
𝟶𝟷𝟿 ¦𝙹𝚞𝚗𝚐𝚔𝚘𝚘𝚔 ¦
─ ¿Estás segura? N-no sé cómo te llamas, pero eres hermosa ─susurré cerca de sus labios húmedos e hinchados por los recientes besos salvajes, su respiración agitada hacía mover su pecho y nuestras pieles desnudas se rozaban resultando que mi excitación se avive más.
─N-no se...que siento, pero duele ahí abajo ─sus palabras eran arrastradas igual a las mías ¿Qué estábamos haciendo?
─Te ayudaré con eso muñeca ─susurré queriendo liberarme de este dolor en mi pene.
Esos ojos verdes que por fin pude contemplar gracias a unas pequeñas luces de fuera me hipnotizo desde ese día.
|...|
Me levanté sudado y alterado, durante estos meses no se me pasó por la cabeza ese día, el día en que tuve la fortuna de que Dulce esté en mi vida.
─Maldición ─susurré dándome cuenta que mi amiguito estaba despierto, sentí un peso a mi lado, era Dulce, me había quedado dormido junto a ella luego de ver una de sus películas infantiles.
Miré la hora 3:45 am, joder, me levanté y estaba por bajar a la cocina, mi celular sonó con mi tono de llamada escandalosa, me apresuré a contestar sin saber quién era, solo no quería levantar a Dulce.
─ ¿Si?
─J-Jungkook ─la persona atrás del teléfono balbuceo.
─ ¿Con quién hablo? ─pregunté llenando mi vaso de agua. Alejé el móvil de mi oreja para ver el remitente, pero era un número no registrado.
─ ¿Ya te olvidaste de mi tan rápido? ─en mi cabeza rebuscaba el dueño de esa voz, pero...
─ ¿Leila? ─pregunté atónito.
─Cariño ─apenas y le entendía, estaba tan tomada─ no puedo creer que me hayas cambiado por esa mujer sin gracia ─río
Apreté mi mandíbula sintiéndome enojado.
─Cuida tus palabras Leila...
─Y ESTÁ EMBARAZADA ─Gritó riéndose más ¿Cómo se había enterado? ─ es una cualquiera ¿embarazada de ti? ¿Cómo estás tan seguro que es tu hijo? ─fruncí el ceño confundido.
─ ¿De qué diablos hablas?
─ ¿No lo sabias? Perdón cariño... ─comenzaba a ser exasperante─ t-tenía una relación rara con Lois, eran tan unidos... ─solté una carcajada, ya no sabía que inventar.
─Primero divórciate del alcohol, adiós ─colgué.
¿Relación con Lois? Es lo más ridículo que haya escuchado. Además, ese tipo ni conocía a Dulce, de eso estaba seguro y ella me viene a decir que tenían una relación rara. Que estupidez más grande, sentí una llaga de curiosidad, lo que quería y debía averiguar es cómo Lois involucró a Dulce en esto.
Subí nuevamente con sueño y en parte agradezco la llamada de Leila, eso logró bajar mi calentura, estaba caminando directo a mi habitación, pero ver a Dulce destapada los brazos hizo que entre donde ella, recordaba todavía sus labios juntos a los míos, esa sensación fue idéntica a cuando comías ese polvito blanco dulce que tenía unas pepitas de colores y en tu lengua hacia unas diminutas explosiones, no sé si me entienden, pero esa sensación sentí al besar a Dulce.
La tapé muy bien y me puse de cuclillas a su lado, acaricié su cabello, cuando amanezca iremos a pasear, a comer, a donde sea con tal de que la pasemos de maravilla.
Aprovecharé en grande los días de vacaciones que tengo. Abrió sus ojos un poco, fue adorable verla adormilada, vio de un lado a otro y se levantó de golpe corriendo al baño, asustado fui tras ella. Se puso de rodillas de golpe tanto que escuché como se golpeó contra la baldosa e hice una mueca, debe quedarle un moretón, suspiré, volvió los vómitos.
─ ¿Estás mejor? ─pregunté en un murmullo luego de unos minutos, sostenía su cabello y acariciaba su espalda.
─Me duele la garganta ─susurró ronca.
Le ayudé a levantarse y con mis dedos limpié las pocas lágrimas que salieron de sus ojos, su piel se puso pálida tanto que me asustó, apenas y abría los ojos.
─Cariño ¿Estás bien? ¿Qué pasa? ─pregunté alarmado.
─No me siento bien Jungkook ─susurró para luego desvanecerse en mis brazos.
─ ¡No, no, Dulce! ─grité, la tomé en mis brazos y la llevé a la cama, busqué desesperado el celular y llamé a un doctor, tenía el contacto del doctor de la familia en mi celular desde hace tiempo por alguna emergencia y sin pensarlo lo llamé.
Dos, tres tonos, pensé que no contestaría, pero lo hizo.
─Doctor Lee ─dije son pensarlo.
─ ¿Jeon Jungkook?
─Sí, sí, soy yo doctor, tengo una emergencia mi...mi novia está embarazada de gemelas y acaba de desmayarse ¡no sé qué hacer!
─Tranquilo Jungkook, dime la dirección estoy allá enseguida ─le dicté la dirección del apartamento y colgué. Joder.
─Venga Dulce, todo está yendo muy bien cariño, por favor se fuerte ─susurré con angustia de que algo vaya mal en el embarazo otra vez, que algo afecte tanto a las bebés como a ella, tenía miedo de perderlas, de presenciar nuevamente alguna perdida.
Unas inmensas ganas de llorar me invadieron, no debe ser nada grave ¿verdad?
Media hora después el timbre sonó, corrí a abrir la puerta, no dejé que diga nada solo la llevé a que la revise. Dulce Meg, tú eres fuerte, por algo eres la mujer que está con hércules ¿no es así? Somos los personajes más fuertes que pueden existir, somos fuertes cariño.
Fuertes
Fuertes
Cerré los ojos respirando hondo, a mi mente venía la imagen de mi madre desplomándose frente mis ojos unas horas antes de su muerte, no quería pasar por eso nuevamente.
[...]
─ ¿No es nada grave entonces?
─Algo sumamente grave, no, fue una hipotensión del embarazo, es cuando tiene baja la presión, recomiendo que coma mucha fruta, está algo deshidratada y es porque es un embarazo gemelar, bastante agua Jungkook, que haga ejercicio, caminar le ayudará mucho para que así tenga una buena circulación de la sangre, no es un embarazo normal Jungkook, por lo que me cuentas es primeriza, 22 años, puede correr el riesgo de dificultar la vida tanto a los bebés como la de ella mismo.
Había pasado una hora en que se fue el doctor Lee, veía como la respiración de Dulce era solo un suspiro chiquito, acariciaba su vientre con delicadeza, no habrá ninguna dificultad, ninguna, me encargaría de darle mucha fruta, ver que tome mucha agua, que camine lo necesario para que esté bien. Todo iría bien de ahora en adelante, ya no quiero que mi corazón vaya a estallar por verle mal.
Sentí como Dulce se removía y abría los ojos, apenas me vio sonrió, contagiándome.
─ ¿Qué pasó?... Sé que me desmayé ─susurró.
─Nada grave, llamé a un doctor, dejó varias indicaciones que me encargaré de que las cumplas ─me acosté a su lado si despegar mi mano de su vientre.
─Oh, poderoso hércules ¿Qué indicaciones serán? ─ hablaba tan bajito estaba débil todavía, mi pecho se infló de alegría al escucharla bromear.
─Tendré que hacer compras de bastantes frutas, frutos secos y muchas cosas más cariño, el café queda sumamente prohibido, siempre tendrás algo salado en tu mano, tomar aproximadamente 2 Litros de agua, procuremos hacer algo de ejercicio para que así tu circulación sanguínea se regule, evitarás los movimientos bruscos ─pasé mi mano por su mejilla.
─Estás muy bien informado ─sonrió.
─Por su puesto, ustedes tres son lo más primordial ahora en mi vida ─confesé. Sus mejillas sonrojadas. ─ahora quiero que con cuidado te sientes y tomes este jugo de naranja. ─le ayudé a sentarse dejando su espalda apoyada en la cabecera de la cama, le arropé bastante bien y le tendí el termo con el jugo caliente de naranja
─ ¿Por qué de naranja? ─preguntó curiosa, prendí la televisión mientras tanto, así no estaríamos aburridos y con mucho silencio.
─Leí en Internet que para la hipotensión es bueno que tomes jugo de naranja así se subirá tu presión ─la luz estaba prendida, no sabía qué hora era.
─ ¡Oh! Qué lindo eres ─vi una sonrisa de lado en sus labios. Me senté junto a ella.
─Lo sé ─dije con un tono odioso, ella río.
Me quedé solo observándola, ella movía sus ojos nerviosos tanto que me causó gracia, le ponía nerviosa.
─Cuando amanezca iremos a pasear, dejaremos el auto aquí, así caminarás ─le dije, Dulce me regresó a ver con un puchero.
─Se me hincharan los pies, yo también vi que a las mujeres embarazadas se les hincha los pies ─soltó con un tono dramático.
─Parece que Google nos informa muy bien ─reímos─ muñeca... ─apenas solté esa palabra pareció que un flashback se produjo en nuestras cabezas, una tensión no antes sentida se creó en nuestro ambiente, sus mejillas se colorearon brutalmente y yo solo pensaba en el sueño o mejor dicho recuerdo de aquel día.
Carraspeé un poco y por primera vez me sentí como un estúpido al no saber que decir.
─ ¿Qué hora es? ─susurró en una pregunta.
─No sé, no lo he visto ─busqué nervioso el celular sin darme cuenta que Dulce veía la hora en la televisión, me miró riéndose de mí, joder.
─Gracias ─susurró dejando el termo en la mesita de noche a su lado. ─no movimientos bruscos ─se recordó y con cuidado se acostó.
─De lado Dulce, acuéstate del lado izquierdo ─exclamé, caminando al otro lado de la cama para ayudarle.
─ ¿Sabes que cuando no estés tendré que hacerlo sola? ─fruncí el ceño.
─No estarás sola, estaré contigo, con ustedes siempre ─ella se mordió el labio riendo.
─Lo sé ─fue lo último que dijo, se le veía cansada, así que durmió profundamente hasta que amaneció.
[...]
Hacia una hora que estábamos sentados en el comedor de una heladería y no porque después de comer nuestros helados hayamos querido quedarnos por voluntad propia, es algo complicado... Bueno, a quien engaño, estábamos de chismosos, media hora antes una pareja comenzó una tremenda discusión por infidelidad.
Parecía una escena de novela mexicana.
─Yo voy por el chico ─susurró Dulce a mi lado comiendo los frutos secos que le compre.
─Yo también.
─ ¡Eres un imbécil, como puedes justificar tu estupidez!
─ ¡No estoy justificado nada! Solo quería dejar de ser tu perro faldero ¡estoy harto que siempre me controles, que siempre quieras que haga lo que digas, tú manipulas, no amas!
─Vaya ¡ahora si quieres ladrar a la mano que te dio de comer!
─ ¡Por eso mismo, prefiero morirme del hambre al estar junto a una mujer repugnante como tú!
─Oh, eso es muy fuerte ─dijo Dulce muy cerca de mi oreja, causando estragos en mi sistema nervioso.
─Varias mujeres lamentablemente son así, es algo fuerte, pero en parte el chico tiene razón, creen que por ser mujeres el hombre tiene que hacer lo que ellas digan, no todas son así por supuesto, manipulan a su antojo con sus encantos al igual que los hombres, es un círculo vicioso que las personas se encargan de crear para poder establecer su poder en una mujer o en un hombre, algo ridículo ─terminé de decir.
─Tienes razón, yo no te hubiera obligado a estar conmigo por el embarazo, sería algo injusto, tú tal vez en verdad hubieras tenido sentimientos por Leila y de mi parte...
Paró de hablar y soltamos un jadeo al ver que la chica comenzó a dar golpes a su ¿novio? Varias personas comenzaron a separarlos, hice una mueca, tomé la mano de Dulce y preferí salir de ahí.
─Que fuerte ─dijo Dulce riendo bajito.
─Mucho de hecho, mejor vamos ver que hacer ¿tienes algo en mente?
Dulce paró de caminar cruzando los brazos en su pecho, movía el pie pensado y yo hacía lo mismo.
¿Qué hacemos?
─Es algo precipitado, pero deseo hacerlo ─sonrió mostrando sus dientes─ ¡vámonos de paseo! ─grito alzando sus brazos.
─ ¿Paseo? ¿A dónde iremos? No puedes viajar Dulce.
─ ¡Vayamos a Handog-gu! ─gritó otra vez, estaba emocionada. Abrí los ojos sorprendido, me había olvidado de los pueblos cercanos a Seúl.
─Será un paseo muy interesante ─dije muy bajito, me acerqué a ella y de improviso planté un beso en sus labios alargándolo un poco.
─Si, muy interesante ─terminó de decir ella con una sonrisa de lado y sonrojada.
─ ¡Joder! Me vas a matar ─reí nervioso, ella cruzó sus brazos en su espalda y me miraba sonriendo─ vayamos a empacar cosas que necesitaremos, mis vacaciones las pasaremos allá.
─ ¡Genial! ─dio un salto abrazándome la cintura─ vámonos hércules ¡será una aventura espectacular!
Y sí que lo sería Dulce Meg.
ᴇᴅɪᴛᴀᴅᴏ | ₁₇₋₀₃₋₂₀₂₂|
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🍃; 「 NOCHU VANGOGH 2022©」
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