
𝟭𝟳 ━━ 𝗖𝗢𝗨𝗣𝗟𝗘 𝗚𝗢𝗔𝗟𝗦
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— NARRADOR OMNISCIENTE —
ADELINE RIÓ AL ESCUCHAR la graciosa anécdota que le contaba la rubia frente a ella.
— Austin no me habló por semanas, ¿puedes creerlo? Fue tan dramático.
— Hizo lo correcto, yo no te hubiera hablado por meses si te comieras la última galleta, Taylor —esta rodó los ojos y negó con la cabeza.
— Debí suponerlo.
Se quedaron en silencio durante unos minutos. Adeline con su cabeza puesta en el pecho de la ojiazul escuchando sus latidos, mientras esta acariciaba su cabello con delicadeza.
Las chicas llevaban poco más de año y medio siendo pareja, y si bien se amaban con todos sus corazones, Taylor aún no quería hacer la relación pública.
Swift estaba en la cúspide de su carrera gracias a su reciente lanzamiento, 'Reputation', y la excusa que ponía era que no quería desviar la atención de este, incluso a pesar de que la mayoría de las canciones del álbum eran claramente de amor. Y como era de esperarse, fue cuestión de tiempo para que los fanáticos comenzaran a sospechar.
Pero no fue como Harris quería.
Comenzaron a salir artículos y publicaciones en redes en las que emparejaban a Taylor con hombres. Hombres con los que ni siquiera había intercambiado palabras alguna vez en su vida.
Y ese no era el único problema, sino que Swift en ningún momento movió ni un dedo para desmentir esos rumores.
Aunado a esto, sus apariciones públicas con Adeline comenzaron a disminuir significativamente. A pesar de que cada vez que le cuestionaran quien era la castaña Taylor siempre respondiera que era una amiga, en su momento al menos se dignaba a mostrarla de vez en cuando, todo lo contrario a lo que actualmente hacía, mantener su relación como un sucio secreto del que no podía dejar que el mundo siquiera sospechara.
Harris decidió no reclamar ni intentar seguir conversando la situación con la rubia porque sabía que terminarían en lo mismo de siempre, además, no la quería perder.
— Taylor, quería preguntarte algo.
— ¿Hm?
— ¿Podríamos salir? Tal vez mañana, o...
Los músculos de la rubia se tensaron notoriamente. Suspiró con cansancio antes responder.
— Cariño, mañana tengo una junta con mi equipo.
— Oh. No me contaste sobre eso.
— Sí, fue algo que salió de imprevisto, en realidad.
— ¿Y por qué?
Carraspeó antes de hablar— Amor, no quería decirte de esta manera, ¿sí? Pero mañana evaluaremos la posibilidad de que mantener una relación falsa con algún chico.
— ¿Qué? ¿Por qué?
— Por todos esos rumores que están haciendo las personas. Si confirmo tener una relación con alguien, tal vez mi nuevo álbum genere más intriga en ellos.
— Pero podrías confirmar la nuestra, seguramente resultará igual.
— No, no sería así, Addy. Toda la atención se desviaría a que tengo una relación con una mujer, no a mi álbum, y sin mencionar todo el odio que recibiremos si llego a confirmar que estoy contigo.
— Pero... —Adeline quiso contradecirla, pero se quedó sin ánimo alguno al ver las cejas levantadas de Alison, señal de estar dispuesta a responder cualquier cuestionamiento con una respuesta rotundamente negativa.
— Si lo que te preocupa es que haya algún cambio en nuestra relación, pues nada muy grave. Puede que no esté en casa algunos días por salir con él y algunas cosas así, pero mi amor siempre te pertenecerá a tí.
— ¿Incluso saldrás con él?
— Tengo que.
La castaña asintió intentando aceptar la situación pero simplemente no podía. Aunque Taylor decía públicamente que no eran nada, ellas sabía la verdad y quería autoconvencerse de que eso era todo lo que importaba.
(...)
Eran apenas las cuatro de la tarde y Adeline daba vueltas en la cama tratando de conciliar el sueño de una vez por todas, pero los pensamientos negativos llegaban de forma efusiva. Quiso dormir para callarlos al menos por un rato, pero ahora mismo parecía una actividad imposible de realizar para ella.
Y vaya que no era para menos. Su novia, la chica a la que consideraba su mundo entero ahora iba a tener una nueva persona en su vida, aumentando las probabilidades de que la relación se quebrara por completo.
Era malo, muy malo.
Taylor no se encontraba en casa ya que estaba en la reunión de la que le había comentado el día anterior a la castaña, dejándola sola en un molesto silencio que la dejaba aún más propensa a pensar en cosas que solo lograban abrumarla.
Además de sentirse insegura por la posible relación falsa que la rubia podría entablar con alguien, también se sentía mal por su físico. Pensaba constantemente en la posibilidad de que esta no quisiera confirmar su relación por tal vez no ser lo que la gente esperaba, y era una creencia persistente desde la primera discusión que tuvieron acerca del tema.
Antes de que pudiera darse cuenta, las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos. Intentó contenerlas, pero estas no parecían querer parar de correr por sus mejillas con toda libertad.
Ella no quería terminar la relación, pero le resultaba difícil ahora que probablemente habría otra persona a la que tendría que llamar "cariño".
(...)
Adeline abrió los ojos sintiendo los rayos del sol llegando directamente a sus ojos, provocándole un instantáneo dolor de cabeza. Sintió un peso sobre su cintura junto a un olor a alcohol fuerte, se volteó y vió una cabellera rubia bastante familiar. Taylor había llegado en algún punto de la madrugada y había estado haciendo quien sabe qué en la "reunión".
Quiso levantarse, pero un quejido de Taylor —quien se aferraba a ella como si su vida dependiera de ello— la detuvo.
— Taylor, ya es tarde. Debo levantarme.
— No, quédate aquí —dijo adormilada.
— No puedo, Tay. Suéltame —la contraria acató la orden después de unos segundos, luego se giró de mala gana dándole la espalda a Adeline.
La castaña suspiró con cansancio al levantarse de la cama. Salió de la habitación y se dirigió a la cocina con la intención de preparar el desayuno para las dos, también un té para el dolor de cabeza que seguramente tendría Taylor al despertar.
Pasaron los minutos cuando unas pisadas sonaron en las escaleras, mostrando poco después a una ojiazul ligeramente despeinada y con una mueca de dolor.
— Buenos días —la menor fue la primera en hablar.
— Hola, buenos días.
— ¿Cómo estás? ¿Cómo te fue ayer en la reunión?
— Um, pues supongo que bien. Al final acordamos que estaba bien lo que te comenté, ¿lo recuerdas?
— Sí, claro que lo recuerdo —dijo con un tono de resentimiento mientras colocaba la taza de té junto a una pastilla para el dolor de cabeza frente a Taylor.
— Muchas gracias, Addy.
— No es nada —carraspeó mientras trataba de evitar el contacto visual con la mayor.
— ¿Cómo la pasaste ayer sin mí? ¿Hay algo que me quieras contar? —trató de conversar un poco, para luego tomar la pastilla que Adeline anteriormente le había dado.
Por un momento, la idea de decirlo todo llegó a la cabeza de la castaña. Las inseguridades, los problemas, las cosas que desearía que cambiaran. Todo, pero cuando lo intentó, no pudo controlarse.
— No, nada especial —apretó los labios en una fina línea y se regañó mentalmente, puesto a que esa respuesta estaba lejos de transmitir lo que ella quería.
— ¿Estás segura? —solo recibió un vago sonido de aprobación—. Bueno, por mi parte todo estuvo muy bien. Conocí al chico, se llama Joseph y tiene un gran acento. Es amable, me cayó bien.
Eso se sintió como una puñalada directa hacía el corazón de la menor. Sus piernas amenazaron con fallar, dejándola desplomarse en el piso cual objeto que acaban de tirar con desdén. Respiró profundamente, evitando que Taylor notara lo mucho que la situación la afectaba.
— Eso me alegra mucho, suena a que es un buen muchacho. Casi como el novio perfecto para tí, ¿no?
— Sabes que nadie más que tú es perfecto para mí —rió irónicamente mientras se acercaba a ella—, ¿estás celosa, princesa? —dijo con un tono sugerente mientras pasaba sus brazos por su cintura, envolviéndola en un abrazo que se sentía extremamente afectuoso, todo lo contrario a como lo esperaba.
Celos era todo lo contrario a lo que Adeline estaba sintiendo. Quería llorar, golpear algo, tal vez gritarle a Taylor que esta idea era una total locura, que si no confirmaba su relación se iría por la misma puerta por la que entró esa noche en la que se entregó en cuerpo y alma a la rubia.
— No, créeme, lo que menos siento ahora mismo son celos.
— Entonces, ¿qué tienes? Te siento extraña —la soltó lentamente.
— No es nada importante, solo no dormí bien ayer.
— No creo que haya sido eso, Addy.
— ¿Por qué crees que estoy rara? Estoy bien.
— Hay algo distinto en tu tono de voz, también en tu forma de ser. No estás siendo tan cariñosa, tampoco tan alegre, estás evitando mirarme a los ojos cuando sé lo mucho que te gusta hacerlo, parece que estás apagada y que no quieres que yo sepa la razón —odiaba que la conociera tan bien.
No hubo respuesta por parte de Adeline, dándole la razón a Taylor silenciosamente.
— Adeline, mírame a los ojos y dime que no te pasa nada —dijo en un tono demandante.
La más baja no quería hacerlo, sabía que si la veía probablemente cedería, lloraría y ni siquiera sería capaz de expresarse correctamente. Si quería llegar a una solución, tenía que tener la cabeza fría.
— Adeline —volvió a hablar, esta vez era más como una orden.
— No puedo, Taylor.
— ¿Por qué no puedes si según tú estás bien? ¿Por qué no quieres decirme qué te pasa? —no hubo respuesta—. Necesito que me digas qué es lo que tienes, si no lo haces entonces no podré hacer nada. No soy adivina, Adeline. Necesito que te comuniques conmigo... por favor, Addy.
Harris agachó la cabeza en cuanto sintió que sus ojos se llenaron de lágrimas.
Taylor suspiró antes de volver a hablar— creo que lo que necesitas es espacio... te lo daré, y cuando estés lista sabes que puedes llamarme y yo llegaré lo más rápido que pueda, dispuesta a escucharte. Sea lo que sea, tenga que ver conmigo o no, perdóname.
Con eso, se alejó de la chica. Salió de la casa después de tomar sus llaves, sin siquiera haberse cambiado ni nada por el estilo, incluso parecía apurada.
El sonido de la puerta cerrándose solo fue una señal para que Adeline cayera de rodillas al suelo, tapándose la cara en un vago e inútil intento de amortiguar los escandalosos sollozos que no podía controlar.
(...)
A altas horas de la noche, Taylor al fin había llegado después de esperar todo el día por un mensaje o una llamada de su pareja.
Estaba ligeramente decepcionada, y no solo de la menor, sino también de sí misma. Tal vez no había hecho suficiente como para que Adeline se sintiera en confianza de contarle todo lo que debería saber.
Por otra parte, se sentía decepcionada de Harris porque no entendía como parecía estar tan mal pero aún así se rehusaba a confesar la razón, imposibilitando el obtener ayuda por parte de Taylor. Se preguntaba: ¿Por qué? ¿Por qué estos momentos tenían que ser tan difíciles con ella?
Subió las escaleras con cansancio, esperando encontrarse con la imagen de su chica dormida profundamente, tal vez abrazando su almohada tratando de sentirse abrazada por el aroma de la rubia, pero no fue así.
— Cariño, son las dos de la mañana, ¿qué haces despierta a esta hora? —a pesar de la oscuridad, pudo divisar como la menor tuvo un pequeño espasmo debido al susto, causándole cierta ternura.
— Pensé que no ibas a llegar.
— ¿Así me tratarás ahora? —fingió estar ofendida, pero solo recibió una mala cara como respuesta—. Está bien, no es gracioso.
— Estaba esperándote para hablar.
Taylor asintió y se sentó a un lado de Adeline, para después escuchar con total y completa atención qué era lo que estaba pasando, qué era lo que podría estar haciendo mal.
Harris dijo todo lo que necesitaba expresar, desde su problema con Joseph y la relación falsa, hasta su disgusto con la privacidad extrema e innecesaria en la que Taylor quería mantener la relación.
La rubia asentía con cada declaración, entendiendo y validando los sentimientos de su novia, tal como siempre lo hacía.
Llegaron a la solución de que el "plan" con Joseph no se llevaría a cabo y su relación con Adeline se haría pública lo antes posible. Sin importar los comentarios que pudieran llegar, su amor por la otra seguiría intacto, igual a como lo habían llevado durante todo ese tiempo, e incluso mejor ahora que podrían expresarlo fuera de las cuatro paredes de su hogar.
N/A ;
Me digné a aparecer por aquí al fin, como quien dice, uno siempre vuelve a donde fue feliz
Tenía esto escrito desde hace meeeses y ni me acordaba, hoy fue que lo terminé por fin, pero creo que si salió eh
Si ven faltas de ortografía o algo pues disculpen, es que no lo he revisado aún pero luego lo haré (nunca)
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