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Actualidad
Asheville, Carolina del Norte


El equipo de la BAU en realidad estaba dando su máximo esfuerzo para poder dar con el UnSub que se encontraba descuartizando a las parejas en la ciudad de Asheville, ya que era notorio que todos querían pasar el día del amor y la amistad, rodeados de seres queridos y no en medio de una investigación a causa de un asesino serial.

—Buscamos a un hombre blanco en sus treinta años. Por la cámara que logró captarlo nos dice que no mide más de un metro con ochenta y es corpulento —informó Hotch con sus brazos cruzados, mirando a los oficiales prestar atención.

—Este sujeto, tiene un trabajo común —continúo Derek—, sin embargo, es capaz de percibir a la sociedad de Asheville —agregó—. Puede ser un cartero, un guardia de seguridad, un electricista o asistente telefónico.

—Al estar descuartizando nos dice muchas cosas de su personalidad —dijo esta vez Spencer, jugando un poco con sus manos—. Pese a tener un trabajo es tímido y aunque percibe a la sociedad, no forma parte directa —aclaró—. Esta persona, no tiene remordimientos ni mucho menos culpabilidad. Se ve así mismo como una víctima.

—¿Por qué una víctima? —preguntó uno de los oficiales.

—Debido a su pasado —aclaró Emily—. Debió tener alguna relación que no terminó bien. Esto puede variar a causa de muertes, engaños, separación, o simplemente que no logró funcionar bien. Incluso, sus padres deben estar divorciados y él sufrió aquel proceso de separación. 

—Por esto, tiene una frialdad emocional —agregó JJ—. Ve de forma negativa todas las relaciones que si han tenido éxito, a diferencia de la suya. Su ira creó un psicópata.

—Ya no queda nada humano en esta persona —señaló Rossi—. Y empezará a jugar con nosotros, se empezará a desafiar a él mismo. Ahora que sabe que toda la ciudad está consciente de su existencia, va a comenzar a jugar con ello —puntualizó.

—Y es de vital importancia no involucrar a los medios en esto, ya que va a generar desconfianza, la cual generara un desorden y una distracción hacia nosotros. Eso es todo —concluyó Hotch.

El celular de Spencer comenzó a sonar y sonrió al ver que se trataba de Camille, marcandole justo a las seis en punto. Se adentró rápidamente a la oficina donde trabajan el caso y respondió.

Camille hablo con un ligero acento propio—: ¿Doctor Reid, cree usted que el color azul me va bien?

Sonrió sin poder evitarlo y cruzó su brazo mirando por la ventana de la oficina. 

—En realidad, Doctora Rodríguez, el color azul se le ve muy bien —respondió inclinando su cabeza y jugando un poco con sus pies. 

Camille soltó una pequeña risita—: Hola Spencie. ¿Qué tal todo? ¿Ya atraparon al malo? 

—Aún no Milley, pero ya tenemos el perfil y Penélope está reduciendo la lista de posibles sospechosos.

—Espero lo encuentren pronto —confesó en un susurró—. Dios, que horrible debe ser estar desaparecido —musitó.

Spencer ladeo una mueca—. Apesta —admitió.

—¿Sabes que también apesta? —preguntó en un susurró.

—¿Qué?

—No tener noticias de la persona que desapareció —musitó.

Spencer bajó la cabeza recordando lo mucho que Camille había llorado sobre su pecho cuando lo encontraron. 

Derek había sido quien le había informado a la chica que Spencer había sido secuestrado y, aunque había sido cuidadoso y cauteloso con las palabras que utilizó, claramente, Camille había enloquecido.

Ni siquiera lo pensó dos veces cuando dejó uno de los seminarios que estaba tomando para comprar un boleto a Atlanta y reunirse con el equipo de la BAU, para estar con ellos en cuanto lo encontraran.

Oh, había sido una larga y dolorosa espera para Camille.

Pero más doloroso, había sido ver como su amigo se hundía en la necesidad de las drogas y le había dejado de hablar por que sería vergonzoso para Spencer. Nunca pensó, que más vergonzoso sería para Camille mirar el teléfono en espera de sus llamadas o mensajes y no recibir alguna.

Habían sido semanas difíciles para Spencer y Camille, sin embargo, gracias a Hotch, ambos lograron salir adelante.

—También apesta —dijo Spencer en voz baja—. Hey...

—Lo sé, no debería pensar en eso —murmuró Camille soltando un suspiró pesado—. Es solo que...

—¿Solo qué? —preguntó alzando una ceja.

Camille sonrió del otro lado de la línea, en sus manos sostiene una fotografía donde ambos no deben tener más de veinticinco años—: Estuve viendo nuestras fotos y... tengo una que Gideon nos tomo —se escuchó su risita y Spencer sonrió un poco—. Demonios Spencer Reid, tú que me vuelves a dejar de hablar y yo que te doy un balazo en tu otra pierna.

Ambos rieron.

—Nunca sucederá eso, Camille —aseguró llevando una mano a su cuello.

—Entonces, ¿nos veremos pronto? —preguntó con ligera esperanza Camille.

—Sí, prometo que estaré ahí mañana, más tardar por la madrugada del viernes.

Camille soltó un grito emocionada y Spencer sonrió de tan solo imaginarla.

—¡Genial! Muero por verte —susurró. 

—Spencer —le hablaron.

Se giró sobre sus talones para ver a Hotch.

—Solo no mueras —bromeó—. Tengo que irme, te llamo antes de dormir...

—De acuerdo. Te amo, Spencie. 

—Te amo, Camille —se despidió.

Guardo su celular en su bolsillo y miro a Hotch.

—¿Está todo bien? —preguntó cauteloso.

Spencer asintió con seguridad—. Sí, nunca mejor —respondió con una sonrisa algo tímida—. ¿Qué ocurre?

—Quiero que veamos una vez más el perfil geográfico. Hay algo que me incomoda —comentó—. Los lugares en los que deja a las víctimas son retirados, pero deben ser simbólicos para él.

—De acuerdo —murmuró Spencer caminando frente al pizarrón.

Llevó una mano a su barbilla y achino los ojos.

—Si fuera un asesino serial, al cual le rompieron el corazón y le cuesta trabajo ver a las personas tener una relación sana y estable —susurró—. ¿Dónde dejaría los cuerpos? —alzó una ceja mirando a Hotch.

—Probablemente en lugares difíciles de encontrar...

—Sí, pero él no hace esto —señaló Spencer—. El primer cuerpo fue encontrado en la calle Stockwood —susurró—. Calle Stockwood —repitió—. El segundo, en Eola Ave —murmuró—. Eola...

Spencer relamió sus labios y tomó el marcador. Hotch alzó una ceja al ver cómo escribía con seguridad.

—Está conmemorando su relación —dijo Hotch al ver como Spencer se giraba para verlo.

—En estas avenidas o calles específicas, hay lugares perfectos para tener citas en Asheville, todas lejos del centro de la ciudad, donde hay menor cantidad de personas —aclaró Spencer sacando su celular.

Marco con rapidez a Penélope y dejó la llamada en altavoz.

—Mi dulce y querido genio, ¿cómo puedo ayudarte el día de hoy? —respondió Penélope con un tono romántico.

—Penélope, necesito una lista de restaurantes y centro recreativos que tengan una cantidad de clientes menor a la del resto de los lugares en el centro de Asheville —pidió con rapidez.

—Qué precisión, Spencer —dijo mientras se escuchaba el tecleado—. Bien, necesito más, diganle más información a mamá —pidió carraspeando.

—Busca que se encuentren alejados de la ciudad —respondió Hotch—. Pero son decentes, evita los lugares de mala muerte o todo lo relacionado con la clandestinidad.

—Sí, algo que se tranquilo para tener una cita, sin ser interrumpido —agregó Spencer.

—Llegue a una lista de veintiocho lugares en Asheville.

—Ahora, verifica si las víctimas se registraron en estos lugares las últimas semanas —pidió Hotch con algo de esperanza.

—Oh, ustedes si que son inteligentes —alardeo Penelope—. Beaker y su novio Fuller estuvieron en el pequeño restaurante Lucky Clover, que se encuentra cerca del bosque donde fueron encontrados y... es muy lindo para tener una cita —confesó—. Es básicamente una cabaña, al pie del bosque, con música instrumental en vivo y comida internacional...

—Bien, ¿qué hay de los Lee?

—Un momento... ellos fueron encontrados en un la avenida Wood y a cien metros está la adorable cafetería Dreams, el cual tiene café internacional, woo —susurró.

—Penelope...

—Perdón, lo siento. La última pareja, fue encontrada en la avenida Westover, y sí, hay otro restaurante, un poco más pequeño, pero con una increíble vista al bosque...

—Registra cuáles lugares se encuentran cerca del bosque, Penélope —pidió Hotch.

—Estoy en eso señor y, ya casi... ya casi... ¡listo! Nueve, jefe. Son nueve lo lugares que se encuentran cerca del bosque y se los he mandado ya a su correo —respondió con alegría.

—Gracias Penélope —Spencer colgó la llamada y se acercó a Hotch para ver sobre su hombro, los nombres de los restaurantes que figuraban en la lista.

—Iré a avisar al detective. Bien hecho Spencer, quizá podrás llegar a pasar San Valentín a tiempo con Camille.

Hotch le dio dos palmaditas en el hombro con cierto orgullo y las mejillas de Spencer se pusieron realmente rojas, sin siquiera poder evitarlo.

¿En que momento todo el equipo se había dado cuenta de que estaba muy enamorado de Camille?

O claro, tal vez cuando había empezado a decirle «te amo», sin sentirse incómodo de ser escuchado por ellos.

Y lo mejor, es que si llegaba para el catorce de febrero a Las Vegas, podría pedirle matrimonio por que en dos días se cumplían diez años desde aquel trato que se habían hecho en una habitación en Nueva York.

Spencer estaba jodidamente preparado para pronunciar las palabras y decirle que quería pasar el resto de su vida con ella, sin embargo, tenía un pequeño problema que arreglar y es que aún no conseguía el anillo de compromiso.










Nota de autora:

SE VIENE, SE VIENEEEE

¿Se imaginan a spencer pidiendo matrimonio? yo chillo ):

¿Qué les parece la fic hasta ahora? apenas se VIENE lo bueno je.

Lots of love, Cici x

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