
» 𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐒𝐈𝐗𝐓𝐄𝐄𝐍
- ¡Ah! ¡Percival, Oddy!
Los mencionados giraron la cabeza y miraron con alegría a sus amigos, que corrían hacia ellos.
- ¡Anne, Nasiens, Donny! - exclamó el chico de cabello verde con una gran sonrisa.
- ¡Hola chaparrín! - saludó el de cabello color vino, un poco agitado.
- Gawain nos trajo, que gusto verlos. - mencionó el niño del casco, quien rápidamente fue abrazado por el castaño.
- ¡Percival! ¿Estás bien? ¿No estás herido? ¿Huesos rotos, alguna hemorragia? ¿Una herida interna? - comenzó a preguntar preocupado mientras revisaba al de casco.
Anghalhad se acercó a la pelirroja y la abrazó. - ¡Oddy! Que bueno que estas bien, ¡¿que te pasó?! - exclamó mientras miraba el cabello de su mejor amiga, quien ahora tenía flequillo.
- Solo un pequeño despunte, es todo... - mencionó con los ánimos bajos.
- ¿En serio pelearon con esa serie te enorme? - cuestión Donny con sorpresa, el de cabello verde le dió la razón.
- Eran los mandamientos, los que derrotaron los siete pecados capitales. - Tristan les hizo saber de forma tranquila. - Por lo que entiendo, el rey Arturo los resucitó para que fueran sus peones.
- ¡¡¿Los mandamientos como peones?!! - exclamó el muchacho pelirrojo aterrado.
- Ésta vez el rey Arturo cruzó la línea, usó una amenaza antigua contra la humanidad. - los presentes dirigieron su atención al caballero Pelliot, que se acercó a un paso seguro. - No debió hacerlo. La usó como si fuera un objeto más de arsenal. Respetables jinetes de la profecía, deseamos un mejor futuro para el reino de Liones y también Britania, así que hoy solicitamos su ayuda. - pidió el rubio respetuosamente, pero sonriendo.
Uno de los caballeros levantó su casco, dejando ver una tierna cara con ojos de puntitos. - Por nuestra parte, consideren como un hecho lo que necesiten para poder apoyarles, así que pueden ordenar lo que les plazca. - ofreció el hombre amablemente.
Percival se emocionó antes esto, tras él, Gawain también se mostró algo sorprendida.
- ¡Genial! Entonces van a poder mangonear a los caballeros sacros. - exclamó Donny, recibiendo una mala mirada de la princesa.
- Entonces los cinco jinetes si son bastante importantes... - mencionó el de ojos miel con sorpresa.
- ¿Saben que pienso? Que ahora ya es evidente que nosotros y Percival solos distintos. - comentó Anne, algo impactada y con los ánimos un poco bajos.
El chaparro se acercó al hermano de quien él mismo apodó como la dama del lago, mostrando una pequeña sonrisa. - Tristan, yo creo que Lancelot ya no va a regresar.
- Entonces sugiero ir al castillo. - respondió el príncipe.
- Si, es buena idea. - Odette se cruzó de brazos. - Deben de estar esperando por nosotros. - comentó con una pequeña sonrisa.
- ¡Si nos vamos al castillo, quiero comer el pudín más delicioso que tengan ahí! - declaró la peliazul hambrienta. - ¡Y que sea un plato grandote! - añadió.
- ¿Perdón?
- ¡Ustedes dijeron que podía pedir lo que sea, ¿o no?! - aclaró la joven.
- ¡Si, si! Prepararemos lo que usted pida, señorita. - respondió un caballero de forma nerviosa.
Después, Donny incitó a Percival a dar una orden también, aunque Nasiens lo detuvo. Al final, el chaparrito terminó por pedir pudín también.
Los hermanos Liones rieron. - ¡El pudín puede esperar, amigos! - dijo Tristan alegremente.
- ¡Exacto! Primero, vamos a hacer algo con esas ropas. - le siguió Odette, algo emocionada. - No puedo creer que sea la segunda vez que pasa lo mismo.
- También vamos a hacer algo con ese cabello tuyo. - la molestó su hermano, a quien rápidamente le jaló la mejilla. - ¡Ay! Oddy, ¡era broma, hermanita!
- Más te vale, bobo. - la pelirroja se cruzó de brazos mientras el de ojos bicolor acariciaba su mejilla. - Pero si, tienes razón, le pediré ayuda a Thetis. - suspiró un poco triste.
En eso, una nube oscura se hizo presente, aumentando su tamaño rápidamente. Esta provenía del báculo del caos qué invocaba a Melascula.
- ¡No es cierto! Ya habían matado a esos monstruos... - exclamó Pelliot con sorpresa.
La princesa frunció el ceño y miró a su hermano mayor, quien tenía la mirada fija en aquel humo tan extraño.
De entre aquella cortina oscura, una horrenda criatura comenzó a hacer presencia, era una horrible combinación entre Melascula y Galand de los diez mandamientos.
- Los demonios se fusionaron.
- Tenemos que vencerlos como sea. - aseveró Tristan.
- Pero rápido, eh. - Gawain se molestó. - No perdonaré a quien se atreva a interferir con mi hora de comida, es un pecado.
- Pecadote. - se quejó Percy, activando su magia. - ¡Amigos! Ganeremos por ustedes. - exclamó.
- ¡Así se habla, reviéntenlos! - animó Donny.
- ¡Si pierdes ahora, si voy a ser la líder, eh! - se le unió la de cabellos celestes.
- ¡Siempre voy a creer en ti! - exclamó Nasiens.
Tristan y Percival fueron los primeros en atacar en conjunto, sin embargo, parecían no tener efecto alguno contra aquella horrenda criatura.
- ¡Voy yo! - Odette formó un círculo en el aire. - ¡Resplandor divino! - atacó varias veces, de varias direcciones, pero fracasó igual que los otros dos.
- ¡No tiene ni un rasguño! - exclamó el de cabello verde.
- ¡Siendo así... - la de cabello azul apuntó con su arma a MelaGaland. -... No dudaré en rebanarle las entrañas otra vez! ¡Selsela sellion! - la espada de Gawain apareció frente a los Demonios, sin embargo, fue tomada por uno de los brazos de Melascula y, por alguna razón, ella no pudo teletransportarse hacia ellos.
-Como se fusionar o, su presencia es distinta. - comentó Tristan.
Ambos hermanos se miraron y volaron sobre MelaGaland mientras esta atacaba a Percival, quien la detenía a duras penas con su espada, pero después de le sumó la sobrina de Arturo, quien detuvo el ataque con su pierna.
Después, se observaron destellos en el cielo.
- ¡Quítate! - Gawain jaló al niño e God's Finger con ella.
- ¡Ataque doble: resplandor estelar! - múltiples estrellas con luz vibrante atacaron a los Demonios de forma consecutiva, provocando un desastre y un fuerte viento alrededor.
El polvo se discipó y pudieron observar a la fusión intacta, de alguna forma, MelaGaland había esquivando todos los ataques.
- Ahora llámanos MelaGaland. - exclamó el mandamiento de la verdad, la armadura roja.
- Y también seremos los que traigan la destrucción contra todos aquellos que desafíen al rey Arturo. - aclamó el mandamiento de la Fé, la joven de cabello rosado.
Percival se soltó del agarre qué Gawain tenía sobre él y se apresuró a correr para atacar a MelaGaland con su espada una y otra vez, pero fallando en cada estocada hasta que el demonio lo sujetó de un brazo y una pierna.
- ¡Atentos todos! Ya me toca. - la de ojos azules sonrió. - Aléjense lo más que puedan de aquí, rápido. - ordenó y pronto los caballeros se alejaron.
Gawain comenzó a aumentar la temperatura que la rodeaba, su magia del sol aumentando a cada segundo.
- ¡¡Explosión suprema solar!!
Las llamas y el calor fueron dirigidas a los Demonios, quienes comenzaron a agonizar, a los pocos segundos soltaron a Percival, quien fue atrapado por los hermanos justo a tiempo.
Pero notaron algo extraño en los Demonios.
- ¿Por qué están en el aire? - cuestionó el niño del casco con sorpresa.
- Algo los está haciendo flotar... - especuló el de ojos bicolor.
Algo dentro de la mente de Oddy hizo click y miró hacia Gawain con sorpresa. - ¡Es Donny! - exclamó con sorpresa y emoción.
El sobrino de Howzer utilizaba su telekinesis para hacer flotar a los Demonios, pero debía cerca de Gawain para mantener el alcance.
Después, Donny los lanzó lejos antes de desplomarse en el suelo por el agotamiento, después le siguió Gawain, quien utilizó demasiado poder mágico y cayó en brazos de morfeo rápidamente.
- Creo que se quedó dormida. - supuso la de ojos turquesa, algo preocupada. - Pero parece que están--
- ¡Cuidado! - Oddy sintió un jalón y vió qué su hermano la protegió de un ataque de los Demonios junto con Percival, quien también se había distraído.
- ¡Cinco Jinetes del Apocalipsis! ¡Nuestra misión es acabar con sus miserables y asquerosas vidas! - exclamó la mujer de cabello rosa. - ¡¡Hoy morirán aquí!!
- Ya podemos ganar, ella nos dió una ventaja. - mencionó Tristan refiriéndose a Gawain y su ataque. - Mira, MelaGaland sufrió daños importantes con el ataque que le conectó hace un momento. - señaló.
Y parecía tener razón, la fusión de ambos demonios parecía tener problemas para recuperarse luego de aquel ataque tan brutal y ardiente por parte de Gawain.
- Supongo que es buena noticia. - titubeó la princesa mientras los tres se dirigían hacía abajo.
- ¿Les parece si finalizamos ya esto? - exclamó el joven de cabello verde, decidido.
- ¡Me parece! - aceptó Tristan mientras su hermana se quedaba atrás, sentía algo extraño en el aire.
Odette hizo aparecer sus alas de diosa nuevamente y se elevó en el aire justo para ver como Percival y Tristan chocaba entre sí, quedando inconscientes por la fuerza del impacto.
Nasiens se dió la vuelta para auxiliar al de ojos violetas, pero comenzó a sentir vértigo, todo daba vueltas y había una sensación extraña en el aire.
- ¿Qué está pasando? ¡¿Qué es lo que están haciendo?! - Odette exclamó con molestia. Se apresuró a volar hacia los demonios para atacarlos. - ¡Arca!
- ¡Que estúpida! ¿Crees que eso nos va a hacer algún daño? - se burló Melascula, mirando a la princesa con superioridad. - Solo estas aquí para estorbar, ¡diosa inútil!
- No podrías estar más equivocada, maldita bruja. - la chica chasqueo los dedos y varias explosiones se hicieron presente alrededor de MelaGaland, perturbando su forma. - No estoy aquí para estorbar a mi hermano ni a los caballeros, estoy aquí para derrotarte. - declaró con una sonrisa. - ¡Furia!
La luz en la que MelaGaland estaba atrapado explotó, enviándole al cielo. La princesa de Liones voló hasta la criatura y se posó sobre ellos bajo las miradas asombrada de los caballeros por la impresionante cantidad de poder de la princesa de Liones.
- ¡Arca! - una brillante luz blanca se hizo presente que cegó a MelaGaland y a los caballeros, pronto, un estruendo y un temblor se hizo presente en Liones. - ¡¡Resplandor divino!! - remató con varios ataques de luz que hirieron varias partes de Melascula, pues los brazos qué sobresalían de Galand sangraba sin cesar, no tenían sus manos.
El cuerpo de la demonio con cabeza de serpiente se regeneraba dolorosamente, no había muerto al estar fusionada, pero si sentía bastante dolor.
También Galand había perdido una parte de su cuerpo, su brazo derecho, que también se regeneraba lenta y dolorosamente.
- Eres... ¡Igual a ellas! ¡¡Igual a las sanguinarias!! - gritó la cabeza humana de Melascula qué estaba en el costado izquierdo de Galand.
El demonio rojo soltó un grito y tomó a la princesa de las piernas, esta rápidamente dirigió un arca a su rostro, provocando su caída hacia atrás aún sujetandola a ella por sus extremidades inferiores.
- ¡Muérete, jodida diosa! - Galand vociferó de forma feroz antes de lanzar a Odette contra el suelo.
La joven rebotó contra el asfalto antes de caer a los pies de Pelliot, sangrando de su cabeza y brazos.
El caballero rápidamente trató de proteger a la princesa, sujetándola entre sus brazos mientras la movía cuidadosamente. - Majestad.. - pero se sorprendió al ver el rostro sereno de la chica de cabellos rojizos.
La princesa había cumplido con su objetivo, debilitar a MelaGaland para asegurar una victoria contra el Rey Arturo, y había sido mejor de lo que ella esperaba.
Oddy parpadeó un par de veces y abrió sus ojos, mirando a Nasiens quien la miraba con una sonrisa.
— Nasiens... — Murmuró suavemente.
— Nasiens, ¿cómo estás? — Percival también despertó, ambos estaban recostado juntos con el castaño entre ellos, curándolos.
— Percival, Oddy...
La pelirroja se sentó cuidadosamente y notó como el poder del niño del casco comenzaba a incrementar, protegiéndolos a ellos tres antes de expandirse más y más.
Pronto, la burbuja de magia de Percy y comenzaron a formarse un montón de Percivalillos.
— ¡Ah! Tienen una forma más definida. — se impresionó la de ojos turquesa, sosteniendo a dos Percivalillos en sus manos antes de abrazarlos contra su rostro mientras más de las criaturas mágicas saltaban a su alrededor y en sus piernas. — Son adorables.
— Apareció margen de inteligencia. — uno de los Percivalillos besó la mejilla de Nasiens. — Entonces los Percivalillos también evolucionan.
De pronto, un nuevo temblor se hizo presente.
— ¡No bajen la guardia! — ordenó Isolde con firmeza antes que la colá de MelaGaland comenzara a atacar nuevamente.
— ¡¡Gusanos asquerosos, no interfieran!! — exclamaron furiosos ambos demonios.
Los Percivalillos comenzaron a curar a los heridos, tiernamente decían — Toy curando, toy curando, ¡y hasta nunca!
— ¡Hasta nunca, dolor de espalda! — exclamó el maestro Dreyfus. — ¡Las hadas del ungüento para dueñas del reino!
— ¡¡Cállense bastardos y mueran aquí!! — MelaGaland se impulsó hacia el cielo y después lanzó un ataque bastante poderoso. — ¡¡Mísera dispersión!!
𝐌𝐎𝐊𝐔𝐒𝐇𝐈𝐑𝐎𝐊𝐔 𝐍𝐎 𝐘𝐎𝐍𝐊𝐈𝐒𝐇𝐈
𝐹𝑎𝑟 𝐹𝑟𝑜𝑚 𝐻𝑜𝑚𝑒
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