
𝟭𝟬 ━━ 𝗟𝗢𝗠𝗟
- ⚠️ ;; Aborto, ataque de pánico, mal vocabulario.
📖 - Nota de autora; El oneshot no es de desamor ni mucho menos se refiere en su máxima expresión a la canción, es principalmente sobre la parte de "and I'll still see it until I die, you're the loss of my life"
٭
- NARRADOR OMNISCIENTE -
ADELINE ABRIÓ LOS OJOS al sentir una leve caricia en su rostro, lo primero que se encontró fue con esos hermosos ojos azules que encabezaban todas sus mañanas.
- Al fin mis princesitas despertaron de su siesta -besó la frente de Harris y después su vientre, donde se encontraba creciendo la pequeña Marjorie de apenas cinco meses, hija de las dos.
Taylor y Adeline eran esposas, se habían casado a finales de 2021 en una ceremonia pequeña y privada, pero tan hermosa como ninguna.
Eran pareja desde la era de Reputation, pero el matrimonio había sido propuesto por Taylor a principios de 2020 y Adeline aceptó sin siquiera pensarlo.
Las mujeres eran almas gemelas, compartían gustos, sueños y deseos, entre ellos estaba formar una familia. Después de un tiempo de conversarlo y meditarlo, decidieron pasar a través del método ropa para poder tener a su primera hija, cuyos nombres eran Marjorie Emely pero las chicas preferían llamarla por apodos cariñosos como princesa, pequeña o nuestra niña.
- Hola, Tay -se talló ligeramente los ojos mientras bostezaba-, ¿por qué tan rápido? Apenas han pasado como quince minutos.
- Linda, son las siete de la noche.
- ¿Disculpa? -abrió los ojos demás.
Taylor asintió- Te hubiera dejado dormir, pero quería ver si podíamos salir a cenar, ¿te gustaría? Si no quieres está bien, puedes descansar, sé que no es fácil tener a esta niña tan inquieta dentro de tí -se refirió a Marjorie, quien sí, era bastante hiperactiva.
Era raro que pasara un día que no diera al menos una patada en el vientre de su madre desde que tenía la capacidad de hacerlo.
- Ah, claro que me gustaría amor -le sonrió.
- Bien, ¿a dónde te gustaría ir?
- No lo sé, cualquier lugar estaría bien. Solo dame unos minutos, ¿sí? -suspiró mientras se tocaba su prominente estómago, generando preocupación en la más alta.
- Cielo, ¿te sientes bien?
- Sí, por supuesto Tay, solo que sigo teniendo sueño.
- Puedes dormir un poco más si quieres, podemos salir en cualquier otro momento.
- No es nada del otro mundo Tay, deja de preocuparte tanto, ¿sí? Ahora ayúdame a levantarme -extendió sus brazos mientras miraba a su esposa con una sonrisa.
(...)
- Cariño, ¡te ves preciosa! -se levantó del sofá donde llevaba esperando a Adeline durante poco más de una hora para caminar hacia ella.
La castaña se había puesto un vestido verde pastel que dejaba notar su barriga levemente junto a unas sandalias color crema. Llevaba el cabello suelto y un maquillaje bastante sutil pero hermoso.
- Hm, gracias -dijo cabizbaja.
Taylor ladeó la cabeza- Addy, ¿te pasa algo? -puso su mano en la mejilla de la menor.
- No lo sé, ¿en serio me veo bien? -empezó a jugar con sus dedos.
- ¡Por supuesto que sí, Lennie! -comenzó a acariciar su mejilla-, te ves increíble. Ese color te queda realmente bien, por cierto -la abrazó afectuosamente.
Se quedaron unos segundos así. Su manera favorita de expresar sus sentimientos era a través del contacto físico, sobre todo abrazándose. Se separaron cuando Marjorie dió una patada que incluso Taylor pudo sentir contra su abdomen, provocando risas entre las dos.
- Pequeña, ¿te molesta que abrace a tu mami? -la rubia se agachó levemente frente al vientre de su esposa, hablando con su hija quien respondió con otra patada-, ¿ni siquiera haz nacido y ya estás celando a tu propia madre? Esto es increíble.
- Es tan celosa como tú, Taylor.
- ¿Perdón? ¡Yo no lo soy!
- Oh, sí, por supuesto.
- Dime una vez en la que haya actuado celosa, al menos una -se cruzó de brazos.
- Uh... ¡En la fiesta de cumpleaños de Selena! ¿Recuerdas a Dylan? Su amigo.
- Sí, lo recuerdo.
- Bien, ese día él estaba conversando normalmente conmigo -hizo énfasis-, de la nada apareciste y comenzaste a besarme frente al pobre pensando que estaba coqueteando conmigo.
- En mi defensa, las miradas dicen mucho.
- Sí, claro, no sabía que eras experta en el idioma visual -rodó los ojos con gracia.
- No sé, solo decía -levantó los hombros-, en fin, ¿nos vamos? -Adeline asintió y entrelazaron sus manos para salir del apartamento.
Bajaron por el ascensor y Taylor fue la primera en salir de este, revisando que no hubiera ningún paparazzi afuera del edificio. Inesperadamente estaban de suerte y no había nadie, así que salieron con confianza y se adentraron a la camioneta que se encontraba esperándolas hace unos minutos.
Durante todo el camino hacia el restaurante favorito de la castaña las esposas estuvieron hablando de cualquier cosa para matar el tiempo.
Una vez que habían llegado, Taylor ayudó a Adeline a bajarse del auto y se adentraron al lujoso establecimiento.
El mesero guió a las dos hasta la mesa reservada, que se encontraba en la terraza del restaurante, hicieron sus pedidos y retomaron la conversación normalmente.
(...)
- ¡Sí, claro! Sería increíble ir a ver la nueva edición del Eras Tour, pero sólo si me dejas elegir las canciones sorpresa -Adeline apoyó su mentón en su mano derecha para después comenzar a mirar a Taylor con súplica.
- No, no voy a hacer un mashup entre False God y Dress -se cruzó de brazos.
Harris suspiró pesadamente- ¿Por qué no? ¡Sería increíble!
- Probablemente, pero aún no.
- Ugh, bien -suspiró, rindiéndose.
El mesero llegó a la mesa y dejó la factura de la comida sobre esta, Taylor le pidió a Adeline que la esperara en la mesa mientras iba a pagar.
Fue cuestión de minutos para que Taylor volviera con una radiante sonrisa como de costumbre y le dijera a la menor que ya era hora de irse.
Las dos comenzaron a caminar hasta el ascensor del restaurante, una vez que bajaron lo primero que vieron a través de las ventanas fue a una gran multitud de personas, algunos con cámaras, otros intentando intentando entrar al lugar y los guardaespaldas de Swift parados frente a la puerta esperando por ellas para poder salir.
- ¿Qué mierda? -la primera en reaccionar fue Taylor-, ¿cómo supieron que estábamos aquí?
Adeline comenzó a sentir como el pánico comenzaba a apoderarse de su cuerpo. Sus manos temblaban, su boca comenzaba a secarse y su respiración era cada vez más entrecortada.
Inhaló y exhaló repetidamente consiguiendo controlar sus nervios sin llamar la atención de su pareja, quien se acercó a ella con un semblante serio y al mismo tiempo molesto.
Su mirada se suavizó completamente al comenzar a hablar- Adeline, pase lo que pase no quiero que sueltes mi mano ni por un segundo, ¿sí? -acarició la mejilla de la castaña suavemente, brindándole calma.
Entrelazaron sus manos y comenzaron a caminar hacia la puerta, la cual fue abierta por uno de los guardaespaldas y automáticamente el gentío se les vino encima.
Flashes por todas partes.
Gritos.
- ¿Taylor, abandonarás tu carrera por tener un hijo?
- ¡Taylor, Taylor! ¿Cuándo planeabas confirmar que serían madres?
- ¡Adeline, le traerás decadencia a la carrera de Taylor!
Insultos hacia Harris y su notorio embarazo.
Tantas personas invadiendo su espacio personal.
Falta de aire.
Los gritos de los guardaespaldas intentando que se alejaran al menos un poco de las chicas.
El ambiente era cada vez más pesado para Harris. Sentía como todo le daba vueltas, como las voces a su alrededor se distorsionaban. Unos cuantos pasos para llegar a la camioneta parecían kilómetros, pero al estar dentro de esta comenzó a respirar exageradamente buscando que al menos una pizca de oxígeno entrara a sus pulmones, pero su garganta estaba completamente cerrada.
Escuchaba lejanas las insistentes preguntas de preocupación de Taylor, solo podía sostener su barriga mientras sentía sus mejillas mojadas debido a las lágrimas que se estaban escapando de sus ojos.
Situaciones como aquellas no resultaban tan difíciles para Taylor porque estaba totalmente acostumbrada, pero para alguien como Adeline -una persona que no es figura pública ni mucho menos- era sofocante.
Se desplomó después de ver una mancha de sangre en su vestido.
(...)
Adeline abrió los ojos, esta vez en lo que parecía ser un hospital. Un persistente pitido sonaba en sus oídos, pero después de unos segundos desapareció, esto le dió paso al sonido de unos fuertes sollozos y una sensación de como una parte de la camilla donde estaba se hundía.
Levantó con un poco de dificultad la cabeza gracias a que le dolía increíblemente. Al lado derecho de la cama vio un cabello rubio totalmente familiar.
- Taylor, ¿qué...? -los recuerdos empezaron a llegar a su cabeza, llevó una mano a su boca debido a la impresión y comenzó a negar repetidas veces-, dime que ella está bien, Taylor.
Taylor solo se irguió y abrazó cuidadosamente a Adeline, quien comenzó a llorar desgarradamente.
- ¡Nuestra niña no puede haber muerto, Taylor! Por favor, dime que no le pasó nada malo, ¡por favor! -se aferró al suéter de la rubia mientras lloraba en su hombro.
- Yo... Lo siento, Addy. No las pude proteger -acarició el cabello de Adeline.
(...)
Harris y Swift habían vuelto a su apartamento. Ninguna había dicho ni una sola palabra en todo el día, y tampoco querían hacerlo.
No tenían ganas ni ánimos para entablar una conversación tan animada como las que solían tener, definitivamente no era el momento.
- Linda, ¿quieres... Comer algo? Es decir, no comiste nada en el hospital -la castaña solo negó con la mirada perdida.
Tenía la mirada apagada y unas ojeras bastante marcadas, los ojos rojos de tanto llorar y sus labios habían perdido color. Se veía totalmente demacrada. Ni siquiera había podido dormir más de una hora diaria durante los cuatro días que estuvo en el hospital.
- Por favor, Addy -se acercó a ella y se sentó a su lado en el mueble, acariciando su espalda-, no te puedes descuidar así, te hará peor. Tienes que preocuparte al menos un poco por tí, Ads.
- Taylor, ¿cómo me puedes pedir que me preocupe por mí? -sus ojos comenzaron a llenarse lágrimas-, ¡mi hija acaba de morir! ¡¿Lo entiendes?!
- Adeline, claro que lo entiendo, era nuestra hija, ¿pero qué más podemos hacer? No podemos detener toda nuestra vida por algo que no tiene solución -la miró con lástima.
- ¿Cómo carajo puedes decirlo tan fácil? ¿Ni siquiera te das cuenta de que ella murió por tu culpa? ¡La pérdida de mi vida fue tu culpa, Taylor!
- ¿Disculpa?
- ¡Por supuesto! A todos lados que vamos siempre hay una maldita multitud de personas siguiéndonos, ¡no nos dejan en paz y tú no haces nada para detenerlo! Esto iba a pasar tarde o temprano.
- ¡No hago nada porque no puedo! ¿Qué carajo querías que hiciera? No importa cuantas veces lo diga, no importa cuantos guardaespaldas tenga, ¡siempre me seguirán! Es algo que dijiste que nunca sería un impedimento en nuestra relación, ¡¿y ahora me lo estás echando en cara?!
- ¡Pues sí, y lo hago porque ahora sí lo es! Cuando te dije eso, sí, sabía que nos casaríamos, que teníamos planes de formar una familia, ¡pero no que perdería a mi niña por tí!
- ¡No fue por mí, Adeline! ¿Te estás escuchando? ¡Me estás echando la culpa por algo que ni siquiera está en mis manos!
- Al parecer nada está en tus manos, Taylor -se levantó del sofá para tomar sus llaves y salir del apartamento, dejando a una Taylor totalmente confundida.
Sabía que lo que había pasado no era fácil para ninguna de las dos, pero no creía que llegaría a echarle la culpa por tal desafortunado acontecimiento.
Adeline estaba molesta, triste y destrozada, y lo entendía pero no pensaba que alguna vez diría algo así. Por el rencor que reflejaba su mirada y por el sentimiento con el que cada palabra salía de su boca, esto incluso podría llegar a la separación de las dos, algo a lo que Taylor le temía más que a nada.
(...)
- TAYLOR -
Eran las tres de la mañana, no había podido pegar el ojo ni por un segundo. Me mataba la incertidumbre de saber dónde estaba Adeline. Si le había pasado algo, si estaba bien o si iba a volver en algún punto de la noche o el día, no sabía nada. Me sentía tan pequeña en esta situación.
Como una niña de cinco años perdida en un gigante laberinto, sin letreros que la guiaran ni nada que la ayudara.
Iba a llamarla por décima vez en la última hora, hasta que escuché el sonido de la puerta abrirse y salí de la habitación para bajar las escaleras lo más rápido posible.
Era Adeline, y se veía aún peor de como se fue de aquí.
Tenía el cabello revuelto y se veía aún más cansada, como si hubiera corrido kilómetros sin parar.
Apenas me vió comenzó a llorar de nuevo y se lanzó hacia mí, envolviéndome en un abrazo el cual a pesar de todo lo que me había dicho, acepté sin dudarlo.
- ¡Lo siento, lo siento, lo siento! ¡Lamento haberte dicho todo eso, Taylor! No fue tu culpa, en serio. No estaba en tus manos, no era algo que podrías haber evitado, ¡perdóname! -se aferró a mí con todas sus fuerzas.
Di unas pequeñas palmadas en su cintura, indicándole que envolviera sus piernas en la mía lo cual hizo al instante.
Fui hasta el sofá y me senté en él, dejándola sentada a horcajadas sobre mí.
- Sh, está bien, bonita -comencé a acariciar su cabello delicadamente-, estabas molesta, entiendo que se puede decir muchas cosas sin intención en momentos como esos.
- Ni siquiera sé porqué lo dije, Tay, créeme. Solo... No puedo creer que nuestra niña haya muerto.
- Sí... Yo tampoco, cariño, pero superaremos esto juntas, ¿sí?
- No sé si pueda, Tay.
- Claro que podrás, amor. Sé que eres más fuerte que cualquiera, y lograrás salir de esto.
- Ni siquiera sé cómo, ¿qué tal si me rindo? Aún ni siquiera puedo digerir por completo la noticia.
- Sabes que si eliges rendirte yo siempre estaré ahí contigo para animarte, sin importar qué ni cuando, ¿okay?
- Promete que estarás siempre conmigo, por favor.
- Lo prometí en él altar, y te lo prometeré cuantas veces sea necesario Addy.
- Solo dilo.
- Lo prometo. Siempre estaré para tí, amor de mi vida.
N/A ;
Capítulo corta venas, ya faltaba ;)
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