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⁰¹ ── .✦ 𝙈𝙚𝙩𝙖𝙢𝙤𝙧𝙛𝙤𝙨𝙞𝙨

𓇼 ₊ ⊹ 𝙈𝙚𝙩𝙖𝙢𝙤𝙧𝙛𝙤𝙨𝙞𝙨

──────Maliah Labelle recién había terminado de atar los cordones de sus zapatillas, tomó su bolso y bajó las escaleras, fue hacia un pequeño armario y sacó su tabla de surf.

Justo cuando volteó se encontró con su padre, quien tomaba su café de la mañana.

──¡Ay, papá!── Exclamó algo sobresaltada, al darse cuenta que estaba detrás de ella. ──No te había visto...

──Lamento haberte asustado, cariño.── Se disculpó con una sonrisa tranquila, luego miró la tabla en brazos de la menor. ──¿Saldrás?

──¡Si! Hay unas olas perfectas para surfear...── Respondió felizmente. ──¿Te gustaría ir conmigo?

──Me encantaría, pero tengo una reunión muy importante hoy...── La sonrisa de la ojiazul disminuyó. ──Ya sabes, trabajamos para...

──Que el negocio crezca y lo herede tu pequeña princesa.── Completó con una sonrisa. ──Lo sé, papá.

──Recuerda tener cuidado.── Dijo. ──No se que haría si te pasara algo...

──No me pasará nada, papá. Tranquilo.

El hombre sonrió. ──Bien, te dejo, si me quedo hablando otro rato, terminaré acompañándote y faltaré a la reunión...

Maliah rió levemente. ──Adiós papá, te quiero.

La joven Labelle comenzó a acercarse a la puerta, pero su padre la detuvo. ──¿No se te olvida algo?── Preguntó señalando su mejilla, la chica sonrió y depositó un beso en el lugar señalado. ──Suerte, princesa.

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Maliah sonrió al sentir el aire fresco chocar contra su cara, sentir sus pies entre la arena tibia y ver como las olas subían y bajaban. Fue directamente hacia el agua.

Su pasatiempo favorito, desde que tiene memoria, era surfear, no se imaginaba su vida sin ese hobbie. Sin duda, su vida sería más aburrida que de costumbre.

Luego de un par de horas, sintió que ya no podía más, así que salió del agua, colocó su tabla en la arena y seco su cabello rubio con mechas turquesas con su toalla.

Pronto, vio como un chico de cabello rubio y rizado se acercaba a ella sonriendo amablemente. Era Byron Jade.

──¡Hola Maliah!── Saludó.

──¡Hola, Byron!── Saludó de vuelta. ──¿Como estás?

──Bien.── Respondió. ──Yo veo que tu estás en tu mejor momento...── Sonrió. ──Surfeaste genial.

──Gracias Byron, eres muy amable...── Sonrió.

Un amigo del rizado lo llamó.

──Lo siento Mali, pero debo irme...

──No te preocupes, siempre es un placer hablar contigo...

Luego de despedirse, Maliah tomó su tabla y comenzó a caminar, saludando a los que la saludaban.

Hasta que pasó cerca de donde entrenaban las chicas de natación, allí, una voz la llamó.

──¡Maliah!── La mencionada volteó y vio a Emma en la piscina. ──Necesito tu ayuda.

La castaña se acercó y dejó su tabla a un lado, para luego agacharse hacia la orilla.

──¿Que necesitas Emma?── Preguntó.

──Necesito que me tomes el tiempo.── Respondió. ──Se supone que Cleo lo haría, pero no apareció más. Si interfiero en tus planes...

──Esta bien, no te preocupes.── Sonrió. ──De todas maneras, no tengo algo más interesante para hacer...

──¡Genial! Allí está el cronómetro.

La rubia señaló una silla, Maliah fue y lo tomó entre sus manos, volvió y Emma ya estaba lista para comenzar su entrenamiento.

──¡Ya!── Exclamó la de mechas turquesas.

Emma, sin dudarlo, se lanzó a la piscina.

Mientras la figura de la rubia se movía de un lado a otro, la otra sonrió, realmente era buena en lo que hacía. Maliah ya se hubiera cansado a la primer vuelta, pero en su pasatiempo, eso no le pasaría.

Fue entonces cuando recordó las palabras de su madre: Para madrugar no tienes energía, pero para surfear dos horas seguidas si...

Soltó una leve risa, al recordar como su madre batallaba para despertarla e ir al colegio.

Por cierto, Emma y Maliah no eran demasiado cercanas, pero sus familias se conocían y por eso es que eran conocidas, iban al mismo instituto y compartían algunas clases. No hablaban seguido, sin embargo, se llevaban bien.

La joven Labelle meneo su cabeza para concentrarse en lo que estaba.

Luego de unos segundos, Emma tocó la pared y acto seguido, detuvo el contador. Maliah se inclinó frente a ella al verla salir.

──Bueno ¿Que tal?── Preguntó y le extendió el cronómetro.

Sus azules ojos brillaron con orgullo y sus labios formaron una sonrisa, dejando a la vista sus perfectos dientes.

──¡Genial!── Exclamó satisfecha. ──Son dos décimas por debajo de mi marca personal...

──Eres realmente buena en esto...── Dijo sonriendo. ──Me ofrezco como tu manager.── Bromeó.

──Lo tendré en cuenta...── Continuó.

Luego de más intentos, una media hora más tarde, ambas chicas caminaron juntas, cada una con dirección a sus hogares, las dos vivían bastante cerca.

──Gracias por ayudarme.── Dijo. ──Con las regionales tan cerca, debo entrenar duro para dar lo mejor de mi...

Así es Emma, muy organizada y responsable, tanto que era irreal.

──Cleo suele ayudarme en esto, pero no apareció.

──Tal vez deberías llamarla.── Propuso Maliah.

──Tienes razón, eso haré.── Elevó su teléfono hacia su oído.

Labelle miró la hora en su reloj de mano, era temprano, ni siquiera era medio día. Probablemente Cleo se entretuvo en alguna otra cosa, pues eran vacaciones, seguro quería disfrutar y se le pasó el tiempo.

Unos metros más adelante, se escuchó una voz familiar, Maliah no le haría caso, pero Emma se detuvo, provocando que su compañera también lo hiciera.

Labelle notó que a lo lejos, venía una lancha, la cual reconoció al instante, era de Zane. ──¿Esa no es Cleo?

──Es Cleo.── Confirmó la rubia.

──¿Quien es la otra?── Preguntó, viendo a otra chica rubia.

──Rikki.

Ambas llevaron su vista al frente. ──¡Hola!── Cleo sacudía su brazo de un lado a otro, mientras mantenía una gran sonrisa. ──¿Quieren subir?

──¿Que hacen en la lancha de Zane?── Preguntó la de mechas de color, interesada.

──Lo que pasó es que...── Cleo miró a la rubia a su lado.

──Nos la prestó.── Respondió con seguridad.

Okay, eso no es algo que Zane haría.

──¿Van a subir o no?── Volvió a preguntar la rubia.

Emma miró a Maliah, para conocer su respuesta.

La chica se encogió de hombros, para luego decir. ──A mi si me gustaría, podría ser divertido...

Emma miró a las que estaban en la lancha. ──¿Tienes permiso para conducir eso?── Preguntó con dirección a Rikki.

──¿Quien eres? ¿Mi madre?── Cuestionó con burla, ganándose una leve risa de la joven Labelle.

Emma, entrecerró sus ojos y luego bufo. De todos modos, ambas subieron al bote.

࣪𓏲ּ 🌊 ₊ ⊹ ˑ ִ ֶ 𓂃

Ya tenían un rato navegando, tanto que ya estaban bastante alejadas de la Costa. Hasta que llegó un momento en el que, el bote se detuvo.

──Nos relajamos bastante.── Emma sonrió con sarcasmo, mirando a Rikki.

──Y... Falló el motor, no estamos hundiéndonos.── Respondió.

──Solo estamos varadas en medio del océano...── Dijo Labelle, ganándose una mirada de miedo por parte de Cleo. ──Normal.

──Nos quedamos sin combustible... ¿Quieren remar hasta esa isla?── Rikki señaló la isla más cercana.

──¿La isla Mako? Olvídalo...── Dijo Emma.

──Nadie va ahí, está rodeada de tiburones, arrecifes... Y manglares, no, no, Olvídalo.── Habló Cleo.

──Bueno, no hay otra opción...── Rikki sacó dos remos.

Resignadas, rezaron hasta la isla Mako, al llegar, arrastraron la lancha y lo dejaron en la orilla.

──¿Como vamos a regresar a casa?── Preguntó Cleo, sin expresión de felicidad en su rostro.

──¡Buena pregunta!── Exclamó Emma, mientras se cruzaba de brazos y miraba a Rikki con reproche. ──Pregúntaselo a tu amiga.

──¡No me culpen a mi!── Dijo Rikki con indignación.

Antes de que se sacaran los ojos, Maliah decidió intervenir. ──Oigan, si pudiéramos contactar con la Guardia Costera, nos rescatarian.── Miro a las tres chicas. ──¿Alguna trajo su teléfono? Yo no traje el mio...── Solo obtuvo respuesta de Cleo, quien se limito a negar. Luego miró a las otras dos rubias, estas se miraban con recelo. ──Chicas... Si no cooperan, tendríamos que ir armando nuestra próxima choza...

Rikki apartó la mirada de Emma y dijo. ──No.

Luego de un incómodo silencio, el cual duró unos segundos, Emma caminó hasta el bote en silencio y buscó algo en su bolso.

──Alégrense que tenga esto.── Dijo mostrando su teléfono.

──Emma siempre está bien preparada.── Comentó Cleo mirando a las otras dos.

──Que bien por ella.── La rubia rodó los ojos.

Maliah se acercó a Emma, viendo como estiraba su brazo con su teléfono sobre su cabeza. ──¿Y bien?

──Aquí no hay señal.── Respondió para luego mirar el verde de la isla. ──Vamos a un lugar más alto.

Allí fue cuando comenzaron a caminar, para adentrarse más. Cuando Maliah se disponía a seguir, volteó y vio a Rikki recargada sobre el bote, con sus brazos cruzados y sin intención de moverse.

──No querrás quedarte allí sola...── Dijo y la rubia se enderezó para seguir al grupo.

Emma iba al frente con su teléfono en alto, buscando algún tipo de señal, con la esperanza de poder encontrarla y llamar para que vengan a buscarlas.

Las otras tres iban esquivando ramas y con cuidado de no caer. La vegetación era voluptuosa, árboles enormes que no dejaban ver el sol, lleno de insectos y con bastante desniveles.

──¿Al menos sabes donde vas?── Preguntó Rikki.

──Más arriba, aún no tengo señal.

──Tal vez nunca la tengas...

Rikki la miró. ──No seas negativa, Cleo.

──Pero... ¿Que pasará si no podemos llamar a nadie?── Preguntó disminuyendo su caminar. ──Y nunca nos encuentran.

──Bueno, lo echaremos a la suerte, para saber quien será el primer sacrificio.── Bromeó Labelle, generando una leve risa en Rikki y una mirada asustada de Cleo.

──No da gracia.── Dijo Emma.

──¡Es para aliviar la tensión!── Exclamó.

──La estas empeorando.── Dijo Cleo.

Mali rodó los ojos. ──Que humor...

──Vengan.

Siguieron caminando, hasta que llegaron a un lugar con grandes rocas y una pequeña cascada.

──Fíjense por donde pisan.── Advirtió Emma para luego saltar hacia el otro lado.

Cleo miró la altura, era alto. Rikki saltó, seguida de Maliah, quien tambaleó un poco.

──¡No puedo hacerlo!── Gritó del otro lado. ──Está muy resbaloso y alto, tiene que haber otro modo.

Con un mal movimiento, Sertori cayó por un pequeño túnel, alertando a las otras chicas, quienes se acercaron.

──¡Cleo!

──¡Estoy bien!── Dijo desde abajo. ──Tranquilas.

──¿Puedes subir?── Preguntó la joven Labelle.

──¡No!

──¡¿Estás segura?! ¡Vamos intenta!

Cleo trató de levantarse, pero sintió una leve molestia y no pudo. ──¡No puedo! Olvídenlo... Es demasiado empinado.

──Bajaré a buscarla.── Avisó Gilbert.

──¿Estás loca? No servirá de nada si tu también...── Comenzó a hablar Rikki, pero era tarde, Emma ya había bajado.

──¿Estás bien?── Le preguntó a Sertori.

──Me duele un poco la pierna.── Respondió.

──Es solo una torcedura...── Fue interrumpida por Maliah y Rikki que también habían bajado. ──¿Que hacen aquí abajo?

──Ustedes bajaron.── Contestó Chadwick.

──Tenían que quedarse arriba para lanzarnos una cuerda.

──¡Oye, no somos adivinas!── Dijo Maliah ceñuda. ──¿Y cual cuerda? Lo único que podemos conseguir aquí, son picaduras de mosquitos.

──¿No deberíamos estar pensando, en como salir de aquí?── Intervino Cleo.

──Si.── Emma se puso de pie. ──Cleo tiene razón. Vamos, tenemos que encontrar una salida.

Las cuatro chicas se adentraron más, encontrando una cueva con un pequeño estanque.

──Wow...── Murmuró Labelle.

──Es como el cono de un volcán.── Dijo Chadwick.

Y no se equivocaba, ya que en la parte superior había una avertura, permitiendo la entrada y la vista de la luna.

──No va... A hacer erupción ¿O si?── Cuestionó Sertori.

──No lo ha hecho en veinte mil años, no hay peligro, estás a salvo, Cleo.── Emma se acercó al estanque. ──¡Miren! Marcas de marea.── Se quitó los zapatos. ──El nivel de agua sube y baja.

──¿Y?

──Esto va hasta el océano, puede haber una salida.── Respondió y se metió al agua, pero no salió.

──Esto... No me va a gustar nada.

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Ya habían pasado unos minutos desde que Emma se metió al agua. Con cada segundo que pasaba, Cleo se ponía más nerviosa.

──¡Emma!── Gritó Sertori, al ver que aún no salía.

──Relájate, espera...── Labelle dudó en poner una mano sobre su hombro, pero lo hizo de todas formas. ──Unos minutos.

Unos segundos más tarde, Gilbert salió.

──¡Acerté, en veinte segundos llegamos al arrecife!── Avisó. ──Está ahí y es grande, cabemos todas.── Apuntó al agua.

──¿Pasar por ahí? Olvídalo.

──Vamos, Cleo... No hay otra salida.── Labelle comenzó a sacarse el calzado. ──Tu puedes hacerlo.

──No puedo... Y, además... No se nadar.

──Todo saldrá bien.── Aseguró Emma.

──¿Tu cómo sabes eso?

──Hazle caso, Cleo.── Dijo Rikki. ──Dime ¿Que más podemos hacer? ¿Quedarnos aquí para siempre?

──No es un lugar feo...── Habló Maliah, desde el estanque. ──Además, no podríamos verle la cara a Zane... Es una ventaja.

Cleo miró como Chadwick le extendió su mano, para que la tome. Luego de dudarlo unos segundos, la tomó y se metió al agua.

En ese mismo momento, la luna pasó por arriba y se posicionó allí por unos segundos. Provocando que del estanque salieran burbujas, y gotas de agua se elevarán.

──Wow..

──Que raro...── Murmuraron Mali y Rikki.

──Bien, concéntrese, respiren muy profundo.── Explicó Emma.

Emma se sumergió primero, seguida de Rikki y por último Maliah, quien tomó la mano de Cleo para animarla.

Luego de unos segundos bajo el agua, las cuatro salieron. Miraron a su alrededor, viendo como ya estaban fuera.

──Eso fueron más de veinte segundos.

──Pero lo logramos ¿No?── Dijo Labelle.

De la nada, una luz las golpeó, era un barco.

──Policía marina, suban por la escalera trasera, por favor.── Gritó un hombre.


Como era costumbre en la vida de Maliah, todas las mañanas se iba directo a la playa, acompañada de su tabla de surf. Y hoy no sería la excepción.

Apoyó su tabla en el agua y ella se subió arriba, cuando estaba más alejada de la orilla, se paró, pero comenzó a sentir un hormigueo, empezando por sus pies y continuando por su rostro.

De la nada cayó al agua, sin tiempo de tomar aire. Comenzó a sentirse pesada, no sentía sus piernas, pero lo que sí sentía era desesperación por salir a la superficie. Luego de batallar durante unos segundos, se dio cuenta de que podía respirar bajo el agua.

Bajó su mirada hacia abajo, encontrándose con una gran cosa naranja.

Se sentía muy desorientada y confundida.

¿Estaba soñando?

Se pellizco el brazo, y no. No era un sueño.

Pudo volver a subir y apoyó su abdomen en su tabla, luego se empujó hasta la orilla, para su suerte, no había nadie en el lugar.

Una vez que llegó, su teléfono comenzó a sonar, trató de acercarse, pero era inútil, no podía hacerlo. Miró sus piernas pero no estaban, en su lugar había una cola de pez.

¿Donde rayos estaban sus piernas?

Su respiración se entrecorto, mientras trataba de descubrir que le había pasado.

Uso toda la fuerza de sus brazos para tomar su dispositivo móvil.

──Hola... ¿Quien habla?

──Tenemos que hablar.── Dijo Cleo del otro lado.

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──¡Era naranja!── Vociferó Cleo. ──¡Y estaba repleta de escamas!

──Yo apenas toqué el agua...── Dijo Emma detras de la primera.

──¡Por un segundo, yo fui agua!── Exclamó Rikki.

──Y yo fui un pez...── Murmuró Maliah sin poder creerlo.

──¿Que esta pasando?── Continuó. ──¡Eso es lo que quiero saber!

Maliah salió de sus pensamientos cuando escuchó un leve golpe, tal vez se estaba volviendo más paranoica luego de lo que les pasó.

──¿Hay alguien más aquí?── Preguntó.

──No.── Respondió Cleo. ──Mi papá está trabajando, mi mamá y mi hermana salieron de compras.

Labelle suspiró con cierto alivio. ──Mejor...

──Bien, entonces...── Emma comenzó a hablar. ──¿Que nos pasó?

──Verás...── Empezó Rikki. ──...Diez segundos después de tocar el agua, nos salen esas...

──Cosas.── Completó Maliah. ──Y desaparecen cuando te secas... O al menos eso me pasó a mi.

──¿A ustedes les pasó lo mismo que a mi, verdad?── Cuestionó Sertori y las demas asintieron. ──Y esas... Colas, son como de...

──Si, parecemos unas...── A Chadwick se le formó una lenta sonrisa.

──Sirenas.── Completó Mali.

──Ya te dije ¡No me hace gracia! Las sirenas no existen, eso sería... Muy raro.

Pronto, unos suaves golpes sonaron desde la puerta, haciendo que las cuatro guarden silencio.

──Oh no, es Lewis... Olvidé que hoy venia para ayudarme con biología.── Dijo Cleo, para luego ir a abrir la puerta.

──Cleo, Cleo...── Cuando el chico entró, frunció el ceño al verlas. ──Oh... ¿Me equivoqué de hora?

──No, era a las nueve.── Respondió. ──Pero surgió un imprevisto, lo siento.

──¿Con qué?── Cuestionó.

──Es algo muy importante.── Miró a las otras tres, quienes negaron, luego miró al chico. ──Pero no tanto para que puedas saberlo, lo siento Lewis...── Lo guió a la puerta. ──Hoy no puedo.

──Oh, otro día entonces.

──Lewis.── Lo detuvo. ──Tu eres listo... ¿Acaso sabes algo de sirenas?

──Eh... No, no mucho.── Respondió.

──Esta bien, disculpa... Adiós.── Lo empujó fuera de casa, luego se giró a las chicas. ──¿Que?

──Lewis ¿Sabes algo de sirenas?── Rikki la Imitó. ──¿Estás loca?

──Cleo, esto es muy serio, si alguien lo descubre estaremos en un buen lío.── Dijo Emma.

──Oh, quizás...

──Lo que nos pasó fue muy extraño...── Interrumpió Labelle. ──No sabemos como y mucho menos porqué.

──Hay un modo de saber más.── Dijo Chadwick.

──¿Como?

──Volviendo al agua.

──Ni hablar, yo no.── Contestó Cleo.

──Yo iré, y no pienso ir sola... ¿Alguna voluntaria?

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Las olas golpeaban con fuerza la orilla de la playa, en la cual, Rikki, Emma y Maliah estaban de pie frente al agua.

──No lo tengo muy en claro...── Habló Emma.

──Tampoco yo.── Continuó Mali.

──Descuiden, yo si.

──¿Sabes una cosa?── Preguntó Gilbert sarcásticamente. ──Ahora estoy mucho más tranquila.

──¿Estás segura de que por aquí no pasa nadie?── Cuestionó Maliah, mirando a su alrededor.

──Estoy segura.── Respondió Emma. ──Vengo a nadar aquí a menudo, porque no viene mucha gente. Es un lugar muy tranquilo.

──Escalofriante.── Dijo Rikki. ──Pero conveniente.

Las tres dieron un paso al frente, era el momento.

Emma tomó la mano de Maliah, quien hizo lo mismo con Rikki, mientras intercambiaron una corta mirada y asintieron. Las tres sintieron sus pies mojarse y el mismo hormigueo en ellos.

──¿Unos diez segundos, verdad?── Cuestionó Rikki.

──Si.

──Uno, dos...── Comenzaron a contar. ──Tres, cuatro... Cinco.

Y allí fue cuando sus piernas fueron reemplazadas y al mismo instante, cayeron al suelo.

Las chicas se miraron y luego a sus colas, eras sorprendente iguales. Soltaron una leve risa. Era extraño, pero no se sentía tan mal.

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──¡Eso fue asombroso!── Exclamó Labelle.

──Después salimos del agua y al sacarnos, todo vuelve a la normalidad.── Explicó Emma.

──Como si no hubiera pasado nada...

──¡Pero si que pasó!── Dijo Rikki. ──Ha sido una experiencia...

──¡Increíble!── Completó la de mechas turquesas. ──¿Creen que hay palabras para describirlo?

──Creo que no.

Al principio tenían miedo de lo que había pasado, pero luego de esa experiencia, donde nadaban bajo el agua y eran libres, el miedo fue reemplazado por... ¿Emoción, tal vez?

──¡Chicas, Esperen!── Detuvo Cleo, corriendo hacia ellas. ──No van a creer lo que me acaba de pasar...── Dijo con la respiración agitada.

Unos minutos después, estaban en la habitación de Emma. Cleo quería mostrarles algo.

──¿Y bien?── Inquirió Rikki. ──Dijiste que nos mostrarias algo ¿Que es?

──Verán, Zane apareció para molestarme por su Zodiac y...── Colocó un vaso frente a ella. ──Hice algo, con el agua. No se como explicarlo... Se los mostraré.

Cleo ladeo su mano hacia la derecha y el agua del vaso comenzó a crecer cada vez más, sorprendiendo a las otras tres chicas.

──¿Como... Como lo haces?── Preguntó Labelle, parpadeando un par de veces sin poder creerlo.

──No lo se, simplemente muevo mi mano y crece cada vez más.

──¿De donde sale tanta agua?

──No lo se.── Cuando Cleo bajo su brazo, toda el agua bajo directo a Emma.

Gilbert, alzó su mano y mágicamente el agua se congeló.

──¿Yo hice eso?── Cuestionó.

──Yo no fui.

──Esto es lo máximo, estoy... Estamos emocionadas.── Rikki se Corrigió.

──Lo único que hice fue...── Emma volvió a hacer lo mismo, pero con el agua de un florero, haciendo que el líquido se congele.

Al ver esto, Maliah y Rikki empezaron a hacer señas raras con sus manos, pero no consiguieron hacer nada especial.

──No es justo... ¿Por qué nosotras no hacemos nada cool?── Cuestionó Labelle.

──No creo que cool sea la palabra.── Dijo Emma. ──Es muy extraño.

──Pero hubieran visto la cara de Zane.── Volvió a decir Cleo, contagiando a Mali de la risa.

──Cielos, me hubiera gustado ver eso...── Dijo entre risas.

──Esto no tiene gracia.── Interrumpió Gilbert, haciendo que las risas se detuvieran. ──Tenemos que mantenerlo en secreto. No decírselo a nadie... Oh acabaremos diseccionadas o... En un circo, algo así.

Mali asintió con una mueca. ──Si... Sea lo que sea que no haya pasado, no debemos contárselo a otros.

──Y este secreto.── Habló Cleo. ──¿Solo debemos saberlo nosotras cuatro?

──Es nuestro secreto. Nuestra responsabilidad...── Sentenció Gilbert. ──Pase lo que pase, estaremos juntas.

──¿Pase lo que pase?

──Es una promesa.

──No es como si estuviéramos casadas... ¿Verdad?── Cuestionó Chadwick, mientras ladeaba su cabeza.

Emma la miró fíjate durante unos segundos, pero sorprendentemente, comenzó a reír.

──Eso si tiene gracia.── Por primera vez, Emma le dedico una sonrisa genuina a Rikki.

Así fue como cuatro chicas comenzaron una amistad, gracias a un secreto...










🧜‍♀️ Tali.

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