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𝟎𝟗 ϟ 𝐏𝐄𝐑𝐃𝐄𝐑𝐓𝐄 𝐏𝐀𝐑𝐀 𝐒𝐈𝐄𝐌𝐏𝐑𝐄

Advertencia: Capítulo largo


biu_2865 ojalá sea de tu agrado!

ﮩ٨ـﮩﮩ٨ـﮩ٨ـﮩﮩ٨.

Alex se miró en el espejo del pasillo, ajustando una vez más sus anillos. Los últimos rayos de sol se filtraban por la ventana, dándole un leve brillo a su cabello castaño.

Era una cita importante, y aunque Scott ya era su novio, él siempre la hacía sentir especial, pero antes de que pudiera pensar en todo eso, aparecieron sus hermanas.

─── ¿De verdad vas a salir así? ─── preguntó Pau desde el sofá, con una ceja levantada y el rostro pintado de incredulidad.

Sus críticas eran habituales desde que Scott era su novio. Pero de alguna manera, esta vez le resultaron más molestas.

─── No tengo tiempo para tus comentarios, Paulina. ─── respondió Alex, volviéndose hacia el espejo para no tener que enfrentarlas.

Era una táctica que había aprendido a hacer algunos meses: ignorar los reproches y centrarse en lo que realmente importaba.

───A veces, deberías escuchar a Pau. ─── intervino Ale, que estaba anclada en la cocina, jugando con un trozo de papel ─── Te estás arreglando como si fueras a una pasarela y no a una cita. ¿Sabes qué? Nadie se va a fijar en tu peinado si llegas tarde.

─── Mejor me voy caminando. ─── dijo Alex decidida

Pero justo en ese momento, Daniela entró en la habitación con una expresión que indicaba que no estaba dispuesta a permitir que Alex decidiera por su cuenta.

─── Te voy a dejar en mi auto. No quiero que llegues tarde a tu cita con mi cuñado favorito. ──── dijo, mirando a sus hermanas como si esperara una aprobación.

─── No necesito que me lleves, Daniela. ─── replicó Alex, sintiendo cómo la tensión en el aire empezaba a agobiarla ─── Puedo irme sola.

─── ¿Y si llueve? Te vas a arrepentir. Siempre te pasa lo mismo. ─── dijo Pau en un tono acusatorio, y nuevamente sintió que la respaldaban sus palabras.

─── Está bien, tal vez no, pero hoy no quiero una discusión. Es mi cita. ─── respondió Alex, cruzando los brazos

No podía evitar sentir cómo el deseo de imponer sus propias decisiones iba creciendo en ella. Pero la logística era complicada, y sabía que aceptar el auto de Daniela significaría un deseo que no estaba dispuesta a hacer.

─── Tienes que aprender a aceptar ayuda. ─── continuó Dany, sin rendirse ─── No siempre tienes que hacer las cosas a tu manera, Alex.

Las voces de sus hermanas comenzaron a mezclar sus reproches con un leve sentido de preocupación

─── ¡Tú no entiendes! ─── estalló Alex, el tono de su voz subiendo un poco más de lo que esperaba. ───No se trata solo de que me dejes. Es mi forma de tomar el control.

Hubo un breve silencio. Las tres la miraban como si de repente se hubieran dado cuenta de que había más en juego. El reloj seguía avanzando, y Scott la estaría esperando.

─── ¿Qué es lo que temes? ─── preguntó Ale, más demandante que más demás ─── ¿Que no estás a la altura de la ocasión?

Alex se sintió descubierta. Se pasó la mano por el cabello en un gesto de desesperación.

─── Vete al diablo, Alejandra. ─── Escupió

Alex, sintiéndose más enojada que nunca, se abrió paso hacia la puerta. De repente, el mundo fuera se sentía más acogedor, y el temor al fracaso se disipaba un poco.

𝖯𝖮𝖵 𝖲𝖢𝖮𝖳𝖳

Me acomodé nervioso en la banca del parque, el nerviosismo marcando cada uno de sus movimientos. En mis manos tenía un hermoso ramo de tulipanes amarillos, cuidadosamente seleccionados para mi cita con Alex.

Tenía demasiados planes en mi mente: conversaciones animadas y risas por parte de Alex. Además de la expectativa de pasar una noche que prometía ser mágica. Pero en lugar de eso, todo lo que podía sentir era cómo la angustia comenzaba a tejer un hilo oscuro entre mis pensamientos.

Cada taxi que pasaba elevaba su pulso.

─── ¿Dónde estás, linda? ─── me preguntaba,

Sabía que Alex jamás me dejaría plantado en una cita. Aquello me calmaba.

Miraba cada vez más hacia la calle, tratando de encontrar su figura familiar. La luz del atardecer llenaba el aire de una belleza tranquila, pero no podía disfrutarla, el tiempo parecía detenerse. Luego, un estruendo rompió la calma.

El ruido era ensordecedor. Rápidamente me enderezé de un salto, mi corazón se aceleró como si fuese a estallar.

De repente, un enorme camión atravesó la esquina y arrolló un taxi con una brutalidad que lo dejó paralizado. Todo sucedió en un abrir y cerrar de ojos, y la pesadilla se transformó rápidamente en realidad.

Lo que ocurrió después sería una imagen que nunca podría borrar de mi cabeza:

El cuerpo de Alex fue lanzado fuera del interior del taxi, como si una fuerza invisible la empujara hacia adelante. En cuestión de segundos, su mundo se volvió un torbellino de confusión y terror.

❝ ¡No, no, no! ❞ su mente gritaba mientras se movía, incapaz de contener la desesperación. El ramo de tulipanes se le resbaló de mis manos, cayendo al suelo y perdiendo su fragancia entre el asfalto.

Corrí hacia donde la gente se aglomeraba, el eco de sus pasos resonando en su mente.

La multitud murmullaba, pero cómo si estuvieran hablando en otro idioma. Todo se desvanecía a mi alrededor, y solo podía pensar en llegar a ella.

Mi corazón me latía en la garganta, el mundo se volvió un borrón entre lo que había planeado y el caos que ahora lo envolvía.

Cuando finalmente llegué a la escena, rápidamente me arrodillé con un aliento entrecortado.

Allí estaba Alex, en el suelo. Había un brillo de vida en su rostro, pero el dolor era palpable.

El tiempo parecía haberse detenido, sentía sintió que el aire era escaso, como si la gravedad lo aplastara.

─── No, Alex, por favor, respira. Estoy aquí. ─── murmuré sintiendo mis lágrimas caer ─── No me dejes, no me dejes.

Temblando mientras tomaba su mano delicadamente. La sensación de mi piel debajo de la suya me dió un poco de esperanza y desesperación al mismo tiempo.

No podía permitirme pensar en lo peor; Trataba firmemente de luchar por aferrarme a la posibilidad de que todo estaría bien, que esta sería solo una anécdota, una historia que contarían en el futuro, riendo sobre lo que había pasado.

Las sirenas de la ambulancia resonaban a lo lejos, pero se mezclaban con el sonido de su propia sangre bombeando en sus oídos.

Miré a su alrededor, buscando a alguien que pudiera ayudar, buscando respuestas. La multitud se había dispersado un poco mientras algunos curiosos se acercaban, mientras otros parecían más preocupados por sacar sus teléfonos para grabar que por ayudar.

─── Alex, mi amor, aguanta. Estás a salvo, ayuda viene. ─── Le murmuraba

Repitiendo esas palabras como un mantra, pero su voz sonaba lejana incluso para él. La realidad se había vuelto como un sueño del que no podía despertar; la risa y la alegría se esfumaron en un momento.

Y aquí estaba, sosteniéndola entre mis brazos, sintiendo cómo mi mundo se desmoronaba en mil pedazos.

Mi corazón se rompía en fragmentos con cada pequeño suspiro que Alex daba, y no podía dejar que eso sucediera. No, no la perdería; no podía imaginárselo.

¿Que diría Dany? ¿Ale o Pau? Seguramente me matarían por no proteger a su hermanita. Me sentía terrible por no haberla ido a buscar.

Los paramédicos llegaron corriendo y me empujaron suavemente a un lado, pero no podía apartar mi mirada.

Todo lo que quería era gritar, alzar su voz en un mar de caos, y reclamar a la persona más importante en su vida.

La escena estalló en luces brillantes y voces que se escuchaban a lo lejos, pero en su interior, solo había una pregunta: ¿Ella estará bien?

Mientras la ambulancia se preparaba para llevarla, la miraba a los ojos, tratando de grabar aquel instante en su mente.

𝖯𝖮𝖵 𝖣𝖠𝖭𝖸, 𝖯𝖠𝖴 𝖸 𝖠𝖫𝖤

Las tres hermanas se encontraban en el cálido salón de su casa, rodeadas de risas nerviosas y recuerdos de infancia, cuando la conversación se tornó en un tenso debate sobre sus recientes palabras hacia Alex hacia Alejandra.

Se sentían culpables por haberle hablado así. Habían tenido una mala semana como banda, y descargaron su molestia con ella.

Ale aún tenía su rostro sonrojado de la discusión y las palabras de Alex.

Miraba a Pau y Dany con un aire de arrepentimiento que las otras dos también compartían. Sabían que su hermana menor había sentido el peso de sus críticas y que lo que dijeran podría haberla lastimado profundamente.

Justo cuando el ambiente parecía calmarse, el sonido agudo del teléfono interrumpió sus pensamientos. Dany contestó, el ceño fruncido y el corazón acelerado.

─── ¿Hablo con Daniela Villarreal Vélez? ─── preguntó la voz del otro lado, un tono frío y serio que hizo que su estómago se revolviera.

─── Sí. ─── respondió Dany, poniendo el teléfono en altavoz, ya deseando poder colgar y volver a la conversación más ligera ─── ¿Ocurrió algo?

La pausa que siguió fue un abismo de incertidumbre, y un escalofrío recorrió su cuerpo. La voz, siempre firme y distante, continuó:

─── Queremos informarle que Alexandra Samantha Villarreal Vélez tuvo un accidente automovilístico, y ahora está en estado crítico en el hospital central de la ciudad.

El aire se volvió denso y pesado, como si el tiempo se hubiera detenido. El mundo de Dany cayó en un silencio ensordecedor.

Su teléfono se resbaló de sus manos, estampándose contra el suelo con un ruido sordo que resonó en sus oídos.

Las miradas de Pau y Ale se volvieron hacia ella, el horror en sus rostros reflejando la misma conmoción que la de Dany.

─── No… ─── susurró Dany con voz quebrada, sintiendo cómo las lágrimas comenzaban a acumularse en sus ojos.

Su mente estaba en blanco, un caos de imágenes de su hermana risueña y llena de vida, de momentos que habían tomado por sentado.

Pau y Ale se acercaron, sus manos temblorosas buscando consuelo mutuo. La habitación, que antes estaba llena de risas, ahora era un espacio aterrador, un recordatorio de las palabras hirientes que habían lanzado a su hermana.

─── Tenemos que ir… ─── murmuró Ale, intentando aferrarse a un mínimo de esperanza.

Dany asintió, incapaz de articular una palabra, mientras sentía que su corazón se desgarraba. El tiempo parecía avanzar con una crueldad inusual mientras se preparaban para enfrentar el posible desenlace de su desesperante error.

Después de la llamada, Dany, Pau y Ale salieron rápidamente de su casa para tomar el auto de Dany, quien comenzó a conducir rápidamente hacia el hospital central de la ciudad.

Sus mentes estaban completamente en blanco. Ale se metió a instagram, y mayor fue su miedo al ver cómo el cuerpo de su hermana menor Alex, estaba lleno de sangre en el suelo. Scott estaba llorando desconsoladamente mientras se aferraba al cuerpo de Alex en el suelo.

❝ La hermana menor de las chicas de The Warning esta en estado crítico después de que un camión impactará a alta velocidad contra el Taxi, donde Alex venía ❞

Decía la noticia.

Dany mantenía su mirada fija en la carretera, pero a su mente le costaba concentrarse; los pensamientos se atropellaban unos a otros, cada uno más aterrador que el anterior.

Pau, a su lado, apretaba los puños con tanta fuerza que sus uñas se hundían en la piel, sintiendo cómo el miedo y la ansiedad se manifestaban físicamente

─── ¿Por qué está pasando esto? ─── murmuró Pau, su voz temblorosa, rompiendo el silencio en el auto

Dany sólo pudo responder con un leve movimiento de cabeza, incapaz de articular palabras que ofrecieran consuelo. La desesperación se apoderaba de ellas.

Al llegar al hospital, corrieron hacia la entrada. Las luces brillantes de los paparazzi parecían hirientes y lejanamente ajenas a su angustia.

El ritmo de sus corazones se intensificó, y al atravesar las puertas, la sala de espera se convirtió en un laberinto de rostros preocupados, murmullos y miradas que cargaban el mismo peso abrumador.

La espera se hacía eterna, el tiempo se deslizó con agonía mientras la incertidumbre los envolvía. Cuanto más esperaban, más se profundizaba su desesperación, un sentimiento que los unía en una lucha silenciosa contra la angustia que devoraba sus esperanzas.

Cada minuto que pasaba sin noticias de Alex era como un golpe en el estómago, un recordatorio cruel de que la vida podía cambiar en un abrir y cerrar de ojos.

Las tres pudieron escuchar sollozos fuertes provenientes de un chico en posición fetal en el suelo.

Dany se acercó a él, reconociendo a su cuñado, Scott.

──── Scott... ─── Susurró Dany tocando suavemente el hombro del chico

──── ¿Dany? ──── Scott levantó su mirada

Su corazón dió un vuelco la ver a la rubia. Inmediatamente de arrodilló en el suelo.

─── Perdóname, Dany. ─── Pidió sollozando fuertemente ─── Yo debería estar en el lugar de Alex. Por favor, perdóname.

Dany sintió como las lágrimas comenzaban a salir nuevamente de su rostro. Se arrodilló frente a Scott, envolviéndolo en sus brazos.

Scott la abrazó por la espalda hundiendo su cabeza en el cuello de la mayor, mientras soltaba murmuró incoherentes pidiendo disculpas.

Pau sobó la espalda de Scott tratando de brindarle consuelo. Mientras que Ale estaba sentada en una de las sillas abrazando sus piernas contra su pecho. Pensando que hoy en la mañana odiaba a Alex por una estupidez, y ahora anhelaba tenerla entre sus brazos sana y salva.

──── ¿Familiares de Alexandra Samantha Villarreal Vélez? ─── Preguntó un médico

Enseguida todos miraron al hombre de blanco, acercándose a él rápidamente sintiendo como el corazón saldría de sus pechos en cualquier momento.

──── ¿Como está ella?

──── ¿Esta viva?

──── ¿Se pondrá bien?

──── ¿Podemos verla?

──── Calma. ──── Dijo sacándose su mascarilla ──── Alexandra está durmiendo en este momento gracias al sedante. Su brazo completo junto a su clavícula se rompieron.

──── ¿Ella estará bien? ─── Preguntó Dany tratando de mantener la calma

──── Alexandra ya fue operada de urgencias. Sacamos varios cristales que estaban incrustados en su rostro, y torso. ──── Informó con pesar ─── Su rodilla derecha también fue rota, pero ya está operada.

──── ¿Podemos pasar a verla? ─── Preguntó Pau desesperada

──── Claro. ─── Dijo con una sonrisa alentadora ──── Tendrán que esperar unos diez minutos más para que despierte. Más tarde les daré los detalles de todo.

──── Gracias, doctor. ──── Hablo con sinceridad Scott

El médico asintió antes de darse vuelta. Los cuatro se miraron entre sí, un poco más aliviados. Pero aún estaba ese aire de culpa entre ellos.

──── Creo que tendremos que esperar. ─── Murmuró Dany sentándose en el suelo

ﮩ٨ـﮩﮩ٨ـﮩ٨ـﮩﮩ٨.

──── Ya pueden entrar a verla. ──── comunicó aquel médico

Los cuatro se levantaron rápidamente del suelo para seguir el doctor.

Ambos entraron a una sala blanca grande. En el centro de la habitación, Alex estaba intubada mientras tenía sus ojos cerrados.

Su cuerpo completó estaba conectado a esas máquinas que la rodeaban. Su rostro estaba más pálido de lo normal, y tenía varias suturas que tenían un color carmesí fuerte.

Su pierna derecha estaba en una pequeña altura, mientras que su brazo estaba descansando sobre su pecho.

─── Alex... ─── Murmuró Ale al borde de las lágrimas

Ale se posicionó a su lado cayendo involuntariamente de rodillas al suelo. Sus manos tambaleantes tomaron las de Alex entre las suyas.

Llevo sus labios a la mano de Alex dejando besos cálidos sobre esta misma, mientras que sentía el sabor salado de sus lágrimas.

──── Perdóname, mi niña. ──── Murmuró hundiendo su rostro sobre sus manos

Pau y Dany se colocaron al otro lado. Pau acariciaba su rostro cortado mientras soltaba lágrimas silenciosas. Mientras que Dany acariciaba sus piernas que estaban debajo de las sábanas blancas.

Ale levantó su cabeza al sentir como su cabello era acariciado por alguien ajena a ella.

──── No llores. ──── Murmuró Alex. Su voz era más ronca de lo común pero suave al hablar ─── Te ves fea llorando.

Ale soltó una risita alegre abrazando a su pequeña con todas sus fuerzas.

──── Perdóname tanto, Samy. ──── Pedía en gritos ahogados ─── Fuí una estúpida contigo hoy en la mañana. Perdóname, porfavor.

──── Te perdono. ──── Murmuró sonriendo a duras penas ──── Ahora deja llorar. Porfavor.

Las tres mayores se acercaron a abrazar a la menor con 0 cuidado. Pero aún así, se sentían completas por tenerla frente a ellas.

─── Casi te perdemos para siempre, Samy. ─── Murmuró Pau con pesar de solo imaginar el resto de su vida sin ella ─── No quiero ni imaginarlo.

─── Scott. ─── Murmuró Alex después de que sus hermanas la dejarán

─── Hola, linda. ─── Murmuró mordiendo su labio para no soltarse a llorar frente a ella ─── Porfavor no me dejes solo, ¿Si? Porfavor.

Alex lo abrazo contra ella, sintiendo como Scott sollozaba otra vez en su pecho.

─── No quise asustarte. ─── Murmuró acariciando el cabello corto de su pareja

─── Desde ahora en adelante todas sus citas serán en nuestra casa, ¿Entendido? ─── Ordenó Dany con una sonrisa juguetona

Pequeñas risas salieron de todos. El ambiente estaba más ligero, sin embargo, la culpa aún seguía latente en cada uno de ellos.

Pero las tres hermanas Villarreal mayores sabían que jamás tendrían que enojarse denuevo. Ya que en cualquier momento la vida de alguna sería arrebatada.

Pero ahora le agradecían a cada Dios omnipresente las gracias por qué Alex este con vida. Junto a ellos.

Y aquél desliz, como el de la mañana, podría desatar lo peor. Pero si las cuatro enfrentaban cualquier cosa, nada sería difícil si estaban juntas.

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