fifteen
°•.༄⟶ .·QUINCE
Tranquilidad era algo que Spencer Reid no había logrado conseguir los últimos días, por eso mismo, estar en la sala de espera del hospital, y sentir una ligera paz y calma, le permitían siquiera dormir por al menos unos corridos minutos, al saber que por fin, Camille se encuentra a salvo.
Se cambio de posición en la silla, soltando un pequeño bostezo y tallando su rostro, para ver como Emily y JJ hablan cerca de la maquina expendedora de café, luciendo alegres y tranquilas; movió un poco su muñeca, solo para poder ver su reloj y notar que son la cuatro con quince de la madrugada.
—¿Por qué no están descansando? —les preguntó, mientras se sienta correctamente, para apoyar sus codos en sus rodillas.
—Por que no te íbamos a dejar solo —aclaró Emily con una pequeña sonrisa, mientras se dirige hacia él.
—¿Cómo te sientes, Spence? —preguntó JJ, tomando su hombro.
—Aliviado —confesó, soltando un suspiró pesado—. Es como si todo el dolor tenía se desvaneció una vez encontrándola.
—Bueno, estabas muy agobiado —le recordó Emily—. Y sí, fue un alivio para todos dar con Camille.
—Por cierto, ¿cómo es que te topaste con él? —curioseo JJ.
Spencer ladeo una sonrisa—. Nunca creí imaginar, que lo encontraría mientras llevaba a Noah por tamales —admitió.
—Espera, espera —le detuvo JJ—. ¿Tu ibas por tamales y viste a Hunter? —preguntó incrédula, mientras Emily aprieta sus labios, procurando no reír.
Es que aquello sonaba realmente irreal.
—Sí. Estaba entrando a la farmacia —aclaró—. Tal vez pensaba curar a Camille —alzó sus hombros sin saber muy bien desde esa perspectiva—. Y todo gracias a Noah —concluyo, con una pequeña sonrisa.
—Bien, Camille será la más feliz del mundo cuando se enteré que fue rescatada gracias a que su sobrino quería tamales.
Hubo risas por parte de los tres, que terminaron rápidamente, y es que a la sala de espera entro una mujer de cabello rubio, con despampanante peinado y un vestido realmente colorido; volando a su alrededor, hay al menos cuatro globos con distintas leyendas relacionadas a que se mejore pronto.
—¿Penélope? —le llamó sorprendida Emily—. ¿Qué haces aquí?
—¡Oh, tome un vuelo! —exclamó con emoción, caminando a sus amigas, sin embargo, se lanzo a los brazos de Reid, tomándolo un poco por sorpresa—. Me alegra tanto que la hayan encontrado, ¡se tardaron demasiado! —les reprimió—. En cuanto Derek me dijo que Spencer le había llamado en que había visto a Hunter, salí de la oficina lo más pronto posible y logré tomar un vuelo que venía directo a Las Vegas. Tuve que llorarles para que me lo vendieran por que salía en una hora —les hizo saber, mostrando una pequeña sonrisa—. Llegué hace cuarenta minutos y logré comprar estos globos en un casino —explicó—. Y también gane cien dólares.
—Por que no me sorprende —murmuró con una sonrisa JJ, mientras mira con algo de admiración y diversión a su amiga.
—¿Y ya la vieron? ¿Han hablado con ella? ¿Les han dicho algo? —preguntó con desesperación.
—Salió de operación hace tres horas, estaba muy sedada y los doctores prefieren que descanse —le hizo saber Spencer.
—Oh, entonces, ¿nadie la ha visto? —susurró.
—Margaret está con ella —aclaró Emily—. Y Spencer estuvo unos minutos en la habitación.
Penélope lo miro en espera de lo sucedido—. Ella estaba dormida y... tal parece que estará bien —susurró, dedicándole una pequeña sonrisa.
—Ay, que alivio —suspiró, dejándose caer en el asiento frente a Spencer—. ¿Y los demás?
—Rossi, Derek y Hotch se pusieron a trabajar para terminar todo desde antes y poder estar por la mañana aquí —aclaró JJ.
—Uy, que trabajadores. Entonces, supongo que tendremos que esperar en lo que los doctores nos dejan ver a Millie y —se detuvo para sacar algo de su bolso—. Compre cartas en ese mismo casino —dijo con una gran sonrisa—. ¿Qué dices genio? ¿Crees poder vencerme?
Spencer rodó sus ojos, mientras toma la baraja—. Será como jugar con un bebé, Penélope.
—Ay, ¿lo oyeron? Me llamó bebé —dijo con ternura.
───────────────↷👩❤️👨ˎˊ-
Claramente, el juego de cartas lo había ganado Spencer, quien ya con su mente más tranquila, podía pensar tan bien como usualmente lo hacía, aunque claro que los genios deben descansar, y por eso mismo, cuando el reloj marcaba las cinco con veinte, Spencer Reid cayó completamente dormido, sin poder evitarlo, por que aunque aún no había estado con Camille, el hecho de que ella se encontrará con su madre, le provocaba tranquilidad, algo que no había logrado sentir los últimos días.
Y aunque tan solo llevaba una hora dormido y las chicas no querían despertarlo, tuvieron que hacerlo por que Millie no dejaba de preguntar por él.
—Spence, despierta —le llamó con ternura JJ, sacudiendo su hombro.
—Estoy... estoy despierto —respondió, mientras que con pesadez, sus parpados intentan abrirse.
—Venga Spencie, Millie ha despertado —dijo Emily con una pequeña sonrisa.
Eso basto para que Spencer se incorporará con rapidez, ganándose un pequeño mareo.
—¿Ya despertó? —preguntó rápidamente.
—Sí y no deja de preguntar por ti —le dijo una vez más Emily.
Se paro tallando sus ojos, para intentar despertar mejor, comenzó a caminar alineando un poco su ropa y procuro peinar su cabello; sus pasos son ligeramente apresurados y mueve sus manos bastante ansioso.
Lentamente, abrió la puerta número siete, y asomó poco a poco su cabeza, solo para notar como la habitación de Millie, se encuentra ya repleta de los globos que Penélope le había traído. Ladeo una sonrisa, al ver como Millie esta comiendo gelatina.
No hay personas en el mundo que no amen más la gelatina como Spencer y Millie.
—¿Me dejarás un poco de eso? —preguntó Spencer.
La joven dejo de comer, solo para mostrar una gran sonrisa a Spencer. Abrió sus brazos sin decir palabra alguna, pidiendo un abrazo.
Spencer obedeció con rapidez, puesto que cerro la puerta y se apresuró para darle un fuerte abrazo (sin llegar a lastimarla).
—Te extrañe tanto —susurró Camille sobre su oído, mientras resiste sus lágrimas.
—También yo, Millie... y, perdón. Perdón por no haber estado y perdón por no llegar cuando más me necesitabas —se disculpó Spencer, acariciando del castaño cabello de su amiga.
Aquellas palabras, solo hicieron que Camille sollozara.
—Lo siento tanto, por favor perdóname —suplicó Spencer, cerrando con fuerza sus ojos y procurando no llorar.
—Oh, Spencie —jadeó Camille, separándose lentamente de él—. Nada de esto es tu culpa —aclaró, acunando el rostro del chico entre sus manos—. Tú no hiciste nada malo y no tienes por qué pedir perdón —aclaró con cariño.
—Sí, por que debí haber estado aquí el viernes —le recordó—. Te lo había prometido y si hubiese estado aquí, nada de esto hubiera pasado.
—Dejemos que el pasado sea el pasado —susurró con lágrimas, entrelazando su mano con la de Spencer.
Hubo un silencio en dónde Spencer solo observo como su mano permanece entrelazada con la de Millie, acariciándola lentamente y sintiendo esa calidez que solo ella es capaz de darle.
—Bien —susurró Spencer inclinando un poco su cabeza—. Solo que... estuve muy asustado y preocupado por ti y... creí lo peor —confesó, cerrando con fuerza sus ojos.
—Sí, estar desaparecido realmente apesta —murmuró la chica, soltando una pequeña risa nerviosa, mientras limpia sus lágrimas.
—¿Quieres hablar? —preguntó en voz baja.
Camille trago saliva y desvió su mirada de la de Spencer, observando a la ventana.
—Entiendo si no quieres hacerlo en estos momentos —se apresuró a decir—. Pero, tienes que saber que siempre estoy para ti —aseguró, dedicándole una pequeña sonrisa.
—Gracias, Spencie —tomó la mano de Spencer, para alzarla y darle un delicado beso, mientras sus manos tiemblan ligeramente—. ¿No has dormido? Te ves fatal.
—Es mi nuevo look —aclaró, soltando una risita.
—Por cierto, hablando de nuevo look, no pude decirte, pero te ves muy bien con cabello corto. Me gusta demasiado —confesó, dedicándole una pequeña sonrisa.
—¿Si? Gracias, yo... solo quería algo diferente —murmuró alzando sus hombros, mientras sus mejillas tienen un color carmesí.
—Me gusta, eres como un sexto integrante de NSYNC —se burló, soltando una pequeña inocente risa.
—Oh no —se quejó Spencer, dejando caer hacía atrás su cabeza—. No lo haré de nuevo —masculló, entre las pequeñas risitas de Camille.
—Spence —murmuró, ladeando su cabeza—. Ahora que ya me encontraron y... bueno, ¿qué harás? —preguntó, con el ceño un poco fruncido.
—¿Qué haré de qué? —curioseo, ladeando su cabeza.
—Me refiero a que, ¿cuándo regresarás a Quántico?
Spencer ladeo una sonrisa—. Millie, ¿recién me ves y ya me quieres regresar a Quántico?
—No, no, no. Es solo que los doctores dijeron que no saldré hasta dentro de tres días y...
—No me iré —aclaró con suavidad, mientras sujeta la mano de Camille.
—¿No? —preguntó en voz baja.
—No —dijo con firmeza, dedicándole una sonrisa—. Pediré mis vacaciones y me quedaré aquí —susurró—. Millie, sé como te has de sentir y sé más que nadie que necesitas ser escuchada, apoyada y comprendida; créeme, no pienso dejarte sola por las próximas semanas.
La mirada de Camille se suavizo, limpio sus lágrimas ladeando una pequeña sonrisa.
—Gracias, por que... realmente te necesito más que nunca —dijo, entre pequeñas lágrimas tímidas.
—Lo sé, amor —aseguró con ternura.
—¿Puedes acostarte conmigo?
Spencer asintió lentamente y se acomodo a su lado, pasando un brazo por los hombros de Camille y tras verificar que no está lastimándole en su reciente operación, la atrajo un poco a él, mientras ella recuesta su cabeza en su pecho.
Camille se arrulló a su lado, sujetando de la camisa de Spencer con miedo a ser separada de él, y tras darse cuenta que se encuentra segura a su lado, un pequeño llanto comenzó a salir de ella, hasta convertirse en completas lágrimas de dolor.
Y en ningún momento, Spencer la soltó, por que como bien había dicho, él paso por algo similar y se encargaría de ayudar a Camille en aquel trauma vivido.
───────────────↷👩❤️👨ˎˊ-
Usualmente Spencer Reid no llegaba a tener sueños tan hermosos como el que estaba teniendo, y es que en su sueño, Millie y el vivían juntos, en una linda casa en medio del campo, con dos perros y un gato que les acompañaban en su tranquilidad de pareja, mientras se dedicaban a tener un jardín repleto de flores y un huerto donde cosechaban sus frutas y verduras.
Y aunque no quería despertar, las voces alegres hicieron que poco a poco, los ojos del doctor se abrieran, para encontrar la tierna escena de su ahijado Noah, besando el rostro de Millie.
—¡Te extrañe tanto, tía Millie! —exclamó, por quinta ocasión el niño.
Spencer ladeo una sonrisa y froto su rostro al ver a Noah dar gritos de emoción, mientras que sus padres le piden que no intente gritar.
—¡Yo te extrañe a ti! —aseguró Camille con una sonrisa.
—¿Dónde estuviste? —preguntó Noah—. El tío Spence me dijo que te habías ido pero nunca me dijo a donde y, si no fuera por él no hubiese comido tamales —murmuró haciendo muecas.
—¿Comiste tamales sin mi? —le cuestiono Camille, cruzándose de brazos.
—No pude, por que el tío Spencer manejo muy rápido, ¡muuuuuuy rápido! —exclamó, abriendo sus brazos—. Mi tamalito daba vueltas de un lado a otro y yo sentía que estaba en una de las películas de Toretto —comentó, provocando que sus padres y Camille soltarán una risita, mientras lanzaban miradas a Spencer—. Y entonces, policías llegaron y dijo algo de buscarte a ti y... —soltó un suspiró pesado dejando caer sus hombros—. Deje mis tamales en el carro del policía.
—Oh, cariño, en cuanto salga iremos por tamales —aseguró Camille.
—¿Podré ir mami? —preguntó a su madre.
—Claro que podrás ir —respondió con una pequeña sonrisa.
—¡Genial! —alzó sus brazos emocionado y soltó una risita.
—Bien campeón, será mejor que dejemos descansar a Millie, ya ha tenido muchas visitas el día de hoy —dijo Joshua cargando a su hijo—. Despídete del tío Spence, diles que los veras mañana.
—Adiós tío Spence, te veré mañana —Spencer se inclinó por que Noah dejo un beso en su mejilla.
—Pórtate bien, Noah —despeino su cabello, viendo como Gina y Joshua se despedían de Camille, dejándoles solos—. ¿Cuántas horas he dormido? —preguntó apenado.
—Unas cuantas —respondió con una ladina sonrisa Camille—. Penélope te tomo unas fotos donde te ves adorable.
—Me hubieses despertado —se quejo, mientras se paraba para tomar asiento en la camilla.
—Me imagine que no habías dormido bien —murmuró Camille, recargando su cabeza en el hombro de Spencer.
—Nada a lo que no este acostumbrando —aseguró en voz baja, entrelazando la mano de Camille—. ¿Cómo te sientes?
Hubo un silencio en la habitación, Camille cerro sus ojos, tomando con fuerza la mano de Spencer.
—No lo sé —confesó en voz queda—. Yo... solo...
—Lo entiendo —susurró Spencer al ver que no pudo continuar—. Es... entendible sentirse así, por ahora —aclaró—. Pero Camille, lo que pasaste, lo que Hunter llegó a decirte... no es quien tú eres, ¿si? Lo que viviste no te va a definir como persona y sé que será muy difícil, sobrellevar todo esto... pero ya estas a salvo, y no volveré a permitir que te pase algo de nuevo.
Camille limpió sus lágrimas con su puño, escondiéndose en el pecho de Spencer, quien se apresuro a abrazarla.
—Fue tan... tan horrible —confesó Camille—. Hizo cosas que... hizo cosas que no creí que sería capaz de hacer —masculló, sorbiendo su nariz.
Spencer tomo con fuerza la mano de Camille, mientras cierra sus ojos.
—Ya esta muerto —le recordó Spencer—. Ya no podrá lastimarte y si me permites, prometo que te ayudaré para salir adelante Camille —asintió lentamente tras escucharlo decir aquello. Beso su frente con cariño y la sostuvo del brazo—. Ya estamos juntos, ya nada malo te pasará —aseguró.
—Gracias, Spence —susurró Camille.
—¿Por qué agradeces, pequeña?
—Por rescatarme —le dedico una pequeña sonrisa tímida y Spencer ladeo una sonrisa—. Gracias por llegar a tiempo.
—Bueno, agradece que Noah quería tamales —murmuró.
—¿Qué? —preguntó con ligera confusión.
—Oh, ¿nadie te lo ha dicho? Bien, prepárate para escuchar esto, Millie.
Nota de autora:
¡Hola mis polluelos! Primero que nada: ¡feliz año nuevo! Espero este año sea de crecimiento personal, amor propio, y buena vibra para todes <3
Una disculpa por tardar tanto en actualizar, en realidad ya tenía el cap listo pero me gusta hacer esperar, siksi c:
En fin, espero les haya gustado, no olviden dejar votos y comentarios bbs
Lots of love, Cici x
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro