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09. ENAMORADOS

(🚬)

-Te enamoraste de él... -susurró Rose, incrédula. Mirando fijamente al par sin ser escuchada- Y él se enamoró de tí...

-Jason, vamonos de aqui. -pidió Rachel, mirando a Jason con súplica- No vale la pena que te pelees con Dick.

Jason por un segundo quizo negarse, tenia a ese imbécil enfrente de él listo para alguna pelea la cual Jason ansiaba inconcientemente. Era un sentimiento que se expandía por todo su cuerpo, sentia que aquellas ganas de pelear eran casi iguales a la vez que peleó en esa cafetería de Gotham, en donde dejó que su mente se hiciera cargo de su cuerpo.

Ansiaba tanto volver a pelear, estaba eufórico por demostrar que él era más fuerte que Dick, y no sabía por que. Por un segundo se preguntó en su mente, ¿Así era como se sentia cada vez que estaba cerca de ese chico de cabello negro y ojos azules? ¿Siempre sentia ese sentimiento de competitividad contra él antes de morir?

¿O era solo por querer defender sus propios objetivos?

Esa mañana se fue junto Rachel en un portal para volver a casa, abandonando rápidamente aquella Torre junto a los habitantes sin decir ni una sola palabras más. Ya todo estaba dicho, Jason no volvería a hablar con esas personas hasta que volviera por completo su memoria y supiera quien era cada una, o fuera a verlos solo para responder varias preguntas que esa vez no pudo cuestionar.

Cuando llegaron cada uno se puso a hacer cualquier cosa para distraerse. Rachel se había perdido por el pasillo para sacar la ropa de la lavadora y ponerla en la secadora, mientras él se quedaba en el centro de la cocina pensando seriamente lo que había pasado minutos atrás.

-Maldición... ¡Maldición! -soltó en un gruñido, colocando ambas manos en la isla de la cocina mientras trataba de respiraba con calma.

Despues de eso comenzo a sacar ingredientes para el almuerzo. Cocinar se le daba de maravilla y si podía utilizarlo para desestresarse podría hacerlo por todo el día. Pasaron algunos minutos cuando Rachel apareció por la cocina, su semblante estaba un poco apagado mientras se acercaba vacilante hacia él.

-¿Jason, estas molesto? -esa pregunta salio como un susurró débil que no le gusto a Jason.

Se volteó a verla, tenia los ojos rojos al igual que sus mejillas por el llanto, pero a pesar de eso no bajaba la mirada de sus ojos.

Suspiró.

-Un poco, Rachel. Pero no contigo. -terminó de picar los vegetales y se lavo las manos, para acercarse a la chica y darle un abrazo- Entiende que me molesto bastante como esas personas te trataban así, además de hablar sobre aquel hombre como si fuera la víctima. Cuando el que murió fui yo.

-Ahora que ellos saben que estas vivo seguramente le dirán al señor Wayne, ¿estas bien con eso?

-No exactamente, pero era algo que con el tiempo se iba a saber, tarde o temprano... -apartó un mechón de cabello morado del rostro ajeno y lo colocó atrás de su oreja- Digamos que se enteró algo temprano -río, seguido de Rachel.

Estuvieron varios segundos sin decir nada, ambos disfrutando de la cercanía del otro hasta que Rachel decidió romperlo.

-Te quiero mucho, Jay.

-Yo también te quiero. -respondió, dándole un pequeño beso en los labios- Vamos a hacer algo, ¿Por que no nos vamos a pasear esta noche para distraernos de todo esto? ¿Que te parece?

-¿Podemos ir a ver una película?

-Lo que tu quieras. Después de todo; Jason Todd, hará todo por ti.

(...)

Las horas fueron pasando con una rapidez extraordinaria, ya eran las ocho de la noche cuando salieron del departamento para ir a un cine en donde vieron una película de accion y comedia la cual término dos horas después. Pero la noche no término ahí para ellos, Jason convenció a Rachel para ir a una discoteca en la zona sur de Gotham en donde al beber dos tragos se fueron directo a la pista de baile.

Las luces se movían de un lado a otro, iluminando al ritmo de la música ensordecedora que llenaba el lugar abarrotado de gente disfrutando de un viernes por la noche al igual que ellos.

Las risas no faltaron en aquella cita indirecta, además de los besos y los tragos de más. A pesar de que, al llegar de nuevo a casa a las tres de la mañana ninguno estaba demasiado ebrio.

Al despertar se dio cuenta que Rachel se encontraba dormida en su pecho. Se veía tan pacífica que al momento de salir de la cama lo hizo de la manera más silenciosa posible para no depertarla por error e ir al baño a meterse un rato en la bañera, la resaca lo estaba matando y ese relajante baño le haría muy bien.

En la madrugada había soñado de nuevo con algunas cosas que muy probablemente eran recuerdos y en verdad no sabía si alegrarse, llorar o molestarse. Habían sido pocas cosas, como un poco de lo que vivió cuando estaba con sus padres biológicos, un poco de la relación que había tenido con Dick y Rose, relaciones que eran un asco total. Suspiró, cerrando los ojos por unos segundos.

Rachel abrió la puerta del baño con lentitud, miró a Jason sentado en la tina y sonrió, pero al acercarse un poco se dio cuenta que parecía algo triste.

Puso una mano en su hombro, Jason abrió lo ojos sobresaltado y suspiró.

-Joder, me asustaste...

-¿Estas bien? -preguntó luego de soltar un ‹Lo siento›- Parecias pensativo.

-No pasa nada, linda -le quito importancia al asunto, sonriendole- Solo es un pequeño dolor de cabeza. Una resaca pura.

Ambos rieron.

Rachel sabía que mentía, lo sentia pero no dijo nada al respecto, la sonrisa y las risas eran reales. Eso era algo de lo que se había enamorado; de su linda sonrisa.

-Cierra los ojos.

-¿Para que? -preguntó Jason sin entender.

-Solo hazlo. -insistió, sintiendo las mejillas rojas. Jason acató su petición.

-Bien, ¿Pero que vas a hacer? ¿Acaso me tomaras un foto de mi escultural cuerpo, pequeña...? ¡Wow! ¡¿Qué...?! -Jason abrió los ojos al tope al sentir movimiento dentro de la tina donde ahora Rachel se encontraba enfrente de él. Desnuda.

-No me mires así. -se quejó la chica.

-Es que... -la miro detenidamente, las burbujas de la tina no dejaban ver muy bien sus pechos pero ahora para él era irrelevante, la imagen sonrojada de Rachel lo volvía loco y más si estaba de aquella manera ante él- No pensé que fueras tan pervertida.

-Oh, cállate. -ordenó entre risas, rascando su brazo izquierdo con nerviosismo- Solo quiero estar aquí contigo, acompañarte. ¿O no puedo?

Jason sonrió

-Puedes, siempre podrás, Rachel. -pronunció, acercándose poco a poco a ella hasta tenerla acorralada y susurró-: ¿Sabes? Eres preciosas, Rachel... ¿Te lo han dicho?

-Oh, si. Un chico muy guapo me lo dijo esta mañana. Mi novio en realidad -contestó con una risita, siguiéndole el juego mientras se acercaban con lentitud.

La mirada de Jason se volvió depredadora, casi como si viera a su presa caer con lentitud en sus encantos. Su voz se volvió rasposa.

-¿Encerio? Eres una chica muy engañosa, Rachel. Estar aquí, en una tina... -mordió el lóbulo de su oreja, soplando aire caliente en la zona- Desnuda ante un desconocido...

-Jay...

Rachel acabó la poca distancia entre ambos y unió sus labios, pasando sus brazos por los hombros de Jason hasta abrazarlo por el cuello, sintiendo las manos ddl castaño recorrer sus brazos hasta llegar poco a poco a su cintura que aún estaba bajo el agua.

Jason apegó aún más sus cuerpos, sintiendo los pechos de la chica rozar con el suyo lentamente. Se separaron del beso con suavidad y se miraron a los ojos, jadeantes.

-¿S-Sabes, Rachel? -alejó su mano derecha de la cintura ajena y acarició su mejilla lentamente, parando en los labios entreabiertos de la pelimorada- Si tuviera cien vidas, cien veces me enamoraría de ti.

-¿Sin dudarlo?

-Sin dudarlo ni un segundo.

Y los besos volvieron con más intensidad, las manos de Jason alzaron a la chica mientras se colocan de pie, soltando un gruñido cuando Rachel lo abrazó con fuerza y pasó sus piernas a cada lado de su cuerpo para no caer.

Rachel jadeo entre besos.

-Me vuelves loco. -habló, saliendo de la bañera para llegar hasta la habitación con Rachel aferrada a él. Perdidos en la calidez que sentian al tener sus cuerpo tan cerca.

-Y tú me vuelves loca a mi.

Esa mañana la habitación se llenó de jadeos, gruñidos y sonidos humedos por doquier. Nadie podía detener el momento que ambos protagonizaban al entregarse en cuerpo y alma al otro.

Rachel no podia pensar con claridad en un momento así. Los besos que Jason había comenzado desde su boca fueron con lentitud por sus mejillas, cuello y hombros, pasando por sus pechos desnudos hasta terminar bajando a su vientre dejando un rastro de besos húmedos que solo la hacian soltar suspiros y gemidos, arqueado la espalda para morder sus labios con necesidad...

Y mientras eso pasaba, en su mente solo pudo pensar que en los libros que había leído sobre romance en donde el sexo era desenfrenado, lleno de lujuria cegadora que dejaba poco a la imaginación por lo poco delicado que eran, era mentira. Por que mientras Jason la besaba de nuevo en los labios con una dulzura y un deseo que llegaba hasta sus pupilas dilatadas, supo que hacer el amor también podia ser delicado y a la vez tan desenfrenado que se podia sentir miles de sensaciones, miles de fuegos artificiales estallar en su vientre bajo mientras Jason solo la miraba a ella, solo a ella.

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