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━DE NUEVO━
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No podía creerlo.
Realmente Mael había matado a Derieri. Lo último que vi fue como el plan que tenía en mente iba perfecto, hasta que Mael comenzó a decir algunas palabras y Tarmiel no lo soporto y dejo de lanzar su ataque justo cuando ella estaba por golpearlo para que Gowther buscará la manera de extrar los mandamientos. Pero antes de que eso sucediera, él uso su "flecha de salvación" traspasando su único corazón.
──¡¡Derieri!!
Antes de que cayera al suelo logre atraparla, dándome cuenta que Mael logro robarle su mandamiento.
──¡¿Está planteando absorber un cuarto mandamiento?! ─escuche a King gritar. ──No lo podemos dejar... ─lo único que escuche después fue el sonido de su cuerpo caer a el suelo.
──¡¡King!! ─Gowther fue ayudarlo.
──¡¡Mael!! ¡Si absorbes otro mandamiento más, no seguirás siendo tu mismo! ─le gritó Sariel pero este lo ignoro.
──¡¡Por favor... detente!!
──¡¡Carajo, Mael!! ¡No lo hagas! ─grite. ──¡Si lo haces juro que te golpearé sin compasión!
Pero eso no importo para que lo absorbiera. Una gran ventisca nos dio de golpe en la cara, lo único que pude hacer fue aferrarme al cuerpo sin vida de Derieri mientras Elizabeth me abrazaba junto a Hawk.
Una ves pasado el viento deje su cuerpo cerrando sus ojos.
──Derieri... eres una estúpida. ─dije levantandome mirando el cielo. ──Posiblemente ya estes con Monspeet. ─cerré mis ojos ante ese pensamiento.
──Derieri... descansa en paz y déjanos el resto a nosotras. ─escuche a la platinada. ──Te juro que no dejaré que tus sentimientos se malogren. Esta guerra y Mael... los detendremos, solo mira. ─dijo limpiando sus lágrimas.
Mi mirada se enfoco en la enorme esfera de luz que se había creando cuando absorbió el cuarto mandamiento.
──Elizabeth, Scarlett... ¿qué es esa extraña bola de luz? ─preguntó Hawk.
──Parece una crisálida. ─dijo la diosa.
──A pesar de que su cuerpo rechaza los mandamientos, esta intentando fusionar el cuatro mandamiento con él. ─dije mirando a Sariel estar a punto de desvanecerse.
──Sariel... ¡aguanta! ─le gritó Tarmiel con él en sus brazos.
──Fallamos nuestra misión. Pese a que lo habíamos atrapado, no usaste todo tu poder... eso fue lo que arruino el plan, Tarmiel.
──Lo siento pero... ¡no podía hacerlo!
──Esa era nuestra única oportunidad para detener a Mael. Ni la oscuridad, ni la luz seguirán afectando a Mael. El único que podía tener una oportunidad contra él, es un hada, o un gigante, o un humano y claro que una sirena. Pero el rey hada esta en ese estado e incluso si fuera curado, no tendría el suficiente poder para derrotar a Mael. Scarlett, por más que lo quiere salvar jamás se atrevería a dañarlo, y su voz ya no es escuchada por Mael.
Baje mi cabeza, pues tiene toda la razón. Jamás me ha gustado pelear con él, o no de esta forma. Y mi voz ya no puede llegar a él.
──Un ataque al espiritu y alma de Mael de Gowther, él que cambió a Mael, podría darnos una desesperada oportunidad de derrotarlo. Pero no creo que eso suceda, ese Gowther parece una persona completamente diferente al insensible Gowther de los diez mandamientos.
Mire de reojo a el pecado de la lujuria, él se miraba preocupado por muchas cosas y aún en todo este tiempo es incapaz de mirarme a los ojos.
──Dentro de esa retorcida luz. Una poderosa encarnación demoníaca esta intentando nacer. Y sea lo que sea, no es el Mael que conocíamos. ─baje mi cabeza. ──Aunque... me duele decirlo fallamos en todo... en salvar a Mael. Y proteger a Lady Elizabeth. Es una escusa de los cuatro arcángeles... por favor, perdonenos Suprema Deidad.
──¡¡Mael~!! ¡¡Haz memoria, por favor!! ─gritó mirando la luz. ──¡¡Recuerdas como eras en ese entonces!! ¡¡Lo amable que eras...!! ─una liz negra salió disparada directo a él.
──¡Tarmiel, Sariel! ─gritó Elizabeth.
Y aunque no sean de mi clan y aunque ambos me odie por haber enamorado a Mael. Para mi ellos son como mis cuñados, cada vez que Mael me hablaba sobre ellos yo les tomaba cariño aunque nunca lo demostré.
Llegué al lado de ambos y por más que quisiera curarlos ya era demasiado tarde. Estaba a solo unos segundos de morir.
──Dios... esto te va a destrozar, Mael. ─susurré sabiendo que si se lograba salvar se iba a lamentar.
──S...carlett... ─mire a Sariel, estaba por sucumbir. ──Nunca me caíste bien... pero cuando me di cuenta que hacías feliz a Mael te comencé aceptar. Por favor... ─tome su mano dando un pequeño apretón. ──Es lo único que te pido... salva a mi hermano. ─sus ojos estaban por cerrarse.
──Te lo prometo, Sariel. Haré lo que sea por salvarlo y si eso implica que tenga que pelear con él... lo haré. ─una pequeña sonrisa aparecio mientras sus ojos se cerraban y su cuerpo desaparecía.de poco a poco.
──Gr-gra...cias... ─y con eso se desvaneció.
Fue en ese momento que comenzó a caer más rayos tanto de oscuridad como de luz, llegando incluso a la tierra.
──¡¡PUGAHHH!! ¡¿Qué diablos esta pasando?! ¡¿Esta listo para explotar?! ─gritó Hawk mientras esquivaba los rayos al igual que nostras.
──¡¡Esto es malo!! ─exclamó Gowther corriendo a nuestra dirreción con King en brazos. ──¡Ustedes tres, pónganse detrás de mi! ─llegó al frente nuestro.
──¡King, esta sangrando gravemente! ─dijo Elizabeth al ver al pequeño hada.
──¡Capitán de las sobras! ¡Hazte cargo de King, por favor! ─le pidió dejando a el hada a un lado suyo.
──¡¡En eso estoy!!
──Lo siento mucho, Scarlett. Todo es mi culpa. ─me limite a cerrar unos segundos mis ojos.
──No sé de que hablas, es mejor que no olvidemos. Esto solo es otro día normal para los pecados capitales, ¿o no? ─él me miro de reojo sorprendido de ello dando una ligera sonrisa.
Elizabeth estaba curando a King mientras yo ayudaba un poco, sus heridas eran profundas y más la de la "flecha de salvación" que Mael le dio.
Un rayo venia directo a nosotras pero Gowther lo detuvo a tiempo.
──Pensé que si me sacrificaba, podía solucionar todo esto. ─habló mirando a el suelo. ──Pero esta ira... esta ira no puede ser reprimida. Y a este ritmo las cosas empeorarán aún más. ¡¡Mael, Scarlett, perdónenme, por favor!! ─mire su espalda. ──¡¡Lo enfrentaré para defender a mis amigos!!
Un rayo de luz venía directo a nosotros pero algo se interpuso regresando la luz.
──No puede ser... ─me deje caer al suelo al ver a Oslo dejar salir de su hocico a Diane que venia acompañada de Ezio. ──¿Qué haces aquí? Es peligroso. Ni la luz ni la oscuridad lo afectarán. ─hablé mirando a el platinado colocarse al frente mío.
──Acaso ya lo olvidaste, madre. ─me miro de reojo sonriendo de medio lado. ──Soy el príncipe de los Océanos. ─abrí mis ojos al ver como creo un escudo de agua protegiéndonos de los rayos. ──Tengo que patearle el culo a mi verdadero viejo, ¿no?
──Esa boca, Ezio. No te enseñe hablar así. ─dije levantandome.
──Pero mi papá sí. ─sonrió. ──O menor dicho el lado oscuro de él me enseño.
De repente la luz donde se encontraba Mael dejo de irradiar energía y a los segundos pudimos ver como la luz se encogió para dejar ver la nueva forma de Mael.
Lo que nos alarmó a todos fue su poder. Este había aumentado espontáneamente superando los 200 mil.
──Todos... corran.
Para cuando escuchamos a Elizabeth ya había sido demasiado tarde. Él uso el mandamiento del amor creando una explosión que nos pego a todos por igual, logré tomar a Ezio a tiempo protegiéndolo con mi cuerpo.
Las heridas que ganamos no dolían en lo absoluto al contrario se sentían tan bien que solo me causaban que mis parpados se fueran cerrando.
──Madre... no te duermas. ¡Habré los ojos! ─escuche su voz a lo lejos.
De pronto sentí como despertaba siendo elevada haciendo que reaccionara de inmediato.
──El dolor y sufrimiento que deberían de acompañar el daño letal de sus cuerpos se convierte en placer. Cuanto más relajados, más cerca están de la muerte. ─habló Gowther siendo él quien nos haya despertado. ──Es una técnica aterradora. ¡Pero no funciona en mi!
──¡Si no nos hubieras despertado estaríamos en graves problemas, Gowther! ─expresó la gigante.
──Sí, pero gracias a ese dolor mi cuerpo esta gritando.
──Deja de quejarte, King. Y preparaté para pelear nuevamente. ─dije sintiendo mis heridas sanar gracias a mi maldición mientras que Elizabeth curaba a los demás.
Gracias a mis sentidos de madre que logre proteger con mi cuerpo por completo a Ezio.
──King, Diane, Scarlett... ¡Terminemos con esto con esa técnica! ─los tres miramos a Gowther.
──¡¡Madre!! ─mire a Ezio. ──¡Ten! ─me lanzo mi tesoro sagrado.
──Terminemos con esto. ─dije tomando entre mis manos mis dagas.
Los cuatro unimos nuestros ataques de distintas formas, por un momento estaba funcionando hasta que este saco una campana con el mandamiento de la verdad. Al tocarla los clones de King que fueron hechos por una ilusión de Gowther fueron destruidos con tan solo ese sonido extraño que salía de la campana.
Su mandamiento cambio de nueva cuenta.
──Sus mandamientos cambiaron de forma. ¡¡Ahora vendrá el ataque!! ─mire a Elizabeth mientras caía a la superficie sosteniendo mis dagas.
──¡Tuvimos una gran apertura con ese fantástico ataque! ─comentó Diane mirando a la platinada.
De pronto sentí como el filo de una guadaña me cortaba mi pecho al igual que cortaba la espalda de King y la pierna de Diane.
──¡¿Están bien, Diane, Scarlett?! ─preguntó King.
──Fui descuidada. Bajé mi guardia. ─comentó la gigante.
──Tsk. ─escupí la sangre que sentía en mis labios. ──He sentido peores filos cortarme.
Mi herida se curó pero había un problema mayor y era que no podía usar mi magia y no era la única tanto como King y Diane perdieron la habilidad de usar nuestra magia.
Logré tomar entre mis brazos a el pequeño King que perdió su habilidad de volar y de poder llamar a su tesoro sagrado. Se quitó su camisa dejando ver la marca del silencio la misma que Diane tenía en la pierna y yo en mi pecho.
──Sus poderes mágicos han sido sellados. ─aclaró Ezio.
──¡Elizabeth date prisa y cura sus heridas! ─le pidió Gowther.
King se alejo de mi para ir a un lado de Diane y poder ser curados. Miramos a Mael volver a tomar el mandamiento del amor entre su mano.
──¡¡Esto es malo!! ─murmuró Gowther mirando a Mael. ──Si reciben ese ataque en su condición actual... ─y en un segundo este salto abrazando a Mael.
──¿Gowther...? ─preguntó una Diane confundida por su repentina acción. ──¡¿Qué estas intentando hacer?!
──Mael... por favor, perdóname. Yo, realmente... realmente quería salvarte. ─entre cerré mis ojos al no gustarme esas palabras en tiempo pasado. ──Pero... para salvar a mis amigos... ¡¡voy acabar contigo!!
──¡¡¡GOWTHER!!! ─grité corriendo para evitarlo.
──Este dispositivo de autodestrucción es capaz de aniquilar a cualquier ser viviente en un radio de 10 millas... Lo siento, Scarlett. ─me miró de reojo. ──Por favor, evacualos a todos usando tu poder. ─le habló a Elizabeth.
──¡No lo hagas, Gowther! ─me detuve al ver como su cuerpo cayo de repente cómo peso muerto al suelo sin poder moverse. ──¿Qué... sucedió?
En un segundo Mael lanzo dejo ver dos ataques uno a mi dirección y otro al de King que estaba cerca nuestro.
Lanzo la primera, la cual venia directo a mí. Pude ver como antes de que lanzara el otro Oslo se interpuso recibiendo el ataque por King.
Yo en cambio solo me quedé de pie, no había nada que pidiera hacer.
Moriré... no puedo usar mi poder mágico y no tengo suficiente para correr o esquivarlo. Moriré y despertaré dentro de un mes cuando todo haya acabado... ¿no?
Pero...
Abrí mis ojos al ver cómo una figura se interpuso en medio del ataque y yo. Antes de que esta impactará pude ver una sonrisa mientras dejaba salir sus últimas palabras.
"Gracias por se mi madre y aguantarme tanto tiempo... te pido que salves a papá.
Y dile que los amo a los dos por igual, que ahora él tendrá que cuidarte en mi lugar.
Relamente me voy feliz sabiendo que tengo buenos padres"
──¡¡¡EZIO!!!
Grité desgarrando mi garganta y sin poder evitarlo...
Lloré.
Cayendo de rodillas al ver su muerte una y otra y otra vez en mi cabeza haciendo derramar más lágrimas.
Lo perdí de nuevo sin poder salvarlo.
Y de nuevo él murió salvandome.
──¡¡¡AAAHAHAHH!!! ¡¡NO DE NUEVO!! ─cerré mis ojos mientras las lágrimas seguían saliendo mientras veía su muerte en mi cabeza. ──¡¡¡EZIO!!!
Me arrastre llegando a su cuerpo, estaba con los ojos cerrandos manteniendo una sonrisa. Toqué su mejilla mientras mordía mi labio inferior sacando sangre, haciendo que el dolor parará mis lágrimas... las cuales querían seguir saliendo al ver su cuerpo sin vida.
──¿Por qué lo hiciste? ─cerré mis ojos abrazando su cuerpo con el mío. ──Mi niño... abre tus ojos, por favor. ─no abrace con más fuerza al no escuchar su corazón later. ──Ezio... descansa en paz mi vida.
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