📚𝗅𝗅 23
Capitulo veintitrés// "Adiós Bambi..."
—¿Estuviste pintando toda la tarde?.
—Sí—respondió. Se acerco a uno de los lienzos que se encontraba cubierto, para quitar la tela de un rápido movimiento de manos.
—¡Es increíble!—exclamó Alice, al ver cómo en la pintura un Harry de quince años se encontraba siendo abrazado por James Lily, riendo juntos, parecía una foto, una real.
—Estuve preparando esta pintura por meses, planeó dársela a Harry para su cumpleaños número dieciséis. Se que le gustará.
—Estoy segura de que si.—suspiro—Tengo todo listo para que puedas asistir. Harry irá con los Weasley y Hermione.
—Pero...
—Tengo poción multijugos—hizo saber—Bueno... Demasiada poción multijugos—confesó apartando la mirada—No preguntes.—dijo ante la mirada de Sirius.
—Le preguntarás a Harry si quiere acompañarte.
—Si. Siento que necesita estar alejado de todo esto, por al menos unos días antes de volver a Hogwarts. No quiero presionarlo y que se sienta obligado a acompañarme. Bien, ve a darte una ducha debemos irnos ya.
—De acuerdo. Mamá.
(...)
Sirius se miró una vez más en el espejo con una mueca.
—No es tan guapo como yo—pudo ver por el reflejo a Alice resoplar.
—El punto es que no seas guapo, el punto es que no luzcas como Sirius. Además es exactamente adecuado a tu complexión, no te quejes—pidió pasándole una chaqueta—. Esta lloviendo, no quiero que te de gripe—murmuró caminando fuera de la habitación.
Sirius la siguió casi corriendo, mientras se colocaba la chaqueta—Tu eres en serio como una madre, ¿no?—preguntó.
—Tengo instinto maternal.—confesó rodando los ojos—Cuide de Tonks cuando estuvimos en Hogwarts de los niños que la molestaban por como su cabello cambiaba de color y sobre su torpeza. Con Harry no es un tanto diferente el caso, los alumnos de varias casas lo atacan por qué lo creen un loco, pero ahora que Voldemort a regresado lo empiezan a tratar mejor. Y tú bueno...solo no quiero estarte cuidando si te enfermas—aseguró colocándose una gabardina negra, la cual le llegaba un poco más abajo de la rodilla.
—Oh, ¿Entonces te preocupas por mi?—preguntó tratando de sonar burlón.
Soltó una risa sarcástica y negó con la cabeza—Claro que no—Sirius no se esforzó por ocultar su risa—Tu cuidaste varias veces de mi cuando enfermaba y te preocupabas. Así que no veo por qué yo no hacerlo por ti—murmuró.
—Sabia que me amabas.
—No me hagas arrepentirme, Orion.—Sirius levanto las manos inocente.
(...)
En la entrada del cementerio había una puerta la cual Sirius abrió con sumo cuidado y ambos entraron. La lluvia los había empapado por completo. Detrás de la iglesia había hileras y más hileras de lápidas. Empuñando la varita que llevaba en su bolsillo de la chaqueta, se dirigieron hacia el pequeño grupo de personas que se encontraban a unas cuantas lápidas más.
Se aproximaron sintiendo una opresión en el pecho, la misma sensación que había experimentado justo después de la muerte de James. Era de mármol blanco, y eso facilitaba la lectura de la inscripción. James Potter había sido sepultado junto a su difunta esposa.
En la lápida estaba grabado lo siguiente:
Lily Potter, 30 de enero de 1960 - 31 de octubre de 1981
James Potter, 27 de marzo de 1960 - 18 de junio de 1996
El último enemigo que será derrotado es la muerte.
En el cementerio no había muchas personas, solo aurores e integrantes de la Orden. Remus y Tonks ya se encontraban ahí, solo a unos cuantos metros alejados bajo una sombrilla que sostenía el licantropo. Los Weasley y Hermione estaban bajo sombrillas protegiéndose de la lluvia, se encontraban acompañando a Harry quien estaba parado frente a la lápida solo observandola dejando que la lluvia lo empapara por completo. Alice y Sirius se acercaron lentamente al chico, el primero lo abrazo por algún tiempo, sollozando, para separarse y caminar para finalizar quedando aún lado del Lupin quien lo abrazo. Finalmente la rubia se acercó a abrazarlo con cariño, dejando que este dejara su hombro húmedo por las lágrimas que corrían por sus mejillas.
Se separaron y ambos solo se quedaban observando la lápida. Alice se hinco frente a la lapida, sacó su varita e hizo aparecer una corona de rosas en esta. Harry suspiró con tristeza y acarició la lapida con suavidad.
Alice al parecer lo había notado, así que lo tomo de la mano y la apretó con fuerza pero no mucha para no lastimarlo. Minutos después la gente empezaba a desaparecer, solo los más apegados a Harry seguían aún acompañándolo.
—Lo que más me cuesta—dijo con un hilo de voz—Es aceptar que nunca lo volveré a ver.
—Harry—llamo la rubia viendo fijamente la lápida. Harry levantó la mirada para observar como sus mejillas tenían un color pálido y unas ojeras que eran bastante notorias a la luz del día. Harry lo sabía.
Sabía que Alice se culpaba por la muerte de su padre. Sirius le había explicado con lujo y detalle la situación del por qué había veces que Alice no podía ni mirar a los ojos al Potter y lo entendió. Tal vez en otro momento se habría enojado pero para su misma sorpresa lo había tomado con algo de tranquilidad. No podía culpar a Alice, su padre sabía lo que hacía, y no podía hacer nada para evitarlo.
—Quiero hablar contigo. Tranquilo no es nada grave.
—Ire a Grimmauld Place, antes de ir con mis tíos.—la rubia asintio. Harry suspiro antes de seguir—Debemos irnos, está anocheciendo y la lluvia esta aumentando.—dio un paso al frente para besar la lápida y alejarse, caminando lentamente hacía a la entrada donde todos los esperaban.
Cuando salió por la puerta, se dió cuenta de la falta de presencia de Alice. Dió media vuelta y la observó parada frente a la lápida sin mover ni un solo músculo.
Alice avanzo quedando a unos cuantos centímetros de distancia de la lápida. Se hinco en una rodilla y pego su frente, para susurrar—: Prometo cuidar de Harry. James, Lily. Nunca lo dejaré solo, lo prometo.
Se alejo dando media vuelta, para ahora caminar a dónde Harry la esperaba para aparecerce en Grimmauld Place.
Se detuvo antes de poder salir. Giro sobre sus talones aún observando la lápida del matrimonio Potter.
Y con el último suspiro se despidió—: Adios Bambi.
NO OLVIDEN VOTAR
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