
» 𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐓𝐄𝐍
Los dos caballeros qué los estaban persiguiendo volvieron a aparecer justo frente a ellos, el hombre de cabello rubio y corpulento, totalmente contrario a la mujer, delgada y de cabellos lilas.
— Uno de los cuatro jinetes y sus amigos. — habló el hombre. — Hemos venido a llevarnos sus cabezas.
— Me están buscando solo a mí, ¿no? — habló Percival, frunciendo el ceño con molestia. — ¡Olvídalos! No los lastimes.
— No lo provoques. — lo regañó el pelirrojo en voz baja.
— Hay, que niño tan valiente. — expresó laujer en un tono cantarín.
— Las personas como tú, niño, me causan repulsión. — continuó el hombre seriamente. — Así que no se puede, mataré a tus amigos al final.
El de cabellos verdes comenzó a ponerse a la defensiva, pero Anne puso su mano en el rostro del más pequeño de estatura para evitar que avanzara.
— Tu no fuiste el que nos arrastró a este desastre, nadie nos obligó a hacer este viaje contigo. Vinimos por nuestra propia voluntad. — aseveró la joven, mirando a los dos caballeros frente a ella con una expresión molesta.
— Te amo. — se quejó el pequeño, agradecido.
— ¿Qué no es cortesía de un caballero presentarse ante sus oponentes? — la de cabellos celestes dió unos pasos, señalando a los dos frente a ellos.
— ¿Presentarse? ¿De qué mierda hablas, niña? — la mujer se molestó, aunque su tono la hacía escuchar algo ridícula.
— Los talismanes oscuros. — hablaron los animalito a la vez.
— Ella es Burgie "la cautivadora". — presentó Mel.
— Y él Doronach "el invencible". — secundó Sin junto a la cerdita. — No bajen la guardia. — advirtió.
— Ellos no los van a subestimar como el otro baboso, Elgin. — agregó la rosada, sentándose junto al zorro.
La mujer dió un leve paso hacia atrás, confundida. — ¿Cómo conocen nuestros nombres? Se supone que sólo algunos saben sobre las órdenes de caballeros asesinos que hay en Camelot.
— ¡Supongo que serán dignos oponentes para nosotros! — Anghalhad sonrió entusiasmada. — Adelante, peleemos si es que pueden. Soy Anghalhad. ¡Ven, Donny! — comenzó a caminar. — Enseñémosles quién manda.
— ¡¿Qué?! Pues sí, ya que... — el pelirrojo caminó junto a la muchacha.
— Da igual quien sea el oponente, mataré. — amenazó el hombre, caminando junto a su compañera.
— Las niñas agresivas como ella me generan odio. — se asqueó la mayor.
Donny miró a la de cabellos celestes. — Anne, voy a pelear contra la pequeña para después ayudarte con--
— ¡¿A quien llamas agresiva, perra?! — la jovencita lo interrumpió antes de correr hacia la mujer, quien soltó una risa.
— ¡Ven a jugar, niña valiente! — provocó Burgie de forma burlona. — Voy a atesorar en mi memoria el verte llorando y gritando mientras te mato lentamente.
— Oye, ¿esto es necesario? Deja que ellas se... — aquel hombre tan alto y fortachon interrumpió sus palabras para atacarlo con su gran hacha, provocando un gran daño en la tierra que hizo que, por un segundo, la apariencia de Mel cambiara a su forma humana.
— Por favor, no ahora... — Murmuró el cerdito.
— ¡No hagas esto, vas a matar a alguien si sigues! — exclamó Donny antes de juntar sus manos para hacer levitar. — Tú y tu maldita hacha no servirán esta vez, desgraciado. — aseguró el muchacho.
Sin embargo, una gran fuerza mágica provocó que Donny saliera lanzado por los aires, haciendo que Doronach volviera a poner sus pies en la tierra. — Impacto es la magia que poseo.
— ¡Donny! — lo llamó Sin. — ¡El alcance de su impacto es casi el doble que el tuyo, así que mantén tu distancia!
— ¿Cómo que tiene el doble de alcance que el mío? ¿Por qué? — se asustó el pelirrojo.
— Ese zorro y el cerdo que hablan, ¿como se llaman? — cuestionó el hombre, con genuina curiosidad al parecer.
Sin sonrió, parecía algo divertido. —Y ahora, ¿qué es lo que vas a hacer?
— Te ordenó crear ¡pilar de agua! — Anne esquivó los pilares de agua que salían de el suelo. — Te ordenó crear ¡espada de fuego! — después dió un salto de lado para esquivar las flamas. — Te ordenó crear ¡hoz de viento!
— ¡¿Como crea ataque tan rápido?! — se quejó Anghalhad molesta y fastidiada de no poder acercarse a la caballero del talismán.
— Hija de perra testaruda. — Burgie también estaba comenzando a fastidiar se de que la chica fuese tan escurridiza.
— ¡Anne! — Mel llamó su atención a lo lejos. — Todos sus ataques fueron creados con ese ese objeto mágico, ¡como el báculo del señor Ard! Si se lo arrebata, podrás acabar con ella.
— Ese cerdo, ¿ahora que quiere? — exclamó la mujer alterada.
— Entonces tengo que quitárselo, es mucho más fácil decirlo qué hacerlo. — se quejó la muchacha antes de esquivar nuevamente los pilares de agua que invocaba la caballero del talismán oscuro.
— ¡Donny, atento! — exclamó Sin junto a Mel. — ¡Tienes que hacerlo volar otra vez, rápido!
El pelirrojo hizo lo que se le pidió y Doronach utilizó su impacto para expulsar en el aire a Donny y Anne.
— ¡Usa la cabeza, Anne! — exclamó Mel, pensando en que hiciera algún movimiento y la pateara en el aire o algo así, pero la de ojos celestes uso su cabeza y codo. — No era literal, pero sirve... ¡¡Bien hecho, Anghalhad!!
— Eso es. Ya no puede usar el báculo. — Sin sonrió.
— ¡¿Entonces yo era la distracción?!
La chica apuntó a Burgie con su estoque. — Perdón, pero era parte de mi técnica. — se defendió.
— Te estás adelantando, estúpida. — expresó la mujer. — ¿Crees qué vas a ganarme sólo por quitarme mi báculo?
Burgie creó varias copias suyas con su magia espejismo, magia qué no requería objetos como su báculo.
— Adivina quién es la real. — presumió la mujer con el ego hasta el cielo, lastima que Anne la derribó en dos segundos.
— Hay algo que no sabias de mi. Tengo la habilidad de distinguir entre lo que es real y lo que no. — y guardó su estoque.
— Esa en mi chica. — Mel presumió con una gran sonrisa, mirando a su mejor amiga.
Por su parte Donny se encontraba corriendo, escapando de Doronach hasta que su paciencia se colmó.
— Hasta aquí llegas. Ya me cansé de ti, ya no quiero escucharte. — expresó de forma amenazante. — Voy a pelear contra ti, y te ganaré solo con esta arma.
— ¡No te arriesgues! — exclamó Percy preocupado.
— ¿Qué haces? ¡No seas tonto, no caigas en su juego! — le llamó la atención Anghalhad. — No es posible derrotar a alguien empuñando un hacha con ese cuchillo. — aseguró nerviosa por la seguridad de su amigo.
Sin embargo, Donny le dió un completo giro a la situación, pues con ese cuchillo, había logrado hacerle daño al corpulento hombre rubio.
— ¡¿Por qué no habías hecho eso antes?! ¡Dime por qué no me habías dicho que hacías eso! — pidió el niño asombrado.
— Porque sale sangre si lo hago, y a mi no me gusta la sangre. — se quejó el muchacho.
— Ayno. — Nasiens cayó al piso de la impresión.
— Yo te sigo para siempre. — le siguió Percy.
— Confirmo, es tonto. — afirmó Sin cortamente.
— Santo cielo.
— ¡¿Como te atreves a ser tan blando?! ¡No te preocupes por lo enemigos, Donny! — le gritó la de cabellos celestes mientras los miraba pelear.
El de ojos oscuros era bastante tranquilo con sus movimientos, realmente parecía que no quería hacer mucho escándalo con esa pelea.
— ¡No es necesario matarlo! ¡Solo tengo que hacer que se calme y ya! — replicó el muchacho fastidiado, atacando con más rudeza al caballero del talismán, dejando bastantes heridas en su cuerpo.
La sangre brotaba de todas direcciones, pero todo eso se detuvo cuando, haciendo fuerza, Doronach cerró sus heridas, tirando los esfuerzos del sobrino de Howzer por la basura.
— Soy Doronach "el invencible". ¡No pueden derrotarme!! — corrió hacia Donny quien al instante juntó sus palmas. — ¡El que va a morir eres tú! — por la técnica deluchacho, el caballero comenzó a levitar antes de usar nuevamente su técnica mágica. — ¡¡Impacto!!
El joven cayó boca abajo luego de ser expulsado por los aires por cuarta o quinta vez en la pelea.
— Mi magia es insignificante, no puedo ganarle... ¡Ay, me va a matar aquí! — se quejó el de ojos oscuros.
— Lo bueno es que lo tonto puede quitarse. — el zorro fingió alivio. — La magia es producto de tu imaginación, es muy fácil. La magia es como arcilla, puedes moldear la como esfera, como cubo, hacerla pedazos o construir un reino. — explicó de forma sencilla, acomodándose frente a Donny. — Amigo, dime, qué es lo que hace tu magia?
— Solo hace que las cosas floten y ya. — explicó el muchacho.
— Tu sólito le estas poniendo límites a tu imaginación, bobito. — Mel dijo desde su posición, a un lado de Anghalhad.
Sin asintió de acuerdo. — Piensa que ese hombre no es más que una roca, y sujétalo.
— Pero jamás vi una roca así de gigante como él. — el muchacho suspiró antes de levantarse. — No es más que una roca. Imagina y suelta. — murmulló nervioso, haciendo flotar al hombre otra vez.
— ¿Crees que levantar una roca es lo único que puede hacer semejante magia? — insinuó el canino, provocando sorpresa en el joven.
— No importa lo que hagas, no ganarás. — le aseguró el hombre gigante al escuinqle, quien movió su mano hacia atrás y acercó al hombre hacia el.
— ¿Quieres apostar? Sólo eres una roca. ¡¡Y a mi me gusta mucho lanzar rocas!! — dicho y hecho, Donny lanzó al caballero lejos de él, como si fuera una pequeña roca contra los árboles.
— Tu magia jamás fue la levitación. — Sin se acercó a su compañero. — Tienes la habilidad de mover objetos a tu antojo, se llama telekinesis.
— Qué decepcionante. Es vergonzoso que sean parte de los talismanes oscuros. — una voz nueva se hizo presente, junto con la presencia de los dos caballeros qué ya habían sido derrotados. — Por fin te encontré, el fragmento del cofre de la oscuridad qué nos robaron. Lo primero que haré... — el hombre le comenzó a sacar la espalda de Percival, que estaba tras su espalda. — ...es terminar la misión.
— Jaque mate. — el hombre realizó un rápido movimiento qué tenía la intención de cortar la cabeza de Percival, sin embargo y gracias a Sin, el pequeño solo recibió un golpe en la parte trasera de su cabeza.
— ¡Donny! — exclamó el zorro y el muchacho rápidamente comprendió, pues de un golpe con su guadaña hizo soltar al caballero recién llegado la espada de uroboros de Percy.
Después lo hizo flotar y lo lanzó hacia un árbol, como había hecho con anterioridad con Doronach, sin embargo, el caballero logró caer de pie contra el árbol y hacia el piso.
Mel y Nasiens se acercaron a Percival y comenzaron a revisarlo.
— Solo es una leve contusión. — avisó la cerdita, el castaño asintió.
— Tuvo suerte, su cabeza sigue pegada a su cuerpo. — comentó seriamente el muchacho. — No pude prevenirnos. No fui capaz de detectar que se estaba acercando a nosotros.
— No te culpes, no fuiste el único... — La chanchita miró al niño inconsciente. — De no ser por Sin...
— Ahora estoy seguro de quien de estos es su líder. Él es el cuarto talismán oscuro, Fiddich, "el trueno". — habló el zorro en voz baja.
El mencionado tomó dos piedras, lanzó una a Donny a una velocidad moderada y este logró deterla con su telekinesis en un radio de ocho metros. Después, Fiddich lanzó la segunda piedra a una velocidad impresionante, el pelirrojo no pudo ni verla cuando ya estaba en el suelo con la frente sangrando.
— ¡Donny! — Mel se acercó al muchacho junto a su mejor amiga, ambas preocupadas.
— Tranquilo, solo es una hemorragia, sigue presionando. — indicó la chanchita preocupada.
— Honestamente, nunca me había gustado asesinar niños como ustedes, aún por órdenes del gran rey mismo. — el jefe de los talismanes miró a los más jóvenes. — Pese a que lo mínimo que podía hacer era darles una muerte rápida y enviarlos al otro mundo sin causales sufrimiento. Pero, ya cambié de opinión.
«Haré que pierdan toda esperanza, y cuando sus rostros palidezcan en miedo profundo, los torturaré hasta la muerte, es el destino que les espera aquí. Considérenlo justicia terrenal por humillar a los talismanes oscuros.»
Escucharon nuevos pasos, aquel primer caballero al que habían derrotado antes de que aparecieran los otros dos había vuelto a la pelea.
— No pudieron matarme, bastardos. Los voy a reventar aquí mismo.
Sin suspiró silenciosamente y Mel lo miró, parecía frustrado, aunque, bueno, todos lo estaban.
Fiddich subió a una rama de un árbol y después sacó un orbe que tiró sobre sus compañeros y resultó ser un orbe con hechizo curativo, las heridas de Burgie, Doronach y Elgin desaparecieron por completo, volviendo al inicio de todo el conflicto.
Nasiens, Donny y Anne perdieron la esperanza, estaban agotados y heridos, no podían creer que terminarían así, sin embargo, para Percival rendirse no era una opción.
El niño empuñó su espada, respirando de forma agitada. — Jamás... No voy a rendirme jamás... ¡No voy a rendirme! Sin, Mel, Donny, Nasiens, y Anne... ¡Voy a protegerlos! ¡No permitiré que los lastimen, no tocarán a mi gente! ¡¡Y no volveré a perder a nadie!! — la magia del niño aumentó de forma considerable.
Ya había hecho su decisión y nadie iba a hacerlo cambiar de idea.
— Jamás olvides eso, Percival. — habló el zorro sin mirarlo.
— Caer en la desesperanza no resolverá nada. — Mel sonrió un poco, después Sin miró al pequeño.
— Por eso siempre he pensado esto, amigo. ¡Luchar con valor hasta el final! — el menor asintió con fuerza. — Yo-- Nosotros creemos en ti, Percy. — Sin se refirió a él y a Mel. — Eres el jinete de la profecía, uno de los Cuatro Jinetes del Apocalipsis.
— Eres un gran niño que inspira a todo ser que se cruza en tu camino, creo en ti, Percival. — la chanchita sonrió.
La magia del chiquillo comenzó a aumentar con los comentarios de los animalitos.
— Tienen razón, tienen toda la razón. — habló Donny, sonriendo a duras penas por el dolor en su frente. — Yo también creo en ti, creó en ti, Percival, porque superamos juntos los obstáculos del pasado.
— Si, exactamente. — Nasiens se incluyó en la conversación. — Siempre nos has dado el valor para poder seguir adelante, así que ahora estaremos contigo hasta el último aliento.
Anghalhad secó sus lágrimas. — Y compartiremos el sueño de convertirnos en caballeros sagrados. No dejaremos que la desesperanza nos arrebate nuestros sueños.
— Mi magia vive en la fe de todos ellos. Y aumenta cada vez más mi fuerza. — Percival emitió una especie de grito de guerra y atacó a los talismanes oscuros con una espada diez veces más grande que su tamaño original.
— Lo mataré yo. — Doronach se acercó a Percival. — ¡¡Impacto!!
— ¡¡Percival, la guardia!! — exclamó Mel de forma apresurada.
— ¡Defensa! ¡Imagínala! — ordenó Sin casi al instante, después de Mel.
El niño asintió enérgico y se defendió del ataque, sin embargo la fuerza del talismán fue más y terminó estampado contra un árbol.
— ¡¿Te lastimaste?! — Nasiens miró al de cabello verde preocupado.
— No, no me lastime. — respondió el pequeño al instante.
— Está distraído. Me toca ir a sepultar a ese gigantón. — Donny dió un paso al frente.
— También pelearé. — Anne se puso a su lado. — Los derrotaremos juntos.
— ¡Pelearé yo también! — Nasiens se acercó con una sonrisa.
El grupo se reunió de nuevo, estaban completamente decididos a pelear juntos, fuera la última vez o no, no se iban a rendir de nuevo.
Pero, oh, vaya, las cosas dieron un giro nuevamente.
— Vayan por el zorro y el chancho, son los líderes.
𝐌𝐎𝐊𝐔𝐒𝐇𝐈𝐑𝐎𝐊𝐔 𝐍𝐎 𝐘𝐎𝐍𝐊𝐈𝐒𝐇𝐈
𝐹𝑎𝑟 𝐹𝑟𝑜𝑚 𝐻𝑜𝑚𝑒
MUAHAHA- Ya casi, ya casi🫠
Ya en el siguiente capítulo se descubre la identidad de nuestro querido Sin.
Vuelvo a mencionar, ¿ya escucharon las voces de Tristan y Lancelot en el doblaje latino? Quedé 🤰🤰🤰
JAJAJAJJAJA
Espero que les gusten los capítulos, porque se viene lo más interesante.
Chauu, las quiero, enserio, muchas gracias por el apoyo, jamás pensé recibir tanto apoyo en una historia que ni siquiera estaba pensada en ser publicada.
Gracias por todo, nos leemos‼️✨💘
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