Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

━━O44

AQUEL DÍA

• • •

Abrí mis ojos observando la luz de la luna tras los barrotes de la celda.

Moví mis manos intentando estirarme sin resultado alguno, tenía mis manos encadenadas a la pared por lo cual no podía hacer mi cometido.

El sonido de unas pisadas acercándose a mi celda me hicieron levantar mi cabeza observando la puerta ser abierta.

──Prisionero 3358. Es hora de tu vigésima séptima ejecución. ─escuche la profunda voz de el caballero sacro mientras otros dos me levantaban colocando más esposas. ──. Esperemos y esta sea la definitiva.

──Hmp. ─emití dando unos pasos. ──. Yo también lo espero. ─murmuré.

Ya habían intentado veintisiete formas de ejecutarme, pero ninguna me podía matar, a no ser que me destrocen mis tres corazones. Con eso estaré "muerta" aproximadamente un mes, pero claro, los humanos no saben que las sirenas poseé más de un corazón.

Solté un suspiro pesado mientras me sentaba en la plataforma con mis manos esposadas al frente mío, había muchas personas observando desde abajo, todos eran caballeros.

──Por la tristeza, traicionaste a tu reino. Asesinando a todos los tritones y sirenas, incluyendo a tus padres, los Reyes. Quedando así como la unica sobreviviente del Clan Siren. ─escuche de nueva cuenta eso. ──. Por tus actos crueles y despiadados, se te sentencia a muerte inmediata por tus pecados. ─sentí a un caballero sacro posarse a mi espalda con una lanza. ──. Vigésima séptima ejecución; empalamiento.

Escuche algunos murmullos mientras el caballero tiro de mis cabellos dejando mi cara mirando hacia arriba, sentí el filo de la lanza abrí mis labios entrando poco en ella. 

Lo último que sentí fue un fuerte dolor desgarrar toda mi garganta hasta pasar por mi espalda, me quedé quieta mirando a el tipo sin parpadear.  

──¿Está muerta?

Antes de que el hombre contestara, me deshice de mis esposas tomando la lanza que me impedía hablar; de un fuerte tiro la saque de mi cuerpo. Escupí sangre mientras limpiaba con mi dedo el resto de ese liquido de mis labios.

──Permítanme, mostrarles como se ejecuta perfectamente. ─sin dejarlo reaccionar, tome con fuerza el cuello del hombre. ──. Tú me ayudarás.

Sin decir más, enterré con firmeza la lanza en su boca dejando la punta clavada en la plataforma. Su cuerpo a los segundos dejo de moverse mientras ese liquido carmesí adornaba su armadura junto a la superficie.

──Y así es como se hace. ─sacudí mis manos dando un salto hasta quedar en la superficie.

──¡No la dejen escapar! ─ordenó el maestro de los caballeros.

No fue difícil deshacerme de algunos que se interpusieron en mi camino, estaba decidida a irme de Liones. Ya me había hartado estar en esa celda, llevaba años que no salía más que aquellos días en los que me "ejecutaban".

Pero esto no era fácil, a las horas que estuve caminado por los alrededores mientras que observaba la luna esconderse, los caballeros sacros comenzaron su búsqueda por lo que ahora tenía que correr por el bosque sin poder ver con claridad el amanecer.

Después de un tiempo logre perderme entre los árboles y por estar corriendo sin ver adelante, mi cuerpo choco contra algo duro y relativamente caliente.

Mis piernas se pusieron firmes sin caer por la tremenda fuerza.

──¿Cómo te atreves a chocar contra mí, insignificante escoria? ─escuche una voz fuerte con tono de arrogancia. ──. Nadie tan inferior puede tocar mi cuerpo bajo ninguna circunstancia. ─ni siquiera le prestaba atención, solo me limite a sacudir la tierra que había en mi ropa desde hace tiempo. ──. Por tu insolencia, te mataré de un solo golpe.

──¿Humh? ─alce mi mirada con mis brazos cruzados observando a un tipo grande y musculoso a punto de golpearme, en cuanto observo mi rostro su puño se detuvo a unos centímetros de mi rostro sin expresión.

──My Lady. ─murmuró quedando de rodillas.

──Me largó. ─pasé de largo yendo lejos suyo, este aún estaba en el suelo sin entender por que cayó de rodillas y por que no me golpeé, supongo que era la primera vez que algo así ocurre.

Habían pasado horas desde que perdí de vista a los caballeros y me encontré con ese tipo extraño. Ahora me había robado algo extrañamente raro, venía en un envoltorio y era de forma rectangular.

Me detuve en una roca para leer lo que decía en la etiqueta, a lo largo de mi encarcelamiento comprendí el dialecto humano.

──Chocolate. ─alce una ceja ante ese extraño nombre. ──. ¿Qué es esta cosa tan extraña? ─me pregunté a mi misma mirando con desconfianza el rectángulo. ──. Los humanos y sus extrañas cosas. ─balbuceé.

Estaba dispuesta a probar esa cosa si no fuera por unos gritos que escuchaba. Me acerqué por curiosidad observando algunos caballeros rodear a el hombre de antes, esté había logrado dejar afuera a la mayoría pero con medida que el sol se iba escondiendo su fuerza se iba. Los caballeros tuvieron una oportunidad al ver su espalda descubierta, los muy cobardes iban atacarlo.

Iban. Tiempo pasado, ya que llegué dejando inconscientes a los tipos.

──¡Es ella!

──¡No la dejen escapar!

Escuche el gritó de algunos venir a por mí olvidando a el grandote. Di un fuerte pisotón a la tierra impulsando a todos lejos con una ráfaga de agua.

──Nuestro boleto de ida. ─murmuré tomando la mano del fortachón. ──. Andando, grandote. No tengo tu tiempo.

──No pedí tu ayuda. ─lo ignore y seguí caminado hasta llegar a una cueva donde lo obligue a esconderse antes de que los caballeros nos encontrarán. ──. Yo jamás huyo de una pele... ─le tiré un golpe en la rodilla obligando a que se inclinará para poder cubrir su boca con mi mano.

──Escucha grandote, me importa una mierda si huyes de la pelea o no. ─lo miré a los ojos. ──. Acabo de salvar tu torpe trasero, así que hazme el favor de cerrar el pico o te lo cierro de un golpe. ─ante mi mala mirada y mi tono de voz, no dijo ni hizo nada.

Escuche los pasos de los caballeros pasar de largo de nuestro escondite, solté un suspiro de alivio retirando mi mano de su boca.

──Cuando la luna salga será el momento perfecto para salir. ─dije mirando sobre las hojas el sol ocultándose. ──. Los caballeros deberían de haber cabalgando lejos. ─miré de reojo a el pelinaranja de brazos cruzados. ──. Por cierto, mi nombre es Scarlett.

──Escanor, my lady. ─a decir verdad  me daba igual como me llamaba.

La luna comenzó a salir de poco a poco, eso era bueno, así los caballeros ya estarán lejos si tomamos el camino por donde vinimos.

──Oi, ¿qué sabes sobre el chocolate? ─pregunté con curiosidad, talvez él me ayude un poco con las cosas humanas. ──. Ustedes los humanos no muy extraños. ─giré mi cabeza observando sin expresión a el tipo enorme hacerse pequeño. ──. ¿Sabes abrirlo? ─le mostré el envoltorio ignorando por completo su nueva forma, él se sorprendió de mi mirada desinteresada.

──¿N-no me tiene m-miedo? ─alce una ceja ante eso.

──Me das ternura. ─dije simple.

Su forma pequeña era muy tímida y me daba ternura.

──P-pero... soy un monstruo. ─bajo su cabeza.

──Entonces eres el monstruo más tierno que he visto. ─alzo su cabeza sorprendido de mis palabras. ──. Ahora deja de preguntar cosas sin sentido y abre está cosa extraña.

──A-ah, claro, Lady Scarlett. ─tomó el chocolate abriendo de un lado el envoltorio, abrí un poco mis ojos al ver un rectángulo color café. ──. T-tenga, pruebe.

Tome aquel pedazo café que me, analice con detalle ahora un cuadro pequeño, sin pensar más lo comí de un mordisco.

──Mmp... no esta mal. ─dije una vez que lo comí. ──. Puedes quedarte el resto.

──P-pero...

──¿Pero? ¿Dijiste "pero"? ─me cruce de brazos mirando a el pequeño.

──N-no... ─negó con nervios.

──Ahora come para irnos. ─no tardo mucho, sino fuera por su cara de asombro ya habríamos salido de la cueva hace minutos.

Caminamos por algunos minutos en silencio por donde antes estaban los caballeros, creí que todos se habían ido a buscarnos, pero no contaba con que un grupo se había quedado ahí. No me preocupaba eso si no fuera porqué el hombre de cabellera plateada se encontraba con ese grupo.

Uno me alcanzo a ver antes de que regresara, no pensé mucho las cosas y escondí a el pequeño entre los arbustos para que solo me llevaran a mí y no a él. En cuanto gritó avisando, corrí escuchando las pisadas de los caballos detrás mío, no llegue muy lejos cuando sentí un gran rayo caer en mí debilitando un poco el cuerpo.

Sin poder evitarlo caí al suelo, no tarde en sentir como una mano estrellaba mi cabeza contra el duro suelo y apresaba mis muñecas.

──Nos has causado muchos problemas, mujer. ─escuché la voz del hombre. ──. Y has matado y herido a muchos de mis hombres.

──Y si me vuelven a soltar, lo volveré hacer. ─cerré mis ojos con fuerza al sentir como azotó mi cabeza contra el suelo nuevamente. ──. Ya también te extrañe. ─expresé con ironía.

Miré al fondo entre los arbustos la mirada de preocupación del pequeño Escanor, peleando mentalmente en no poder hacer nada para ayudarme. Negué con mi cabeza mientras me levantaban caminado a la carroza, antes de dejar de verlo le di una pequeña sonrisa en forma de que estaré bien.

━🍃

Nuevamente.

Estaba aquí, en la plataforma, esperando mi ejecución, escuchando nuevamente las misma palabras de siempre. 

──Por tus actos crueles y despiadados, se te sentencia a mil azotes de latigo seguido de una ejecución inmediata por tus pecados. ─dictó aquel hombre.

Se podía escuchar los murmullos de todos los presentes que simplemente me dieron igual, si me ejecutaban no moriría. 

──Yo tomaré la responsabilidad por ella.

──¿Humh? ─miré los ojos esmeraldas que hacía meses no veía, desde que fue a mi celda. ──. Idiota. ─murmuré cerrando mis ojos.

━🍃

Solo me limite a observar por la ventana mientras sentía las leves miradas de cinco personas.

──¿Y está quien es o qué? ─escuche provenir del parte del hombre alto, podía ver a simple vista que era un humano.

──¡Hola! ¡Soy Diane, un placer conocerte! ─simplemente ignore eso.

──¿Tiene alguna relación con ella, capitán? ─miré de reojo a un hada regordete.

──Ella es Scarlett, la Reina del Océano, Pecado de la tristeza.

──¿Reina?/¡Un pescadito~! ─exclamarón los dos hombres, dejando de lado aquella gran armadura que solo observaba en silencio.

──¿Por qué no lo dijo antes? ─preguntó el hada. ──. Me hubiera arreglado decentemente. ─murmuró.

──Sate, sate, sate. ─sonrio. ──. Lo siento, no creí que fuera interesante mencionar.

Di media vuelta alejándome de ellos, no me apetecía estar con gente.

──¿Scarlett? ─lo ignore. ──. ¿A dónde vas? ─preguntó el rubio.

──En donde no haya nadie. ─y con eso me perdí de sus vistas.

━🍃

Como era de costumbre.

Estaba sentada en el marco de la ventana observando la luz de la luna mientras ignoraba los gritos de todos.

Al parecer el enano trajo a el último integrante de los pecados. ─pensé mirando el circulo donde estaban todos.

Había pasado algunos días desde que los conocí, no soy de muchas palabras y ellos lo notaron de inmediato. Tampoco me importa mucho convivir con ellos, a pesar de que insisten en que sea su amiga.

Me daba asco verlos con sonrisas, como si nunca hubieran estado al borde de una ejecución o en el caso del zorro, que ha tenido varias. De cierta forma siento que ninguno de nosotros merece siquiera tener amigos, hemos sido juzgados sin conocer la verdad llevándonos a la ejecución, y que piensen que seremos tratados por igual es simplemente patético.

──Tsk. ─chasqueé mi lengua ante mis propios pensamos. ──. Qué estupidez. ─deje salir llamando la atención de los presentes.

──¡Oh, falta alguien de presentarte! ─escuche la voz de la grandulona. ──. ¡Ella es Scarlett, la Reina del Océano proveniente del Clan Siren!

──Por mi muérete. ─dije sin mirarlo.

──Ella es así~ ─dijo el zorro. ──. ¡No sonríe ni habla, es un pescadito silencioso!

Los miré de reojo observando a el nuevo idiota, de cierta manera mis ojos se abrieron un poco al observar a el monstruo tierno de aquella vez.

──¿L-lady Scarlett...? ─tartamudeo abriendo con felicidad sus ojos.

──¿Lady? ─preguntaron los chicos a la vez.

──¿Ya se conocían? ─preguntó el enano.

──Tsk. ─salí por la ventana ignorando a todos, antes de irme giré mirando a el hombre. ──. Me alegra verte de nuevo, Escanor. ─le lance una barra de chocolate que no pudo tomar entre manos ya que se le resbaló.

──G-g-gracias... ─deje de escucharlo, pues desapareci de su vista. 

━🍃

Solté un leve suspiro.

Había visto todo lo que sucedió en el amanecer, Escanor soltando un gran golpe que lanzo a Meliodas llevándose a el zorro y juntos quedaron estampados contra la pared manchando está con su sangre.

Después de aquello, él fortachón se lanzo a correr destrozando una enorme montaña donde se quedo ahí hasta que llego la noche dejando salir a el pequeño, quien se lamentaba pensando que asesino a dos personas.

Yo solo permanecía sentada con mis brazos y piernas cruzadad encima de la montaña destrozada, escuchando la conversación que tenía con Merlín sin percatarse de mi presencia.

──Las únicas personas que continuaron hablandome con tanta amabilidad incluso después de ver mi maldición, han sido Rosa, Lady Scarlett y tu. ─al escucharlo mencionar mi nombre me dedique a observarlo. ──. No solo eso, también esa mirada triste, es igual a la de ella...

Miré a otro lado ante eso, no me gustaba escuchar esa palabra, aquella que marco mi pecado.

──Te agradezco la oferta, pero ya no tengo el derecho de aceptar. ─sentí las presencia de los demás acercarse. ──. Después de todo, no maté solo a una, sino dos personas. 

──¿A quien mataste exactamente? ─preguntaron.

──¿...humh? ─esté alzo su cabeza observando sorprendido de ver a Meliodas junto a el zorro.

──Hubiera sido increíble que eso sucediera. ─comenté mientras saltaba llegando a un lado suyo. ──. Lastima que siguen robando oxigeno.

──¡Ah~! Yo se que me nos amas, pescadito~ ─me abrazo por mis hombros, pero le di un golpe que solo hizo que su cabeza girara.

──¡Hola! ─saludo el capitán mirando a Escanor.

──¡¡Aahahh!! ─solo sentí como este se abrazo de mis piernas con temor mirando a los dos hombres. ──. ¡¡Un fantasma!!

──¡Ah! ¡Ahí están! ─miré a Diane venir junto a los otros dos pecados.

──P-¡¿pero por qué?! ─exclamó aún abrazado de mis piernas. ──. Q-quiero decir... todos ustedes...

──¡Lo siento, compañero! ─lo interrumpió Meliodas. ──. Pero parece que esto significa que no eres el único monstruo por aquí. ¡¡Al igual que tú, cada uno de nosotros tiene su propio pasado difícil y sus propias consecuencias!!

Baje mi mirada ante eso, por más años que pasen no puedo simplemente borrar aquella cruel imagen de mi mente.

Pero al parecer aun con esas palabras el hombrecito se negaba a ser parte de los pecados por la simple razón de su maldición solo causaba lastimar a las personas. Le di un zape mientras Meliodas le decía que mañana a el medio día pelearía con él.

Mala idea. ─pensé al ver como el hombre quedo inconsciente por la pelea mientras el enano lo cargaba.

Lo bueno de esto es que Escanor pudo ver a su querida Rosa e hizo su promesa...

"Que mi vida, a la que una vez renuncie, la llevare hasta a el limite y la arriesgaré por mis preciados amigos"

━━━━━━

Solté un suspiro mientras negaba con mi cabeza para dejar de pensar en aquello.

Debía de concentrarme en el hombre al frente nuestro.

El Rey Demonio.

Escanor había parado con el dorso de su mano la espada mientras yo aterrizaba junto a los demás pecados que estaban sorprendidos de ver a pecado del orgullo con su poder nuevamente. 

──El más fuerte llega al ultimo, ¿no? ─dije mientras observaba el León en su espalda.

Me dolía, saber lo que venia después.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro