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𝐂𝐮𝐚𝐭𝐫𝐨


El sonido presente en el estacionamiento, fue el inicio de un nuevo mundo oscuro, uno donde no hay salvación, nada era seguro, pero, si algo sé sobre estos Zombies, era que lo único que podías hacer para mantenerte con vida, era superar tus miedos y sobrevivir.


ʏᴏᴏɴɢɪ


Namjoon manejaba muy nervioso, y no paraba de mirar de un lado a otro, no quería ser sorprendido por una de esas cosas, nadie quería ser sorprendido. Siyeon, ella estaba sentada, mientras abrazaba sus rodillas, no emitía ninguna palabra, sabía que no tenía intención de hacerlo por un buen tiempo.

Los latidos de mi corazón eran muy uniformes, sentía demasiado frío, a pesar de considerarme alguien fuerte, y no por mi físico, sino por mis defensas, pero creo que todo eso desapareció y ahora entendía lo que sentían esas personas que no comían por largos días. Mis manos temblaban, y al igual que Namjoon, me encontraba muy nervioso.

Las calles eran solitarias, muy raro para una avenida que era muy transitada antes, los semáforos jugaban con sus luces, la basura extendida en la mayor parte de la pista. Estaba seguro de que íbamos por una de las avenidas "escondidas", como decían los alumnos. Recordé los detalles que decían, y era verdad. Fijé mi vista en una de las calles que nos guiaba hacia la ciudad, pero preferí mil veces no dar con ella.

Había una gran cantidad de civiles de pie, y estaba muy seguro de que no eran humanos, por la manera en que se movían, y como se tambaleaban de un lugar a otro. Pero al no sentir ningún tipo de miedo en ese instante, la curiosidad invadió mi lado humano.

—Namjoon, ¿puedes retroceder? —pregunté no muy seguro.

Asintió, retrocediendo de inmediato. Observé por la ventana, al lugar donde se encontraban.

—Alto. —hablé con un tono bajo.

El auto se detuvo. No fue necesario decir algo, el fuerte sonido que realizaban aquellos seres, llamó la atención tanto de Namjoon como Siyeon. Podía ver el susto y sorpresa en sus rostros, pero no dije nada y volví a ver a cada zombie que yacía parado en ese lugar. Eran tan desafortunados al convertirse en esas cosas, si algún día me pasara lo mismo, preferiría estar muerto, antes de convertirme en un mugroso zombie.

—Yoongi, creo que ya debemos irnos —sugirió Namjoon con voz baja.

Asentí, pero el estornudo realizado por Siyeon, despertó de inmediato las ansias de comer de los zombies, logrando alterarlos. Fue peor cuando se dieron cuenta del lugar donde se originó el sonido, todos giraron sus cabezas hacia donde nos encontrábamos, seguido de una carrera muy rápida hacia nosotros.

Entramos en pánico, no faltaba mucho para que se lancen contra nosotros. Namjoon trató de encender el auto, pero no funcionaba. Miré a los zombies correr hacia nosotros y la distancia cada vez era menos, mi sangre comenzaba a helarse. Miré de nuevo a Namjoon, con la esperanza de que esta vez sí lograra encender el auto.

—¡Ah! —fue el grito de Siyeon quien alteró más mis nervios. Un zombie había ingresado por la parte de la ventana que estaba semiabierta. Mire a Siyeon, quien no sabía que hacer, ella retrocedía hasta el más profundo rincón, y sus gritos lograron alterarme aún más.

No pensé como actuar, pero crucé a los asientos traseros con cuidado de no ser mordido por ese monstruo. Coloqué mis piernas de manera firme, preparado para dar patadas en la cara del zombie. Los chasquidos que salían de su boca, junto a la sangre oscura de uno de sus ojos, me asqueo totalmente.

—¡Namjoon! ¡Apúrate! —grité, mientras comenzaba a dar patadas a la horrible cabeza del Zombie, era asqueroso y horrible la manera en la que salpicaba su sangre, observé por el espejo retrovisor, y vi como el montón de esas cosas estaban demasiado cerca.

—¡Namjoon!

Las patadas que daba, eran cada vez más rápidas, sentía el cansancio, pero tenía que seguir haciéndolo. Pude ver como aquel zombie dejaba de luchar, y por fin pude descansar por un segundo, creyendo que lo había vencido. Pero el fuerte agarre en uno de mis tobillos, causó que soltara un grito de dolor, volví a mirarlo y efectivamente, aquel zombie tenía su mano sujetada en uno de mis pies. La fuerza que ejercía era enorme, algo fuera de lo normal.

—¡Subdirector Kim! —gritó Siyeon.

Traté de dar una patada en su rostro, con mi pie libre, pero el dolor en mi lado derecho era muy fuerte, logrando desestabilizar la coordinación de mis nervios y extremidades.

Escuché el sonido de la llave asegurada, y como el motor se encendía, en efecto, el auto ya funcionó. Logré dar una última patada muy fuerte al zombie, logrando eliminarlo fuera de mi vista. El auto encendió y arrancó, pude sentir el impacto del montón de zombies que se lanzaron contra nosotros, pero la mayoría cayeron uno sobre otro al suelo, pero a pesar de eso, volvían a pararse y correr detrás de nosotros, aunque la distancia está vez era mayor, ellos estaban muy lejos.

Nos encontrábamos por la avenida Yeosob, una de las zonas más lujosas, aquí se encontraba la segunda universidad más prestigiosa de todo Seúl. No tenía idea de adonde iríamos ahora. En una invasión zombie ¿a dónde irías?

Sentí la mirada de Siyeon en mí, desde que salimos de aquella calle "escondida", no pudo quitar su vista sobre mí, al principio la ignoré, pero ahora estaba logrando incomodarme. Decidí no volver a dirigirle la mirada, además, no entendía por qué seguía en este lugar, si bien podía volver al asiento de copiloto.

—Profesor Min —habló ella con una voz suave, demasiado suave para mí.

Solo murmuré un simple "si", no quería intercambiar palabras con ella. El motivo, no lo sé.

—¿Porque está tan callado? —preguntó inocentemente.

—Simplemente no quiero hablar —dije cortante, esperando que por fin se detuviera y no hablara más.

—¿A dónde iremos? —continuó.

—Cholsu —respondió seriamente Namjoon.

—Oh. —no dijo nada más.

Pasó su mano por el bolsillo de su falda, y sacó su teléfono. Ahora entendía donde guardaban las alumnas sus teléfonos cuando había revisión general, eran muy astutas, pero ese no era el caso. Desvíe la mirada, pero el solo escuchar la melodía que apareció en el auto, captó toda mi atención, pero más aún, me recordó a... ¡Jungkook!

—¡Jungkook! —dije fuerte, observé por el retrovisor y Namjoon me miró muy sorprendido, era cierto. Teníamos que buscarlo.

—Tenemos que ir por él —fue lo único que dijo, pero escuché el bufido de Siyeon.

—Tenemos que llegar a Cholsu ¿No? —respondió ella.

Mire nuevamente a Namjoon, con solo ver sus ojos, sabía que coincidíamos, teníamos la misma idea.

—Iremos por Jungkook —dije cerrando el caso.

—Pero —la callé antes de que diga algo más.

—No digas nada Siyeon. Por favor —interfirió Namjoon.

Ella solo ignoró nuestras palabras. Tomó el botón de su blusa, y lo abrió, seguido del segundo botón. Estaba por hacer lo mismo con el tercero, y la detuve, eso ya era muy lejos.

—¿Qué haces? —pregunté evitando mirarla.

—¿Yo? Sólo sacaba mis audífonos. ¿Qué imagina usted profesor? —dijo mientras se acercaba a mí, con los audífonos en su otra mano.

—No hagas ese tipo de cosas frente a dos maestros. Ten un poco de respeto por ti misma.

—No me importa. Piénsalo Min —rozó su mano sobre la tela de mi pantalón, sobre mi pierna derecha. Si no paraba esto, ella podía tomarse el derecho de continuar.

—¡Basta! —aparté su mano y la alejé bruscamente, si no le importaba su dignidad, poco debía importarle el cómo la trataban.

—Alumna Kim, no vuelva a hacer eso, esta advertida. —habló Namjoon con voz firme, posicionando su lugar de subdirector.

—¡Ya! Solo quería divertirme.

Refutó molesta, comenzó a sujetar los botones sueltos, pero se detuvo junto a una sonrisa que se formó en su rostro.

—Mmm, aunque... Usted no está nada mal —dirigió la mirada a Namjoon, seguido de un guiño.

Está niña no tenía solución, no podía aceptar que fuera así, era repugnante como se ofrecía. Quedé mudo, cuando ella subió al asiento copiloto, ¿qué haría ahora?

—Estoy segura que usted no es como el profesor Min. —dirigió una mirada de molestia hacia mí.

Ignoré aquello, pero era inevitable no mirar como acomodó su cabeza en el hombro de Namjoon, ¡que hacía!

El sonido de gritos, seguido de varias cosas romperse, interrumpió mis pensamientos, desvié mi vista hacia la ventana. Estábamos cerca del instituto de Jungkook, pero este lugar, lucía completamente diferente. No muy lejos había unos cuantos zombies, mi pulso logró desestabilizarse, el ver como se comían a esas personas, lo cual me provocaba frustración y nuevamente asco.

El enorme y fuerte ruido que venía de la parte final de la avenida donde estábamos, alteró a casi todos los humanos que trataban de escapar de los zombies. Eran muchos, y si no salíamos de aquí, seríamos uno más de ellos.

—Namjoon, tenemos que salir de aquí.

Namjoon aceleró el auto, no faltaba mucho para llegar donde Jungkook, pero los obstáculos que se encontraban en la pista, no ayudaban a que nuestra carrera sea fluida. Con furia y rabia, Namjoon manejo sin pensar en nada, derruyendo todo a su paso.

Pero Siyeon no perdía su oportunidad, tomó desvergonzadamente la pierna de Namjoon, y comenzó a acariciarla. Namjoon giró hacia ella para pedirle que quitará su mano, pero al ver una camioneta en dirección contraria a nosotros, trató de frenar, pero lo único que obtuvimos fue un fuerte impacto. Sentí como todo mi cuerpo se inclinó hacia la parte delantera, provocando que saliera del auto, generando un gran dolor en mis costillas y piernas.

Vi el gran desastre que se había originado, aparte de varios cuerpos sin vida a mis costados y varias personas correr por las veredas. Traté de levantarme, pero la inmovilidad de mis piernas no me lo permitía. Un gran charco húmedo fue lo que me alertó, pero al intentar reaccionar lo único que obtuve fue golpearme con un objeto que me dejó inconsciente.

¿Ahora que seguía? ¿Este era el fin?

Gracias por seguir leyendo esta historia, esperando que hayas disfrutado de este capítulo, nos vemos en el próximo.


🧠🩸


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