
𝟎𝟎𝟕 ; ¡𝐐𝐮𝐢𝐞𝐫𝐨 𝐬𝐮 𝐫𝐞𝐬𝐩𝐞𝐭𝐨!
Había pasado un tiempo desde que te estabas quedando en la finca del Pilar.
Aunque, te confundía muchas veces con su actitud... Fría e hiriente. Obviamente se termino enterando por los kakushi sobre que su edad.
Y le sorprendía que siendo menor que ella, tuviera el titulo de PIlar.
Limpiabas con la escoba la gran finca, la cual casi siempre estaba solitaria. Muy tranquilo, muy lejos del ambiente en el que habías crecido.
Tu silbabas de vez en cuando, para aliviar el aburrimiento y falta de compañía de alguien.
Pues, no podía hablar con el dueño de aquella grande casa.
Porque el era distante.
SI le hablaba había tres posibles reacciones: Que no le respondiera y solo la mirara con frialdad, una respuesta corta y seca o que cuervo la picoteara.
Estabas culminando de limpiar cuando escuchaste unos pasos, esos pasos cautelosos y firmes. Era él. Muichiro.
"Creo que cada vez que pienso en el, parece algún tipo de invocación" Pensaste con ironía.
Cuando el ingreso, quisiste inclinarte para saludar pero el simplemente paso por tu lado.
─ Buenos días ─saludaste, en un tono algo bajo pero que el si logro escuchar.
─ Hola. ─Fue lo único que salió de sus labios antes de perderse en la gran finca ante tus ojos.
─ Hola mocosa ─dijo en burla la cuervo, mientras se contoneaba en el aire. Te hizo reír un momento, por eso ella te picoteo la mejilla.
─ Esto sabe horrible ─dijo el menor, ni lo había probado.
Tu estabas muerta de la vergüenza, aun no lograbas dominar la cocina. Y no lo contradijiste, es que era cierto, olía terriblemente mal.
─ Discúlpame, yo aun no logro aprender a cocinar y- ─ fuiste interrumpida por el.
─ La próxima, evita cocinar... ─Dijo con una voz gélida y desinteresada, levantándose.
─ Pero si deseas puedo pedir ayuda ─tratabas de sonar segura y positiva pero el no ayudaba.
─ ¿Acaso no puedes hacerlo por ti misma? ¿No eres capaz de hacer algo tan sencillo? ─preguntó, usaba el mismo tono de hace rato pero, sentías desprecio... O algo así.
─ ¡SI puedo, solo que necesito practicar más! ─
─ ¿Cuánto tiempo te ocupara eso? ¿Semanas? ¿Meses? ─Interrogó, cruzando los brazos.
Quisiste responder pero... Ni tu podías confirmar con certeza cuando lo lograrías.
Tu mirada bajo y ahora, contemplabas el piso. Te sentías avergonzada, humillada.
El joven de cabello negro y puntas ment, solo te miro con esa expresión de siempre, serena y seria.
Finalmente, se dio la vuelta y salió de ahí con tranquilidad.
─ Chica tonta, solo sirves para hacerte sermonear ─se burló Ginko.
La pajarraca acabo con tu paciencia, razón por la que tomaste un cuchillo y dijiste:
─ ¿Sabes? He pensado en el nuevo platillo que sera un rotundo exito, ─comentaste con una sonrisa─ un exquisito pollo pero como no hay, puedo reemplazarlo con una cuervo parlanchina ─amenazaste.
El animal palidece ante tu declaración, no dudo en salir volando. Tu fuiste detrás de ella, fingiendo que te la ibas a comer.
Era divertido, ambas iban gritando y manifestando su odio mutuo.
Ginko estaba celosa, no había por qué negarlo. La idea de que su amo se relacionara con alguien o con algún animal, no le agradaba y eso te incluía.
La persecución duró casi toda la tarde, afuera de la finca, pero habitualmente, ambas estaban exhaustas.
Te detuviste para tomar aire, cayendo al suelo. Ginko se poso en una rama de un árbol.
─¡Haz perdido la razón, humana tonta! ─Exclamó, algo exhausta.
─ Aun sigo considerando lo de la cena ─dijiste en un tono serio y decidido.
Ambas se tomaron unos minutos para lograr calmarse, a continuación, te pusiste a meditar algunas cosas. En como mejorar tus habilidades en la casa, eras alguien mayor y debías aprender a ser independiente.
─ ¿Cómo puedo...acercarme a el? ─preguntaste con curiosidad.
─ ¿A el joven Tokito? ─preguntó la cuervo, se le noto alarmada─ ¡Alguien como tu, no debería!
─ ¡Solo quiero su respeto! ─exclamaste volviendo a tirarte al césped.
─ ¡Tu deberías tenerle respeto a el, tiene el rango más alto en la cofradía! ─exclamó nuevamente esas palabras que escuchabas a menudo casi todo el mes.
─ Si, eso ya lo se... ¡Pero es muy grosero! ─soltaste─-
─ ¡CRACK-CRACK! ¡¿QUE HAZ DICHO?! ─extendió sus alas y bajo volando a picotearte la cara.
─ ¡Espera, no quise decir eso! ─
Goto te miraba con una expresión de intriga, limpiando tu rostro y si, la cuervo se había resentido contigo. Demasiado, tanto así que te había hecho sangrar la mejilla.
─ ¡mas despacio, por favor! ─te quejaste.
─ Se que duele, es normal... ─dijo con un tono algo sereno─ la próxima evita estar cerca de esa cuervo.
─ Solo le dije mi opinión y se molesto. ─cruzaste con brazos, mientras el pasaba algodón por tu herida.
─ ¿Opinión sobre que? ─alzó una ceja.
─ Sobre que el joven Tokito, es muy grosero ─dijiste con un tono resentido.
El joven del susto por accidente presiono tu herida y chillaste.
─¡perdón, pero...! ¡nadie se expresa así de un pilar! ─
─ Puede ser incluso de alcurnia y no me interesa, ¡alguien debe enseñarle modales! ─exclamaste decidida.
El enmascarado negó con la cabeza y suspiro, frustrado. Definitivamente, no acabaría bien todo este asunto.
─ El joven Tokito siempre ha sido así ─te comentó.
─ entonces con más razón iré hablar con el.
─ ¿Te encantan los problemas, cierto? ─preguntó con un tono insatisfecho.
─ ¿Por querer educar a un muchacho maleducado? ¡Entonces si! ─exclamaste pero luego se te ocurrió una idea─ ¿sabes cocinar?
─ ¿cocinar...? ─repitió confundido.
─ Si, eso dije.
─ Pues, si pero- ─lo interrumpiste.
─ ¡eso es perfecto!, me enseñaras a cocinar mañana ,mismo. ─dijiste con una sonrisa.
─ ¡Pero si yo no acepte! ─
Tu te hiciste la de oídos sordos, si o si, aprenderías a cocinar. Y a pulir algunas habilidades para tener todo limpio, Goto era experto en esos temas.
No es que tu quisieras un trato especial, pero, un poco de respeto y algo de comunicación no estaría mal.
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