
𝟶𝟷𝟶 ¦𝙳𝚞𝚕𝚌𝚎¦
Miraba un punto fijo, estaba en la cama dando vueltas
¿Qué hago?
¿Una dona o un bote de helado?
Mordí mi labio, indecisa. Vi el reloj que marcaba las 4 de la tarde y tenía hambre, me levanté para ponerme un short color crema, unas zapatillas blancas y mi buzo negro.
Cogí dinero y salí al supermercado, Suli estaba en clases extras que recién hoy empezó, estaba teniendo problemas con una materia desde el semestre anterior y esta vez no quería reprobar. Caminaba con la brisa del aire, mi cara parecía un completo hielo, estábamos entrando en marzo y el clima por lo general los primeros días eran fríos, y yo solo con un short. Mientras caminaba iba pensado, mañana hablaría con mis padres, dos días habían pasado y no había vuelto a ver a Jungkook y Leila parecía una sanguijuela pegada a mi preguntándome y advirtiéndome que no me acerque a su novio.
Aunque me había enterado que Jungkook terminó con ella, pero nada es confirmado.
Tan ridícula.
Parecía que nunca llegaría al centro así que tomé un taxi y llegué más rápido, entré pensando por donde ir primero sin antes ir a un baño primero, me ganaron las ganas. Saliendo, lavé mis manos y vi mi lista, cogí un carrito poniéndome en marcha, eran muy pocas las veces que salía de compras con mamá, bien mandaba a alguien que lo haga, o ella ya sabía venir haciéndolas.
Metía cosas que tenía en mi lista al carrito, pasé por el lado de los dulces y metí un paquete de galletas oreo, que delicioso quedará con una taza de leche, llegando a la parte de los lácteos lo vi, estaba con una chica alta, con cabello largo bien cuidado, tenía su brazo envuelto en el de Jungkook, no era Jeri su hermana, hice una mueca y di retro como un propio carro, me metí en la parte del azúcar, seguí buscando las cosas que me faltaba, después tenía en mis manos dos botes de helado, uno de ron pasas y el otro de oreo, creo que iría bien el de ron pasas, ya llevo galletas oreo.
Luego de unos minutos tenía las bolsas en mis manos, quiero un estúpido taxi porque comenzaba a sentir el hormigueo en mis manos.
Alguien a mi lado paró un taxi, joder ¡¿acaso yo estoy pintada?!
─Úsalo, no estoy de prisa. ─regresé a verla, se me secó la boca, es Hyemin, ¡la presidenta de mi salón! ─ oh, hola Dulce.
─H-hola ─tartamudeo estúpido.
─Déjame te ayudo ─parecía una estúpida, ella viendo mi estado cogió unas bolsas y lo subió a la cajuela del taxi─ listo, ve tranquila.
─Gracias ─murmure con una media sonrisa. Sin decir nada más me metí al taxi, di mi dirección y por la ventana girando mi cabeza los vi otra vez, estaban muy cerca ¿serán cercanos? ¿Qué mismo pasó con Leila?
Sacudí mi cabeza y esfumé todo relacionado a él, no sé qué pasará con nosotros. Un día estábamos bien y el otro desaparece. En fin, no es mi problema, el verá que hace.
─Muchas gracias.
Agradecí cuando me ayudó a bajar las bolsas, los metí con tanto esfuerzo, los dejé en el mesón y caminé con dolor de los dedos a la habitación que Suli me dio.
─ ¿Ya llegaste Dulce?
─Sí, ya estoy aquí
─ ¿A dónde fuiste?
─La nevera estaba vacía, y quería golosinas ─reímos.
─Gigi llamó, quiere salir a comer contigo
─Oh, en este día frío ─sacudí mi cuerpo haciendo reír a mi amiga. ─le mandaré un mensaje.
Me fui directo al baño, sentía una presión en mis senos, levante el buzo y me miré en el espejo, los veía hinchados y dolían feo, suspiré, es algo de lo que tenía que haberme advertido el embarazo. Hice mis necesidades, lavé mis manos y regresé a mi habitación temporal.
(...)
Vi la hora, 7 pm desde que llegué comencé a hacer mis tareas y por fin los terminé. La merienda comí sola, Suli salió nuevamente por un asunto que desconozco, era ya media noche, daba vueltas en la cama, tenía esa espinita el saber si Hyemin era cercana a Jungkook. Gigi me dijo que debía hablar muy bien con Jungkook, pero sinceramente me sentía nerviosa al ver que por un embarazo no deseado ni por él, ni por mí, debía tener cerca a un hombre que apenas y sabe mi nombre, era muy, muy incómodo, nuevamente me ilusioné pensando que iba a nacer una amistad con él, que quiera o no estará en mi vida, sin embargo, me equivoqué estrepitosamente, choqué otra vez con el mismo poste, el desapareció dos días o tal vez solamente desapareció de mi vida, suspiré viendo el resplandor de la luna entrando por unos pequeños lados que la cortina no tapaba, me puse de lado y unas lágrimas salieron de mis ojos, en estos momentos necesitaba a mis padres y es por eso que mañana iré a verlos, en serio que necesitaba verlos por lo menos en el desayuno antes de irnos cada quien a su labor.
Por fin amaneció y no como lo esperaba, unas náuseas horribles hicieron que corra a dar los buenos días al retrete.
─Dios santo Dulce, náuseas matutinas ─Suli sostenía mi cabello acariciando mi espalda. ─ ¿estás mejor?
─No, me arde feo la garganta ─susurré ronca. Sentía todavía las arcadas, pero me contenía por la razón de que no tenía nada en mi estómago y sentir vomitar nada era extremadamente desagradable.
Mi amiga salió y regresó después
─Toma ─Suli me tendió un vaso de agua con algo de miel, agradecí y me caminé a la habitación.
─Son años que no vomito así, la última vez fue cuando mamá me obligó a comer arroz con leche y sinceramente no me gusta, entonces vomité, eso paso a mis diez años y todavía lo recuerdo ─solté una carcajada, Suli sonrió.
─Pues debes irte acostumbrando linda, hay que ir con una obstetra en estos días ─asentí nerviosa.
─Siento nervios del solo pensar
─Yo te acompañaré, tranquila, bueno cámbiate o llegaremos tarde.
─Voy ─sonreí, busqué entre mi ropa y bufé al darme cuenta que Suli metió toda mi ropa cómoda a la lavadora, escanee todo el closet, no me convencía la ropa que veía, unos shorts cortos, faldas de tablones, lindas, pero no, un vestido algo corto veraniego, pero el clima no está para ir con vestido, suspire, ¿Qué me pongo?
─ ¡Dulce, ya está listo el desayuno!
Mierda, cogí un short, el que más me convenció, una blusa de tirantes blanca, mi buzo lo guardé en la mochila y me puse por ultimo mis zapatillas. Me vestí rápido, lavé mi cara y mientras iba al comedor aplicaba mi crema para el rostro.
(...)
Estaba de mal humor, tenía ya diez minutos o tal vez más de retraso, mi boca estaba amarga, las náuseas me ganaron apenas llegué a la universidad, respiraba una y otra vez, las arcadas me querían ganar.
¡¿Qué más quiere que vomite?!
Enojada me levanté del suelo y enjuagué mi boca.
─ ¡Maldición! ─grité furibunda al sentir mojarse mi blusa─ todo tiene que pasarme a mí, maldita sea ─saqué mi buzo de la mochila y queriendo relajarme con paciencia me despoje de mi blusa─ por dios, que frío ─susurré poniéndome el buzo, mi cuerpo agradeció la calidez, ya lista, guarde la blusa y me colgué la mochila en el hombro, metí mis manos en los bolsillos del buzo encontrándome con un cigarrillo.
Lo necesitaba, cuando estaba estresada y enojada como ahorita me solía prender un cigarrillo sintiendo el humo recorrer mi garganta para luego expulsarlo. Lo tanteé con mis dedos y rebelde salí a la terraza de la universidad, el día nuevamente era frío, 3 de marzo, los cerezos de seguro florecerán ya y tenía unas ganas de ir a ver. Jugaba todavía con mi cigarrillo en mis dedos, lo alce viéndolo.
─Estarás lejos de mis labios por siete meses más ─susurré con tono seco, a mi cabeza venia la situación en como amanecí ese día con Jungkook, alguien nos hizo un mal─ el maldito que me dañó la vida me debe una explicación del porque lo hizo, podría...no sé qué podría hacer, pero necesito una maldita respuesta, una explicación, todavía no entiendo por qué hacer tal cosa, algo tan cruel ─mi voz era apenas audible─ y Jungkook nuevamente se desapareció, no le digo que esté conmigo todo un siempre pero...un día me habla, me dice que se hará cargo del....del bebé y luego desaparece, otra vez...
Tanteo los bolsillos de todo lo que llevo puesta hasta dar con un fósforo, dudo y dudo hasta prenderlo. Prendo el cigarrillo, doy la primera calada hasta sentir como una mano golpea la mía haciendo caer el pedazo de papel con nicotina.
─Dulce...
─ ¿Qué estoy haciendo? ─susurro con lágrimas en los ojos. Alzó mi mirada topándome con unos ojos de desconcierto ─ tú no tienes la culpa ─hablo más para mi vientre, lo toco temblorosa─ pero tengo miedo, ¡no sé cómo sentirme! ¡No sé qué debo hacer!
─Tranquila, debes mantenerte tranq...
─ ¡No puedo! ¡No puedo! ─agitó la cabeza, me río estérica, Jungkook me ve preocupado─ no me siento bien con un bebé, ¡no y no!
Caigo de rodillas sintiendo la bilis subir por mi garganta, gateo hasta un lado lejos de Jungkook y boto nada, mi cuerpo se sacude, mis ojos son unas completas lagunas, no me siento bien, en absoluto.
─Vamos, estoy aquí...
─Pues no quiero que lo estés ─susurro, ronca, las arcadas son violentas y quiero dormir.
─Deja de ser terca por dios ─su tono osco y seco se hace presente de nuevo.
─Te digo la verdad, me da lo mismo si te haces cargo del bebé o no, me hablas un día todo lindo y amigable, me emocioné pensando que tendría otra amistad, pero el otro me haces frente para defender a tu novia insultándome y humillándome, me asesinas con tu mirada, luego apareces por la casa de Suli te curo, me dices que debemos llevarnos bien, y ahora estas aquí luego de desaparecer días...
─Ya no vomitas ¿estás mejor?
Cierro los ojos, ¿no me escuchó nada? Sin ánimos me levanto ignorándolo.
─Me largo ─vi mi mochila por el otro extremo de la terraza.
─No me encontrabas porque ya le dije a mi padre del bebé ─regresé a verlo espantada, ¡el decano sabe del bebé!
─ ¿Cómo...? ─tambalee un poco asustando a Jungkook, me ayuda a sentarme en el piso, él a mi lado─ joder ─mis ojos cayeron en un punto fijo pérdida en mis pensamientos. El Decano lo sabe ¿Qué habrá echo? Todavía me acuerdo como Jeri contó que la echó de la casa ¿hizo lo mismo con Jungkook? No quería entablar una conversación con él así que descansé mi cabeza en mis rodillas y cerré los ojos.
No supe en qué momento me fundí en un profundo sueño
ᴇᴅɪᴛᴀᴅᴏ | ₀₂₋₀₃₋₂₀₂₂|
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🍃; 「 NOCHU VANGOGH 2022©」
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