Relato por: luchiffer
Canción: Criminal – Britney Spears

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—Mi nombre es Yen Stroman, detective desde los 20 y con 23 años de experiencia. He viajado al rededor de mi país en misiones de rescate, asalto, intervención militar, he disparado si largas distancias, capture al Capo mayor del este y ahora quiero ascender a capitana. Sé que es un gran paso entre rangos, pero creo tener las cualidades requeridas, integra y buen soldado. —Expongo mis argumentos ante el jefe, tiene un carácter de mierda, es un cochino con las mujeres e imagino que conmigo no será la exención.

—Mire muñequita —ya comenzó —tus habilidades son muy notables, tienes un fuego por dentro y fuera notable, además de que tu currículum es intachable, pero —se está refiriendo a mí, mi pelo por supuesto y lo demás de mi cuerpo es un claro ejemplo de candela, que problema. Algo me intriga, ese pero.

—Señor, si tiene algún problema, dígamelo.

—Si cumples la misión que no hemos podido completar en este mes te ascenderá el máximo jerarca pues yo no tengo el poder. —asiento tomando los papeles y esto parece la puta película de zootopia, archivos en blanco y una foto del sujeto y me siento mareada, comienzo a sudar frío y la cabeza me comienza a palpitar. Todo esto al ver la foto. Eso sin contar la cantidad de vueltas de estómago que siento.

—Ok, voy a ir a ver a la agente Suárez, encargada de...

—No tiene archivos — un golpe rotundo, seguro y directo. No puede existir una ficha en blanco, es imposible. Ha de ser muy peligroso, con razón me quiere imponer este reto, para que no ascienda.

—Mi señor, no puede existir alguien así ¿De quién se trata?

—El convicto Marcus Donbrew es asesino múltiple, ladrón profesional, actor intelectual de asaltos a la policía y el cuerpo federal en busca de armas, acusado de trata de esclavos y drogas en diferentes continentes y jefe de una mafia que hasta ahora no se conocía y puede que sea más peligrosa que cualquier otra. —¿Dios este es tú castigo para mí?

—¿Ahora que acepte me lo dice? —solo moví mi cabeza, pero sé que te estoy lo suficientemente empapada como para hacerme atrás.

—Pues sí, además que será de gran ayuda para nosotros, ascenderá seguro. Tenga cuidado sí, no quiero perder un culo ten rico de mis oficinas—me señala la puerta para que salga — no ha sobrevivido nadie de los que lo investiga, nadie.

Es lo último que escucho al cerrar la puerta. El resto de día ha pasado común. Mi madre que trabaja en las informaciones brindadas a los policías me confirma lo antes expuesto, Alberto insiste en salir a beber conmigo un rato y otra vez es rechazado, me dan acceso a la celda de Marcus para mañana en la mañana y desde luego entiendo para mis adentros que será un desastre.

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—¿Huevos con tocino amor? —mamá grita desde la primera planta haciendome recordar a mi difunto padre

—Ponle también sumo de naranja y un fuerte café por favor, hoy mi día será una completa mierda —le sigo la rima notando una pequeña nota en la ventana.

—Tienes un bonito culo nena, es una lástima que lo único que entrará en él son balas y sufrimiento. Elige ¿Tu madre o tu perro? ¿Quién será primero?
M.D

¿Qué no está preso el desgraciado?

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Me encuentro impaciente por ver a Marcus a la cara, esperar respuestas y explicaciones de él. Me revisan de pies sobre cabeza por seguridad, me quitan el arma y colocan un chaleco antibalas ¿Pero qué carajo es esto? Marcus está practicando tiro a distancia en una valla de entrenamiento personalizada, su casa, porque no puedo decir salada, está llena de lujos y sin ningún tipo de guardias, en cuanto a él, es un adonis, que puedo decir. De lejos puedo deducir que es de 1:90 m, brazos y pierdas bien definidas, ordinario pelo negro y ojos color miel. Es el mismo diablo y eso raramente me prende.

—Marcus Donbrew, acérquese lentamente y suelte el arma o disparo —no tengo idea si funcionará, pero no quiero un tiro con ese franco, aún soy joven.

—No tienes nada en la mano nena, conozco el sistema y a esta área no se puede entrar con ningún tipo de elementos dañino para mí. Privilegio de ser un jodido ex poli—¿Pero qué se cree este? Aquí la policía soy yo.

—Venga, tengo que plantearle una documentación y si fuera tan amable de llenarla. —Si era policía no llenará esto.

—Hace tiempo que no soy entrevistado, la última persona que me colocó una camara fue mutilada en un callejón, que pérdida la verdad, bastante bien que la chupaba—¿Me está amenazando por casualidad? Y será mejor que se guarde sus intimidades.

—Le pido que no me quite tiempo, verá, quiero ascender dos rangos más que el mío, si usted llena este jodido papel no habrá problemas, usted se queda tranquilo y yo también gano.

—Comprendo tu punto golondrina, pero yo no gano nada a cambio de esto, soy un hombre de negocios y no puedo estar favoreciendo a todos, tengo mercados enteros que mover y personas que matar. —Necesito una dosis de paciencia por lo pronto y un poco de veneno para él. Además, golondrina, me han dicho apodos mejores, aunque desde que vi su foto, ahora en persona y ese acento alemán forzado a hablar español hace que mi estómago y mi corazón hagan una mezcla rara.

—Aquí me juzgan por tener un corazón de hielo sabe, por ser la mujer que jamás se enamoró y mi madre dice que me enamoré del más imbécil de todos ¿Qué cree usted de eso? —Veamos si cambia de opinión y escribe, ahora solo tiene el bolígrafo en los labios haciendolo más sexy.

—Golondrina, el amor es parte de nosotros, amamos nuestro país, apegados, mascotas y amigos más cercanos, las parejas no, terminan en obsesiones y corres grandes riesgos solo por no perder a quien anelas ¿Quiere eso usted? ¿Por qué ya yo dependo de su mirada? —me pongo una mano en los lentes que llevo puestos posando dudosa y sexy ¿Qué me pasa?

—¿Quizás mañana? —Acciona un sí con la cabeza respondiendo a mi claro coqueteo con los ojos. Pero me molesta estar de pie junto a la puerta,con tantos muebles ¿Por qué no me invita a sentarme?

—¿A qué se refiere? —me dice tomándome la mano al casi salir y quebrándome por completo—¿Vendrá mañana? Porque si no enviaré hombres por ti, hablo en serio.

—Vielleicht —comentó en alemán para el hombre que ha logrado mover un toque de deseo en mi se vuelva loco.

—Heir warte ich auf dicho —con que aquí te espero, que buena frase para ser un asesino. —Lang lebe die zukünftige königin.

Me ha reverenciado al perderme de vista y todo, que detalle. Voy corriendo para donde está mamá en mi coche. Casi que vuelo, tengo que contarle que estoy enamorada de un criminal. Porque si es un juego de mi mente vieja no podré soportarlo.

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—Siento que me abofetea de la peor manera —¿Cómo puedes hacerme esto? Faltas tus valores, principios, a la memoria de tu padre, a todos tus compañeros y así me dices con esa cara de supuesta culpa, mamá me enamoré de Marcus Donbrew — sus palabras son dagas lanzadas a mí, Siemens reaccionado así ante mis acciones, no más.

—¿Crees que yo lo elegí? No mamá, no sabes nada, todo este tiempo quice ser un orgullo para ti, siempre dando todo y tú solo me ves malas decisiones. Se acabó la Yen buena, la cariñosa y talentosa detective.

Salgo disparada de casa de mamá a buscar a Ben, es el jardinero de la casa y un tanto mayor en sí, lo concedería de mi padre porque sé que él podrá entender por lo que estoy pasando.

Corro envuelta en lágrimas a sus brazos y este me corresponde colocándome en su pecho.

—¿Qué te ha roto el corazón de esta manera mi niña?—sabe detectar mi dolor, imagino que por sus años de experiencia.

—Me he enamorado, únicamente eso —artículo entre sollozos por la locura que acaba de ocurrirme.

—No te niegues al amor —me mira a los ojos directamente —es lo más lindo que te puede pasar.

—Es muy peligroso, él —me pone un grueso y encallado dedo en los labios.

—Sé feliz por mí, por ti y por...

No termina de hablar porque un cuchillo ha atravesado su cuerpo por un hombre alto, enmascarado y muy bien definido físicamente.
Caigo arrodillada ante el hombre que un día fue mi amigo, mi padre confidente.

El sujeto retira su mascarilla y mis ojos y mente quedan petrificados.

—¿Papá?

—Hola hija, sé que estoy hace años fuera de tu vida, pero déjeme que te explique.

Tomó con una fuerza de no sé donde y cargo de un hombre su oscuro cuerpo sin vida, ha mi padre.

—No tienes el derecho de llamarme así, no tienes derecho se nada.

Trago mis lágrimas y me dirijo hasta mi auto que ahora es solo un carro fúnebre, me sigue el hombre que hasta hoy creí muerto y no tengo idea de lo que será mi vida de ahora en adelante¿Con quién compartiré mis penas? Él me ha destrozado, yo en mi posición puedo hacer igual.

—¿No me has extrañado todos estos años hija? Eso dijo tu madre.

—¿Mamá lo sabe? —Quizás me equivoco, pero si estaba muerto hasta ahora...

Lanzo dos disparos en la pierna de el hombre que me quitó a mi padre, él que ahora quiero que descanse en paz porque se lo ha ganado a través de los años.

—Quiero que sepas que no perdono muchas personas y estas vallas no fueron a mi pierna, sino a mi corazón.

—Jódete cabrón, dile que mi madre que ella es la próxima, ahora sí que me decepcionaron.

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Deje en el hospital el cuerpo de Ben sobre una camilla, ahora me encuentro en casa procesando todo esto, vi desde la ventana como unos pandilleros destrozaron mi auto y colocaron el nombre de mi progenitor. Una briza acaricia mi cuello y me quedo perpleja viendo quién está tras de mí.

—¿Qué demonios haces en mi casa? ¿Cómo llegaste asta acá arriba? —Tartamudeo al hablar, no sé si es por su aroma masculino, por lo sexy que se ve o por el hecho de que este delante mío cundo debería estar en presión.

—He venido a verte —se encoge de hombros y sacó mi arma para que aprendan a respetar —Así es como me agradeces el esfuerzo que he hecho por tí. Mate a diez guardias y gaste un pastón y escale 6 malditos pisos solo para verte, lo menos que puedes hacer es bajar esa arma.

Su acento alemán es hermoso, sus ojos azules combinan con su camisa y su pelo rubio con el mío el mío. Debo decirle todo de una vez y debo elegir sí...

—Pero que mierda —dice tirándonos para atrás del butacón por el reguero de balas que se desata al tumbar la puerta desde el exterior un hombre de estatura 1:65 con una minigun perfectamente cargada para matar a quien se le atraviese.

—¿Vienen a buscarme o a buscarte? —me acerco a él y lo tomó del cuello. —Si muero aquí quiero decirte que me enamoré de ti de la manera más estúpida del mundo, quizás no te ves más, quizás no sea lo mejor como persona pero igual té...

Me besa de manera violenta y he tenido sexo, pero este beso me sabe a deseo puro.

—Hoy no vamos a morir, hoy no.

Me levanto después de esa frase y tengo la necesidad de defender este tesoro porque este criminal ya no está en mis venas, ahora está en mi corazón.

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—Hola pequeño, buscas a papá —le hablo a mi hijo Yeico que tiene ya 7 años y es exactamente el mismo tiempo del incidente de mi departamento.

Él busca a los lados a su padre que se acerca con un elegante trago negro por el horizonte. Su pelo ya tiene canas so igual que el mío y aún gobernamos esta mafia llamada Universo, nombre asignado por su gran extensión en el mundo y por los alcances que llega a tener gracias este. Marcus, él es un gran líder y junto a mí, hoy por hoy su reina, hacemos que esto sea posible.

Algunos se preguntan¿Por qué elegí estar junto a él? ¿Por qué no elegí entregarlo? Recuerdo aun cuando mate al sujeto de la ningún de un disparo en la cabeza y el jefe cerdo qué me negó el ascenso me acusó de villana, viendo como me arrestaron junto a mi actual esposo planee en ese instante una fuga, una a lo grande tanque conozco cada maldita parte de esas asquerosas celdas. Libere a mi Marcus y desde ese momento todo fue una aventura, follamos en el jet de fuga y me embaracé, mate a los imbéciles de mis padres, robé los restos de mi Ben y los traje a casa. En fin una aventura.

—Amor, deja de pensar en mí, me pones rojo. —es mi alemán quién me saca de los recuerdos y esta vez para besarme.

—Es que no olvido el pasado —me besa la frente no antes de cargar a nuestro hijo.

—Te tengo una sorpresa, adivina sea que cerdo torturaremos hoy.

—La palabra cerdo ¿Mi antiguo jefe no es cierto? —asiente con la cabeza tocando una pequeña campana.

—Que pase el desgraciado —me pasa un hierro caliente con las letras reina en alemán mientras sus hombres se llevan a Yeico y arrastran una silla con el secuestrado atado en ella. Así me hizo llamar aquí y yo me gané el respeto de todos, aunque también el temor.

—Así que estas viva —es lo primero que puede decir antes de ser pateado en la cara. —Ese culo tuyo se conserva bien.

—Bueno, chicos ya saben, mostremos lo que este culo sabe hacer

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