━━O41
━POWER UP━
• • •
──Meliodas... ¿realmente eres tú? ─preguntó la albina mirando a el mayor.
Sentí la mano de Mael afirmar su agarre en mi cintura.
──Sí que pasaron por mucho, ¿verdad, Elizabeth y ocho pecados capitales? Y también esa bestia rara. ─entre cerré mis ojos al escuchar sus palabras.
──¿Rara? ─preguntó Hawk a si mismo.
──Tú no eres Meliodas. ¿Quién eres? ─los demás pecados se pusieorn nerviosos ante las palabras de Elizabeth.
──¡¡Meliodas!! Mantuve mi palabra hasta el final... ¡es tu turno de cumplir tu promesa! ─habló Zeldris mientras se levantaba. ──¡Dime dónde esta Gelda!
──Oh, Zeldris... ¿tu corazón sigue latiendo por esa vampiro chupasangre? ─ahora estaba convencida de que era él.
──Ese tono... ¡no es realmente el capitán, ¿verdad?! ─preguntó Diane.
──¡¡El capitán nunca me habría llamado bestia rara!! ─expresó el cerdito.
──Tsk. Lo sabía. ─murmure mirando a el rubio.
──Y pensar que alguien tan monumental como él aparecería en el campo de batalla. ─habló Ludociel a un lado nuestro.
──¡¡No puede ser...!! ─expresó Zel.
──Con todo el respecto, mi rey. ─hablé alejándome de Mael. ──Pero... ─su mirada cayó en mi y como siempre lo hacia como su verdugo me arrodille. Había aprendido a la mala que siempre tenía que hacer eso. ──Me gustaría saber, ¿qué hace en el cuerpo de Meliodas? Usted había dicho que iba a convertir a su hijo en el rey demonio.
──Levanta tu cabeza, Scarlett. ─alce esta mirando sus ojos. ──Tu tan leal, ¿verdad? Tú madre si que te educo bien. ─mire a otro lado terminando por levantarme. ──Y respondiendo a tu pregunta, mi verdugo. ¿En serio creían que iba a permitir que ese traidor tomara el trono? Todo lo que quería era un cuerpo fresco, joven y poderoso. El que absorbiera los diez mandamientos se convertiría en el rey demonio. En otras palabras... ¡¡pasaría a ser mi nuevo recipiente para habitarlo!!
Y en un milisegundo los pecados se supieron alrededor suyo en guardia, listos para pelear.
──¡¡Deja el cuerpo de Meliodas en este instante!! ─exigió la princesa.
──¡Si eres realmente su padre, entonces, por lo menos has algo por tu propio hijo! ─las palabras de Hawk llamaron su atención.
──¿Por mi hijo? Ya veo. Es obligación del padre el cumplir el más preciado deseo de su hijo, ¿no es cierto, Scarlett?
──Supongo que esta en lo cierto, mi rey. ─realmente no había perdido mi costumbre o mejor dicho mis torturas del pasado me impiden ser grosera con él.
Podía sentir las miradas sorprendidas de verme tan sumisa frente a él pero más se sorprendían al ver mi mirada vacía, cómo si fuera un recipiente que acepta cualquier misión sin rechistar.
──¡¡Perfecto!! ¡Se me acaba de ocurrir una buena idea! ─expresó el rey mirando a la platinada. ──Elizabeth... ¡¡te liberaré de tu maldición del eterno renacimiento que te aflige!! ─la princesa se quedó sin palabras. ──Voy a romper su maldición y entonces, la mataré de la forma más brutal posible.
Abrí mis ojos sorprendida de esas palabras e incluso todos lo estaban.
──Oh, mi verdugo. ─ante ese nombre automáticamente me arrodille sin poder evitarlo. ──De pie. No te arrodilles, aunque no puedes evitarlo. ─lo obedecí. ──Te tengo una misión. ─lo miré a los ojos. ──Aniquila a todos. ─solo me limité a seguir mirando sus ojos. ──Sí lo haces te perdonaré la vida. Porqué no creías que no me iba a enterar de que te convertiste en un verdugo de doble cara, ¿cierto? ─pasé saliva. ──Al estar bajos mis ordenes sabias de todas las cosas que hacíamos... y gracias a ello el clan de las diosas podían acabarnos fácilmente y todo porque estabas bajos sus ordenes. Y pensar que todo inicio por ese amorío que tenias con ese arcángel. Así que Scarlett... aniquila a todos y te perdonaré la vida.
Cerré mis ojos dando media vuelta quedando cara a cara con Elizabeth.
──Lo siento... ─dije tomando la empuñadura de mi daga.
──¡Scarlett! ─expresaron al ver mi mirada sombría.
──No te dejes engañar, Scarlett. ¡Tu ya no debes de recibir ordenes de él desde que el clan Siren quedó extinto! ─gritó Elizabeth. ──No dejes que tus pesadillas del pasado te obliguen arrodillarte ante él y obedecer sus ordenes. ¡¡Ya eres libre, tienes control absoluto sobre ti!!
──Lo siento... ─tomé mis dagas bañando el filo en mi sangre.
──L-lady Scarlett... ─mire a Escanor. ──No lo haga.
──Madrina. ─habló la mocosa. ──Nosotros podemos derrotarlos, no tienes porqué obedecerlo.
Sonreí de medio lado.
──Realmente piensan que voy acabar con ustedes. ─los presentes se sorprendieron.
──¡Bastarda! Así que me traicionaras.
──Como traicionar algo al que jamás le fui leal. ─lo mire de reojo. ──Si me converti en tu verdugo fue por obligación y no por opción. ─lo apunté con mi daga. ──Y ahora yo soy una reina y no obedezco ordenes de alguien como tú.
──Lo lamentarás.
──Oh, claro que lo harás. ─miré a Merlín y esta entendió llevando a Elizabeth lejos usando cubo perfecto. ──¡Diane, King! ─los llame. ──Recuerden que los ataques mágicos no hacen efecto en él.
──¡¡Entendido!!
Sus ojos no se iban de los míos y aun mantenido su mirada me acerqué tomando mis dagas fuertemente. A los segundos corrí intentando cortarlo, él no se movía ni retrocedia a los ataques solo los bloqueaba.
En un segundos todos quedamos en el suelo por la tremenda ventisca que soltó, incluso logro deshacer el cubo perfecto.
──Mael... ─como estaba acostumbra desde pequeña a este tipo de trato, me levante como si nada acercándome a este que estaba siendo sostenido por su hermano con una herida en su pecho.
──E-estoy bien, mi princesa. ─lo mire mal, estaba pálido y sudando por el tremendo dolor.
──Tsk. ─use mis lágrimas del manantial curando su herida que, él, podido haber curar, pero me tome la molestia.
──La verdad, no entiendo, ¿por qué siguen atacando cuando es inútil? ─escuche su voz. ──Voy a asesinar a esa pequeña sirena bastarda y después liberar a Elizabeth de su maldición y pondré en descansó su alma.
──¡¡Detente!! ¡No tienes posibilidades de competir competir contra un oponente como él! ─Ludociel intentó hacer que entre en razón.
──¡No puedo solo sentarme y dejar que asesina a mi Scarlett!
──¡¡Oye, rey demonio!! ─este miro a Hawk.
Palidecí al escuchar como estaba provocando a el rey demonio quien coloco una sonrisa en su rostro.
──¡¿E-esa criatura será un completo idiota?! ─preguntó Ludociel sin creer lo que escuchaba. ──¡¿Qué esta haciendo?!
Y entonces en un segundo el rey demonio lo dejo tostado y por la hambre que tenía lo único que pensaba era que huele de maravilla.
──Scarlett... se te cae la baba. ─la limpie ante las palabras de Mael.
──Lo siento, tengo hambre.
Antes de que este terminara por matar a Hawk algo lo tomo entre sus manos alejándolo.
──Así que llegaste... ─mire su espalda, estaba a un lado del rey. ──Zorro.
──Yo también te extrañe, pescadito~. ─solo porqué no era un buen momento, sino ya lo hubiera traspasado con una lanza de agua. ──¿Puede oírme capitán? ¡Saquemos a este mal padre de aquí~!
──¿Dijiste que me ibas aplastar a mí, el Rey Demonio? ─preguntó con tono arrogante. ──¡¿Tú?! ¡¿Solamente tú?! ¿Cómo esperas hacer eso?
──Cuiden al maestro por mi. ─dijo lanzando a Hawk.
──¡Ban! ¡No importa cuan inmortal seas, no hay nada que puedas hacer tú solo! ─le gritó King.
──Ah, sobre eso. Desafortunadamente ya no soy inmortal. ─me sorprendí de ello pues casi y lo traspasaba como siempre lo hacía. ──Le regrese a Elaine a la vida. Usé todo mi poder de la fuente de la juventud~. ─tronos sus nudillos mirando a el rubio. ──Muy bien~ ¿por qué no comenzamos a sacarte del cuerpo del capitán?
──Niño estúpido. ─expresó con disgusto. ──¡Este es el poder de un Dios!
De repente hizo aparecer una tormenta de energía toxica, eso no me afectaba en lo absoluto ni a los dos hermanos y por lo visto la visita que el zorro hizo al purgatorio no estuvo tan mal.
En un segundo la torment se detuvo y los tres nos sorprendidos al ver como el zorro peleaba contra el rey demonio usando únicamente golpes. Algo que alivio a la mayoría, mientras que a mi me dio igual, fue sentir la presencia de Meliodas dentro de su cuerpo posiblemente enfrentando a su padre para que pudiera tomar de nueva cuenta su cuerpo.
Gowther tuvo la sorprendente idea de usar su magia para entrar al mundo espiritual dentro del rey demonio para apoyar a el rubio enano. Esto molesto a el rey demonio, pues Meliodas le estaba dando una gran paliza, por esa razón intentó atacar a los chicos.
Por suerte los tres nos interpusimos. Pero por más que odie admitirlo el nos superaba en poder y uso una mascara para acabar con nosotros. Ludociel usaba todo su poder gastando su energía más rápido haciendo que se desvaneciera más rápido.
Para suerte nuestra, Zeldris la destrozo haciendo enojar a su padre quien no se rindió y creo otra mascara pero la derroto por igual.
──¡¡Ya he liado con esas distracciones!! ¡Ahora sal del cuerpo de Meliodas!
Pero su padre en respuesta le mando un ataque cortando su pecho con profundidad.
──¡¿C-cómo...?! Creí que los ataques mágicos no afectaban a Zeldris. ─habló Mael sosteniendo a su hermano.
──¡¿Lo olvidaste?! ¡Yo fui quien te dio ese poder "el rey demonio"!
Me ardió la sangre al ver como este infeliz no valoraba la vida de sus hijos.
──¡¡Bastardo!! ─grité propiciando un golpe en su rostro. ──¡¿Cómo te atreves hacerle eso a tu propio hijo?! ¡¡Infeliz!! ─cada golpe que le daba era más fuerte que el anterior, gracias a mi velocidad este no podía reaccionar para defenderse. ──¡¡Un hijo es sagrado!! ¡No puedes intentar matarlo así porqué sí! ¡¡¡Eres un maldito bastardo de mierda!!!
──¡¡No tengo porqué conservar debiluchos en mi linaje!! ─dijo intentando golpearme pero tome su mano con fuerza golpeando con mi rodilla su rostro.
Esas palabras me enojaron de verdad hirviendo mi sangre.
──¡¡¿Y eso que mierda tiene que ver!!? ─le di una patada en su mandíbula sintiendo mi poder elevarse mientras mi apariencia cambiaba.
Y pensar que lo despertaría por eso. ─pensé sintiendo el viento golpear mi rostro mirando el cuerpo del rey caer al frente mío.
──¿Scarlett...? ─tanto el zorro como Mael me miraban impresionado de mi poder, pues este aumento.
Y ni hablar de mi apariencia.
──Un hijo es lo más sagrado y hermoso que hay en este mundo. ─dije caminando a él con mis dagas volando al lado mío. ──Y tú... ¡¡Tú los lastimas, maldito bastardo!! ─lo tomé del cuello. ──Y eso para mi es un pecado imperdonable. ─mis ojos rojos miraban con frialdad los suyos. ──¡No lo perdonaré!
Y con eso me alce en vuelo llegando a una altura alta. Despertar mi modo sanguinario era como estar en modo asalto para los demonios, este es el poder de una sirena.
De la Reina.
──Sentirás mi ira, maldita escoria. ─lo solté alzando mi mano haciendo que mis dagas se unieran a mi puño.
Y con eso volé tomando impulso para llegar a él y darle un gran golpe que hizo que escupiera sangre cayendo sin poder evitarlo al duro suelo creando una gran grieta. Decendí hasta llegar unos metros de él viendo a este estar de rodillas escupiendo sangre.
──M-maldita zorra... y pensar que llegaste a despertar tu modo sanguinario en este momento. ─murmuró soltando una risa. ──Pero yo... ¡¡Soy el Rey Demonio!!
──Cállate basura. ─pateé con fuerza su rostro.
De pronto este comenzó a gritar en agonía moviéndose por todas partes.
──¿Y ahora que pasa? ─preguntó el zorro. ──Le diste una gran paliza pescadito. ─mire de reojo a Ban.
──Eso no interesa. ─me cruce de brazos mirando a el rey. ──¿Qué mierda le pasa al bastardo?
──Esa es la agonía de muerte del Rey Demonio. ─escuvhamos la voz de Merlín. ──Planea llevarse al capitán con él... ¡necesitamos sacarlo de su cuerpo ahora!
──¡Por ahora tenemos que hacer que deje de dar vueltas! ─gritó el zorro.
Me alce volando para darle una patada con dirección a Ban.
──¡Pase largo, zorro! ─él sonrió.
──Lo tengo, pescadito~. ─dicho eso le dio una patada mandandolo a los aires.
──Ark/Cubo perfecto/Jardín de polen/Dagas protectora. ─expresamos encerrando a el bastardo en cuatro escudos. ──Técnica Combo: Prisión Cuádruple.
Pero no fue suficiente pues logro salir de los cuatro escudos. Diane creo una torre de diamantes con su poder mágico dejando en la punta al rey demonio.
──Voy por ti cap~. ─hablo el zorro llegando a la punta preparado para golpearlo. ──Ya es hora de traer tu trasero de vuelta aquí~.
La torre se destrozo ante el tremendo golpe que le dio. Lo bueno de esto es que el enano del capitán volvió de nuevo.
──Mi cuerpo esta hecho un infierno. ─se quejo.
──Del infierno... a la casa, así es~ ─solté una risa al escuchar al zorro.
──Realmente merezco una buena cerveza. ─comenté volando encima suyo ahora entendía a Ezio, volar era mejor que nadar.
Las miradas se posaron en mi sorprendidos de ver mi nueva apariencia.
──Primero King... ¡y ahora tú, Scarlett! ─gritó Diane. ──¿Por qué eso no me sucede a mi? ─hizo un mohín.
──Veo que despertarse tu modo sanguinario, Scarlett. ─el rubio sonrió. ──Te sienta bien.
──Todo en mi me sienta bien, idiota. ─dije descendiendo al suelo.
──Así que ese es el modo sanguinario del clan siren. ─habló Melín. ──Simplemente maravilloso.
──¿Modo sanguinario? ─preguntó Diane.
──Es una habilidad única del clan de las sirenas. Despierta en aquellos que observan algo que jamás harían en sus vidas, algo que haga que su sangre hierva hasta el punto de cambiar su apariencia y subir su nivel de poder. ─le contestó Merlín. ──Solamente los miembros de la realeza pueden despertarlos, no es algo usual, de hecho ocurre muy pocas veces. Al parecer Scarlett vio algo que le hizo hervir su sangre y que jamás hará en su vida, ¿qué fue lo que viste?
──A un bastardo que no sabe tratar a sus hijos. ─mi sangre aún ardía. ──Ese maldito lastimo a su hijo sin tener remordimiento alguno. Solo por una estupidez de que era débil por haberse enamorado.
──Ya veo. Así que fue por eso. ─murmuró Merlín.
──Pero bueno, tengo que ir con Mael. ─antes de que dijeran algo volé con dirección a el platinando que tenía aún a su hermano en sus manos que estaba por desvanecerse. ──Así que... estas por irte sin despedirte de tu hermosa cuñada.
──Scarlett... ─tomé su mano antes de desvanecerse. ──Cuida a mi pequeño hermano... es lo único que pido.
──Te prometo que no lo apartaré de mi lado.
──Te lo encargó... ─y con eso se desvaneció por completo con una enorme sonrisa en sus labios.
──Hermano... ─lo abracé acostando su cabeza en mi pecho mientras volvía a mi antigua apariencia.
──Todo estará bien... estoy contigo. ─acaricie su cabello.
──Todo termino. ─me miro. ──Y aun no puedo creer que te tenga a mi lado. ─habló entre mis pechos, solo veía sus ojos sobresalir de ellos.
──No cantes victoria aun, querido. ─sonreí maliciosa. ──Que te espera tu castigo.
──¿Qué tipo de castigo? ─preguntó.
──No te lo diré. ─sonreí. ──Es una sorpresa. ─junté su frente con la mía. ──Pero estoy segura que lo disfrutarás.
──Scarlett. ─alejó su rostro de mi pecho para tomar el mío entre sus manos. ──Te amo, mi princesa. ─dijo juntando su frente con la mía.
──Te amo más, amor. ─sonreí para terminar por unir nuestros labios.
Ignorando todo a nuestro alrededor.
Ignorando la miradas de todos en nosotros.
• • •
━Ahora que me doy cuenta no lo había publicado━
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro