008. Las dudas de Eleanor y la reconciliación

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DESPUÉS DE SU CRISIS EN EL BAÑO, MELLEA tuvo que correr para llegar con Eleanor a la biblioteca. Ya se había tardado más tiempo de lo esperado, por lo que mientras corría trataba de pensar en como justificar su retraso y el hecho de que vistiera algo diferente a lo que usaba antes de irse. No quería preocupar a Eleanor contándole sobre el vociferador por parte de su madre y mucho menos le iba a contar sobre lo del vomito.

— Mell, comenzaba a preocuparme. Ya estaba preguntándole a algunos si no te habían visto— dijo Eleanor al encontrar a su amiga en la entrada de la biblioteca— ¿Por qué tardaste tanto? ¿Todo en orden?

— Choqué con un niño de primero y me ensució la blusa, tuve que cambiarme— mintió Mellea forzando una sonrisa— Además no encontraba mis libros. Tal vez los elfos domésticos los movieron de lugar mientras hacían la limpieza del cuarto porque no estaban en donde recordaba, eso me atrasó...

— Que raro, los elfos si llegan a mover algo suelen dejarlo en donde lo encontraron— pensaba Eleanor no muy convencida— ¿Estás bien? Te veo algo agitada... estás palida

— Estoy bien, tuve que correr y me cansé— dijo Mellea tratando de recuperar el aliento— ¿Te parece si ya nos ponemos a hacer la tarea pendiente. Quiero acabar con eso pronto para ponerme a estudiar para transformaciones

Eleanor no estaba muy segura de las palabras de su amiga, pero la conocía lo suficiente para saber que no daría más información de lo que ya había dicho, por lo que no le quedó más remedio que acceder a los deseos de Mellea e ignorar esa señal de alerta que sonó en su cabeza al ver a su amiga llegar tan agitada e incluso un poco pálida. Sabía que eso no era lo más optimo, pero no quería ponerse a discutir con su amiga afuera de la biblioteca y armar una escena. Si quería saber la verdad, tendría que esperar a otro momento.

Mellea por su parte trató de mantener su mentira y de no hablar más de lo necesario. Sabía que Eleanor la conocía lo suficiente para saber que estaba mintiendo si es que hablaba de más, por lo que se limitó a solo sacar conversación con relación a su tarea.

Fuera de eso, la cabeza de la pelinegra aún se encontraba demasiado revuelta por todo lo que su madre le había dicho en el vociferador. No quería ir a disculparse con Draco, pero sabía que si no lo hacía, Beatrice era capaz de aparecerse en el colegio y armar una escena que ella no estaba dispuesta a tolerar.

Aún no sabía como es que su madre se había enterado de la pelea o de que estaba comiendo de más, y aunque era una duda que realmente deseaba resolver, deseaba más que Beatrice se mantuviera lejos de Hogwarts, por lo que terminó decidiendo que al terminar con su tarea, buscaría a Draco para hablar de todo lo que había estado pasando entre ellos. 

Hora y media más tarde, Mellea se despidió de Eleanor y mintió diciendo que tenía que buscar a Hermionie Granger para que le compartiera unas notas. Sabía que estaba mal mentirle a su mejor amiga y sabía que esto era algo que no tardaría en salir a la luz, pero sabía que si Eleanor descubría que iba en camino a buscar a Draco, se molestaría y comenzarían una discusión que ella prefería evitar.

Eleanor aún no estaba del todo segura de lo que Mellea decía, pero se limitó a asentir y a decirle que la vería mas tarde en la cena. La pelinegra por su parte, no sabía exactamente en donde podría encontrarse Draco, pero asumió que el Slytherin estaría en alguno de los jardines junto a sus amigos ya que siempre que podían estaban ahí buscando a quien molestar. 

Por cada paso que daba sentía su estómago revolverse pese a que este estaba vacío debido a los vómitos de hace unas horas, sus manos sudaban, ¿Cómo se le acercaría a Draco? ¿La perdonaría por lo sucedido? ¿Y si él estaba tan furioso que no quería hablar con ella? ¿Y si la terminaba?

Había tantas dudas en su cabeza que ni siquiera parecía saber como empezar a organizar todo lo que daba vueltas en su mente. Quería resolver esto lo más pronto que se pudiera y dejar todos estos malos sabores de boca detrás.

Para cuando Mellea estaba por llegar al jardín, logró verlo de espaldas conversando con Fiorella, Theodore Nott y Blaise Zabini. Ya estaba por llegar con ellos, estaba a solo unos metros, pero escuchó que alguien la llamaba por su nombre de manera insistente.

— ¿Te conozco?— preguntó Mellea confundida— ¿Cómo sabes mi nombre?

— Mi nombre es Jake, soy de Gryffindor— contestó el chico— Compartimos algunas clases y a veces me pasas algunos apuntes

— Si... lo siento, no te recuerdo— negó Mellea tratando de seguir con su camino— Y perdón pero tengo algo que hacer, si me disculpas...

— No— la detuvo el chico tomándola del brazo— Espera... quisiera hablar contigo

— Estoy ocupada, otro día— negó Mellea tratando de librarse del agarre del chico— ¿Qué haces? ¿Por qué me tocas? Nunca dije que pudieras tocarme...

— No, quiero que sea ahora— dijo el Gryffindor apretando el agarre de la muñeca de Mellea— Hablemos.

— Ya te dije que ahora no puedo y tampoco quiero— se quejaba Mellea mientras jalaba su brazo en un intento de liberarse— Suéltame, yo no te conozco y no me interesa hablar contigo

— Ya para de hacerte la difícil, solo quiero hablar— dijo el chico molesto jalando a Mellea para llevársela

— ¡Ya te dije que me sueltes idiota!— gritó Mellea— ¡Ayúdenme!

Aquel grito fue más que suficiente para captar la atención de Fiorella, quien logró ver a Mellea luchar para tratar de librarse de aquel desconocido que parecía aferrado a llevar a la chica consigo.

La rubia se enfureció tanto que no dudó ni dos segundos en caminar en dirección a ambos. Sacó la varita de su túnica y comenzó repasar mentalmente todas las maldiciones que conocía. 

Draco, Blaise y Theodore se miraron confundidos al ver la reacción de Fiorella, puesto que no lograban comprender lo que pasaba. Pero entonces, Draco prestó más atención y al seguir con la mirada a la chica de cabellos rubios pudo ver como esta se dirigía hasta donde se encontraba Mellea, quien luchaba por librarse del agarre de un Gryffindor.

El Slytherin sintió toda la furia recorrer sus venas, por lo que sin perder más tiempo, sacó su varita y siguió a Fiorella. Le daría una fuerte lección a aquel sujeto por tocar a su novia.

— ¡Suéltame!— gritó Mellea desesperada, aún luchando por liberarse

— ¿Acaso no oíste que la sueltes?— preguntó Fiorella enojada apuntando con su varita

— ¿También te quieres unir a la diversión Jones?— preguntó riendo Jake— Puedo con ambas, no te pongas celosa cariño, tu también estás muy buena. Realmente no me molestaría darte algo para que entretengas tu boquita

Y esa fue la gota que derramó el vaso para Draco, odiaba que alguien se acercara a su novia, pero también odiaba que alguien le faltara el respeto a su mejor amiga, Mellea, Fiorella y Narcissa eran las tres mujeres mas importantes de la vida de Draco, no dejaría que nadie nunca les faltara al respeto.

Algo bastante irónico si se consideraba la manera en la que llegaba a tratar a Mellea...

— Desmaius— pronunció Draco apuntándole a Jake quien no tuvo ni tiempo de reaccionar

Mellea estuvo por caer al suelo ya que Jake la sujetaba, pero Fiorella fue más rápida yalcanzó a sujetarla. La Ravenclaw sentía su corazón latir con fuerza, ¿Qué hubiera pasado si Draco y Fiorella no aparecían?

Ella traía su varita en la túnica pero se bloqueó al sentir la fuerza con la que el joven la sujetaba, el miedo se apoderó de ella causando que no pudiera reaccionar.

— ¿Estás bien?— le preguntó Draco a Mellea

— Eso creo— contestó Mellea quién aún trataba de comprender que había sucedido— Él me dijo que quería hablar conmigo en un salón, yo no quería, pero no lo tomó bien y...

— Shhhh, tranquila cariño— trató de calmarla Fiorella mientras le daba un abrazo— No hables de eso, ese idiota me las va a pagar, esto no se va a quedar así

Fiorella se fijó que nadie estuviera viendo, solo había unos cuantos Hufflepuff en el jardín además de Blaise y Theo, quienes cubrían la visión de los demás, por lo que se encargó de hacerle un hechizo a Jake para unir sus piernas. Lo dejarían inconsciente y ya que el chico había logrado llevar a Mellea hasta detrás de unos arbustos, no había riesgo de que pudieran culpar a los Slytherin o a la Ravenclaw.

— Ven, vamos a mi sala común— le dijo Draco a su novia— Blaise, Theo. ¿Pueden encargarse momentáneamente de esto? Iré con ustedes más tarde

Los Slytherin's asintieron. Draco pasó un brazo por encima de los hombros de Mellea, quien tenía la vista perdida en un punto fijo. Era como si ni siquiera fuera consiente de a donde se dirigía, sus piernas se movían como acto involuntario, se dejó llevar por Draco hasta las mazmorras.

Una vez que llegaron al muro que daba acceso, el chico pronunció la contraseña haciendo pasar a su novia.

Las personas que estaban en la chimenea o en los sillones decidieron ignorar el hecho de que alguien que no era de su casa estaba entrando a su sala común, sabían que llevarle la contraria a Draco Malfoy podía salir muy mal.

El rubio ignoró todas las miradas y llevó a Mellea hasta su habitación donde la sentó en su cama mientras él buscaba algún dulce para darle. Siempre que encontraba a la chica triste por algo, trataba de animarla con alguna golosina, puesto que ella las amaba.

— ¿Te encuentras bien?— le preguntó Draco extendiéndole una paleta en forma de óvalo

— Si, estoy bien— respondió Mellea no muy convencida mientras aceptaba el dulce

— Ese imbécil me las va a pagar— habló Draco

— No, por favor no— negó Mellea tomando la mano de su novio— No quiero que te metas en problemas por mi culpa...

— Mell, ese idiota tenía otras intenciones contigo. Si no hubiéramos llegado no sé que hubiera pasado— le dijo Draco sentándose a su lado— Merece que alguien le rompa los huesos

— No vale la pena que te metas en problemas por alguien como él— dijo nerviosa— Solo vamos a olvidar esto. Yo... solo quería hablar contigo

— No lo voy a olvidar, tenlo por seguro— dijo Draco viendo a la chica fijamente— Pero ¿De que necesitas hablar?

Mellea sintió un nudo en la garganta, aunque no estaba muy segura de si este era por lo ocurrido momentos atrás o porque estaba apunto de disculparse por algo de lo que no estaba del todo convencida.

— Quería pedirte perdón por gritarte hace unos días— dijo apenada y mirando al suelo — No debí hacerlo, entiendo que te encelaras, solo quieres protegerme ¿No es así?

— Claro que si Mell— dijo Draco tomando ambas manos de la chica— Me enferma saber que otros chicos te miran con deseo, no quiero que nadie te toque

— Nadie que no seas tu me volverá a tocar— dijo Mellea con una sonrisa de lado— Te lo prometo

Draco sonrió ante ese comentario, tomó a la chica de la barbilla para luego unir sus labios en un tierno beso.

— Te amo Draco— dijo Mellea separándose un poco y sonriendo— Te amo demasiado

— Yo te amo aún mas Mell— le contestó Draco para luego volver a unir sus labios

Mellea no estaba del todo segura de si lo que estaba haciendo era lo correcto, pero vaya que estaba segura de que amaba a Draco y que había extrañado sus besos en todo el tiempo que llevaban separados. Suponía que eso debía ser suficiente para que olvidara todo lo malo que había experimentado por culpa de su madre y de Jake, después de todo tenía a Draco y este parecía que haría cualquier cosa con tal de defenderla...

O para que alguien que no fuera él la tocara...