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eleven


°•.༄⟶ .·ONCE


25 de junio de 1998
MIT, Massachusetts

Camille estaba bastante acostumbrada a caminar por el campus de la MIT incluso cuando ella ni siquiera estaba matriculada en aquella prestigiosa universidad; sin embargo, desde que tenía trece años solía visitar el campus para ver a su mejor amigo, Spencer Reid, quien siempre se alegraba demasiado al ver a Camille ya que no tenía amigos y ella siempre encontraba la forma de ir a visitarlo y alegrarle sus solitarios días.

Pero estaba vez, todo sería diferente porque Camille estaba por iniciar en la Universidad de Columbia.

La mirada de algunos chicos se posaron sobre los ojos de Camille y la morena ignoró a los universitarios que la miraban ligeramente coquetos y sintiéndose atraídos por ellos,

Paso entre empujones por los pasillos y pidiendo que se quitaran de forma ruda, hasta poder llegar al ascensor, donde presionó el botón número cinco y se cruzó de brazos mirando las puertas, esperando ansiosa a que se abrieran.

Una vez en el pasillo, corrió con emoción a la puerta que tiene el número cincuenta y tocó con desesperación.

—Camille —saludó un chico de cabello castaño, piel bronceada y sonrisa encantadora—. Que hermosa te ves este verano —alardeo, apoyando su brazo en la pared.

—Hunter, ¿está Spence? —preguntó ignorando el hecho que el chico se encontraba sin camisa, intentando ver por el hueco que había dejado.

Hunter ladeo una mueca ante su fracaso al coquetear con ella, por lo que le quedó responder—: Siempre está —se hizo aun lado permitiendo que pudiese pasar.

Spencer se encuentra sentado en la esquina de su cama, con la mirada fija en el libro que tiene entre sus manos, mientras que lee con rapidez y cambia de página en cuestión de segundos. Camille sonrió al verlo escuchar música del walkman que le había regalado hace unos años atrás y sin pensarlo dos veces, corrió hacía él para lanzarse a sus brazos, provocando que el walkman y el libro cayeran a la cama.

—¡Camille! —exclamó ligeramente emocionado y quizá un poco molesto.

—¡Spencer! ¡Hola Spencie! —gritó con fuerza la morena, para besar el rostro del chico con emoción.

Hunter soltó un suspiró, ladeando una mueca al ver a los amigos en su reencuentro; se colocó una camisa de mala gana.

—¿Cuándo llegaste? —preguntó tomándola por los hombros.

—Hace una hora —respondió sonriendo.

Camille alzó su mirada para ver a Hunter y alzando una ceja, dijo—: Hunter, ¿no tienes algo mejor que hacer? No lo sé, intentar coquetear con un arbusto, o ¿algo?

—Woo Camille —hablo con fingida inocencia—. Casi seis meses sin verte y, ¿así me tratas? Lastimas mi corazón, nena.

Camille lo miró con asco. Spencer apretó su mandíbula y sostuvo la mano de Camille con fuerza.

—Si claro, te trataré bien cuando el infierno se congele —ironizó—. Aparte, ¿no tiene como treinta? Búscate alguien de tu edad —musito con molestia.

—Veinticinco —aclaró sonriente—. Y se que algún día querrás salir conmigo, ya lo verás —aseguró con una sonrisa.

—Solo, ¿puedes dejarnos solos? —interrumpió Spencer.

—Bien, bien, no hagan nada que yo no haría —les pidió guiñando un ojo.

Una vez que salió de la habitación, Camille acomodó los anteojos de Spencer sonriendo un poco, intentando ignorar lo que había sucedido.

—¿Sabes que le gustas? —murmuró Spencer con una mueca—. Me refiero a que... me dijo que tú le gustabas —hablo con una mueca y frunciendo el ceño—. Esta enfermo. 

—Solo ignóralo —pidió Camille—. El hecho de que rechace sus comentarios provoca un dolor en su corazón macho ya que es el clásico hombre que no acepta el rechazo de una mujer —le dijo mientras acomodaba el suéter de Spencer—. Pero no hablemos de él, ¿si? Hablemos de que por fin estamos juntos.

—Sí, me agrada más hablar de eso —admitió Spencer.

Camille suspiró. Se dejó caer en los brazos de su amigo para darle un fuerte abrazo, el cual acepto con gusto.

Hubo un silencio reconfortante, y antes de separarse, Camille beso la mejilla de Spencer con cariño.

—Te extrañe, Spencie —susurró acariciando su cabello largo.

—También yo, Millie —murmuró con una pequeña sonrisa, mientras sentía su corazón latir con rapidez—. Lo siento por no poder ir a tu graduación —se disculpó quitándose sus anteojos y parpadeando varias veces—. Eran exámenes finales y...

—Descuida, lo entiendo, no te preocupes —le interrumpió Camille con una pequeña sonrisa—. ¿Cómo te fue?

—Bien, bastante bien —dijo con una gran sonrisa—. El lunes será mi último día de clases y entonces... seré libre por dos meses —mostró su mejor sonrisa y Camille se aferró a su brazo.

—No si yo te obligo a pasar conmigo esos dos meses —soltó un intento de risa maligna y Spencer la miró divertido.

Camille dejó con cuidado el libro, los lentes de Spencer y el walkman en el escritorio. Ambos se acostaron, quedando frente a frente y Camille acomodo un poco el cabello de Spencer.

—¿Sabes por que estoy aquí? —preguntó en voz baja, como si no quisiera que nadie más lo escuchará.

—Por que quedaste en la universidad —acertó Spencer haciendo que Camille soltará una risita.

—Sí —afirmó con emoción—. Quedé en la universidad, Spencie.

—Sabía que quedarías —susurró tomando su mano—. Te aseguro que tendrás tu especialidad en dermatología y, y, podrás hacer tu línea de cuidado de la piel y maquillaje —aseguró picoteando su brazo.

Camille rodó los ojos con una pequeña sonrisa y alzó sus hombros—. Eso espero —murmuró algo apenada.

—¿Qué harás estos dos meses? —curioseo Spencer mientras observaba las uñas de Camille pintadas de color azul.

—¿No me escuchaste? Te dije que te ibas a venir conmigo.

Spencer abrió sus ojos viéndola algo confundido.

—¿A-a dónde? —preguntó sin entenderle.

—A México, duh —respondió con obviedad.

El chico se sentó ligeramente sorprendido y comenzó a mirar a Camille tratando de ver si era alguna broma. Pero la seriedad en la mirada de la la chica solo le apuntaban a que todo era cierto.

—Pero...

—Bueno —habló antes de que él dijera algo—. Digamos que hable con tu mamá hace dos días —explicó sentándose.

Volvieron a entrelazar sus manos y Camille se inclinó un poco para quedar más cerca de él.

—Le conté que tenía un plan para que pasaras el mejor verano de tu vida y eso le alegro mucho.

La mirada de Spencer se suavizó. Miro con ternura a Camille y se inclinó imitándola, quedando frente a frente, a tan solo cortos metros de distancia.

—¿Ah sí? —preguntó en voz baja.

—Sí —susurró Camille con emoción—. Aparte, podrás mejorar tu español —le animó—. Y comeremos muchos tamales y tacos y, y, no sé, ¡mucha comida! —apoyó una de sus manos en el hombro de Spencer—. ¿Qué dices? —preguntó en voz baja.

—Suena un plan estupendo —sonrió Spencer.

Camille soltó un chillido de emoción y se abrazó con fuerza de su mejor amigo, mientras continúa soltando pequeños grititos entre los brazos de Spencer.

—Será tan divertido —aseguró con emoción—. Podremos ir a todos los museos que hay en la ciudad, en serio que te encantaran Spence. La historia de México es tan extensa que tu cerebro se va a llenar mucho de información —dijo dando un pequeño golpecito a la frente de Spencer, quien sonrió entrecerrando sus ojos—. Se inflará de tanta información —bromeó. 

—Muy graciosa, Millie, muy graciosa —musitó.

Camille río de forma melodiosa y se abrazó del cuello de Spencer soltando un suspiró—. No lo sé tú, Spence, pero estoy muy emocionada —comentó con una gran sonrisa—. Tú y yo en la pirámide del sol y casualmente me avientas por las escaleras...

—¡Camille!

Le dio un ligero golpe en el brazo haciéndola reír.

—Solo bromeo —se excusó la morena mostrando una vez más su cautivadora sonrisa—. Pero será lindo, ¿no?

—Estoy seguro de que lo será —aseguró Spencer acomodando los mechones de cabello rebelde que caen sobre la frente de Camille.

Hubo una vez más un silencio en la habitación. Camille hacía un par de muecas para tratar de hacer sonreír a Spencer y cuando logró que el chico bajará su cabeza para soltar una pequeña risita, sonrió triunfante.

Una vez que Spencer alzó su mirada, Camille se sintió realmente cautivada ante los ojos color avellana del chico que tiene frente a ella; en realidad, siempre le había gustado verle a los ojos, ya que algunas veces, desprendían un pequeño brillo de emoción cada que hablaba de algún tema de su interés.

O eso es lo que creía Camille, pero la realidad es que la mirada de Spencer se iluminaba con tan solo verla.

Spencer relamió sus labios lentamente, viendo el color rosa que tienen pintados los labios de Camille y se acercó un poco más a ella, sin siquiera poder evitarlo.

Pero la poca distancia no le importo a Camille. En realidad, se inclinó un poco más a Spencer y cerró lentamente sus ojos mientras lograba que sus rostros se encontraban para encajar a la perfección. Sus respiraciones se mezclaron y Spencer se animó a cerrar sus ojos para dejarse llevar por el momento y besar (algo nervioso) los labios de Camille.

Fue un beso lleno de emociones y sentimientos.

Ambos habían esperado tanto ese momento que se besaron con delicadeza y lentitud, un poco torpes, quizá, por su inexperiencia, pero algo que ambos recordarían por el resto de sus vidas.

Se separaron un poco para recuperar aire, sonrieron al mismo tiempo y soltaron una risita boba mientras en un mismo movimiento, volvían a juntar sus labios en un nuevo encuentro.

Lentamente, las manos de Spencer bajaron torpemente hasta la cintura de Camille, quien lo tomó de los hombros para empujarlo lentamente y obligarlo a recostarse en la cama, aún sin separar sus labios. Se sentó sobre la cintura de Spencer continuando aquel beso donde poco a poco comenzaron a dar paso a sus lenguas y sus respiraciones comenzaron a acelerarse y el aire comenzó a hacerles falta.

Sin embargo, no pudieron continuar disfrutando de aquel sabor, por que alguien les interrumpió.

—¡Hey! —la voz de Hunter les obligó a separarse de golpe—. Les dije que hicieran algo que no haría yo y eso definitivamente lo haría yo —señalo algo burlón.

Las manos de Spencer aún se encuentran sobre la cintura de Camille, quien miro ligeramente molesta a Hunter. Tomó una de las almohadas de Spencer y la lanzó a Hunter quien comenzó a reír algo burlón.

—Eres un idiota, Green —notificó la joven, separándose del regazo de Spencer.

El chico entre risas tomó su billetera y salió de la habitación aun carcajeándose—. ¡Bien hecho pequeño Spencer!

—Piérdete, Hunter —pidió Spencer mientras se sentaba algo sonrojado.

Pasó una mano por su cabello relamiendo sus labios con algo de nervios.

Camille se cruzó de brazos y mordió su labio algo tímida viendo a Spencer.

—Y-yo, lo siento —murmuró algo apenado.

—Oh, Spence, no tienes que disculparte de nada —se apresuró a decir Camille, para tomar asiento a su lado—. Y-yo... ¿n-no te gusto? —preguntó algo confundida.

—¿Qu-qué?

—El beso, me refiero —agregó con nerviosismo.

—Ah, sí, sí —asintió con su cabeza torpemente—. Es-es solo que, yo... no sé, no había dado mi primer beso antes y...

—Tampoco había dado mi primer beso, Spence —murmuró Camille dándole un ligero codazo.

—¿Tu no...?

Nop —marco la pe en la palabra y ladeo una sonrisa—. En realidad, quería que fuera contigo —confesó suspirando.

—¿Po-por qué? —preguntó algo confundido.

—Por que te amo, duh —respondió con sinceridad, provocando que Spencer bajara su mirada al suelo, sintiendo sus mejillas arder—. Ya sabes como soy de cursi —agregó rápidamente—. Y bueno, los otros chicos no merecían ser besados por mi —infló sus mejillas y suspiró—. Bueno, la verdad es que quería que fueras tú, Spencer —confesó en voz baja—; ya sabes, la persona con la que diera mi primer beso —añadió.

Spencer tomó la mano de Camille y sonrió un poco tímido—. También quería que fueses tú, Camille.

La puerta se abrió de nuevo dejando ver a Hunter, quien entró con una bolsa de papas fritas.

—¿Les importa? Veré una película —dijo prendiendo el pequeño televisor.

Camille lo fulmino molesta y se paro tomando la mano de Spencer—. Vamos por pizza Spencer...

—¿Puedo ser al siguiente que beses, Camille?

Spencer la sujeto de la cintura antes de que se lanzara a soltarle un puñetazo. Hunter sonrió triunfante al ver que causó molestar a la chica, pero Spencer logró sacarla de la habitación, aun en brazos.

—Me deberías haber dejado golpearlo —gruño con molestia.

—Oye, es mi compañero de cuarto, se como hacerlo sufrir —le recodo Spencer, tomando su mano para caminar al ascensor—. Así que no te preocupes, ya haré que se arrepienta de tener la boca tan suelta.

—Spencer, cuando te lo propones puedes ser peligroso —musito Camille sonriendo un poco.

—Soy un niño prodigioso, estudiante de la MIT, apunto de tener tres doctorados, Millie, puedo ser peligroso.

Entre risas, entraron al elevador y Camille arreglo su cabello.

—Si bueno, por suerte el próximo curso no tendrás a Hunter como compañero y entonces no tendremos que soportar verlo.

—Eso dalo por hecho, Mills.


───────────────↷👩‍❤️‍👨ˎˊ-


Actualidad
Las Vegas, Nevada
00:21 horas


Spencer soltó un frustrante suspiró al ver el cielo lleno de estrellas, el frío del desierto provoco que su piel se erizara y se cubrió con su abrigo mientras memorizaba la posición de las estrellas.

Su celular, volvió a timbrar y sin siquiera ver quien le estaba llamando, lo apago.

Llevaba toda la noche en el lugar que Camille y él habían compartido sus sueños a futuro mientras comían hamburguesas, y de alguna forma, ver el cielo le hacía sentirse cerca de ella.

No tardo mucho cuando dos camionetas aparcaron hasta donde se encontraba él, de cada una bajaron dos y tres agentes, los cuales Spencer fingió ignorar.

Con facilidad, Emily y JJ subieron al techo del carro, mientras que Derek, Rossi y Hotch se ponían frente a ellos, apoyándose en el capó.

—Las estrellas se ven muy bien desde aquí —dijo en voz baja, pero clara, Emily, mirando a Spencer.

Esperaron alguna respuesta inteligente, sin embargo, Spencer respondió simple—: Sí.

Rossi y Hotch compartieron miradas, pero fue Derek quien hablo:

—Hey niño, no has ido a la oficina en todo el día, y necesitamos de tu ayuda —confesó, apoyando sus manos en el capó.

Spencer negó con su cabeza—. No puedo ayudarles. No puedo pensar, realmente soy una persona muy tonta en estos momentos —admitió apenado.

—Spencer, no eres tonto —dijo JJ tomando su hombro—. Nunca puedes ser tonto —aclaró.

—En realidad, eres el más inteligente en estos momentos —agregó Hotch—. Por que tú eres quien conoce mejor que nadie a Camille.

—Spencer, fuiste tú quien se dio cuenta que todo este tiempo, el UnSub la ha buscado a ella —le recordó Rossi—. Ninguno de nosotros pudiese haber deducido eso tan rápido como tú, pero es que tú eres quien conoce toda la vida de Camille, y así como tú sabías que ella había recorrido todos esos lugares para llegar a Las Vegas, alguien más lo sabía.

—Y si alguien más lo sabía, tú lo conoces —hablo Emily—. Por que ese alguien es un conocido de Camille, incluso amigo.

—Ex pareja —añadió Derek—. Ex compañero de la universidad, cliente recurrente; es alguien de quien Camille te llegó a hablar.

—Y debes saberlo —susurró JJ—. Solo tú sabes a respuesta, Spencer, por que Camille té contaba todo lo que hacía en su día a día.

Sus ojos se cristalizaron, trago saliva mirando las estrellas e inhalo, intentando relajarse.

—¿Cuál perfil tienen ahora? —preguntó, mirándolos a todos.

—Es muy poco lo que tenemos, pero sabemos que es un hombre, caucásico, en sus treintas —habló Emily—. Es paciente y organizado. Conoce a Camille desde hace ya algunos años y aunque quizá no forma parte directa de su vida, lo estuvo, y fue alguien a quien le tuvo la confianza suficiente para decirle de donde venía y que lugares había recorrido.

Spencer parpadeo varias veces.

—Spencer, piensa en algún ex novio de Camille —pidió JJ—. Alguna relación que le incomodo, alguien que...

—Hunter.

Hubo un silencio que rápidamente fue interrumpido por Derek.

—¿Hunter qué?

—Hunter Green, mi ex compañero de habitación, estaba enamorada de Camille y... siempre intento salir con ella —alzó su mirada viendo a Hotch, quien llevo una mano a su cabeza suspirando.

—¿Qué? ¿Qué ocurre? —preguntó Emily confundida.

Hotch habló—: Hace cinco años, pusimos una orden de restricción contra Hunter Green por acoso a Camille —Spencer comenzó a bajar del carro rápidamente—. Hay que ir a la estación, les contaré todo en el camino.




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