━━O6
━GOWTHER━
• • •
Scarlett P.O.V
Estaba encima de Diane, ella dormía mientras que yo estaba acostada sumida en mis pensamientos. No he hablando con nadie de los pecados a excepción de Diane, ahora me comienzo a cuestionar que tan necesaria es mi presencia aquí.
Escuchaba los pasos de la princesa irse de la taberna con dirección a la cuidad, según lo que escuche, el capitán la mando para que promocionará la taberna.
Se escuche el bostezo del zorro.
──¿Por qué me despertaste? ─le preguntó a el capitán.
──¡Ban! ¡King! ¡Scarlett! ¡Quién atrape la mejor presa gana! ─con esas palabras Ban se aliviano.
──¡Yo voy a ganarles~! ─dijo con una sonrisa.
──Capitán, ¿qué le sucedió con su arma? ─preguntó King. ──¿Cazarás solo con las mano?
──Tranquilo, ya veré como le hago. Además, Scarlett tampoco tiene armas. ─me miraron. ──Sigues sin rastro de Toraidento.
Me limite a pararme y caminar a el bosque.
──Si no la tengo en mis manos, es porque no se donde esta. ─dije antes de perderme entre los árboles.
──¡Ni lo sueñes, pesacadito! ¡La victoria será mía~! ─lo escuche gritar.
──¡Eso es lo que creen! ─escuche a el capitán.
──¡No vayan tan rápido!
Cuando me di cuenta los tres estaban a mi par, ellos dos saltando entre los árboles, King volando encima de su cojín con su cara de pereza de siempre. Y yo caminado sin rumbo fijo con mi mirada inexpresiva, miraba a los lados buscando algo para casar.
Al final fui a un rio cazando un enorme pez de filete azul, se dice que su carne es muy jugosa. Llegue con los demás, ellos tenían su caza.
──¿Qué opinan sobre este chico malo? ─mire a un lobo. ──Los lobos espadas son de carne roja. ¡Son perfectos para ahumar! ¡Y obtendremos buen dinero de su piel!
──Estás liebres son deliciosas en estofado, o también fritas. ─miramos a un montón de liebres muertas en sus manos. ──Y el comerlas ayuda a la piel, ¿qué tal?
──Yo traje esto. ─ambos miraron el pescado. ──Los humanos dicen que es muy deliciosos y su carne es perfecta para cualquier sazón. Principalmente la carne azul que es muy inusual en cualquier animal.
──¿Trajiste un pez? ─preguntó Ban.
──Sí. ─afirmé. ──Pero como soy la Reina de los océanos estoy en contra de los pescadores. ─dicho eso tire a el pez a un charco de agua desapareciendolo. ──Significa que estoy fuera de su concurso.
──En ese caso, en cuanto a el concurso, yo gané. ─demanda el capitán.
──Eres una catástrofe sin sazón ni remedio en la cocina, capitán~.
──King, ¿qué tal te fue en tu búsqueda? ─los tres miramos a el hada dormido en su cojín, sin preocupación alguna. ──¡King! ─gritarón los chicos.
──¡Deja de holgazanear! ─le gritó Ban pellizcando su nariz.
──¡Duele! ─exclamó el pequeño.
──¡Tiene razón! ─miramos a el capitán. ──Todos debemos ayudar, tienes que cazar algo decente.
──¿No es suficiente? Ustedes ya trajeron mucho. ─dijo mientras tomaba su nariz que estaba roja.
──¡Para nada! ─hablo Ban. ──¡Como castigo, debes buscar presas más impresionante!
──¿Y Scarlett qué?
──Ella realmente se esforzó en traer uno y eso ya es mucho viniendo de ella. ─se acerco más a él. ──Si lo haces, quizás Diane te vea con mejores ojos...
──Creo que no tengo opción.
Se escucho un ruido provenir del profundo del bosque, los cuatro miramos a la dirección del sonido.
──¿Qué fue eso? ─preguntó King. ──Suena como un oso o jabalí.
──Quizás fue el señor de la montaña, ¿no? ─comentó el zorro.
──¡Sonó como Hawk gimiendo cuando tiene que correr despavorido! ─ante las palabras del capitán se me vino la imagen del cerdito.
Ban soltó una risa golpeando la espalda de King sorpresivamente.
──¡Y eso, ¿por qué fue?! ─le gritó King.
──¿Les gustaría ir a ver? ─preguntó el capitán.
「• • •」
Después de saltar árboles llegamos a un claro donde se hayaban cuerpos de lo que eran sino me equivocó centinelas.
──¿Qué paso aquí? ─soltó la pregunta el capitán.
Se escucho un gemido de dolor, corrimos hasta llegar con un humano mal herido.
──¡Oye! ¡Resiste! ─el capitán lo tomo.
──Los Rugidos del Alba... responden al ataque... ─balbuceo. ──, el gigante de armadura... ¡monstruo en armadura! ─logró decir antes de sucumbir a las heridas.
──¿Gigante de armadura? ─articulo King.
──Monstruo en armadura, ¿qué rayos es eso? ─preguntó Ban.
──Creo que tengo una leve sospecha. ─murmure mirando a los hombres caidos.
──Ban, King, Sacarlett, lo encontramos.
──¿A quien? ─pregunto el zorro.
──¡No puede ser! ─habló King cuando tuvo una idea.
──Sí, seguramente se trata de él. ─habló el capitán.
──Hablamos de, Gowther, la Cabra. ─sentencie.
Eso bastó para que todos comenzaramos a correr colina abajo en busca de una pista de él.
──Siento una presencia más clara de sus poderes mágicos. ─argumente. ──¡Se aproxima!
──¡Sí, pero no parece hacer ningún movimiento! ─aclaró Ban.
──Como sea, ¡no bajen la guardia! ─ordenó el capitán. ──Los Rugidos del Alba... ¡He escuchado rumores desagradables sobre ellos!
──Los vi en un par de ocasiones, capitán. Cuando estuve en el reino. ─comentó King. ──Su único fin es aniquilar a sus blancos. ¡Son el grupo más vil que existe!
──Ellos no sabrán que es vil~. Hasta que me conozcan~. ─expresó con una sonrisa el zorro.
──Si te descuidas... ─lo mire. ──, te matarán.
──¡Quieres verlos haciéndolo, pescadito~!
Estabamos a casi nada de llegar a un claro donde sentía la presencia de personas. Llegamos al final de la colina dando un saltó aterrizando al frente de los Rugidos del Alba que estaban acorralando a una enorme armadura la cual es sin duda de Gowther.
──Gowther, ¿estás bien? ─preguntó el capitán.
──Slader, ¿ellos son...? ─preguntó un chico al que parece ser el líder.
──Sin pensar de más ni preguntar. ─hablo el sujeto de la mascara. ──Nuestro trabajo es radicar a nuestro blanco con completa discreción. Concéntrate.
──Capitán...
──El que se mueve, pierde. ─dijo.
Todo quedo en silencio, nadie se movía solo nos mirábamos mientras que gotas de lluvia comenzaban a caer sobre nuestras cabezas.
──¡Así que aquí estabas! ─se escucho la voz de una persona llegando detrás de nosotros. ──Disculpa la tardanza. ─nosotros cuatro miramos a un chico de cabello verde, el mismo que mire en Vaizel. ──Busque por toda la aldea, pero no pude encontrar el pegamento. ─se percató de nuestras presencia y nos miro. ──¿Qué esta pasando?
──La pregunta es: ¿Tú qué? ─le gritó Ban.
──Pues yo... ─antes de hablar se escucho la voz de quien es Gowther.
──Miedo... Gowther... miedo. ─balbuceo.
──¡Clama! ─le dijo el chico.
──¿Esté está orate o qué? ─preguntó Ban.
──¡Corre! ─le gritó el capitán a el chico cuando Gowther levanto su puño golpeándolo.
──Mátenlo. ─escuche a uno de los Rugidos ordenar.
Todos se abalanzaron contra el gigante de armadura sin embargo el capitán los golpeo alejandolos. El que parecía ser el líder logro inmovilizar a el capitán colocando su cabeza contra la tierra.
──¡Corre, Gowther! ─gritó.
Los otros Rugidos del Alba atacaron a la armadura sin pavor alguno. Comenzaba a cuestionar si era Gowther que conocía.
──Lazos estranguladores. ─murmure creando con agua un lazo en cada mano.
Con mis lazos logre quitar de encima a los Rugudos del Alba lanzadolos lejos de nosotros. Intentaron reponerse para atacar de nuevo que la lanza de King corto a uno de ellos.
──Lo lamento, pero serás de pierda hasta que esto termine. ─le dijo mientras su brazo comenzaba a ser de piedra.
──¡Simón! ─dijo y otro le corto el brazo.
──¿Pero qué...? ─él idiota se descuido y la chica logro inmovilizarlo.
──¡Tu te quedarás así hasta que todo termine! ─sentenció mirando a King.
──Ahora, es mi turno de atacar. ─dijo el líder dejando a el capitán libre.
──¡Con permiso de quien! ─exclamó levantándose del piso.
──Yo lo permito. ─dijo el que corto el brazo del otro tipo.
Use mi lazo alejando a el líder de Gowther.
──Si quieres pasar tendrás que acabar conmigo. ─dicte haciendo sonar mis lazos.
──Déjame a la chica, Slader. ─hablo la mujer del grupo. ──Entre mujeres nos entendemos, ¿verdad? ─sonrió de medio lado.
──Jamás me entenderé con razas inferiores como los asquerosos humanos. ─solté inexpresiva. ──Pero admito que su alma tiene buen sabor. ─en un segundo aparecí a su espalda. ──En especial las mujeres. ─tomé su rostro con mi mano.
──¿Qué demonios...? ─preguntó asustada.
──No querida soy una sirena, aunque lo que los demonios también comen almas. ─me acerque a su oído. ──Se dice que esa era una razón para ser aliados.
Una gran luz capto toda la atención de nosotros, era una flecha directo a la enorme armadura.
──¡Gowther! ─gritó el capitán.
Lance a la chica lejos de mí para intentar retener la flecha pero esta fue más rápida. Cuando creímos que impacto contra él nos quedamos sorprendidos al ver que el chico de antes tomo la flecha entre sus manos.
──Ninguno de los presentes comprendía los hechos antes sus ojos... y como un cadáver, el hombre esperó en silencio a que el tiempo transcurriera. Qué llegase esa flecha a gran velocidad desde un punto ciego... el precio por romper el sello será elevado... humanos. ─dictó y su voz y modo de hablar me recuerda a Gowther.
──Acaso dijo... ¿"sello"? ─preguntó quien al parecer se llama Slader.
──Oye, esa forma de hablar... ─murmuró el capitán.
──¡El símbolo en su pecho! ─dijo King mirando la cabra en el pecho de quien es el verdadero Gowther. ──Entonces...
──Sí, supones bien. ─dijó cambiando su cabello a uno más largo color rosa.
──¿Qué? ─gritó King sorprendido.
──Sate sate sate. ─dijo capitán.
──¡Ay, ya era hora~! ─gritó Ban.
──Y yo aquí perdiendo mi tiempo defendiendo porquería. ─comenté deshaciendo mis lazos. ──En lugar de estar comiendo.
──Soy uno de los Ocho Pecados Capitales... La cabra, de la Lujuria... Mi nombre es Gowther. ─se presentó ante los Rugidos.
──¿Ese mocoso es uno de los Ocho Pecados Capitales? ─preguntó si mal no recuerdo su nombre era Slader.
──¡No puedo creerlo! ─murmuró el chico que estaba a un lado del capitán.
──Sí, fue capaz de detener con precisión mi ataque. ─afirmó el tipo que lanzo la flecha. ──¡Es imposible que un aldeano ordinario fuese capaz de hacerlo!
──Efectivamente. ─miramos a Gowther. ──No soy el ordinario. Yo soy el verdadero Gowther, la Cabra.
Chasque mis dedos creando un arco y una flecha de agua, apunte la flecha directo a su cabeza disparando. Él no la esquivo solo dejo que el flecha chocará contra su cabeza mojando su cabello.
──Sí, es él. ─dije desapareciendo el arco. ──De lo contrario hubiera esquivado la flecha totalmente inofensiva.
──Por tu cicatriz en tu ojo izquierdo, tus habilidades, tono de voz, actitud, el tatuaje y el delfín en tu pecho izquierdo. ─hablo analizando mi cuerpo. ──Eres Scarlett, la reina de los océanos, ¿no? ─yo solo afirme con mi cabeza.
Ban de un saltó llego a un lado suyo.
──Entonces que contiene esa armadura, ¿eh~? ─preguntó. ──Por tu forma de hablar siempre creí que había un anciano dentro.
──Por la mirada, la forma de caminar, tono, actitud y la cicatriz de tu mejilla. Eres Ban, el muerto viviente, ¿no?
──Lo compruebo~. ¡Tú eres Gowther! ─dijo soltando una risita.
──¿También era unos de los Ocho Pecados Capitales? ─preguntó la chica que no sabia que nosotros eramos los pecados.
──Además debo decir... que el chico que los acompaña es la viva imagen del Meliodas que conocí. ─miro a el capitán.
──¡Es correcto! ¡Yo soy el capitán Meliodas! ─se señalo a si mismo.
──Mocoso, ¿tú eres el capitán de los Ocho Pecados Capitales? ─le gritó el chico a su lado.
──¿Qué? ¿Te sorprende? ─pregunta lo que es relativamente cierto.
──No lo comprendo. ─dice Gowther.
──¿Qué, no lo ves en él? ─dice el zorro para después señalar a King. ──A ver, ese de haya. ¡Te iras de espaldas! ¡Es King!
──No, ese es otro. ─dijo. ──Tono, olor, estructura osea. No es nada parecido a el King que conocía.
──¿Su olor? ─preguntamos el zorro y yo a la vez.
En eso King se trasforma en su forma humana obesa deshaciendo la cadena de luz que lo tenía apresado.
──¿Qué? ─dice al notar todas las miradas en él.
──Ese es el King que conozco. ─afirmó.
──¡Qué reunión tan emocionante~! ─expresó Ban sonriendo.
──Si bueno, ¿quien tiene hambre? ─pregunté. ──Porque yo sí, y mucha. ─la chica retrocedió temblando. ──Capitán, permiso para comer. ─dije mirando a la chica.
──Permiso denegado. ¿Qué te he dicho sobre eso, Scarlett? ─mire a otro lado bufando.
Se escucho unos aplausos que captaron la atención nuestra. Miramos a el líder de los Rugidos del Alba.
──¡Wonderful! ─exclamó. ──No solo nos topamos con Gowther, sino con cuatro Pecados más... ¡Happy! ─el capitán y King llegaron a nuestro lado. ──Me encantaría combatir con ustedes, pero... ¡es una lastima! Nuestra misión de hoy solo es... tomar la cabeza del Gigante Armado y llevarla de vuelta a el reino.
──¿Dime quien esta dentro de la armadura? ─le preguntó el capitán.
──No estoy seguro de eso. ─dijo mirando la armadura.
──Y bien... ─miramos a Slader levantar su espada con los demás a sus lados. ──¡Es hora de trabajar!
──Disculpa, ¿te molestaría dejarlo en paz? Por favor. ─preguntó Gowther.
──¿Para qué? Deja que lo maten. ─dije simple.
──El pescadito~ tiene razón, ¿por qué no le das lo que quieren?
──Solo intentábamos protegerlo porque creíamos que eras tú. ─le confesó King. ──Entiendes, ¿no?
La cosa destrozó la gran parte de la armadura incrementando su fuerza, la cual era similar a la de un demonio. Casi como el poder demoniaco como las chicas que eran caballeros sacro.
──Aun después de sentir su poder demoniaco, ¿crees que pueden derrotarlo? ─preguntó Gowther a los Rugidos del Alba.
──Por supuesto. ─dijo confiado. ──Pienso que quizás dos... o al menos uno de nosotros morirá. Pero es un hecho que nos llevaremos como trofeo esa cabeza.
──Es una decisión muy fría. En ese caso no hay opción. ─levantó su mano listo para atacar.
Pero nos sorprendimos cuando le corto la cabeza a la cosa en lugar de luchar contra los Rugidos. El cuerpo cayo bruscamente al suelo mientras que Gowther le tendía la cabeza.
──Puedes tomarla. ─dijo.
──¿Qué es esto? ─preguntó el hombre.
──Es el modo más pacifico de resolver esto. ─argumentó. ──Si una batalla agresiva se desata entre nosotros, la estela acabará con los habitantes de Ordan. Y eso sin mencionar que al hacerlo los caballeros habían perecido en vano.
──¡Bien, acepto tu oferta! ─tomo la cabeza.
──¿Estás seguro, Slader? ─preguntó el chico. ──No puedes decidirlo así...
──¡Guarda silencio, Simón! ─le dijo el que no tenía mano.
──Me agradas, Gowther, la Cabra. ─admitió Slader. ──Por respeto a tu fuerza y tu leyenda, nos retiraremos. ─lo miro. ──Pero estoy seguro de que un día nos ordenaran ir tras sus cabezas... mientras tanto... Hay olvídalo. ¡Bye-bye! ─dijo yéndose.
──¡Bye-bye! ─repitió Gowther despidiendolo con la mano.
Nosotros cuatro nos miramos entra nosotros.
──Oye, ¿cómo íbamos a saberlo? Parecías sentir compasión por ese monstruo en la armadura. ─dijo King.
──Compasión... ─ladio su cabeza. ──¿Entonces fui compasivo con él?
Ban y King se miraron entre ellos sin saber con certeza porque decía eso.
──¿Es tu armadura, no es así? ─preguntó el capitán mirando la cosa sin cabeza. ──¿La usabas para protegerlos a ambos?
──No era eso, pero eventualmente iba a terminar así. ─comunicó. ──Al inicio creyeron que era yo, ¿cierto?
──Es que nunca habíamos visto tu verdadero rostro. ─aclaró Ban.
──Ya veo... en otras palabras mi disfraz fue innecesario. ─dijo tocando su cabello.
──Pensándolo bien, nunca había visto un monstruo como este. ─dijo el capitán mirando el cuerpo.
──El vago hedor de su poder fue arrastrado por el viento. El alguna vez fue humano. ─miramos sorpresivo a Gowther.
──¿Humano? ─exclamó King.
En eso miramos el cuerpo sin cabeza del monstruo levantarse.
──Bien, intentemos derribarlo los cinco juntos. ─dijo deshaciéndose de su ropa rota.
──No entiendo. ─dijo el capitán. ──¿Qué esta sucediendo?
──Ya lo mencione. Si desatamos una batalla justo aquí, el caos será extremo.
Miramos a esa cosa, aun si cabeza seguía vivo mientras algo salía de su pecho.
──¡Le quitaste la cabeza, pero aún sigue vivo! ─exclamó King en su forma obesa.
──Correcto. La cabeza no era más que un ornamento. ─aclaró.
──¿Y que parte exactamente fue humana? Esto es bizarro. ─le gritó Harlequín.
──Dedo decir que no fue un humano ordinario. Es la sombra de un caballero sacro.
Miramos cuatro tipo cabezas salir de su pecho, en medio de estas se encontraba una persona.
──¿La sombra de un caballero sacro? ─preguntó King volviendo a su forma.
──Tu también lo sientes, ¿no? Residuos de humanidad flotando en un torrente de poder maligno. Es el poder mágico de un caballero sacro. ─comentó Gowther. ──Le di mi armadura para poder suprimir su tremendo poder maligno y así controlar esa magia, pero debido al daño recibido, el sello se rompió.
──Así que eso sucedió. ─dijo el capitán en posición de pelea ya que no tiene un arma. ──Al menos no parece un enemigo que no podamos vencer entre los cinco.
Saltamos antes de que esa cosa nos golpeara.
──¡Acabemos con él! ─ordenó el capitán.
──¡Sí! ─exclamó feliz Ban.
Mientras que ellos dos le tiraban golpes a el monstruo aparecí en medio de ambos dando un golpe fuerte logrando hacer que este partiera con su espalda una enorme roca por la mitad. Eso lo enojo y nos golpeo, antes de caer a el suelo el cojín de King nos atrapó.
──Oigan los tres, cuando vayan a la batalla siempre esperen a que su contrincante ataque primero. Y no debiste de darle ese golpe, Scarlett, solo lo hiciste enojar. ─dijo King con burla.
──¡Qué arrogante! ─le gritó Ban.
──¡Ay, esta muy suave! ─dijo el capitán abrazando a el cojín.
──Estúpido. ─dije levantandome del suelo. ──¡Estoy hambrienta y por tu culpa no puedo ir a comer a la taberna! ─grité mirando con enojo a el monstruo.
──Oh no~. Alguien esta enojada. ─escuche hablar a el zorro.
──Lo mejor es apartarnos. ─dijó el capitán.
El monstruo soltó un gran rugido, en un segundo aparecí debajo suyo tirando una patada logrando que se alzara por los aires. Salté dando golpes fuertes haciendo que estuviera en una gran distancia lejos del suelo. Aparecí en tierra creando un látigo de agua.
──¡Impacto! ─solté.
Use el látigo envolviendolo en su torso, lo jale con fuerza y antes de impactar con el suelo le solté un enorme golpe volviendo hacer que este en el aire. Volví a envolver el látigo y esta vez use más fuerza haciendo que impacte contra el suelo terminando yo en los aires dando un último golpe en su espalda haciendo una enorme grieta.
Aparecí a un lado de los demás volviendo a mi antigua postura, ya había descargado mi ira.
──Nunca hay que hacer enojar a el pescadito~. ─una lanza de agua atravezo la cabeza del zorro. ──Creo que sigue enojada.
La tierra se movió dando a entender que el monstruo sigue vivo. Al parecer no es alguien que muere fácilmente.
──Yo ya hice lo mío, ustedes acaben con él. ─dije caminando lejos de ellos.
──¿Es en serio? ─preguntó Ban.
No conteste en cambio solo me senté en una rama de una árbol mirando como lidiarán con el. El monstruo congelo y destruyo a el guardian de King, mientras que Gowther fue a otro lado a limpiar sus lentes empañados.
El capitán tomo una espada normal, cuando corto a el monstruo unas llamas negras la envolvió.
Mi cabeza dolió más que nunca...
──¿Qué haces? Me matarás de verdad.
──Te cásate con... él.
──¡No es algo que te interese! ¡Tú me dejaste de lado! ¡Lo que hice o haré no te debé de importar! ¡¡MALDITO TRAIDOR!!
──No lo entenderías...
Abrí mis ojos sintiendo mi cicatriz punzando de dolor, como si recién me hubieran echo la cicatriz. Las voces... una era la mia y la otra la sigo desconociendo, ¿quien mierda era el? Y... ¿con quien me casé?
No escuchaba nada de la pelea que tenía los chicos, mi mente estaba atrapada en la oscuridad. Tenía curiosidad por saber quien era esa voz, cada vez se iba haciendo más clara y conocida pero no me indicaba quien podía hacer. Lo único que sabia era que ese fue el bastardo que me dejo marcada de por vida, y no lo perdonaré. Ahora no se si vive o este muerto, pero espero que siga vivo así yo podre acabar con él con mis propias manos.
Salí de mis pensamientos cuando escuche un gran rugido, el dolor disminuyo por lo tanto logre abrir mis ojos mirando lo que estaba pasando. Al parecer Ban logro quitarle el corazón pero esa cosa seguía con vida. Ahora comenzaba a cuestionarme si era un demonio, ya que ellos tienen más de un corazón.
──¡Maldición! ¿También es un demonio? ─logre escuchar a Ban enojado.
Su cuerpo comenzaba a cambiar convirtiéndose cada vez más en algo parecido a un demonio.
──¿Ese caballero sacro se convirtió en demonio? ─preguntó Ban pero pareció más una afirmación.
──¿Qué mierda sucede aquí? ─pregunté llegando a sus lados.
──Ese rostro, ya recuerdo... ─hablo el capitán. ──¡Es Dale, era un caballero sacro novato hace diez años!
──Es el Dale. ¿Él papá consentidor? ¿Él que decía que quería ser como nosotros para que su hija pudiera presumirlo? ─preguntó King. ──¿Cómo se convirtió en esto?
──Da igual, ya no queda nada humano en él. ─argumente.
──Aquí viene. ─dijo Gowther.
──¡Dale! Me recuerdas, ¿cierto? ─el capitán no se movía solo se quedo parado mientras que el monstruo iba a su dirección. ──¡Sal de ese trance! ¡Dale!
──¿Qué crees que haces, imbécil?
Grité lanzandolo lejos mientras que chocaba mi puño fuertemente con el de él. La fuerza de él hizo añicos mi brazo haciendo que me estrellara contra una roca.
──¡¡Scarlett!! ─gritó con desespero el capitán.
Escuche el sonido de mis huesos volver a su forma normal, mientras que la sangre junto a las heridas desaparecían. Esa cosa tiene que tener una gran fuerza para llegar a ser tal daño, es muy inusual que los tritones y las sirenas tuvieran heridas letales, en especial los tritones.
Cuando presté atención a la pelea me di cuanta de que el capitán intentaba no matar ni dañar a el monstruo ya que pensaba que Dale seguía vivo.
──¡Sr. Meliodas! ─escuche el gritó de Elizabeth, esta traía una espada entre sus manos.
──¡Elizabeth!
──¡Tómela! ─se la lanzó. ──¡Escúchame bien, Liz no quería que pelearas! ¡Ella quería que tu vivieras! ¡Yo quiero lo mismo! Eres un hombre que pelea para protegernos a todos... Si eres es tu pecado. ─tomo unos segundos en silencio. ──¡Yo lo cargaré contigo!
──¿No te molesta que una mujer te diga eso? ─pregunto Ban pero el capitán salto tomando la espada.
──Lo lamento, Dale. ─dijo y en un milisegundo acabo con él.
──¡Eso fue increíble, capitán! ─dijo King siendo cargado por Gowther ya que antiguamente fue atacado por el monstruo.
──Pienso igual. ─dijo el anterior nombrado.
──Oye, King... ¿tú estás bien? ─le preguntó.
──Tranquilo voy a sobrevivir. Pero Scarlett... ─suspire cuando me nombró.
──¡¡Scarlett!! ─cuando quise levantarme me volví a caer sintiendo a el capitán abrazarme. ──¿Estás bien? Siento que por mi culpa salieras lastimada.
──Estoy perfectamente... no puedo morir y tu lo sabes mejor que nadie. ─dije quitando a el capitán de mis brazos levantándome y sacudiendo la tierra de mi ropa.
──Aunque no lo creas me alegró que estes bien. ─lo mire, él me sonreía con nostalgia. ──Eres muy importante y valiosa en mi vida, Scarlett. Aunque no lo creas.
Me limite a mirarlo sin expresión alguna, no se si creerle o no. Admito que cuando lo conocí nos llevamos muy bien, eramos grandes amigos.
──¡Viste como querer es poder, capitán! ─ambos miramos a Ban, este miro y se acerco a lo que quedo del monstruo.
──Pero, ¿un humano transformado en demonio? ¿Cómo es posible? ─preguntó King.
Ban extrajo algo del pecho de Dale, era como un renacuajo o algo por el estilo.
──Una maldición. ─comentó Meliodas.
──O quizás un experimento, o un hechizo. ─agregue mirando a la cosa seguir con vida.
──Entonces, ¿es un demonio hecho por la mano del hombre? ─pregunto el hada.
──No solo eso. ─contesto el capitán. ──Usan caballeros sacros de Liones.
──Pero no hay modo de que actúen a espaldas de los dos grandes maestros de los caballeros sacros. ─su cabeza dio click. ──¿Podría ser...?
──Sí. ─afirmó el capitán. ──Posiblemente uno de los grandes maestros esté involucrado.
──Hablamos de Dreyfus.... ¿o quien...? ─antes de que King siguiera preguntando, Gowther lanzo una flecha a el renacuajo extraño que llevaba Ban.
──O Hendrickson... ─terminó por King.
──¿Dedujiste algo, Gowther? ─le pregunté.
──Sí. Es casi seguro que el involucrado en este incidente sea... El Gran Maestro de los Caballeros Sacros, Hendrickson.
Ban destruyo a la cosa que según yo parece un renacuajo.
──Bien, Scarlett sigue teniendo hambre, ¿podemos regresar? ─dijo el zorro.
──Estoy con el zorro, hay que largarnos a comer. ─comenté caminando detrás del zorro.
──Claro, Diane debe de estar preocupada. ─dijo King.
──Sí, pero por él capitán. ─musito Ban.
──¡Tarado! ─solté un suspiro al escucharlos.
Gowther se quedo unos segundos atrás, yo me adelante para comer. Este ha sido sin duda un dia agitado. Aun sigo pensando en lo que escuché en mente. Será posible que la persona que nombre antes inconscientemente sea con la que me casé. Si eso es verdad significa que...
──Ezio. ─mire el cielo al recordarlo.
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