escapar un sollozo tapando su rostro con sus manos.

Porque mientras Peter tenía su corazón, Tony era dueño de su cuerpo.

—¡Basta!—Peter lo detuvo, quitando sus manos de golpe— No seas cobarde y mírame—le ordeno, llorando igual que él—. Tú no eres un hombre que llora, tú no amas nada que no sea a ti mismo. Deje mentir Wade deja de decir que lo sientes cuando no lo haces—su cordura se estaba yendo, solo quería golpearlo hasta matarlo en ese momento—. Di la puta verdad como él lo dijo. Confiesa de una maldita vez que estaban enamorados. ¡Mierda Wade! ¡Tú querías escaparte con  él!

Y aunque había evitado llorar desde el principio recordar las grabaciones que había visto entre su padre y novio, terminaron por romperlo.

El ex mercenario se mantuvo callado por un momento luego de los reclamos del castaño.

Peter lo conocía tan malditamente bien que sabía que de algún modo estaba mintiendo un poco, como si leyera su mente, podía saber que palabras iba a lanzar para tratar de ganar su perdón.

—No lo amo Peter—fue sincero y aunque sabía que no serviría ya de nada, solo dijo la verdad sin esperar nada a cambio—. Sí, lo dije. Lo sé—afirmo—. Pero no estaba pensando con claridad, yo... lo siento.

— Enamorarme de ti fue un completo error Wade—soltó el castaño lleno de coraje, su voz rota delataban las ganas de llorar que mantenía guardadas—. Fui un estúpido por amarte y por pensar que podía ayudarte a cambiar.

—Peter por favor...

—Puedo asegurarte que no habrá más obstáculos para que tú y mi padre puedan ser felices—soltó limpiando bruscamente sus lágrimas—. No tendrán que preocuparse por mí porque muy pronto ya no estaré aquí.

—Peter, no digas tonterías—sintió miedo por las palabras del castaño y pensó lo peor.

Sí algo le pasaba a Peter por su culpa no iba a perdonárselo jamás.

—Ojala sean muy felices Wade—trato de sonreír, recogiendo su dignidad.

Ya no había ninguna razón para seguir ahí, no después de saber que se había enamorado de una mentira, no después de probar lo descarado que Wade había sido con él, no luego de saber que solo era alguien más que podía ser remplazado tan fácil... eran suficientes razones para irse de ahí.

Tomo los pedazos de su corazón aun sangrando por las miles de agujas que lo atravesaban en esos momentos. No volteo, no quiso hacerlo aun cuando Wade suplicaba por perdón.

Se fue de ahí, destrozado pero con la cabeza en alto. No había tiempo para morir, al menos no por él, no lo valía.

Apenas puso un pie en la calle sintió las gotas de lluvia caer sobre él, los truenos retumbando por los cielos y se permitió llorar mientras las gotas se mezclaban con sus lágrimas. 

Lloró lo que había y no había llorado en toda esa noche. Quiso descargar su dolor, sacarlo por completo, no quería odiar, no quería sentir rencor pero... sabía que para sanar tenía que permitirse hacerlo.

Lloró por cada promesa de amor falsa que Wade le hizo, por cada vez que su padre dijo que lo protegería de todos, lloró por lo estúpido que había sido.

Un par de minutos después subió a su auto y arranco. Un par de calles después, se estaciono y tomo su celular. Busco uno de los números que había guardado hace días, tan insignificante aquel día y que ahora podía ser quien marcara su destino.

Un timbre, dos y al tercero escucho su voz...

—¿Peter?

—Beck, necesito tu ayuda. Estoy muriendo...

**************

Yo sé que demore mucho y lo siento de verdad. Espero que este capítulo largo compense mi demora.

Espero que esto "alegre" un poco su cuarentena.

¿Qué les pareció el cap?

Debería hacer una playlist con todas las canciones que me inspire en este capítulo de verdad fueron muchas canciones que me hicieron llorar 🥺

Tal vez más tarde las ponga aquí o haga un playlist al principio del libro para poner todas las canciones que me inspiraron a hacer esta fanfic.

¡Cuídense mucho y no olviden lavarse sus manos chicos!

Los quiero un montón.

Xoxo,
L🥀.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro