002. Maroon.
En la Isla de los Perdidos, una joven enmascarada se encontraba luchando con su contrincante, quien también llevaba su rostro cubierto por otra máscara.
La primera chica atacaba con destreza, mientras que la segunda bloqueaba sus ataques, intercambiando lugares con ella para poder atacarla; pero la chica que llevaba una capucha se alejó dando vueltas, manteniendo su distancia en las cumbres rocosas en las que estaban peleando. Su contrincante, una joven cuyo cabello morado se encontraba atado en una trenza que acababa en un rodete, no tardó en aproximarse a ella nuevamente.
Sus espadas sonaban al chocarse, cuando Uma volvió a atacarla, Mal tuvo que agacharse para impedir ser herida; pero apenas se reincorporó la lucha entre ambas continuó. La ojiverde atacaba con tanta fuerza que la contraria casi pierde el equilibrio un par de veces, así que antes de que la descendiente de Maléfica se aprovechara de ello para asegurar su victoria, saltó hacia otra de las piedras inferiores que había en aquel terreno, siendo seguida por su atacante apenas ella adivinó sus intenciones.
La pelea siguió, ninguna de las dos quería rendirse, pero todo se tensó cuando la chica de trenzas turquesas aprovechó un ataque de su adversaria para tomarla de la muñeca; forzándola a soltar la espada que llevaba, la cual acabó un par de metros lejos de ellas. Una vez que la tuvo desarmada, la arrojó contra el suelo de piedra, apuntándola con su espada.
La perdedora se quitó la máscara, revelando su rostro y respirando agitadamente antes de apoyarla en el suelo.
——Casi te tenía. ——Mencionó Mal, como si aquello fuera relevante.
La hija de Úrsula se quitó la máscara, permitiendo que la ojiverde admirara su hermosa sonrisa victoriosa, la primera dejó caer la máscara al suelo.
——Tampoco te castigues tanto. ——Le aconsejó la ganadora de aquel enfrentamiento, alzando el mentón con orgullo. ——Sabes, está la destreza, y está el talento. Y yo tengo ambos.
——Junto a una generosa cantidad de arrogancia. ——Comentó la chica de cabello morado, la otra chica guardó su espada y le ofreció su mano para ayudarla a levantarse, la cual la primera tomó.
——También debo tener eso. ——Alardeó Uma mientras la incorporaba, entonces la soltó. ——Ahora, ¿quién sabe? Tal vez en algunos años, tal vez me ganes. ——Añadió, dándole un suave toque en el pecho con su diestra antes de girarse para continuar caminando hasta darse la vuelta para verla, mientras la adversa reía.
——Lo habría hecho hace cinco movimientos de no ser por esa roca suelta. ——Se defendió la ojiverde, adelantándose un poco y señalando la piedra floja que había pisado durante el enfrentamiento.
——Esto no es acerca de dominar los movimientos, Mal, es sobre adaptarse a tu terreno. ——La corrigió la chica de cabello turquesa, aproximándose hacia ella para darle una palmada en la espalda. ——Y yo soy mejor que tú en eso.
——Sí, eres superior en cada forma, Su Alteza. ——Concordó Mal, viéndola una vez que la tuvo a su lado. Entonces ambas observaron hacia el horizonte.
——Algún día, voy a probarlo. ——Afirmó la princesa, viendo la cúpula mágica que protegía su hogar, entonces colocó una mano sobre el hombro ajeno mientras señalaba hacia adelante con su brazo libre. ——Dime que has dejado de pensar en eso. Ya sabes, atravesar la Barrera, tener aventuras salvajes… como siempre hemos hablado. ——Prosiguió, la ojiverde la observó con atención por un par de segundos antes de apartar la mirada, mientras su sonrisa iba desapareciendo.
——Uma, he hablado con Caspian antes… ——Empezó a hablar la guardaespaldas, ignorando el relinche de un caballo al suponer que era uno de los que las había traído hasta allí, mientras la princesa quitaba la mano de su hombro. La chica de cabello morado unió sus propias manos, tratando de no moverlas demasiado, pero le fue imposible al estar nerviosa.
—— ¿Si? ——Mencionó la otra chica, prestándole atención y alentándola a continuar.
—— ¡Princesa! ——Los interrumpió un Guardia Real, captando la atención de ambas jóvenes, quienes observaron hacia el sitio de donde provenía la voz. ——Traigo un mensaje de la Reina.
—— ¿Estamos bajo asedio? ——Alzó la voz la descendiente de Úrsula, indignada por haber sido interrumpida.
——Deben vestirse para la cena. ——Le recordó el hombre, sosteniendo las riendas de su caballo. ——Su Majestad espera que la comitiva real de la Ciudad de Auradon llegue en breve. ——Añadió, las chicas intercambiaron miradas de disgusto antes de volver a observar al recién llegado.
—— ¿También ha mandado a llamar a mi hermano para que se lave bajo las orejas? ——Cuestionó la princesa.
——Sí. El Príncipe, creo yo, está cazando en el Bosque del Oeste ——Respondió el Guardia.
—— ¿Cazando? ——Repitió Mal, ladeando la cabeza y viendo hacia la princesa. ——Me pregunto a quién está cazando hoy.
(...)
Las jóvenes cabalgaron de regreso al Castillo Real, una vez que llegaron a la ciudad solo caminaban con los animales.
——Llevaré a Megara de regreso a los establos. ——Mencionó la chica de cabello morado, extendiendo la mano para que la contraria le entregara las riendas de su caballo.
——Sabes que vas a venir esta noche, ¿verdad? ——Exclamó la descendiente de Úrsula.
——No. ——Se opuso la guardaespaldas luego de unos segundos.
——Sí. ——Insistió Uma.
—— ¿De verdad? ——Cuestionó la menor, sosteniendo las riendas de su caballo con ambas manos.
—— ¡Sí! ——Repitió la princesa, haciendo más énfasis en su respuesta.
——Sabes cómo me siento acerca de los vestidos y tener que usarlos. ——Protestó la ojiverde.
——Sí, bueno, vas a tener que aguantarte porque no voy a poder ser capaz de sobrevivir a esta cosa sin ti. ——Dijo la chica de cabello turquesa, dándole un suave golpe en el brazo, luego decidió cambiar de tema.—— ¿Qué era lo que querías decirme?
—— ¿Cuándo? ——Dudó Mal.
——Antes, dijiste que le hablaste a Caspian. ——Respondió la princesa, entonces su acompañante se detuvo, al igual que ella.
——Oh, sí. Podemos hablar sobre eso más tarde. ——Contestó la guardaespaldas, evadiendo el tema. Uma suspiró, soltando las riendas de Megara, entonces la contraria las tomó. ——Muy bien, eso fue divertido. ——Añadió antes de que la hija de Úrsula le sonriera y comenzara a caminar hacia la entrada del palacio mientras la menor llevaba a los caballos hacia el establo.
En la calle, una chica rubia besó al príncipe de la Isla de los Perdidos y se apartó, quitándole las manos del rostro mientras reía.
——Sí, adiós, adiós. ——Se despidió el muchacho, quien sostenía su chaqueta en una mano.
——Uno más. ——Pidió la doncella, volviendo a aproximarse a él para tomarlo del rostro y besarlo rápidamente antes de separarse.
——Okay, okay, tienes que irte. ——Insistió Umar. ——De verdad, tienes que irte.
——Okay. ——Accedió la chica, soltando sus manos y alejándose de él.
Uma los observaba a pocos metros, estando cruzada de brazos, entonces su hermano la notó y se aproximó a ella; quien continuó su camino mientras reía.
——No has visto nada. ——Le advirtió el chico.
——Lo he visto todo. ——Se burló la princesa, divertida.
(...)
——Esa es la cocinera, ¿verdad? ——Cuestionó la hija de Úrsula mientras entraban al comedor del palacio.—— ¿La que hace esos muffins de los que todo el mundo siempre está hablando? ——Añadió, pues recordaba haberla visto.
—— ¡Hey! Yo soy un gran admirador de sus muffins. ——Se defendió su hermano, entregándole su chaqueta a uno de los sirvientes.
——Sí, no, solo estoy preocupada acerca de lo que ella pondrá en esos muffins cuando tú inevitablemente le rompas el corazón. ——Respondió la princesa, mientras los dos caminaban cerca de las mesas del comedor.
——No voy a romper su corazón. ——Se opuso el chico, señalándola con un dedo.
——Por favor. Umar, vas a perder el interés y vas a seguir adelante con otra, es lo único en lo que eres totalmente consistente. ——Replicó su hermana, siguiéndolo mientras él arreglaba su cabello y tomaba una fruta para darle un mordisco y devolverle el resto a otra sirvienta.
——No, ella… Palomita… ——Se excusó el príncipe, luego gruñó mientras la contraria sonreía, pues tenía razón. ——Es diferente, Palomita tiene esta inefable cualidad humana en su alma.
——Whoa, whoa, whoa. Espera, ¿dijiste Palomita? ——Cuestionó la chica de trenzas turquesas, él se giró hacia ella.
——Palomita. Sí. Así es como yo la llamo, como la más romántica, hermosa… ——Comenzó a responder el muchacho.
—— ¿No sabes cuál es su nombre? ——Preguntó Uma, quien claramente ya sabía la respuesta.
——Por supuesto que sé su nombre. ——Dijo Umar.
—— ¿Si? ——Quiso saber su hermana.
——Sí. ——Insistió él.
—— ¿Cuál es? ——Dudó la princesa, pero entonces alguien aclaró su garganta, el muchacho se giró.
—— ¡Ah, Madre! Recibimos tu mensaje. ——Mencionó el chico, subiendo las escaleras hacia donde la mujer los esperaba. ——Hemos vuelto corriendo, vamos a… vamos a ducharnos rápidamente…
—— ¿Por qué parece que te has revolcado por el césped? ——Lo interrumpió Úrsula mientras Uma se acercaba, con los brazos cruzados.
——Estaba entrenando. Para el Tourney y las demás actividades. ——Se excusó el joven.
—— ¿Qué es eso en tu cuello? ——Cuestionó la mujer al notar un chupón. Inmediatamente Umar se llevó la mano hacia este.
—— ¡Oh! Me picó una polilla de fuego, lo cual fue raro. ——Respondió el príncipe.
—— ¿Estás seguro de que no fue una paloma? ——Inquirió su hermana, divertida, recibiendo una mirada de desaprobación por parte del muchacho.
——Jetsam me ha dicho que te encontró a ti y a Mal en la cima del cañón Tortuoso de nuevo. ——La reina se dirigió hacia su hija, mientras se aproximaba a ella y Umar caminaba hasta quedar tras su progenitora. ——Sabes que no me gusta que andes jugando en esas rocas. Es peligroso.
—— ¿Jugando? Okay, a diferencia de él, nosotras estábamos entrenando. ——Replicó Uma, señalando a su hermano, quien pasó una mano por su cabello para acomodarlo.
——He pedido que te preparen un baño y te he dejado un vestido para que uses. ——Mencionó la bruja del mar, su descendiente alzó las cejas.
—— ¿Estás eligiendo mi ropa ahora? ——Le recriminó la chica, indignada, pasando a un lado de su madre. —— ¿Quién soy, una niña de seis años? ——Dudó, la mayor se giró hacia ella.
——No debería hacerlo, pero cuando descuidas tus responsabilidades por tus hobbies, no me dejas opción. ——Le contestó la mujer. Una trompeta sonó, así que el príncipe hizo una mueca y corrió hacia la puerta.
——Okay, nos vamos, nos vamos. Uma. ¡Uma! ¡Vámonos! ——Comentó el joven, abriendo la misma y esperando a su hermana, quien se giró de mala gana para ir tras él.
Al estar sola, la adulta comenzó a oír unas voces y unos susurros inquietantes.
“Úrsula… Los Vendavales. Están viniendo”
(...)
La princesa entró a su habitación, cerrando la puerta y suspirando al ver el vestido en su cama.
(...)
Una vez que la celebración había comenzado, los invitados hacían reverencias ante la familia real, mientras Uma trataba de acomodar disimuladamente su vestido.
En el balcón del segundo piso, la chica de cabello morado sacudía la falda de su vestido con resignación, luego acomodó sus mangas justo cuando el Capitán de la Guardia Real se detuvo frente a ella.
——Mi Dama. ——Saludó él, inclinando la cabeza.
——No. Caspian, no. ——Le advirtió la ojiverde. ——Por Uma, y solo por Uma, soporto esta agonía. ——Aclaró ella, viendo a la susodicha de reojo.
—— ¿Se lo has dicho ya? ——Cuestionó el hombre, pero la chica estaba observando cómo la princesa se balanceaba de adelante hacia atrás, por lo tanto él volvió a llamarla para captar su atención.—— ¿Mal?
——Voy a hacerlo. ——Respondió la descendiente de Maléfica, firme pero nerviosa.
——Esto es lo que siempre has querido, por lo que has trabajado más duro que cualquiera que haya conocido. ——Le recordó él. ——Si ella realmente es tu amiga, estará feliz por ti. ——Añadió, queriendo calmarla.
——Ella va a sentir que la estoy abandonando cuando más me necesita… porque lo estoy haciendo. ——Replicó la guardaespaldas, volviendo a dirigir su mirada hacia la chica, quien esta vez la observó y musitó un ‘Gracias’ inaudible.
(...)
Ya en la cena, Uma y Mal estaban observando a un príncipe en particular, el cual bebía vino en su copa.
——Benjamin Beast, el príncipe de Auradon. ——Dijo la princesa, observando cómo el muchacho tomaba tanto que tuvo que dejar la copa en la mesa.
——Pensé que había dos. ——Habló la ojiverde, viendo cómo el chico se cubría la boca con el brazo para toser.
——Había dos, pero uno de ellos se cayó de un árbol, así que debo casarme con este. ——Explicó la descendiente de Úrsula, mientras la contraria jugaba con sus manos unidas, nerviosa.
—— ¿Le has hablado ya? ——Quiso saber su guardaespaldas, intrigada.
——Sí. Le hice una reverencia, como una auténtica dama. ——Contestó la pirata, volviendo a ver a su amiga, quien asintió; observándola. ——Y entonces él gruñó y movió los pies, como un verdadero… ganador. ——Exclamó, mirando nuevamente al chico.
——Estabas diciendo que hay refriegas en el oeste, más allá de la Barrera. ——La reina se dirigió hacia Adam Beast, quien estaba a su lado en la mesa real.
——Saqueadora de Huesos. No es nada de lo que tú debas preocuparte. ——Prometió el rey de Auradon.
——Excepto que he tenido reportes similares del Norte. Asentamientos quemados y abandonados. ——Replicó Úrsula, el Capitán de la Guardia Real la observó de reojo.—— ¿Y si es algo más?
——Esas son cosas sin sentido. Nada, jamás, puede atravesar la Barrera. ——Aseguró Adam, serio, así que la mujer decidió dejar el tema de lado para observar a su hijo; quien coqueteaba con las invitadas.
(...)
——Nobles del reino, ¡la Reina! ——Anunció Caspian, captando la atención de todos. Úrsula se incorporó de su asiento, colocando las manos sobre la mesa.
——Han pasado doscientas lunas desde que los Caballeros de la Isla de los Perdidos derrotaron a las legiones de Morgana y liberaron los Estados Unidos de Auradon de su maldición. Y durante 200 lunas, hemos mantenido una alianza civil, gobernando con el consentimiento mutuo. Un territorio, reinos separados. Hasta ahora. Mañana, el príncipe Ben se casará con mi hija, Uma. Uniendo al fin Auradon y la Isla, asegurándonos un futuro armonioso y fortaleciéndonos contra cualquier amenaza que podamos enfrentar. ——Habló la mujer, entonces tomó su copa y la levantó.—— Por la novia y el novio, que gobiernen sabia y justamente, y defiendan nuestro reino hasta el día en el que la verdadera Emperatriz Audrey Rose regrese. ——Inició el brindis.
—— ¡Hasta ese día! ——Repitieron los demás mientras se incorporaban de sus asientos con sus copas.—— ¡Hasta ese día! ¡Hasta ese día!”
Y luego empezaron a aplaudir, la princesa le sonrió a su madre, alzando la copa hacia ella para luego beber. Ben tomó el vino mientras los demás aplaudían y la familia real bebió.
De pronto Úrsula dejó de oír el sonido de la habitación, el cual fue reemplazado por los susurros.
“La sombra se expande. Solo con la luz de ella podremos encontrar nuestro camino en la oscuridad. Los Vendavales, ya vienen”
(...)
La adulta bajó hacia los calabozos, deteniéndose para tomar asiento junto a una celda cuando la puerta se cerró.
—— ¿Cómo está la fiesta? ——Cuestionó Sirius, intrigado.
——Deberías ver al Príncipe. Es un ratón. Uma no debería… ——Empezó a hablar Úrsula, pero el prisionero suspiró.
——Creo que ambos sabemos cuánto disfruto de nuestras pequeñas charlas, pero a menos que sea para traerme una porción de pastel, ¿por qué has venido hasta aquí abajo? ——Quiso saber el hombre de cabello largo, quien no obtuvo una respuesta. ——Tal vez es porque quieres que yo te diga que no fuerces a tu hija a meterse en un matrimonio sin amor. ——Sugirió.
——Sabes que no tengo opción. ——Le recordó la bruja del mar, haciéndolo reír.
——Te casaste con Madmartigan. No hubo nada fácil acerca de esa decisión, pero al menos la tomaste por las razones correctas. ——Dijo Sirius.
——Todo lo que hice, lo he hecho para proteger a la gente que amo. Cuesta un montón. ——Contestó la reina. ——Estoy cansada.
—— ¿Por cuánto tiempo podrás mantener esto? ——Preguntó el hombre, su visitante bajó la cabeza e inhaló.
——Por el tiempo que sea necesario. ——Respondió ella, elevando la cabeza.
(...)
De regreso en la fiesta, Uma y Mal estaban danzando juntas, a su alrededor habían varias personas que hacían lo mismo.
——Quiero decir, tal vez estoy exagerando. ——Dijo la princesa de la Isla, quien tenía las manos sobre los hombros ajenos. ——Esto no significa que nuestra vida tenga que cambiar. Aún podremos cabalgar y… ——Añadió, sonriendo y acercando su rostro un poco más al contrario, poniendo aún más nerviosa a la chica de cabello morado.
——Caspian presentó una petición en mi nombre. ——La interrumpió la ojiverde, viendo cómo la chica de cabello turquesa todavía le sonreía. ——He sido aceptada para entrenar con la Legión Brillante, Uma. Para convertirme en un Caballero de la Isla de los Perdidos.
——P-Pero ellos no aceptan… ——Tartamudeó la hija de Úrsula, confundida, ya que allí no aceptaban mujeres.
——Han hecho una excepción. ——Replicó la ojiverde, bajando la mirada con pena. ——Es la primera que harán, de hecho.
La pirata bajó un poco las manos de los hombros ajenos.
——Tendré que partir al sur con el General Shang después de la boda. —— Informó la guardaespaldas, entonces Uma la soltó.
—— ¿Mi boda? ——Repitió la chica de cabello turquesa, sintiéndose dolida y traicionada.—— ¿Mañana?
——Quería decírtelo antes, pero simplemente no sabía cómo… ——Empezó a explicar Mal, sin embargo la contraria empezó a alejarse de ella. ——Uma. Uma, detente. ——La llamó, yendo tras ella, quien caminó más rápido hasta que su hombro chocó con el del príncipe de Auradon; haciéndola gruñir y detenerse unos instantes después, para luego ir a encarar al joven.
—— ¡Hey! ——Lo llamó la princesa mientras lo alcanzaba, quien la observó mientras ella se colocaba frente a él.—— Entonces, nos vamos a casar. Eso es raro, ¿verdad?
Aquello ya había captado la atención de las personas que se encontraban a su alrededor, como Umar y Úrsula, quienes los miraban de reojo.
——Uh, estoy esperándolo con ansias. ——Respondió Ben, quien quiso pasar por al lado de su prometida, queriendo evitar un conflicto.
—— ¿Por qué? ——Dudó la princesa, haciendo que él se detuviera, girándose para verla, mientras los invitados los observaban sin disimulo. ——Ni siquiera me conoces. Mencionó, incrédula.
——Estoy agradecido por la oportunidad de servir al reino. ——Se justificó el príncipe, entonces la chica de cabello morado finalmente llegó hacia ellos.
——Perdón. Discúlpanos. ——Se disculpó la recién llegada, tomando del brazo a la otra chica para alejarla, pero ella se soltó para sostenerse del brazo del joven.
—— ¡Hey! Estoy conociendo a mi prometido, pero tú puedes irte a donde quieras, tal como ya lo has dejado abundantemente claro. ——Replicó la descendiente de Úrsula, ignorando que ahora era el centro de atención de todo el mundo. Mal la observó con dolor mientras ella le daba la espalda para ahora colocarse frente al hijo de Bella y Bestia. —— ¿Alguna vez has oído la historia de Mérida?
Él suspiró.
——Ella era la princesa de DunBroch hace años y era, según todos lo cuentan, la mujer más hermosa que alguna vez vivió. ——Continuó relatando la princesa, dirigiéndose al público que ahora la observaba, sosteniendo su copa ya vacía en una de sus manos. ——Entonces, el Rey invitó a todos los caballeros y a todos los príncipes a competir por su mano. ——Dijo, deteniéndose en una mesa para dejar su copa allí y tomar una pequeña calabaza.
——El ganador de cada evento avanzaría hasta el siguiente hasta que solo quedaran dos. Este presuntuoso joven caballero de la Isla y este guerrero con casco, procedente de una tierra lejana, cuyo rostro nadie había visto aún. ——Habló Uma, gesticulando con su mano libre y caminando alrededor de la multitud. ——Y después de una batalla feroz, nuestro misterioso extraño venció al caballero, entonces se quitó el casco.
La princesa regresó hacia donde estaba su prometido para verlo a los ojos.
—— ¿Puedes adivinar quién era? ——Dudó la chica de cabello turquesa, sin recibir una respuesta. ——Era la Princesa Mérida. Secretamente se inscribió al torneo para pelear por sí misma, para tener una oportunidad de elegir su propio futuro. ——Mencionó, entonces el príncipe de la Isla se acercó a ellos.
——Hermanita, ¿podemos hablar rápidamente, por favor? ——Intervino Umar, captando la atención de su pariente.
——Ya intenté eso. ——Masculló la ojiverde, desde su lugar.
—— ¿Por qué no te vuelves útil? ——Sugirió Uma, colocando la calabaza encima de la cabeza del príncipe, quien suspiró al ver cómo la chica continuaba dirigiéndose hacia el chico Bestia; a quien tomó de la mano para llevarlo hacia la mesa y hacerlo tomar un cuchillo, entonces ella colocó una mano en su hombro y la otra en su cadera. ——Digamos que hubiera un torneo por mi mano, en el que estuviéramos compitiendo. ¿Crees que tú ganarías?
—— ¿Tú quieres que yo…? ——Comenzó a preguntar Ben, estando a una distancia prudente del príncipe.
—— ¿Qué? ¿Temes dejar ciego a mi bonito hermano mellizo? ——Se burló Uma, divertida.
——Yo estoy un poco preocupado acerca de eso. ——Admitió su hermano, gesticulando con una mano.
Fue entonces cuando Adam Beast se aclaró la garganta, los demás hicieron una reverencia ante él, Uma soltó a su prometido.
——Tal vez no. ——Se opuso Ben, entregándole el cuchillo y alejándose para pasar a un lado del mellizo de la princesa.
——Mmm, no querrías fallar. ——Comentó la chica, dando un paso adelante y alzando el brazo con el que tenía la daga hacia atrás para tomar impulso, pero alguien la tomó y la hizo girar; logrando que el cuchillo cayera al suelo.
La reina estaba frente a ella, más enojada que nunca, quien la soltó para tomar su otra muñeca; dispuesta a sacarla de ahí.
(...)
——Has humillado al príncipe. ——Le recriminó la bruja del mar una vez que habían abandonado la fiesta y ahora caminaban por los pasillos.
—— ¡Suéltame! ——Demandó su descendiente, forcejeando con ella.
——Me has humillado. ——Continuó quejándose la adulta.
—— ¡No me importa! ——Mencionó la princesa.
——Les has demostrado a todos en esa habitación exactamente lo que eres: una niña petulante que necesita madurar. ——Exclamó Úrsula, soltándola delante de ella.
——Soy una prisionera, sentenciada a una vida que ni siquiera elegí. ——Habló la menor.
——Nadie elige su vida, Uma. ——Replicó la reina.
——Ni a su madre. ——Añadió la princesa, harta.
——Eso es verdad. Y si piensas que soy dura, deberías haber conocido a la mía. ——Le dio la razón su progenitora, justo cuando Umar llegó corriendo hacia ellas.
——Está bien. Está bien. Todo está bien. ——Anunció el príncipe, colocándose entre ambas para comenzar a gesticular con sus brazos. ——Acabo de hablar con Ben, quien no es un tipo tan terrible una vez que lo conoces. Él va a hablar con el Rey, suavizar todo, explicar…
—— ¡Yo creo que deberías continuar persiguiendo chicas en lugar de meter tu nariz en asuntos que eres incapaz de comprender y tampoco te incumben! ——Lo interrumpió Úrsula, elevando su tono de voz, luego miró a sus dos hijos. ——Váyanse a la cama, los dos. ——Les ordenó, antes de volver a dirigirse hacia la princesa.
——En la mañana, te disculparás con el Rey y con el Príncipe, entonces te casarás con él. ——Sentenció la reina, justo antes de darse la vuelta para regresar a la celebración.
Uma soltó un suspiro y su hermano pasó delante de ella para irse a su habitación, ella lo siguió con la mirada hasta que finalmente fue tras él.
—— ¿Qué crees que estás haciendo? ——Cuestionó la joven, deteniéndose frente al chico.
—— ¿Huh? Oh, ¿vas a golpearme? Porque estoy un poco cansado después de eso. ——Exclamó Umar, señalando hacia atrás.
——No pedí tu ayuda. ——Dijo la princesa.
——No, pero la vas a obtener de todas formas porque eres mi hermana y te quiero, a pesar de tu personalidad ganadora. ——Contestó el príncipe, sin arrepentirse de lo que había hecho.
——Todos te aman porque eres tan encantador y divertido, siempre y cuando no esperen nada de ti, porque en el momento en el que lo hagan, te irás tal y como Papá lo hizo. ——Le recriminó su melliza, furiosa.
——Yo no soy él. ——Replicó el joven. ——Uma, no voy a irme a ningún lado.
Ella negó con la cabeza varias veces antes de ingresar a su habitación, dando un portazo, su hermano simplemente se resignó y comenzó a caminar hacia su cuarto.
(...)
Uma ya había tomado una decisión, pero antes de hacer lo que tenía planeado, tenía que dejar atrás todo lo que le impediría realizar aquello.
Por eso estaba escribiendo una carta.
«Querida Mal:
Recuerdo que había una vez, cuando la mañana llegó, perdimos la noción del tiempo de nuevo, estuvimos riéndonos con mi pie en tu regazo; como si fueras mi amiga más cercana.
"¿Cómo terminamos en el suelo, de todas maneras?” dijiste.
"El vino barato de tu compañera de cuarto, así fue" contesté.
Te veo cada día ahora, y te elijo a ti, a la única con la que estaba bailando en la Isla, sin zapatos.
Miré arriba hacia el cielo y era… Eso no importa ya.
También recuerdo el bordó en mi remera cuando salpicaste tu vino en mi, y como la sangre subió a mis mejillas, tan escarlata, que era…
No podría olvidar la marca que ellos vieron en mi clavícula, o el óxido que creció entre nosotras, o los labios que solía llamar hogar, tan escarlatas, que eran bermellón.
Pero fue entonces cuando el silencio vino, estábamos temblando, ciegas y confundidas. No puedo evitar preguntarme ‘¿Cómo demonios nos perdimos de vista a nosotras mismas de nuevo?’
Sé que ahora estás en tu habitación, llorando con tu cabeza en tus manos, destrozada después de haberme roto el corazón.
¿No es esa la forma en la que esta mierda siempre termina?
Y cuando quisiste alejarme de mi prometido pero yo no te dejé hacerlo, tú estabas parada con ojeras en el pasillo.
Claveles que pensaste que eran rosas, esas somos nosotras.
Cada vez que lo toco a él, te siento, sin importar qué, solo recuerdo los rubíes a los que renuncié al no poder estar contigo como me gustaría. Y te perdí a ti, a la única con la que estaba bailando en la Isla, sin zapatos; miré arriba hacia el cielo y era bermellón.
Tendré que dormir con Ben y despertar con tu recuerdo sobre mí, ese es un maldito legado real, era bermellón.
Deberé despertarme a su lado, sabiendo que despierto con tu recuerdo sobre mí, ese es un maldito legado real para dejar.
Pero no quiero eso, no puedes dejarme si yo te abandono primero, no puede haber una boda si yo me escapo antes. No voy a pedirte que vengas conmigo porque tienes un futuro por delante, pero sé que si alguna vez quieres buscarme, vas a encontrarme.
Espero verte pronto.
Con cariño, Uma»
(...)
La descendiente de Maléfica se encontraba dormida en su habitación cuando alguien ingresó a la misma, acercándose a su cama y cubriendo su boca antes de subirse encima de ella cuando la susodicha despertó.
——Hey, hey, hey, detente. Detente. ——Pidió la princesa de la Isla, quitándose la capucha para que la contraria se calmara.
—— ¡Casi me matas del susto! ——Se quejó la ojiverde.
——Me iré. Vine a despedirme. ——Explicó la descendiente de Úrsula, entonces la chica de cabello morado colocó sus manos sobre los brazos ajenos para poder acomodarse.
——Uma, sé que estás enojada… ——Dijo Mal mientras se apoyaba en sus codos.
——No lo estoy. No lo estoy. ——La corrigió la princesa, pasando una mano por sus trenzas. ——Estoy pensando claramente por primera vez en mi vida entera. ——Aclaró, colocando sus manos en los hombros ajenos.
——Si lo estuvieras, entenderías que huir no es… ——Empezó a contradecirla la chica que acababa de despertarse.
——Esto no es acerca de casarme con Benjamín. ——Replicó Uma, luego suspiró. ——Quiero decir, lo es, pero… Estoy buscando algo. Y no está aquí. Está allá afuera. Más allá de la Barrera.
Y antes de poder obtener una respuesta, acortó la distancia que las separaba para unir sus labios con los impropios, ni siquiera le dio tiempo a reaccionar ya que luego de unos instantes la princesa se apartó con una sonrisa.
Mal pestañeó varias veces, tratando de darse cuenta si aún estaba soñando o si eso acababa de suceder.
——Serás un gran Caballero. ——Prometió la chica de cabello turquesa antes de bajarse de la cama, dejar la carta bajo la almohada y caminar hacia la ventana, no sin antes verla por última vez. ——Pero seguiré pateando tu trasero. ——Añadió y se retiró por la ventana, la ojiverde observó en aquella dirección esperando a que regresara, pero suspiró cuando no lo hizo.
(...)
La princesa estaba buscando la manera más discreta de abandonar el castillo cuando Mal tocó su brazo, haciéndola sobresaltarse.
—— ¡Oh, Dios! Si piensas que vas a convencerme para que no haga esto… ——Le advirtió la chica de cabello turquesa, quien continuó caminando.
——Te conozco lo suficiente para saber que no te convenceré de hacer algo que no quieres. ——Replicó la chica de cabello morado, yendo tras ella. ——Solo te estoy pidiendo que esperes un poco más.
—— ¿Para qué? ——Dudó Uma, girándose a verla.—— ¿Quieres venir? ——Preguntó, esperanzada.
——Uma, sabes qué es lo que yo quiero. ——Le recordó Mal. ——Quiero servir a la Reina y defender los Estados Unidos de Auradon. Si eres mi amiga, no me pedirás que te elija a ti sobre eso.
——Si no me voy ahora, jamás lo haré. ——Mencionó la princesa pirata, impaciente, girándose para salir de allí.
——Okay. Bien. Haz lo que quieras. ——Accedió su guardaespaldas, dando un paso atrás.
—— ¡Ugh! ——Se quejó la hija de Úrsula, girándose para verla.
——Sabes, no hay nada valiente acerca de huir en mitad… ——Dijo la ojiverde, quien se distrajo al notar algo tras Uma, quien se giró para verlo. La menor se aproximó a ella.—— ¿Eso es niebla? ——Cuestionó, ya que no podía distinguir nada a su alrededor.
Entonces oyeron un grito proveniente de las torres del castillo, luego vieron cómo uno de los miembros de la Guardia Real cayó al suelo delante de ambas, quienes se hicieron a un lado.
Luego cayó otro guardia y las dos sacaron sus espadas, colocándose espalda con espalda, preparadas para luchar con lo que sea que se atrevía a invadir el palacio.
Pronto llegó el resto de la familia real, junto con miembros de la Guardia Real, pero ninguno de ellos pudo evitar que el príncipe fuera secuestrado.
(...)
Uma, Kase (uno de los más fuertes de la Guardia Real), Mal, Ben y Sirius fueron los integrantes del equipo de búsqueda aprobado por la reina, quien les ordenó buscar a un hechicero llamado Rayne. Fueron seguidos por la rubia de la cocina de la que Umar decía estar profundamente enamorado, quien se presentó como Maggie Vera, a quien tuvieron que aceptar en el grupo a pesar de las quejas de la princesa.
(...)
Una vez que localizaron al hechicero, continuaron su viaje junto a él para encontrar a Umar, sin embargo se detuvieron a descansar en un bosque.
Mal y Uma estaban caminando juntas, procesando todo lo que había pasado entre ambas, hasta que de repente se detuvieron; quedando enfrentadas.
——Parece que perteneces aquí. ——Habló la chica de cabello turquesa.
——Lo hago. ——Concordó la ojiverde.
——Lo sé. ——Admitió la descendiente de Úrsula. ——Pero la cosa es, te necesito.
——Sí. ——Le dió la razón la menor, asintiendo con la cabeza y bajando la mirada. ——En la misión. ——Aclaró.
——Quiero decir, en todo eso. ——La corrigió Uma, logrando que la contraria la observara. ——Quiero decir, en mi vida.
Ambas se quedaron en silencio, esperando a que la otra hablara.
——Mal… ——La llamó la princesa, negando con la cabeza y dando un paso hacia adelante. ——Todo lo que me importa eres tú. Y si quieres venir aquí, después de que encontramos a Umar, para vivir; vendré contigo si eso te parece bien, porque no quiero tener ninguna aventura si no es contigo. ——Confesó finalmente.
——Debí decírtelo antes, ¿sabes? Y por eso, por todo, lo siento mucho. ——Se disculpó la hija de Úrsula, dejando escapar un sollozo y bajando la cabeza para luego respirar hondo y volver a ver a la contraria mientras jugaba con sus manos, nerviosa. ——Está bien, uhm, ¿qué querías decir?
—— ¿La verdad? ——Cuestionó la chica de cabello morado.
——Así es. ——Dijo la melliza de Umar, así que la menor respiró hondo.
——Yo estoy, y he estado por algún tiempo, simplemente… totalmente; ridículamente, desesperadamente enamorada de ti. ——Admitió Mal, siendo honesta finalmente. ——Y en unos diez segundos, voy a besarte. Así que, si no quieres eso… ——Prosiguió.
——Sí, y-yo… estaría… ——La interrumpió Uma. ——Quiero decir, yo estaría encantada.
La ojiverde dio un paso hacia adelante.
—— ¿Estás segura? ——Dudó la guardaespaldas, acercándose más hasta que sus rostros estuvieron lo suficientemente cerca para que sus respiraciones comenzaran a mezclarse. ——Porque si lo hago, si te beso, tal vez nunca me detenga. ——Le advirtió.
——Supongo que solo hay una forma de averiguarlo. ——Susurró la chica de cabello turquesa.
Mal no esperó ni un segundo más para unir sus labios con los de la princesa de manera apasionada, quien le correspondió con la misma desesperación y deseo, pues las dos habían esperado demasiado para tener un momento a solas en el que pudieran ser ellas mismas sin pensar en lo que el mundo necesitaba que fueran.
Y aquel beso, a pesar de que no fue el primero que compartieron, fue tan perfecto que no querían separarse.
Ese beso hizo que las mejillas de ambas se volvieran de color escarlata, tan escarlata que se hicieron de color bermellón.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro