Decepción
La noche había caído.
Los invitados comenzaron a irse poco a poco hasta dejar solos a la familia Rogers-Stark.
Peter había despedido a Wade, asegurando que lo vería más tarde en su departamento. No solo para terminar de celebrar su cumpleaños sino también para darle privacidad a sus padres luego de la llegada de su Pops.
Sus encuentros siempre eran algo... ruidosos y traumantes. Además, había notado la tensión entre ellos desde que Steve llegó probablemente por lo mucho que se extrañaban tras esas largas semanas.
—...me alegra que hayas regresado Pops—Peter lo abrazó cariñosamente.
—Peter y yo te hemos extrañado mucho cariño—Tony se unió a la conversación, sentándose a un lado de su familia—. Estábamos muy preocupados cuando Fury dijo que la misión se había complicado.
—Sí, lo imaginó—sonrió Steve con un tono sarcástico que tanto padre como hijo se miraron confundidos—. Pero estoy aquí ahora, con ustedes.
Los tomo entre sus brazos estrechándolos fuertemente.
—Bueno, tengo que irme—comentó Peter.
—¿Se podría saber a dónde jovencito?—Tony lo miro con el ceño fruncido.
Oh, por supuesto que lo sabía, no era estúpido. Esas ansias que Peter emanaba eran solo por una persona que él conocía tan bien. Solo él podía provocar ese brillo en los ojos de su hijo y esa sonrisa.
Sabía que Peter iría a ver a Wade Wilson y eso ¡Dios! Lo ponía malditamente celoso.
—Bueno yo...—rascó su nuca nervioso.
—Déjalo cariño, es su cumpleaños—intervino Steve salvando a su hijo—. Así podremos tener más privacidad tú y yo.
Peter hizo una mueca de asco.
—¡Oh no! No quiero escuchar sus encuentros una vez más—dijo subiendo las escaleras.
Minutos después bajo con una pequeña mochila y beso las mejillas de ambos padres.
Tony pudo sentir como ese beso quemó en su piel. En ese mismo lugar los labios de Wilson se habían posado en el mientras le hacía el amor unas horas atrás.
Salió de sus pensamientos cuando Steve comenzó a besarle el cuello y ambos subieron entre besos desesperados a su habitación.
Stark se apoderó de los labios del rubio en un beso salvaje, hambriento. Tenía que sacarse de la cabeza esos pensamientos de Wade con su hijo.
Ese hombre no le pertenecía. Jamás lo hizo y jamás lo haría.
Quería seguir, sentir a Steve contra su piel, sin embargo este paro casi de inmediato.
Stark lo miró confundido al ver el rostro lleno de seriedad y furia en el Capitán.
—¿Pasa algo mi amor?
Mordió su labio abriendo su camisa intentando provocar al rubio. Tal vez quería seguir aquel juego de roles como las veces anteriores, pensó.
Pero no.
Las palabras de Steve bajo su excitación casi de inmediato, terminando con todo lo que había empezado años atrás.
—Eres un insaciable, ¿no es así cariño?—Steve se acercó a él. Sus ojos parecían dos llamas que querían quemarlo—. Te follaste a Wade en nuestra habitación, al novio de nuestro hijo ¿y ahora quieres que te haga el amor?
Los ojos de Stark se abrieron en sorpresa.
¿Cómo...? ¡No! Él no pudo haberlos visto.
Su corazón se aceleró. Estaba asustado.
Se sentía acorralado.
—¿De qué mierda hablas Steve?—lo empujó haciéndose el indignado.
—¡Te vi Antonhy!—exclamó furioso, con lágrimas en sus ojos producto del coraje— Vi cuando el mal nacido de Wade te follaba aquí. ¡En nuestra casa! ¡Nuestra jodida habitación! ¡En nuestra maldita cama! Mientras nuestro hijo estaba abajo.
No supo cómo pudo controlarse para no armar un escándalo en ese mismo instante cuando vio cómo su esposo y padre de su hijo era tomado por el novio de este.
Había llegado un poco cansado y había entrado por una de las puertas secretas para que nadie lo viera, quería darle una sorpresa a Tony pero la sorpresa se la llevo él al ver como el castaño tenía sexo con su yerno en su propia habitación, en su cama mientras que su pequeño Peter estaba abajo, en su fiesta, sin siquiera sospechar nada de lo que ocurría dentro de la casa. El ver como su marido disfrutaba y rogaba por más hizo que su corazón se hiciera polvo casi de inmediato.
Había salido de ahí lo más pronto que pudo y apenas puso un pie fuera de la cabaña vomito todo lo poco que había consumido esa mañana antes de llegar con su familia.
Aun se preguntaba de donde había sacado fuerzas para fingir toda esa tarde una sonrisa, pretendiendo que estaba bien y que no acababa de descubrir algo que lo había casi matado en vida. Como pudo besar a Tony sin pensar en cómo se comía la boca esa tarde con Wade, en como lo tocaba, en como lo hacía suyo.
Vio la mirada de Steve llena de decepción hacia él y le dolió verlo así.
—Steve...
—¿Por qué lo hiciste Tony? Explícame porque sinceramente no lo entiendo.
El solado necesitaba saberlo todo. ¿Cómo era posible que después de tantos años de matrimonios juntos amándose como locos hubieran sido tirados a la borda? ¿Cuándo su amor había llegado a morir en silencio?
Tony suspiro cansado de fingir todo lo que hace tiempo había comenzado a guardarse por miedo y sobre todo por protegerse a él mismo, tenía tanto miedo de ser odiado por Steve y sobre todo por Peter.
—Porque ya no te amo Steve—le confeso en un susurro.
No había sido fácil darse cuenta de sus sentimientos. No cuando paso la mayor parte de su vida enamorada del padre de su hijo, no cuando lo que hacía con Wade se debatía entre lo correcto e incorrecto.
Ese presión y el peligro que sentía en sus encuentros con el ex mercenario había terminado.
Había sido muy difícil aceptar que ya no amaba a Steve pero ahora lo aceptaba para el rubio y para sí mismo.
El mercenario no solo había entrado en su piel dejando impregnada su esencia sino también en su corazón.
Porque se convenció de que si era amor y no solo un capricho, ¿o es que Tony Stark solo estaba enamorado de un espejismo? ¿Del placer tal vez?
Steve se sentó de golpe en el sillón que estaba a un lado de la ventana, impresionado y con un golpe letal tras las palabras de Tony que habían destrozado su corazón dejándolo en mil pedazos.
—¿Desde cuándo?—el rubio apenas pudo pronunciar mirando al suelo.
—Desde que te largaste con tu maldito amante. Con Barnes.
El solado alzo su vista casi de inmediato, aun mas roto que nunca. ¿Qué demonios acaba de decir su marido?
—¿Bucky y yo?—rio con sarcasmo, dolido, incrédulo— ¿De verdad me creíste capaz de engañarme?
—Dime ¿había otra razón para dejar a tu marido e hijo sino fuera por eso?—contesto Tony con frialdad.
—¡Es mi mejor amigo! Él cual siempre estuvo para mí cuando era un adolescente débil del cual todos se burlaban y- y... Yo jamás me hubiera atrevido a engañarte Tony. Yo te amo—soltó con un sollozo que hizo sentir miserable al castaño.
El remordimiento cayó en Tony una vez más. Si había comenzado su relación con Wade fue precisamente por el despecho que sentía hacia su esposo. Si Steve ya no lo amaba alguien más podría hacerlo. Alguien más lo había hecho sentirse deseado y lo había puesto como prioridad y Rey de su universo, alguien estaba para él siempre.
Cuando comenzó su relación con el mercenario solo quería que Steve sintiera la traición que él sintió al ser abandonado por el soldado del invierno pero ahora... no lo disfrutaba del todo.
¡No! Las palabras de Steve no podían ser verdad. Lo estaba engañando nuevamente. Él mismo los había visto... ¿o había sido una ilusión?
—¡No mientas Steve!—espeto Tony al colapso de un ataque de ansiedad—. Ocultaste la verdad sobre Bucky, ¿por qué no hacerlo sobre tu relación con él?
—Porque te amo y eres lo más importante de mi vida. Porque me diste un hijo y porque estoy tan enamorado de ti que ni siquiera puedo pensar en alguien más—dijo el rubio mirándolo a los ojos.
El castaño conocía a Steve, lo conocía perfectamente y le creía. Jamás había hablado de las suposiciones de la relación entre el soldado y él por el temor de que fuera confirmada o por el temor de que no lo fuera. Si él se había equivocado no quería averiguarlo porque para esas alturas su matrimonio ya había sido manchado por él.
Él había destruido todo.
—Steve...—susurro despacio, temblando y al borde del colapso.
—¡No!—el rubio hizo un ademan para que no se acercara a él. No lo quería cerca. No después de escuchar las palabras de Tony hacia él— ¿Por qué demonios seguiste jugando a la familia feliz Antonhy?
No podía creer que Tony fuera tan frio y capaz de fingir tal vez. ¿Es que acaso no tenía corazón? ¿Sus sentimientos eran desechables? ¿Cómo pudo jugar con los sentimientos de Peter y él?
Eran tanas interrogantes que se formulaban en su cabeza.
—Porque tenía miedo—soltó avergonzado—. Porque sabía que los lastimaría. Por cobarde—dijo finalmente aceptando sus errores.
Steve tomo su cabeza entre sus manos. Estaba tan abrumado y furioso pero sobre todo enojado consigo mismo. Quería gritarle a Tony y golpear cualquier cosa que estuviera frente a él, sin embargo, su nivel de resistencia en ese mismo instante lo sorprendía. En realidad no sabía cómo podía soportar tanto dolor.
Más allá de todo ese mar de sentimientos que se revolvían en su interior, odiaba el hecho de no poder odiar a Tony, al amor de su vida y se sentía el ser más estúpido del planeta en ese mismo instante.
No necesitaba hablar más. Tony ya lo había dicho todo. Su amor se había acabado y no había manera de recuperarlo, no después de su traición.
—Al menos lo aceptas—Steve jugo con sus manos, evitando mirar al castaño.
—Perdón Steve—lo decía de corazón.
Era hasta ese momento en que se dio cuenta de su error. Había dejado su orgullo aun lado y finalmente aceptaba entre lágrimas que se había equivocado.
—¡Basta! No me vas a convencer con tus lagrimas Tony. Te conozco, o al menos solía hacerlo—levanto su vista para encontrarse con los ojos rojos del ingeniero—. Ya, solo, basta.
Ver llorar a Steve lo destrozo y más aún saber que era solamente él el culpable.
Luego de un profundo silencio donde solo los sollozos se hacían presentes y la lluvia torrencial que se había hecho presente el hombre de hierro rompió con esa atmosfera solo para hacerla más pesada.
—Steve... no le digas a Peter—el temor se notaba en sus palabras y temía que el soldado lo utilizara en su contra. Definitivamente subestimaba mucho a su esposo.
El capitán lo olvido por un momento. Su hijo.
¿Cómo Tony podía haberle hecho algo así a su pequeño? Él podía soportarlo. Sí, su corazón estaba destrozado y su alma hecha pedazos pero podía con ello. En cambio Peter... ¡Dios! El dolor que le causaría saber que su propio padre mantenía una relación con su novio lo destrozaría por completo y, para ser verdad, debido a la depresión que le había generado la Guerra Civil, su hijo se había vuelto más vulnerable y sensible. El nivel de depresión que había manejado durante ese tiempo era muy peligroso. Otro hecho de tal magnitud no lo soportaría.
Sintió como si un fuego arrasara su interior como si su sangre hirviera.
Tony... ¿Cómo pretendía seguir con sus mentiras?
—Jamás lo haría—no le dirigió la mirada, esta estaba puesta en el retrato donde ambos besaban la mejilla de su primogénito mientras él sonreía—. Jamás actuaría en tu contra para que él te odiara—a Tony le dolió su indiferencia pero sabía que era lo menos que merecía—. Quiero el divorcio, no quiero saber nada más de ti Tony.
—Steve, no.
—Lo dejaste en claro, ¿no?—la mirada fría de esos ojos azules que en algún momento lo volvieron loco lo hicieron estremecer—. Ya no me amas, no pienso seguir jugando a la casita feliz Tony. No pienso retenerte a mi lado tampoco—la voz temblorosa de Steve delataba cuan herido estaba en ese momento—. Yo no soy así.
Tony se sintió fatal porque sabía que con nada podría arreglar el alma destrozada de Steve.
—Nunca me amaste, ¿verdad?—después del largo silencio que se creó en la habitación el rubio tomo la palabra—. Yo fui tan... idiota al pensar que podría cambiarte. Pensé que podrías amar a alguien como yo—rio con ironia—. Fingiste muy bien Stark, enserio. Creí cada maldita palabra de amor tuya. Creí que era lo más importante en tu vida y todo fue una puta mentira, una ilusión. ¿Qué pretendías o es que jamás dejaste de odiarme?
El ingeniero sintiéndose un poco ofendido por la duda de sus sentimientos levanto su cabeza para verlo.
—¿Qué demonios dices Steve?—espeto furioso y dolido—. Sí, te engañe, lo sé—dijo apenado. Solo quería que eso acabara, quería escapar y tratar de olvidar todo lo que había provocado por sus estúpidas decisiones de un momento de lujuria—. Pero no puedes poner en duda lo mucho que te amé—fue sincero pero sabía que a esas alturas Steve no creería ya nada de él—. Lo hice con cada pedazo de mi corazón y yo...—suspiro— me equivoque.
— Aun así no fui lo suficiente para ti—sostuvo la mirada avergonzada de Stark—. Jamás pudiste olvidar tu vida de playboy, debí suponer que un hombre como yo te aburriría fácilmente.
—Perdóname Steve, sé que lo jodí—la situación se le estaba escapando de las manos, sabía que estaba perdiendo al rubio y, no quería que se fuera de su lado pero ¿Qué podía hacer a esas alturas? Lo había jodido todo— ¿Qué puedo hacer para que me perdones?
Estaba tan arrepentido y se sentía tan avergonzado por sus acciones y por más que fuera un genio y quisiera encontrar una manera de arreglarlo sabía que no había manera alguna para remediar sus errores.
Todo estaba hecho y él había dictado su propia sentencia. En realidad, ni siquiera había palabras suficientes para decir o pedir perdón.
Sobre todo porque Steve había sido la primera persona en ver todo lo bueno en él, aun con sus defectos. Probablemente el único que lo había amado apostando contra todo y todos y le había fallado. Lo había decepcionado por completo. Había roto sus votos, su matrimonio, su confianza, su lealtad y su corazón. Lo había roto a él.
Y volvía afirmar que no lo merecía, jamás lo hizo. Él no era alguien bueno, no sabía amar tal vez, no había aprendido y tal vez nunca lo haría. No tenía remedio alguno, solo causaba dolor y cicatrices, era un veneno que consumía todo a su paso.
Había perdido a Steve esa noche, en realidad, lo había perdido desde mucho antes y también perdería a Peter.
—Me conoces Tony—el capitán se sentía destrozado a esas alturas, solo quería encerrarse y llorar su perdida esa noche—. Sabes que soy fiel creyente del amor, si en verdad me hubieras amado jamás lo hubieras hecho y tú nunca me amaste, tal vez confundiste el cariño y la admiración que sentías por mí—pronunciar cada palabra era como si una bala atravesara su corazón.
—Steve...
—Solo dame el divorcio Tony—hablo con seriedad—. Quiero alejarme de ti lo más pronto posible porque te amo tanto que sería capaz de perdonar todo si sigues insistiendo, pero no soy tan egoísta como tú. Yo no puedo retenerte a mi lado.
Le dolía que Tony lo dejara, sí. Pero si él era feliz, sí Wade le ofrecía todo lo que él no podía darle no podía mantenerlo a su lado. No era justo para ninguno de los dos.
—Steve por favor.
Y el capitán aún tenía una última pregunta que hacer para dejarlo ir, para terminar con todo de una vez por todas.
—Solo... ¿Por qué habiendo tantos hombres tuviste que engañarme con Wade?
Y antes de que el hombre de hierro pudiera contestar otra voz se había unido a la discusión.
—¿Qu-que dijiste Pops?—un aturdido Peter entro en la habitación.
******************
Mil perdones por el retraso y gracias por su espera.
Vi todas sus teorías hasta que me decidí por elegir a Steve, pobre de nuestro capitán.
¿Qué les pareció? ¿Alguien más tiene el corazón roto como yo?
Xoxo,
L🥀.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro