—¡¡Mugrosa sí no avanzas te juro que te haré comer almendras por una semana!!— Escuchaba a mi hermano gritar que estaba en la planta baja de la casa mientras que yo estaba en mi dormitorio peinando mi suave y largo cabello.

Hoy había una excursión sorpresa para los estudiantes de secretaría en cuarto año en nuestra escuela. Yo no sabía sí ir o no pero al final me decidí para poder conocer más sobre mi futuro trabajo. Quiero ser una excelente secretaria para después desarrollar mi propia compañía. Y como siempre mi hermano se empeñó en venir para "protegerme" y para ver a las secretarias. Él es el bello de la escuela mientras que me dicen "La hermana de Tae." Nos queremos mucho pero el es muy.... Popular y lindo y mujeriego. Mientras que yo soy su hermana gemela que siempre se preocupa por sus tareas y tener buenas notas. Aunque tengamos casi la misma cara, no soy de los populares. Odio los populares. Ellos creen que por tener cara bonita, son los reyes del mundo.

— ¡¡Hana avanza el bus nos dejará!!— Suelto un gruñido ante el grito de mi hermano para luego bajar a la planta baja de nuestra casa y encontrarme la mirada de mi hermano que sí pudiera lanzaría cuchillos desde ella.

—Ya ya estoy aquí Tae. No tienes que ser tan dramático.— Digo mientras me coloco mis zapatos que están al lado de la puerta.

—Oye niña no me hables así. Soy mayor que tú.

Me volteo a mirarlo irritadamente. —Tae, eres mayor por sólo un minuto.

—Pero no importa, sigo siendo mayor que tú.

—¿Vamos a seguir discutiendo o vamos a la parada del bus?— Le digo mientras salgo de la casa seguida por mi hermano.

—¿Lista para correr?

—El último que llegue le tendrá que pagar el almuerzo en la excursión.

Y sin más preámbulos, comenzamos a correr.

•••

—Bien jóvenes, ¿todos están aquí en el bus? — La profesora dice mientras miraba una pequeña lista.

—Sí. — Todos le contestamos a la profesora del curso de Secretaría. — Bueno, nos vamos.— Después que la profesora se sentó, era un desorden con los estudiantes. Se movían de un lado a otro, con sus botellas de agua o los papeles de los cuadernos.

Puse mis auriculares en Sign of the times y me dejé llevar por la dulce melodía hasta quedarme dormida.

•••

—Hana despierta ya llegamos.— Escuché la voz de mi hermano y sentí una mano moviendome el hombro. Abrí los ojos, viendo que estábamos frente a un gran edificio de cristal oscuro. Me levanté y caminé hasta bajar del bus escolar para tener una mejor vista de ese hermoso edificio.

Woah sin duda es el mejor que he visto.

—Vamos chicos entremos.— Dice la profesora mientras empieza a caminar hacia las enormes puertas de cristal.

Cuando entramos escuchamos a mucha gente hablando y lo primero que vimos fué el loby. Era tan grande, miré para arriba y había un gran candelabro gigante colgando del techo que para subir ahí, hay que ir por helicóptero sin mentir. Al frente de nosotros había un gran escritorio rectangular de mármol en el que se encontraba la recepcionista de este lugar. Atrás de ella hay un marco rectangular blanco que tiene unas letras grandes que dicen "EMPRESAS ZHANG" Con un nombre pequeño que decía "Zhang Yixing". No se por qué pero me suena familiar ese nombre. Supongo que ese tiene que ser el dueño de toda esta empresa.

Seguí mirando a los alrededores notando cada detalle de la estructura. Estaba mirando hacia mi izquierda hasta que sentí un fuerte perfume masculino indagar por mi nariz que me hizo sentir una extraña sensación.

¿De dónde viene ese olor?

Siento una presencia al lado mío y cuando volteo, me encuentro con unos ojos marrones cafés oscuros. Sin duda los ojos más hermosos que he visto. Era un hombre más alto que yo, me parecía conocido ese hombre. Miré cada parte de su rostro, era tan bello que sin duda Afrodita y Apolo... No. Todos los dioses griegos y egipcios estarían celosos. Tenía una nariz un poco puntiagudua y unos labios que, Dios esos labios que hermosos, son carnosos pero no mucho. Es como sí alguien los hubiese hecho perfectamente perfectos. Él era hermoso. Vestía un traje de color negro y una camisa blanca con sólo un botón abierto.

Aunque fuera uno se veía jodidamente sexy.

Subí mi mirada de su camiseta hasta sus ojos. Esos bellos ojos seguían mirándome con un extraño brillo, que me hacía sentir un poco intimidante.

El me sonrió y.... Oh Zeus, esa sonrisa revive a muertos sin duda. Es tan hermoso...

—Hola.— Me dijo sin apartar por un segundo su mirada penetrante. Su voz era tan profunda pero a la misma ves dulce, me hizo tener una sensación que nunca tuve. —E-eh— No sabía que decirle, me sentí nerviosa. ¿Por que me sentí nerviosa? Eh estado al lado de hombres anteriormente... Bueno los chicos de mi escuela son simios. Pero ese no es el punto. Miró mi placa y luego regresó a mis ojos.

—Kim Hana.— Dijo mi nombre con una sonrisa que juro que escuché la canción de los ángeles de fondo. No quitaba la vista de mis ojos, era como si quisiera decir algo. Tan profundos y misteriosos. Abrí la boca para articular algunas plabras pero la voz de la maestra nos interrumpe.

—Oh señor Zhang, no me había fijado que estaba ahí. Un gusto conocerlo. Chicos el es el señor Zhang Yixing, el dueño de las empresas Zhang.— Todos voltearon a nuestra dirección y después de unos segundos se escucharon algunas chicas murmurar hacer como locas. ¿Lo conocían? ¿Quién era él?

El tal "Zhang Yixing" apartó su vista de mi para caminar hacia la maestra con sus manos entrelazada atrás, camino muy despacio hasta llegar al lado de ella. Se dió la media vuelta para quedar hacia nosotros y sonrió, de nuevo. —Hola chicos, un gusto conocerlos. Soy como ya saben Zhang Yixing, la gira sorpresa es un recorrido por toda la empresa. Podrán explorar y caminar libremente para poder conocer más sobre como se puede trabajar en una empresa.— Todos empezaron a gritar y a celebrar antes de que el señor Zhang siguiera.

—No pueden salir de la empresa al menos que sea con su maestra. Tenemos guardias que vigilan todas las esquinas de esta empresa, así que sí pasa algo ellos me lo informarán inmediatamente. Les pondré una pequeña cinta para que los empleados sepan que están aquí explorando.— Él y algunos guardias empezaron a colocar una cinta de papel color verde neón. Parecía las cintas de los parque acuáticos.

Él señor Zhang término de colocarsela a una estudiante para pasar a mí. Me miró con esa mirada intensa y sentí esa extraña sensación de nuevo.

—¿En donde quieres que la coloque?— Su mirada era ya muy pesada para mí, tuve que bajar la mirada para mirar mis muñecas como pretexto.

Alcé la muñeca derecha y la sujetó gentilmente para luego poner el objeto de color neón alrededor  de esta. Estaba tan cerca de mí que la punta de su zapato chocaba con el mío. Cuando término, acarició mi muñeca con su dedo pulgar y luego se separó rápidamente.

—Bien, les tengo que decir algo. Necesito que tengan absoluto silencio, los empleados están trabajando en cosas importantes y en reuniones. Así que sin más reglas, se pueden ir.—Antes de irnos las profesora nos detuvo.

—Los quiero aquí a las doce en punto. Ni más ni menos. Doce en punto chicos.

Después de un "sí" de los estudiantes,  nos fuimos a explorar la gran empresa que llega al otro lado del planeta.

Empecé a recorrer piso por piso. Muchas pequeñas oficinas y muchos empleados de aquí para allá, con papeles o charlando. Los tacones o los zapatos de los empleados haciendo un patrón cada vez que tocaban el piso. Me encanta este ambiente del mundo secretarial. Es lo mejor, haciendo gráficas, anotando reuniones y viendo resultados de ventas.

Pasé por el salón de reuniones y ví a muchos gerentes escribiendo, hablando o presentando.

Mi mundo.

•••

Estaba caminando por uno de los pasillos que no había muchos empleados. Miré mi reloj, Dios apenas faltan quince minutos más y después ir a comer que tengo hambre. Espero traer suficiente dinero por que le tengo que pagar el almuerzo al gorila de mi hermano por haber ganado esa apuesta del bus.

Estaba caminando por el frente de una puerta cerrada que ni me había dado de cuenta de su existencia. Me paré al frente de ella dándole la espalda a esperar cinco minutos para después ir a ver que hace mi hermano.

Iba a dejar caer el peso de mi cuerpo pero esta se abre y algo sujeta mi mochila haciendo que entre a un lugar desconocido.

Todo pasó tan rápido que lo próximo que supe era unos labios sobre los míos. Iba a empujarlo y a meterle en sus partes pero me dí cuenta que me tenía los brazos arriba de mi cabeza y su cuerpo pegado al mío. De momento sentí ese perfume masculino que había conquistado mi nariz cuando estaba en el loby.

Oh Dios... El señor Zhang.

Estaba tratando de salirme de su agarre pero eso causó que apegara más su cuerpo contra el mío. Y no se por que pero me dieron ganas de corresponderle el beso.

Poco a poco empecé a ir a su ritmo, salvajemente y al ver que le seguí dió una leve sonrisa en los labios. El aire en mis pulmones se estaba acabando, las piernas me temblaban. Siento un brazo pasar por mi cintura para tener más agarre, por que en un momento iba a morirme del aire. Sentía como una ola de emociones corría por todo mi cuerpo. Unas chispas eléctricas por mi espalda haciendo que mi piel se tornara de gallina. No se escuchaba nada más que nuestra respiraciones agitadas y los sonidos pegajosos de los besos que nos dábamos. El hombre besaba tan salvajemente que no podía seguirle el juego y no sabía de casi nada.

No pude más traté de separarme de él, necesitaba aire urgentemente así que puse la cabeza hacía atrás, presionandola más de lo que está en la puerta. De momento él se separa y rápidamente caigo en sus brazos por falta de aire. Mi cabeza recae en su pecho que se movía de arriba hacia abajo rápidamente. Mi corazón late tan rápido que siento que se va a salir de su lugar.

—¿Estás cansada, no? — El dice susurrando mientras se acerca a mi oreja. Yo sólo nuevo la cabeza como un sí y cierro los ojos.

— No aguantas nada. Apenas fue un beso. — Presiento como hace una sonrisa y apoya su mentón encima de mi cabeza.

De pronto me suelta y me dirige hacia fuera en donde estaba. Antes de darme media vuelta para mirarlo, una voz me interrumpe.

—¡¡Hana!! te estaba buscando, ven vamos. Tenemos que irnos. —Una compañera de mi clase dice.

Tengo tantas preguntas en mi cabeza. ¿Y si entro de nuevo?

— ¿Hana?

—¿E-eh? S-sí vamos.— Miré a la chica y empecé a caminar, pero me detuve miré otra vez la puerta por unos segundo y después seguí mi camino con muchas dudas en mi cabeza.

¿Qué Diablos pasó ahí?

¿Qué hice?

Editado.