📚𝗅𝗅 31
Capitulo 31// "Sirius"
—... entonces los declaro unidos de por vida.
El mago de pelo raro movió su varita por encima de las cabezas de Bill y Fleur y un chorro de estrellas plateadas cayó sobre ellos, moviéndose en espirales alrededor de las ahora entrelazadas figuras. Mientras Fred y George encabezaban un aplauso, los globos dorados suspendidos estallaron: pájaros del paraíso y pequeñas campanas doradas volaron y flotaron sobre ellos, añadiendo sus canciones y gorjeos al estruendo. Al levantarse, el mismo mago agitó nuevamente la varita. Los asientos en los que se habían sentado se elevaron graciosamente en el aire al tiempo que los lienzos de las paredes de la carpa se desvanecían, de modo que se quedaron bajo un dosel soportado por postes dorados, con una gloriosa vista del jardín iluminado por el sol y la campiña circundante. Después, una piscina de oro fundido se extendió desde el centro de la tienda para formar una brillante pista de baile; las sillas suspendidas se agruparon alrededor de pequeñas mesas con manteles blancos, y todas flotaron grácilmente de nuevo a la tierra, y la banda con chaquetas doradas se dirigió hacia un podio.
Los camareros aparecieron por todos lados, algunos llevando bandejas con zumo de calabaza, cerveza de mantequilla y whisky de fuego, otros tambaleándose con pilas de tartas y sándwiches.
Sirius y Remus estaban hablando animadamente mientras que tomaban una copa de whisky de fuego. Alice y Charlie se habían acercado a Bill y Fleur y poder felicitarlos.
La banda había empezado a tocar; Bill y Fleur fueron los primeros en salir a la pista de baile, causando un gran aplauso; después de un rato, el señor Weasley llevó a Madame Delacour a la pista, seguido de la señora Weasley y el padre de Fleur.
—Bella dama, ¿Un baile con su pelirrojo favorito?—preguntó Charlie mostrando una pequeña sonrisa, le dió la mano y se acercó a él para bailar el vals que estaban escuchando. Se dispusieron a disfrutar de ese momento juntos, apoyo su cabeza en su hombro y dejó sus manos sobre su cuello
—No cambiaria este momento por nada del mundo pelirrojo—beso su mejilla para volver a la postura anterior.
(...)
—Pareces algo cansada, ¿Quieres una copa?—preguntó Sirius mientras que Alice negaba con una pequeña sonrisa—No me digas que... ¡Estás embarazada!
—¡¿Que?!, ¡No!, No estoy embarazada Sirius, simplemente que yo no tomo alcohol.
—Oh bien...—de pronto una sonrisa se formó en el rostro de Sirius la cual no pudo disimular—Sabia que me amabas.
—¿Que?, ¿Por qué lo dices?
—Porque ahora mismo estás usando el anillo que te di cuando tenias nueve años—sonrio.
La rubia suspiro—: Si bueno, pensé que sería una buena ocasión para usarlo, pero si quieres que me lo qui...
—No, no, está bien tranquila—tomo un trago de su copa, con el que casi se atraganta por reír de la nada—¡Oh Merlin!
—¿Que te pasa?—pregunto confundida.
Sirius espero unos minutos para contestar—: Tu pelirrojo y Harry te han hecho débil. Antes me hubieras golpeado antes que estar hablando conmigo.
—Claro que no, mientes.
—Oh claro—asintio sarcástico. —Ahora señorita—se puso de pie—¿Bailas?, No acepto un no por respuesta.
—Bien si—dijo soltando una pequeña carcajada.
Acepto su mano y cuando se levantó, algo grande y plateado apareció cayendo del todo sobre la pista del baile. Gracil y brillante, el lince aterrizo con suavidad en medio de los asombrados bailarines. Las cabezas se giraron, y aquellos que estaban cerca se congelaron absurdamente en medio del baile. Entonces la boca del patronus se abrió y habló con la fuerte, profunda y lenta voz de Kingsley Shacklebolt.
—El Ministerio ha caído. Scrimgeour está muerto. Están viniendo.
Todo parecía confuso, pero sobre todo lento. Alice y Sirius levantaron sus varitas con rapidez, este último la tomo de la mano. Muchas personas se estaban dando cuenta ahora que algo raro había ocurrido; algunas cabezas todavía estaban volviendo hacia el gato plateado cuando desapareció. El silencio se extendió hacia fuera en frías ondas desde el lugar en que había aparecido el Patronus. Entonces, alguien gritó. Los invitados corrían en todas direcciones, muchos de ellos desaparecieron.
Sintió como algo la golpeaba en la cabeza, pero no como para dejarla inconciente, calló al suelo, con la vista nublada observando como mortifagos entraban y salían de ahí. Sintió como algo la tomaba de la cintura con fuerza, levanto la vista y vió Charlie quien la observaba preocupado.
—¿Estás bien?, ¿Estás herida?
—No, descuida, ¿Tú estás bien?—el pelirrojo asintio y la abrazo contra su pecho. Levanto la vista confundida y lo observó—: Charlie, ¿Dónde está Sirius?
—No está, creemos.... Creemos que Bellatrix se lo llevó.
Maratón 5/5
NO OLVIDEN VOTAR
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