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«𝐒𝐄𝐍𝐓𝐈𝐌𝐈𝐄𝐍𝐓𝐎𝐒» 𝟕

Llegó la noche, Sana seguía en el mismo lugar y en la misma posición sin ganas de volver a casa, si Jeongyeon no hubiera llegado, no sabía que hubiera pasado. Estuvo apunto de cometer una tontería, no supo en que momento su mente se nublo, si era por el enojo que sentía, de solo escuchar que querían dañar a Dahyun, la nublo al grado de que no pensaba en las consecuencias.

-Soy una tonta-Se susurro a si misma la nipona-Pude haber lastimado también a Dahyun-Mustio.

El lago de noche se podía ver los reflejos de la luna, aquel lugar era su favorito para cuando se sentía triste. Su madre se lo había mostrado, muchas veces solían ir solo para admirar el hermoso paisaje del lago. Solo quería quedarse en ese lugar toda la noche y reflexionar sobre sus acciones.

Dahyun por otro lado, se sentía preocupada. La luna había salido y Sana no había regresado a casa. Se sentía culpable de no haberla seguido y asegurarse de que estuviera bien, deseaba que no le haya pasado nada. No quería seguirla esperando, tomó uno de sus abrigos nuevos, una bufanda roja que estaba en la mesa y sus zapatos. Caminó hasta la puerta, al tocar la perilla dudaba si en salir, no sabría en dónde buscar, seguramente todo estaría obscuro y no quería encontrarse con personas malas; tenía miedo. Se quedo pensando un par de segundos, su preocupación por la castaña era mayor a su miedo. Sin dudarlo, abrió al fin la puerta y se encontró con la silueta de la chica de cabello corto que había visto con Sana en el pueblo. Jeongyeon solo la quedo viendo con la ceja alzada de pies a cabeza, Dahyun simplemente salió de la casa cerrando la puerta sin quitarle la vista encima.

-¿Qué es lo que quiere? -Preguntó Dahyun frunciendo el ceño al ver a la chica de cabello corto al frente suyo.

-¿En dónde esta Sana? -Pregunto Jeongyeon ignorando la pregunta de Dahyun-Dile que estoy aquí.

-Ella no está, no ha regresado desde la tarde-En su voz se notaba la preocupación por la castaña-Iba a buscarla ahorita.

Jeongyeon rio irónicamente.

-¿Y no te da miedo salir tu sola de noche?

-Sí-Respondió Dahyun con voz temblorosa-Pero, quiero encontrar a Sana y volver con ella a casa.

-A lo mejor Sana no quiere regresar contigo y se fue ¿No crees?

Dahyun no había pensado en eso, tal vez Sana no quería verla y por esa razón se había ido a penas llegaron a casa sin decirle una sola palabra.

-¿No lo habías pensando? -Continuó su burla la chica de cabello corto-Deberías regresar a casa y dejarla sola.

El corazón le dolía mucho, agacho la cabeza y su corazón latía con rapidez. Puso su mano sobre su corazón y agarro fuertemente su abrigo, sentía de nuevo ese sentimiento de cuando su madre nunca volvió por ella y el miedo de regresar al mismo lugar en dónde aquel hombre estuvo apunto de hacerle daño. No puedo evitar soltar una lágrima; Jeongyeon pudo darse cuenta y no esperaba que reaccionara de tal manera, solo quería bromear un poco con aquella niña.

-No llores-Dijo rápidamente Jeongyeon al ver otra lágrima caer por su mejilla de Dahyun-Solo quería molestarte un poco-Se agacho para tocarle ligeramente el hombro a la menor y esta la miró de nuevo con sus ojos ligeramente rojizos-Sana te quiere mucho, ve a buscarla. No debe estar muy lejos, solo camina derecho-Señalo la dirección al frente-Y la encontraras.

Dahyun volteó hacía la dirección, estaba oscuro, la única luz era la luz de la luna, pero en dónde los árboles cubrían no llega dicha luz.

-¿Sana me quiere? -Jeongyeon asintió con una sonrisa-¿Y que es eso? -Preguntó curiosa antes de irse.

-Es cuando dos personas tienen un vinculo muy bonito y existe el cariño-Intentó explicar Jeongyeon-Cuando encuentres a Sana, dale un brazo.

Dahyun asintió. Volvió a ver el caminó y trago saliva. Dio el primer paso, en su mente quería evitar pensar en cosas malas, quería ignorar la oscuridad, no voltearía a ver hacía los lados y seguiría derecho hasta encontrar a la castaña a la que tanto deseaba ver. Entre más caminaba, más lejos se encontraba la casa, solo volteó una vez, quería saber cuanto había caminado porque el caminó no parecía querer terminar. Sus pies comenzaban a cansarse, sentía la boca seca y los ruidos no la dejaban respirar tranquila, comenzaba a sentir miedo y deseaba regresar. Miró una vez más detrás suyo y todo estaba oscuro, ni siquiera el reflejo de la luz de la luna sobre el lago. Cerro los ojos y siguió caminando derecho, no se daría por vencida, tenía que ser valiente por Sana.

Sana seguía en el mismo lugar ocultando su rostro y lamentándose recordando lo que había pasado en Japón. De solo recordar aquel suceso, su corazón se aceleraba y el miedo se apoderaba de todo su cuerpo. No quería volver a sentirlo, por eso tenía que controlarse y no perder el control como estuvo apunto de perderlo por la tarde enfrentando a aquellos hombres. Miró a la luna, la luz esa noche era más brillante, su madre le contaba que el sol brillaba con tanta intensidad para que la luna brillara; siempre pensó que ella era como la luna, sola y obscura sin nadie que le de brillo.

Un ruido la sacó de sus pensamientos, miró hacía la derecha, escuchaba un par de pasos y unos latidos acelerados; se quedo observando cuando sus ojos se encontraron con la silueta de la menor. Dahyun se detuvo y sus latidos aumentaron, a lo lejos pudo notar a Sana, sin siquiera pensarlo, olvidaba lo oscuro que estaba la noche y los ruidos de los animales que la asustaban, corrió con todas sus fuerzas y como Jeongyeon le había dicho, se lanzó sobre Sana para darle un abrazo.

Sana estaba sorprendida, por tener a la menor encima suyo. Como es que la había encontrado, era de noche y todo el bosque estaba obscuro, sabía que tenía miedo, lo podía sentir por su acelerado corazón.

-Dahyun-Susurro Sana sintiendo los brazos de Dahyun rodear su cuello y pegar su cuerpo en un abrazo-¿Qué haces aquí?

-¡SANA! -Gritó Dahyun casi cerca del oído de la castaña-¡PENSÉ QUE TE HABÍA PASADO ALGO! ¡NO SABES LO DIFICIL QUE FUE ENCONTRARTE!

Dahyun la abrazo con todas sus fuerzas y no quería soltar a Sana.

-No debiste venir, es de noche y pudo ser peligroso-Sana correspondió el abrazo y rodeo la pequeña cintura de Dahyun y recostó su mentón sobre su hombro-No lo vuelvas hacer-Le pidió-Te pudo haber pasado algo.

Dahyun negó con la cabeza varías veces.

-No, no...Tú no vuelvas a irte tanto tiempo y menos sin decir una palabra-Dahyun se aferraba a su cuello de Sana-Yo también tenía miedo de que algo te pasara.

Sana sabía que Dahyun no mentía, en los latidos de su corazón podía escuchar lo fuerte que latían y el temblar en su cuerpo.

-Perdón por haberme ido así, no volverá a pasar-Mustió Sana arrepentida-Es solo que quería estar sola.

Dahyun se separó un poco quedando al frente de Sana y se quedaron viendo solamente por unos segundos, aun en la oscuridad podía notar sus ojos brillos y se acercó poco a poco, haciendo que sus narices ligeramente se rozaran. Sana se quedó paralizada sorprendida de que Dahyun hiciera tal acto, que ni siquiera sabía cómo reaccionar. La menor recordó aquel gesto que una vez su madre hizo, cuando uno de los hombres comenzó a ponerse violento y aquel gesto hizo que el miedo desapareciera; quería que Sana sintiera lo mismo.

-Una vez mamá lo hizo para que no tuviera miedo y funciono-Susurro Dahyun mirando a Sana-¿Funciono también para ti?

Sana asintió, sus ojos brillaban y no dejaba de mirar a los ojos a Dahyun, quienes derrochaban inocencia y preocupación; sintió calor en su pecho.

-Sí, funciono-Sana volvió abrazar a Dahyun con mucho cuidado y volvió a recostar su mentón sobre su hombro-Muchas gracias, Dahyun.

Se abrazaron en silencio durante mucho tiempo acompañadas de la luna y de ese enorme lago al frente. Al tener a Dahyun encima suyo y escuchando los latidos de su corazón, podía sentir paz en su interior, como si nada malo fuera a pasar y que todo estaría bien.

-Solo quiero que tu también estes bien-Susurro Dahyun.

Sana no dijo una sola palabra y se separo de Dahyun poco a poco, terminando con el abrazo. Miró el cielo, la luna brillaba más que otras noches y luego sus ojos se volvieron a encontrar con los ojos brillantes de Dahyun quién no dejaba de mirarla con mucha delicadeza e inocencia.

-Deberías volver a casa-Sugirió la nipona-Es tarde, hay que dormir.

Dahyun asintió, se bajó con mucho cuidado de encima de Sana y se paró aún lado de la enorme roca.

-Lo olvidaba, la señora de cabello corto fue a buscarte-Recordó Dahyun-Quería hablar contigo.

Sana desconocía la razón por la que había ido Jeongyeon esa noche. Conocía el temperamento de la chica rubia, si la hacía esperar más.

-No me cae bien-Reconoció la menor.

-¿No te cae bien? -Sana no pudo evitar reírse-Tiene un carácter difícil a veces, pero no es mala persona.

-Aún así, es grosera y me hizo llorar antes de venir-Explicó cruzándose de brazos y haciendo un puchero-Por eso no me cae bien.

-¿Llorar? -Pregunto en un tono alto-¡¿Qué te hizo?!

Dahyun retrocedió un par de pasos al escuchar el tono fuerte con el que hablo Sana; le recordaba a su madre cuando regresaba de mal humor.

-No es nada, olvídalo-Susurro Dahyun asustada-Vayamos a casa.

Dahyun comenzó a caminar dejando a Sana, al dar otro paso, la castaña el agarro del brazo para evitar que siguiera avanzando.

-¿Qué te hizo? Dímelo-Ordeno Sana.

-¿Podrías olvidar lo que dije?-Susurro nuevamente Dahyun agachando la mirada para no ver a los ojos a la castaña-Solo quiero dormir.

Sana la soltó del brazo y Dahyun rápidamente siguió caminando. Se mantuvieron en silencio en todo el camino hasta llegar a casa. Dahyun entro rápido a la casa y Sana se detuvo antes de ir en dónde Jeongyeon la esperaba sentada en el enorme árbol.

-Hasta que por fin llegas-Jeongyeon se puso de pie-Me sorprende que te encontrara la niñita, pensé que podrían comérsela en el camino-Dijo con cinismo.

Sana no respondió.

-¿Por qué esa cara? -Jeongyeon se acercó a Sana y se agacho para quedar a su altura-¿Te molestó algo? Yo que vine de tan buen humor, para darte buenas noticias.

-¿Qué le hiciste a Dahyun? -Sana frunció el ceño.

-Solo una pequeña broma, no te lo tomes tan en serio-Balbuceó la rubia-No pensé que fuera tan sensible-Hizo una pequeña pausa-¿Por qué? ¿Me acuso?

-No la molestes. Eso es todo-Le pidió Sana bajando un poco su tono de voz-¿Para que viniste?

Jeongyeon sonrió simplemente y asintió.

-Lo que me pediste, ya quedó-Jeongyeon le entrego una carpeta a Sana-Investigue un poco sobre esa niña-Dejó salir un suspiro-Tiene 5 años, solo su madre la registro y se apellida Kim-

Sana abrió la carpeta, tenía 2 actas de nacimiento, una era de ella y la otra era de Dahyun.

-El lunes pueden comenzar a ir a la escuela, como me pediste.

-¿De verdad? -Sana cerró la carpeta-No pensé que quedará tan rápido.

-Solo que irán en grados diferentes. -Se alzó de hombros-Pensé que tenían la misma edad, solo que era más baja que tú-Le dio la espalda a Sana y caminó un par de pasos-Solo espero que mantengas el perfil bajo y también esa mocosa.

-Sí, no te preocupes por eso-Indicó la castaña.

Jeongyeon desapareció en la oscuridad. Sana no aguantaba la felicidad, miró de nuevo las actas, ahora su nombre sería Kim Sana e iría a la escuela de nuevo como tanto quería. Se quedo afuera sonriendo unos minutos y luego entro a la casa, quería darle la buena noticia, pero para su sorpresa Dahyun estaba completamente cubierta entre las sábanas dándole la espalda a la puerta.

-¿Te dormiste? -Pregunto Sana casi en un susurro.

Dahyun negó entre las sábanas moviendo su cabecita un par de veces.

-¿Sabes que es la escuela?

Dahyun volvió a negar con la cabeza, solo que esta vez se dio la media vuelta y saco su cabeza de las sábanas.

-¿Qué es la escuela? -Pregunto con mucha curiosidad Dahyun-¿Es comida?

Sana negó.

-No, no es comida-Dijo con un tono burlón-Ahí vas a aprender a leer y muchas cosas más ¿No te gustaría?

-¡ME ENCANTARÍA! -Grito entusiasmada saliendo de las sabanas y teniendo una enorme sonrisa en el rostro-¿Tú también vas a ir a la escuela?

-También iré y te compraré toda la comida deliciosa que quieras.

-¡Entonces con más razón quiero ir!

-Verás que será divertido, Dahyun-Sana se acercó hasta la cama y le revolvió el cabello a la menor-Todo irá mejorando para las dos-Le sonrió-Bueno, ya eres de dormir. Descansa.

Dahyun asintió, Sana fue para apagar las luces, tomó la manta que estaba sobre la cama y se acomodo a dormir en dónde siempre. Estaba por cerrar los ojos, cuando sintió unos pequeños golpecitos en la cabeza y miró hacía riba encontrándose con el rostro de Dahyun.

-¿Pasa algo?

-¿Por qué no duermes aquí en la cama? Es grande, podemos dormir las dos-Susurro Dahyun volteando a ver a otro lado para no hacer contacto visual con la castaña.

-¿Puedo?

Dahyun asintió rápidamente y se pego un poco más a la pared alzando un tanto las sábanas para que Sana se acostara junto a ella. No tardo en obedecerla y se acostó en la cama cubriendo parte de su cuerpo entre las sábanas. Era extraño, con su mamá solía dormir junto a ella, pero este era la primera vez que dormirían juntas, no sabía porque se sentía de esa manera. Recostó su cabeza sobre la almohada, Dahyun había hecho lo mismo.

-¿No estas incomoda? -Pregunto curiosa Dahyun.

-No, estoy bien... ¿Y tú?

-Tan bien, estoy bien contigo a mi lado-Respondió con una sonrisa Dahyun-Es la primera vez que duermo con alguien.

A la castaña le sorprendió su respuesta, pensaba que al menos también Dahyun había dormido antes con su madre, ahora que lo pensaba no conocía nada sobre la menor realmente.

-¿Y nunca dormiste con tu mamá? -Preguntó Sana queriendo conocer un poco más sobre Dahyun.

-No, solía dormir con los hombres que llevaba a casa. Realmente era muy ruidoso, gritaba de manera extraña y se escuchaban ruidos extraños. No me gustaba estar adentro cuando eso pasaba-Dahyun no había tenido una buena madre-Aun así, la extraño ¿Tan mala hija soy? Por eso me abandono.

Sana negó rápidamente.

-Aún eres pequeña, no puedes ser una mala hija-Hizo una pequeña pausa-No tienes la culpa de haber tenido una mala madre.

Dahyun se recostó de lado para ver a Sana.

-Me alegra que estemos hablando más-Dahyun se acercó un poco más y puso su cabeza sobre el pecho de Sana-Me alegra que me hayas encontrado luego de haberme perdido.

Sana miró de reojo como sus ojos de la menor se iban cerrando poco a poco hasta caer dormida. Su corazón latía de los nervios, se alegraba que Dahyun no pudiera escucharlos.

-Me encargaré de que tengas una vida feliz.

La felicidad podría durar un susurro, pero los recuerdos perduraran una eternidad.

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