
𝟶𝟷 ¦𝙹𝚞𝚗𝚐𝚔𝚘𝚘𝚔¦
─Dame cinco minutos, tengo que entregar unas cosas a mi padre y regreso ─murmuré distraído, Taehyung asintió y salí directo a la oficina de mi padre.
Mi cabeza daba vueltas y siempre regresaba al mismo punto, al momento donde abrí los ojos y me topé con unas pestañas largas y espesas, unas mejillas coloradas y unos labios esponjosos echo un puchero por la posición que estaba su rostro. Sus facciones eran delicadas.
Me había entrado un escalofrío cuándo me di cuenta que no era Leila. Y peor aun cuando me di cuenta que estábamos desnudos, teníamos apenas una ligera sábana encima, con razón que me dolía las piernas del frío y también supongo por la acción de la noche pasada, no había ninguna cobija gruesa encima de nosotros y eso me hizo desviar la mirada a su cuerpo desnudo, podía verla porque la sábana apenas tapaba nuestras piernas...
Joder... su cuerpo no colaboraba a su rostro angelical, y cuando abrió los ojos...tenía unos ojos lindos, un color verde que no muchos tienen en Seúl. Sacudí la cabeza esfumando todo recuerdo, yo tengo novia, no es bueno recordar de esa forma a una mujer que no sea tu pareja.
Cuando iba de camino a mi destino un olor desagradable se coló por mi nariz.
Cigarrillos
Joder, detesto ese olor, es tan desagradable que suele impregnarse en tu ropa, en tus manos y su olor es feo, ya lo dije no cierto.
─Si Gigi, no me acuerdo de eso, ni siquiera me fijé si había un tonto condón por la habitación, pero saliendo de clases compro esa pastilla ─murmuraba bajito, era ella, joder
¿Condón? ¿Pastilla?
─Oh mierda ─susurré recordando nuevamente lo del día de ayer. Sentí mi piel enfriarse.
Yo tampoco recuerdo nada, no sé cómo amanecí con esa niña, no soy de esos que se acuestan con quien lleve una falda corta. Tuve que salir de esa casa a escondidas sin dejar rastros de la locura que hicimos, carajo, no recuerdo haber visto un condón por ahí, estaba muy desorientado.
Ese asqueroso olor seguía así que decidí acercarme, debía cerciorarme de que tome esa pastilla, no desearía ser padre todavía y con una novia encima.
─Mierda, no sé ni quiera cuál es el nombre de esa pastilla ─susurró calando su cigarrillo.
Nunca pensé que ella sería capaz de fumar, parecía una niña envuelta en dulces, tonta y estresante. Es que eso daba a notar, tenía un vestido rosa pastel que le llegaba más arriba de las rodillas combinaba con un ligero buzo blanco, unas bailarinas blancas igual, su cabello largo color castaño estaba adornado por un puto lazo blanco, ¡todo en ella gritaba fragilidad!
¿Y fuma?
─Quiero lanzarme de un edifico ─chilló en un susurro, acaso está loca─ si, eso haré, está decidido.... Me acosté con un chico con novia, soy la amante, que dirán de mi si se enteran, de seguro me tatuaran la palabra amante en la frente y con letras cursivas todo muy bonito ─soltó una risa carente de humor después de tirar la colilla al suelo.
Quería lanzar una carcajada, pero me lo contuve, ella es... diferente, no trata de verse sexy como lo hacen la mayoría de chicas, se ve inocente, algo que no es, cuando la veo me hace acuerdo a chicas de películas en las cuales son niñas de mami, en dónde su madre controla su vida y obliga a mantener una imagen ante la sociedad impidiéndole muchas cosas haciendo de su vida un infierno.
─ ¿A qué edificio iras? ─pegó un gritito girando a verme.
─ ¡Por la garrita del gato! ─le mire raro─ ¿De qué hablas?
─Dijiste que te lanzarías de un edificio, quería darte un aventón ─solté una risita y ella me vio fruncida.
─Tonto, era mentira ─rodó los ojos. Pestañeé procesando lo que hizo.
─ ¿Acabas de rodarme los ojos?
─Si, eso hice ¿y qué? ─se cruzó los brazos dejando el peso de su cuerpo en su pierna izquierda.
─Nunca hagas eso, especialmente a mí, es de mala educación niña ─dije acusándole con el dedo.
─Y tú no me señales con tu dedo feo ─dio un golpe en mi mano y le vi con los ojos abiertos.
Los dos nos quedamos viendo con el ceño fruncido, parecía una guerra de miradas
¿De dónde es? Sus ojos delataban que no es de Corea, pero tiene ojos rasgados.
─ ¿De dónde eres? ─pregunté con mi mirada en sus ojos, Dulce pestañeo.
─Bueno...mi padre es de Corea y mi mamá de España ─murmuró aburrida─ es por eso que mis ojos son de éste color, siempre me preguntan lo mismo ¿sabes? Ya es aburrido contar la misma historia, pero así es, viví mi infancia en España y lo demás de mis años vivo aquí, me costó muchísimo aprender el idioma, pero es genial ─sonrió─ bueno, me tengo que ir, adiós ─sacudió su mano y se fue por el pasillo toda risueña.
Solo le había preguntado de dónde es, una diminuta sonrisa se escapó de mis labios. Mierda, mi padre, reaccionando corrí a la oficina de él, pero había algo que me olvidaba.
(...)
─ ¿Podrás hoy? Mi madre dijo que te invite
Hice una mueca, quería quedarme hoy en casa.
─ ¿Puedes ser otro día? ─pregunté mientras compraba una botella de agua.
─ ¿Acaso vas a salir con otra? ¿Tienes planes más importantes que socializar con la familia de tu novia?
Y aquí vamos de nuevo, me hice oídos sordos y caminé a una mesa libre.
─Jungkook te estoy hablando, responde ─exigió ya alterada, los que estaban a nuestro alrededor comenzaban a echar miraditas y eso odiaba completamente.
─ ¿Puedes calmarte? Tú quieres que todos los días pase encerrado en tu casa. ¿Crees que yo no tengo hogar? Tengo una hermana y unos padres, Leila y desde ya te digo que este mes estaré allá en mi casa, mi hermana llegó de su viaje y pasaré todo el tiempo que yo quiera con ella ─no me sabía enojar con facilidad, pero parecía que Leila se empeñaba para hacerlo.
Me paré de mi asiento y salí del comedor para ir a donde sea que no esté ella. Pero algo impidió mi camino, escuché un jadeo y rápidamente me alarmé.
─Definitivamente eres un bobo ─reconocí la voz─ ¡por todos los reyes magos! Por tu culpa me quedé sin almuerzo ─los dos nos quedamos viendo el suelo, sentí culpa al ver que sus papas fritas estaban regadas.
─Lo siento, venía despistado ─me disculpé, ella me quedó viendo un momento haciendo que me sienta incómodo.
─Te disculpare si me compras papitas, eso es muy sagrado para mi, Jungkook. ─alzó la mano y se acercó a mí─ por fis ─hizo un puchero.
─ ¡Ustedes dos! ─Dulce pegó un salto cogiéndose de mis manos.
─Jesucristo, porque la gente grita así ─murmuró asustada.
─ ¿Por ella no quieres ir? ─preguntó una Leila histérica.
─Carajo...
─Creo...que sí, tiene que comprarme unas papitas ─le mire con ganas de matarla, ella ladeo la cabeza sin entenderme y luego abrió los ojos ─ Oh si, vámonos ─agarró mi mano y salimos corriendo al comedor.
─ ¡Jungkook! ─gritó Leila.
─Oye...espera ─dije algo agitado mientras seguíamos corriendo, cuando llegamos, las miradas caían en nosotros─ Dulce...
─Listo, te salvé de ella ─me dijo sonriendo ─ oye, ella enserio no ha cambiado nada, ─susurró─ sigue siendo la misma plástica de siempre, con sus aires de grandeza, todavía me acuerdo como botó todos mis cuadernos al escusado, ese día lloré a mares, Leila era muy mala conmigo ¿sabes?, bueno... en realidad con todos, no sabía que estaba en esta universidad, sabiendo eso no hubiera venido aquí ─dijo lo último en baja voz, ella sacudió su cuerpo.
Iba decir que Leila es mi novia, pero preferí callar, le compré sus papitas e inconscientemente caminamos al patio trasero. Iba algo ansioso, la mayoría nos miraban de forma extraña, y eso me incomodaba, Dulce hablaba y hablaba de cosas triviales y yo solo la veía sin saber que decirle. Tenía muchas cosas que decir y yo no tenía que responder. Era extraño que hace unas horas me tiraba miraditas de odio por lo que le dije y ahora me contaba muchas cosas.
─ ¿Puedes creerlo? Esa mujer estaba cu, cu ─hizo unos gestos de loca con sus manos alrededor de su cabeza─ así que por esa razón no me gustan los Nuggets. ¿Qué les hagan a los pollitos eso? Guacala, No sé si habrá sido verdad o no, pero se quedó esas palabras grabadas en mi linda e inteligente cabeza y desde ahí evito comer eso. ─me senté en un asiento libre que había y ella se quedó parada frente a mí. ─me quedé viendo un punto fijo, algo vino a mi mente.
─Suele pasar, me pasó lo mismo con los refrescos que saben vender por los parques, habían dicho que los vendedores meten sus manos sucias dentro de los envases y...
─ ¡Eso ya es asqueroso! ─gritó asqueada y yo me reí suavemente. Ella tomó asiento frente a mi ─nunca más volveré a comprar esos refrescos y todo por tu culpa.
─Tú me arruinaste con los Nuggets, Dulce, eso lo más delicioso y me traumaste con....
Nos quedamos callados al ver a Leila venir como un toro rabioso.
─Vámonos... no quiero a esa mujer cerca ─murmuró Dulce muy vulnerable.
Nos pusimos de pie y agarrando su brazo nos llevé de vuelta al patio para perderla de vista, la parte trasera estaba vacía, usualmente nadie viene acá, siempre dicen que es un lugar aburrido, pero yo lo veo como un lugar tranquilo sin ruidos y sin Leila.
─ ¿Hace cuánto la conoces? ─pregunté queriendo esfumar el silencio que se formó entre nosotros.
─No creo que te guste escuchar, y más sabiendo que es tu novia ─comentó con algo de arrepentimiento.
Paré mi caminar.
─ ¿Cómo lo supiste?
─No es normal que una chica te persiga sin ser nada, además hoy en la mañana los vi, no la había reconocido de no ser por ese feo broche que siempre lleva en su pecho. ─hizo una mueca girando la cabeza mientras se balanceaba en sus pies. ─parece que tienen problemas ─murmuró viéndome de reojo.
─Y lo tenemos ─susurré dejándome caer en el suelo, me senté ahí sabiendo que mi Jean se ensuciaría. Vi esas bailarinas de niña frente a mí y luego vi cómo se puso a mi altura.
─Oye... sé que no... no somos los mejores amigos y nuestra relación comenzó por habernos acostado el día de ayer ─soltó una carcajada, me pareció extraño que una niña como ella se tome a la ligera lo que sucedió ayer ─ pero... quiero que sepas que yo no soy una persona mala, me gusta ver a los demás felices y puedo notar cuando alguien no lo es ─murmuró muy bajo para que solo nosotros lo escuchemos, no sé qué expresión tendría y tampoco entendía que pretendía ella con todo lo que me decía, todo iba rápido ─ y eso puedo verlo en tus ojos de bambi y con lo que dijiste hace un momento puedo deducir que esa bruja no te hace feliz ─terminó de decir, alcé la vista y tenía su cara seria, pero con ella no se puede tomar en serio, mejor a mi vista parecía una niña enrabiada.
─ ¿Eres adivina o algo? ─dije sonriendo incómodo ─ creo... que debemos regresar ─ella me vio apenada y asintió sin antes susurrar...
─Es una bruja con cabeza de maíz ─susurró riendo.
Yo me límite a sonreír y caminamos en silencio a nuestros salones.
ᴇᴅɪᴛᴀᴅᴏ | ₁₃₋₀₂₋₂₀₂₂|
▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃
◑ω◐
Ya sé que algunos estarán confundidos, pero me tomaré el tiempo de decirles que la historia está siendo editada. Y también que habrá cosillas que serán aumentados, no muchas y tampoco alterará la historia. Sin nada más que decir, seguiré subiendo los capítulos conforme la universidad me dé tiempo.
Bay
🍃; 「 NOCHU VANGOGH 2022©」
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