No sabía qué hacía, simplemente me encontraba en el marco de la puerta de una habitación que no era mía, Jungkook se encontraba boca abajo abrazado a su almohada con los auriculares enredados en su cuello, probablemente moriría ahorcado.

Ok, eso no pasará.

Habíamos llegado casi a las 10 de la noche a un lugar que no era Handog-gu, a última hora cambiamos de idea al ver un anuncio sobre un parque temático allá en la isla Jeju, en ese papel no estaba mucha información, pero yo quería visitarlo y convencí a Jungkook.

¡Oh sí! Me salí con la mía.

Debíamos haber llegado un poco más temprano, pero hicimos paradas en diferentes lugares para tomarnos fotos, comprar comida, aguas o simplemente para estirar las piernas, especialmente yo. Comenzaba a tener los cambios en mi cuerpo, seguía teniendo algo de miedo por los cambios adquiridos al embarazo, sin embargo, lo entiendo y acepto.

Caminé a pasos cortos y disimulados, no podía conciliar el sueño, me sentía inquieta al dormir en una habitación desconocida. Este hotel es acogedor y elegante, supe que Jungkook le pidió a Jin que nos ayude escogiendo un hotel y nos mandó la dirección de este, una suite bastante agradable, pero... No es mi habitación.

Jugué con mis dedos nerviosa, ¿sería muy malo que pida dormir con él? Hice un puchero con la indecisión en la punta de mi lengua. Solté un suspiro y caminé con más confianza, su espalda desnuda me llamó la atención, sus músculos estaban relajados, mordí mi labio con la tentación en juego. No sabía que era un musculitos.

No lo toques Dulce Meg.

─Él no me diría nada ─susurré y me metí a su lado, estaba haciendo calor en esta temporada así que me quedé destapada, no entendía como Jungkook podía dormir muy tapado con este calor, si esta pijama que estoy puesta me hace sentir incómoda por el calor del día y por los cambios corporales.

Me puse de lado despacio, sentí un cosquilleo en mi vientre.

─Se movió ─sonreí al darme cuenta de algo, las bebés se movían más cuando estaba Jungkook cerca.

─Tapate Dulce ─pegué un brinco al oír esa voz rasposa y ronca. Alcé la mirada y Jungkook tenía girada su cabeza en mi dirección.

─ ¿Q-qué? ─balbuceé

─Que te tapes, por lo menos las piernas ─murmuró bajito.

─Está haciendo mucho calor ─susurré con las mejillas encendidas, agradecía que el lugar estaba oscuro.

─Prenderé el aire acondicionado ─se levantó sacudiendo su cabello, mi mirada lo siguió en cada movimiento, joder, estos calores extraños son tan incómodos. ─es la culpa del embarazo ─susurré, sintiendo el aire refrescar la habitación.

─ ¿Por qué no estás en tu habitación Dulce? ─su pregunta me tomó desprevenida.

─Si te molesta p-puedo...

─Yo no dije eso, tranquila ─río─ ¿no te gustó tu habitación? ─se sentó a mi lado mirando para abajo en mi dirección.

─N-no solo que... Me sentía rara en una habitación desconocida, así que viene ─sonreí tensa.

─Bueno, hora de dormir, mañana iremos temprano a recorrer Jeju ─asentí y me acomodé mejor bajo las cobijas, Jungkook se quedó boca arriba con un brazo encima de sus ojos y yo estando de lado pude apreciar su perfil. Enserio que se volvió tan guapo en unos meses, ¡qué cosas, no! Mis ojos son tan traicioneros que su punto focal eran los labios. Quise burlarme de mi mismo al saber lo que cruzaba por mi cabeza, no sé en qué momento me giré dándole la espalda quedándome dormida, pero sentí como su brazo abrazaba mi cintura con su mano en mi vientre.

Que reconfortante.

[...]

Venga, que el vestido me apretaba el vientre y me sentía rara y ridícula.

─ ¿Te pondrás otro? ─Jungkook buscaba la cámara.

─Está ajustado al vientre, me pondré otro.

Busqué otro más suelto y corrí al baño a cambiarme, una vez que me sentí cómoda con el vestido salí, Jungkook estaba sentando en la cama y apenas me vio sonrió.

─ ¿Lista? ─Jungkook vino hacia mí con un sombrero de verano, me lo puso con tanta delicadeza que me sonrojó, arregló mi cabello, acarició mi mejilla y asintió. ─hora de irnos ─susurró.

─Si, vámonos ─agarré mi bolso de mano y salimos de la habitación.

─Según el mapa que nos dieron en recepción iremos primero a... Desayunar

─Me parece bien ─tomé su mano y así salimos─ la vista de este hotel es hermosa

─Tiene buena vista a la playa, ¿quieres ir allá luego?

─ ¡Si! Podemos pasar por ahí un rato antes de partir a otro lado. ─asintió con una sonrisa y bajamos al comedor del hotel, tenían unas mesas en un espacio al aire libre con una sombrilla para taparnos del sol, pedimos unos desayunos orientales, bueno yo lo pedí, tenía bastante hambre.

─Es tan pacífico estar aquí ─comentó Jungkook, él había pedido solo una taza de leche con café y unas tostadas.

─Concuerdo contigo ¿hasta cuándo estaremos aquí Jungkook?

─Te dije que pasaremos aquí mis vacaciones ─tomo un sorbo de su café─ le avisé a mi padre y estoy seguro que tú también les informaste a tus padres ¿o no?

─La verdad es que no ─susurré apenada─ ni si quiera me acordé de lo cansada que llegamos en la noche.

Jungkook soltó una carcajada, le miré extraño con una sonrisa, es tan lindo cuando ríe.

─No te preocupes, papá debe haberles dicho ─lo notaba algo ausente y eso no me gustaba, a pesar de verlo relajado y tranquilo, lo veía ausente. Preferí no meterme en sus asuntos así que solo me dediqué a terminar el desayuno.

Que delicia, seguro mis hijas deben estarlo disfrutando.

No se come esta rica comida todos los días princesas, así que saboreen cada trozo.

Sonreí, últimamente les hablaba con tanta confidencialidad, solía hablarles de mis temores, de mis sueños y aspiraciones que tengo y lograré una vez que ellas nazcan, tarareaba canciones para ellas, les hablaba de cómo me hacía sentir su padre cuando está cerca...

─ ¿Dulce? ─pestañee mirando a Jungkook

─ ¿Si?

─Te pregunté si pasamos por la playa, ya te terminaste ─señaló los trastes vacíos, y en efecto, había terminado mi desayuno, me limpié las manos con una servilleta y asentí, Jungkook dejó unos billetes y cogidos de la mano salimos.

Caminamos callados, no era un silencio incómodo, parecía que cada uno necesitaba hablar con su propia cabeza.

Mis pequeñas, si vieran a su padre distraído me darán la razón, sus largas pestañas se sacudían cuando fruncía su entrecejo, su lengua golpeaba su mejilla muy concentrado, deseo tanto saber en qué piensa, y estoy muy segura que las madres de sus amiguitos babearían por su padre...

Solté una risita baja por ese pensamiento, aún no nacen y yo ya las veo en el jardín, vestidas iguales y que muchas personas se rompan la cabeza adivinando cuál es cuál. Una vez que disfrutamos viendo el agua correr muy poco por el filo de la arena, salimos a nuestro recorrido real. En el camino Jungkook contrato un guía para nosotros.

Aunque me dio una incomodidad tenerla cerca de nosotros.

─Como primer punto iremos Haenyeo Museum ─exclamó la mujer que nos guiará, nos subimos a una especie de moto carro, pero era con los lados descubiertos. Eso sonó confuso, lo se ─ Las Hanyeo, que significa «mujeres del mar» en coreano, son estas valientes buceadoras que bajan hasta 10 metros en el mar a pulmón, sin ningún aparato respiratorio, conocido como apnea o freediving, permaneciendo bajo el agua hasta 3 minutos, dependiendo de la experiencia que tengan, por supuesto, para recoger el marisco y pescado, las cosechas marinas que les dan sustento.

─ ¿Por tres minutos? ─pregunté incrédula.

─Si señorita, ellas fueron las primeras mujeres con trabajo reconocido socialmente en el país, la base de la economía de la isla.

Cuando llegamos bajamos y nos adentramos a ese museo, Jungkook sostenía mi mano y seguimos el camino junto a Sorin, así se llama la chica guía.

─Su cultura se palpa a lo largo y ancho de la isla, ya sean en estatuas de piedra homenajeándolas por todas partes, murales con pinturas de las Haenyeo, descubriendo un bulteok tradicional, que es el espacio resguardado con una hoguera donde se preparan para ir a bucear y donde se juntan al finalizar la jornada, o, viéndolas en directo, buceando y escuchando su sumbisori, el sumbisori es una especie de silbido que hacen al salir a superficie después de la inmersión que es la combinación de la inhalación de oxígeno y liberación de dióxido de carbono.

Este lugar es tan espectacular, como Sorin dijo, había pinturas, murales, y en una parte con vista al mar azul donde buceaban las mujeres Haenyeo, había figuras grandes hechas para esas mujeres luchadoras. Me disculpé un momento con ellos con la urgencia de un baño.

─No demores, te esperamos aquí ─me dijo Jungkook con una sonrisa, asentí y fui casi corriendo al baño.

Me dolía los pies, por supuesto que sí, sin embargo, no quería parar el recorrido, tenía tantas ganas de salir y pasear solo con Jungkook sin Sorin de por medio. Hice una mueca al darme cuenta que la presencia de la linda Sorin no me agradaba mucho. Me lavé las manos y con una toalla de papel salí secando mis manos, Jungkook y Sorin se encontraban sentados dando la espalda al baño y por ende también a mí.

─Yo no entiendo como las chicas de ahora se pueden embarazar tan jóvenes, es que no lo entiendo, ¿ella es tu amiga? Si es así debías decirle que se cuide, es tan absurdo embarazarse para poder estar con alguien ─Sorin escupió esas palabras con tanta burla que me dolió el pecho ¿poder estar con alguien?

Bufé con mis ojos cerrados y maldiciendo. Maldita mujer.

─ ¿No puedes cerrar la boca? ¿Eres alguien para mí o algo así? ─Jungkook tenía su ceño fruncido─ no porque hayas estado conmigo en Seúl cuando cursábamos los primeros semestres de la universidad te da el derecho de hablar así de mi novia y la madre de mis hijas ─se puso de pie enojado, Sorin tenía su boca abierta.

─ ¿T-tu novia? Eso es ridículo, terminaste con Leila ¿y ya tienes otra? Y una chica como... ¿Cómo ella? ─la gente empezó a prestar atención a la discusión. Estaban alzando la voz.

─Eso no te debe de importar, abstente a hacer tu maldito trabajo, y me da asco saber que tu sucia boca nombró a mi novia. ─estaba conmocionada, este Jungkook me hizo recordar el día en que me humilló tan cruelmente en el pasillo de la universidad, es diferente que ahora mismo que podría decir que no lo conozco, su cara estaba tensa y mostraba frialdad.

Problemas de ira...

─Joder... ─caminé rápidamente hacía él que no me importó empujar a algunas personas en el camino.

─ ¡Pero como te atreves a hablarme así! ─Sorin gritó.

─ ¡Tú como te atreves a insultar a mi novia!

─Jungkook ─murmuré y apenas llegué a su lado agarré su brazo, el me vio, estaba muy enojado.

─Dulce

─Vámonos, l-las gemelas tienen hambre ─dije sonriendo, bajé su mano a mi vientre, su cuerpo temblaba por lo enojado que estaba.

─ ¿Por qué no me dijiste eso antes? Vámonos ─cogió mi mano suavemente y nos dimos media vuelta para irnos, pero antes giró a ver a Sorin─ espero que más tarde estés despedida, ¿se te olvidó que la compañía de turismo en Jeju es de mi hermana? ─Sorin abrió bastante sus ojos y a lo lejos vimos como un señor gordo y calvo venía corriendo hacia nosotros con bastante prisa.

─ ¿Se puede saber que sucede? ─preguntó con tanta urgencia y agitado.

─Espero que puedan...

─Jungkook ─lo llamó─ no harías eso, era sólo un comentario ¡por dios! ─Sorin estaba realmente desesperada, pero no me conmovió en absoluto.

Nadie, absolutamente nadie, tendría el derecho nuevamente de insultarme y mucho menos decir que usé a mis niñas para estar con un hombre, eso era verdaderamente ruin. Nunca quise hacer eso, tal vez muchas mujeres lo hacen, pero otras son bien mujeres y cuidan se sus hijos/as solas y sin necesidad de un novio o esposo. Así que debería cuidar su lengua para la otra.

─Jeon Jeri se comunicará con usted más tarde, debemos irnos ─dije con tanta seguridad que hasta a mí me sorprendió.

¡Qué bien se siente tomar las riendas!

Hijas mías, siéntanse orgullosas de su madre, hoy no bajó la cabeza para nada.

─J-Jeon Jeri, ¡¿la señorita Jeon?!

─No puedo permitir que una mujer y especialmente una que estaba prestando sus supuesto conocimientos y servicios para una mejor estadía en el lugar me falte al respeto, a una mujer embarazada

─Dulce cariño, vámonos, hablaré con Jeri más tarde.

─Eso no es verdad, nunca le falté al respeto, esa es una calumnia ─rodé los ojos ante tal disparate de Sorin, sentí un apretón en mi mano, Jungkook me reprendió con la mirada por tal gesto, me contuve para no sonreír en un momento serio.

─Yo lamento esta circunstancia, hablaré con Kang Sorin, me disculpo en nombre de la compañía, puedo asignar un nuevo...

─No hace falta, muchas gracias ─ ¡me sentía tan poderosa! ─ vámonos, las niñas sí que tienen hambre ─Jungkook río y salimos del lugar.

La gente murmuraba cosas y no me afectó como solía ser meses atrás.

Nos quedamos parados cerca del mar, nadie decía nada, y ¡en parte me preocupaba que Jungkook no me dijera nada! El sonido del mar junto al fuerte viento era un sonido relajador, todo aquí era relajador, excepto por Sorin, que nos amargó el bendito día.

─Jungkook...

─Estuviste genial ─me dijo quedado frente a mí, yo sonreí en grande, con más seguridad.

─ ¿A que sí? ¡Me sentí tan poderosa en ese momento! ─grité emocionada, Jungkook me alzó en sus brazos dando dos vueltas riendo.

─ ¡Por supuesto que sí! Estaba tan enojado que si habría la boca hubiera dicho tantas groserías.

─ ¡Se lo merecía! Como pudo decir que usaría a unos bebés para... ─mi voz se volvió un susurro─ Joder, no puedo ni decirlo sin que quiera arrancarle la lengua ─estaba enojada, muy enojada. No me había sentido así antes como en este momento. ¿Por qué la gente es mala?

─Te vas tan linda enojada ─dijo mientras se acercaba a mí, yo entré en un trance.

Queridas hijas mías, ahí es cuando su madre entra en ese lapso nervioso de los adolescentes, como cuando el chico lindo del salón le dice algún alago.

─ ¿Enserio? ─pregunté en un susurro mientras mi cuerpo inconscientemente se hacía para atrás.

─Absolutamente ─sus labios dejaron un beso corto, que sólo rozó mis labios, pero eso bastó para que todo mi sistema nervioso se viera afectado. Sentí mis mejillas arder.

─ ¡Ya! ─grité nerviosa con una sonrisa─ tus hijas quieren comer, vámonos. ─dije mientras pasaba por su lado, escuché la risa suave de Jungkook.

¡Dios!, sí que me ponía muy nerviosa con Jungkook.

ᴇᴅɪᴛᴀᴅᴏ | ₂₄₋₀₃₋₂₀₂₂|

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