Capitulo 29// "Estaré aquí"

Los meses pasaron y la relación de Alice y Charlie avanzó. En un principio no hizo falta que la hiciesen oficial, casi todos se lo esperaban pero terminaron haciéndolo por el bien de los dos.

Dentro de todo había risas y una que otra ansiedad y preocupación, puesto que las misiones de la Orden seguían aún, tanto que después de casi Bill Weasley perder la vida gracias a un mortifago las preocupaciones habían aumentado aún más.

Julio 1997. Muerte de Albus Dumbledore. La muerte del viejo Director de Hogwarts había aumentado más el miedo del mundo mágico. El mundo mágico se estaba deteriorando y cediendo ante las fuerzas oscuras; cediendo ante Voldemort. Cada vez más desapariciones y muertes, hacían pensar lo peor.

Todo aún se dividía en dos bandos, la luz y oscuridad, y con Voldemort a la cabeza, el ministerio ya no era seguro, realmente ningún lugar lo era, los muggles notaban algo extraño, pero jamás se imaginarian que una guerra acontecía detrás de su mundo. La mayoría de los sangre pura fueron con Voldemort, él prometía poder, limpieza de la sangre y más, los traidores de la sangre, mestizos y sangre sucias iban con Dumbledore, bandos distintos y poderosos, nadie se negaba a ninguno de los magos, debían reclutar a la mayor parte de magos que pudieran, si se negaban.

Muy pocos vivían para contarlo, pero siempre había una excepción.

Pero todo eso parecía desaparecer cuando Alice solo se centraba en su pelirrojo e igual.

Los dos eran sus anclas y estaban listos para enfrentarse al mundo exterior.

—¿Estás seguro de lo que harás Harry?—Alice casi susurró.

—Si. Tranquila Ali, estaré bien. Estaremos bien—se corrigió.

—De acuerdo—suspiro. La rubia saco algo de su gabardina y se lo tendió—Quiero que tengas esto.

Harry lo acepto y lo observó; era un collar con una cadena plateada y una pequeña piedra verde en el centro, lo adornaban pequeños detalles dorados alrededor.

—Gracias, pero, ¿Para que?—pregunto colocándoselo.

—Eso que ahora mismo portas en tu cuello es un traslador, nadie excepto tú podrás quitartelo. Solo debes tocarlo en caso de una emergencia y en un segundo me verás ahí.

—¿Y tú cómo lo...—se interrumpió así mismo cuando observó que la rubia portaba el mismo collar en su cuello—Gracias en serio lo aprecio...señora Weasley.

—¿Disculpa?—pregunto claramente indignada—¿Señora?, ¿Tan vieja estoy?, Soy apenas una señorita—Harry soltó una carcajada al aire—Miope insolente, hijo de James y ahijado de Sirius tenías que ser. —paso un brazo por encima de sus hombros—¿Sabes que no fue tu culpa verdad?—pregunto después de un rato caminando y Harry supo a lo que se refería.

—Pero... George perdió una oreja por mi culpa, casi matan a mi padrino y a Tonks y...¡Ojo loco murió por culpa mía!

—Harry... ¡Harry!, No fue tu culpa, ¿Entiendes?, Cada uno de los que participo sabía a lo que se enfrentaba, tu no tuviste la culpa de la muerte de ojo loco, ni de que Snape le cortará una oreja a George o de qué Bellatrix allá querido matar a Sirius y a Tonks. Esta es una guerra que se divide entre el bien y el mal. Tu eres una buena persona no dejes que eso te dominé.

—Lo siento, es solo que... Ya no puedo con esto Alice, tengo la presión sobre mi, todos confían en mi para derrotar a Voldemort, todos piensan que soy su salvación y no pueden ver qué estoy sufriendo, cada día de mi vida.

—Harry...

—Y-y hago lo mejor que puedo pero no soy perfecto, no sé cómo hacerlo, no sé cómo hacer para que las personas que amo no mueran o arriesguen su vida por mí o que simplemente las personas me tachen de mentiroso o un loco.

—Harry...¡Harry!—lo tomo por los hombros encarandolo—Harry, respira y tranquilízate. ¿Que fue lo que te dije?

El Gryffindor suspiro—No importa la opinión de los demás, debo hacer lo que creo correcto.

—Exacto. Es tu decisión la que importa, es tu vida la que has puesto en peligro varias veces. Nadie importa excepto tú, debes ver primero por ti mismo, has lo que creas correcto.

Harry se lanzó abrazándola contra el, siendo recibido con fuerza y cariño.

—G-gracias Alice...—sollozó.

—Ey, tranquilo—acaricio su cabello con delicadeza—Nada te pasará mientras yo esté aquí.

Maratón 3/5

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