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COMPLETO DESCONOCIDO

• • •

Podía sentir una gran cantidad de demonios dirigirse a nosotros desde Camelot. Estábamos a nada de que todo esto comience.

Cruzada de brazos mirada el cielo ignorando por completo la conversación empalagosa que tenían los tortolitos de Diane y King. Hoy sería cuando comenzaban la guerra santa de nuevo, tanto Ezio como yo quedamos en la unidad de búsqueda y destrucción.

──Aquí estamos, a punto de empezar una guerra contra el clan demonio, ¿y ustedes tortolitos están coqueteando? ¡¡Esto es completamente imperdonable!! ─habló Escanor con su atuendo nuevo al igual que todos nosotros, por mi parte estaba encima de su hombro.

──E...escanor, Scarlett, no sabia que estaban aquí. ─dijo King mirándonos.

──Estábamos aquí para empezar... ¡¡ustedes son quienes se metieron en mi lugar y el de my lady!! ─solo me limité a soltar un leve suspiro.

──N-no... estoy segura que estábamos aquí primero. ─mumuró Diane.

──¿Por qué estas tan amargado, Escanor? ─se escucho la voz de la mocosa.

──¡Esa voz! ¡Merl...  ─se quedó en silencio en cuanto miro a Gowther en lugar de ella.

──¡Técnica secreta. Imitación de voz! ─a Escanor se le oscurecio la mirada al saber que había confundido a su preciada hechicera.

──Go...¡Gowther! ─expresó Diane al verlo en una pieza... ¿o muchas unidas?

──He sido actualizado para mi gran regreso. ─dijo en una posee extraña mientras alrededor suyo brillaba. ──Ha pasado un rato, así que pensé que les daría mi servicio especial brillo destellante. ─todos lo miramos con nuestra cara de mensos, menos Escanor que seguía con su mirada oscurecida.

──S...seh... bueno, ...¡es bueno saber que estas mejor ahora! ─dijo Diane.

Yo me baje del hombro de Escanor estirando mis brazos.

──No se ustedes pero siento que hoy será un gran dia. ─dije mirando las nubes.

──Yo también lo siento, madre. ─mire a mi espalda observando a Ezio llegar a mi lado.

──Es hora de irnos. ─dije mirando al frente.

Lo que me preocupaba era que Escanor miraba su mano después de haber tosido.

──¿Estas bien, Escanor? ─pregunté.

──Si usted lo esta yo lo estoy, my lady. ─lo mire extrañada, sabia que me escondía algo.

──Comprendo si no me lo quieres decir. Solo cuídate, ¿quieres? ─dijo eso camine.

「• • •」

──¡Los cuatro arcángeles! ¡Los caballeros sacros! ¡Que los dioses estén de su lado en esta batalla!

──¡Destruyan esos malditos demonios!

──¡Todos contamos con ustedes ocho pecados capitales!

Escucha y posteriormente ignoraba a todos los humanos gritar. Me enfocaba más en tratar de no matar con la mirada a Ezio que volaba sobre todos con sus malditas alas de materia oscura. Por más que le llamaba su atención este solo me ignoraba y decía que solo vivía su poca vida como él lo quiere.

──¡¡Luego del paso de 3000 años, la guerra santa esta a punto de empezar una vez más!! ─habló Ludociel en el cielo siendo escuchado por todos. ──¡¡Damas y caballeros de Stigma!! Les prometo la victoria. ¡Esta mano blanca que guía debería cortar la linea sanguínea oscura, y con tus espadas y lanzas, deberás salvar Britania!

Y con eso todos gritaron estúpidamente, yo solo rodé mis ojos caminando al frente de todos al sentir los demonios más cerca. De hecho todos se callaron al ver a todo tipo de demonios, desde rojos hasta albiones.

──H-Howzer... ¡Capitán de los caballeros sacros! ¡D-denos... su orden! ─este solo se quedó helado sudando frio.

──Howzer, cariño. Solo dilo sin titubeos y comenzaré por matar a los primeros. ─dije tomando mi daga cortando mi brazo bañando su cuchilla con mi sangre.

──¡¡A LA CARGA!!

Y con eso la asesina dentro mío salió a la luz.

Ya había matado algunos con mis dagas pero venían más y los albiones eran los que más cerca se encontraban así que use mi tridente creando un enorme Tsunami, a mi par se unió Diane y king y gracias a ello acabamos con muchos.

Los presentes estaban sorprendidos, sin embargo apareció una enorme esfera de luz deshaciendo a la mayoría.

──King... Scarlett... esa luz... es... ─habló Diane.

──Sí, estas en lo correcto, Diane. Es Omega Ark. ─dije apoyándome en mi tridente mirando a los dos arcángeles.

──Si seguimos así, esto no nos servirá ni para calentar para la pelea contra los diez mandamientos. ─habló Tarmiel. ──Especialmente... para la pelea contra él.

──Hace 3000 años, no pudimos vengarnos por Mael. Pero esta vez, ¡no volverá a suceder! ─ante las palabras de Sariel sentí sus dos miradas en mi. ──Mandamiento del amor, Estarossa.

──Oh, ¿así que quieren matar a mi padre? Que interesante. ─dijo Ezio mientras usaba sus cinco espadas matando a cinco albiones con el poder del sol.

──Si no fuera porque ya estas muerto. Te habríamos matado desde hace tiempo. ─le dijo Sariel.

──Eso si que me lo esperaba. ─sonrío de medio lado. ──Sera mejor que se enfoquen en los demonios en vez de mi.

──Ezio, fue suficiente ven para acá. ─hablé atrayendo su atención. ──No es momento para la palabrería.

──Claro, madre. ─les dio una última mirada para llegar a mi lado pegando su espalda con la mia. ──¿Seguimos?

──No tienes porque preguntar, cariño.

「• • •」

Miramos a el último demonio que quedaba huir de nosotros. La verdad me aleje de todos ellos ignorando a los estúpidos seguidores del idiota de Denzel hablar sobre que son invencibles, que no tienen heridas graves gracias a su lord Ludociel, criticando a Elizabeth que no hizo nada más que hablar con los demonios cuando ella se la paso curando a todos los caballeros, de hecho sin ella la mitad de todos ya habían perecido incluido Ezio que esta gastando todas sus energías más fácilmente. Y todo por el maldito lavado de cerebro de le hizo Ludociel.

Cerré mis ojos respirando el aire, algo dentro mío esta ansioso y no se porque.

Abrí mis ojos al presidir la presencia de Derieri llegar hasta nosotros.

──¡Pertenece a los diez mandamientos! ─gritó Howzer. ──¡¡Lady Scarlett, tenga cuidado es la más cerca de esa presencia! ─yo solo esperaba que la tierra se desvaneciera. ──¡¡Estúpidos!! ¡Mantengan su posición! ¡Solo hay un aura! ¡Rodeen al objetivo!

──Derieri... ¿qué te pasó? ─pregunté am ver su expresión de tristeza, confusión y dolor.

──¿Qué es esto?

──¿Esa es?

──¡Es el mandamiento que asesino a Sir Denzel! ─habló el idiota de Deathpierce. ──¡Gracias dios por sonreírme este dia! ¡Finalmente podre vengar a el maestro Denzel con mis propias manos!

──S...car...lett... ─logró articular con su mirada en mi.

Pero el idiota fue atacarla.

──¡¿Qué haces, imbécil?! ¡Ella no viene a pelear! ─lo sabia porque Monspeet no estaba con ella, y él jamás se despega de ella lo que significa que algo le paso.

Él le "corto" el cuello, pero su espada de rompió y ella solo se acerco a mi sin saber sobre eso.

──¿Qué haces aquí, Deri? ¿No me dijiste que estarían con la mujer que los salvo?

──No tenía de dónde ir. Y en ese momento sentí tu magia. ─dijo acercándose más a mi. ──Porque Monspeet me salvo... alguien como yo. Ese tonto... Estarossa.

──¿Estarossa? ─pregunté al conectar todo lo que dijo.

──¡¡Te encontré!! ─justo escuche su voz llegando a nosotros, pero lo sentía extraño.

──¡Es él! ─exclamarón los dos arcángeles.

──¡Y he aquí, he encontrado un tesoro aún mejor! ─yo solo me puse adelante de Derieri al verlo con un comportamiento extremadamente extraño. ──¡¡Esto es simplemente lo mejor!! ─entre cerré mis ojos mirándolo. ──¡¡¡Oye!!! ¡¿Qué pasa con toda esta basura que se esta multiplicando por todos lados?! ─dijo mirando a todos alrededor nuestro. ──¡Creo que debería hacer una limpieza!

──¡De alguna manera! ¡Este bastardo... todavía esta vivo! ─escuche a Howzer hablar.

──Black Hound. ─una gran materia oscura salió de él con la apariencia de un sabueso.

Para cuando me di cuenta todos a nuestro alrededor se esfumaron, quedando solo Derieri y yo mientras él caminaba hacia nosotras.

Mi corazón palpitaba frenéticamente, no sabia que sucedía con él, solo sabia que no estaba en sus cinco sentidos.

──No tengo idea de como lograste escapar de mi hermano mayor suponiendo que después de que me fuera se haya aferrado a ti. ¡Pero debe ser mi dia de suerte! ¡Estoy tan feliz de volver a verte, mi Scarlett! ─algo dentro mío no estaba feliz de verlo. ──Y Derieri tomaré tu decreto. No te preocupes... podrás reunirte con Monspeet muy pronto.

──Tal y como pensé, estas haciendo una estupidez, ¿cierto? No planeas darle los decretos a tus hermanos, ¿verdad?

──¿Meliodas volverse el rey demonio? Dejemos una cosa en claro... soy yo...

──¡No quiero oírlo! ─dije creando una esfera de agua con él adentro.

──Oye al menos escucha lo que tengo que decir, mi reina.

Cerré mi mano moviéndolo hacia atrás mandanlo directo con los dos arcángeles. Él definitivamente esta perdiendo la cordura, él no era así.

──Sí que eres la verdadera Scarlett. Siempre resistiéndose a todo, pero eso solo ocasione que te desea más... ¡tu terquedad me encanta! ─lo logre escuchar.

Después de eso Sariel y Tarmiel lucharon con él, quien sin ninguna vergüenza se burlo de haber matado a Mael. Sin embargo, ninguna de las dos podíamos salir de este remolino de materia oscura.

Alce mi mano envolviendo la materia oscura en agua en firma de un delfín que se teñia de mi sangre para poder deshacerla y era gracias a la bendicen que me dio el rey dmeonio.

──¡Estarossa esta tratando de mantenernos encerradas aquí! ─expresó Derieri.

──¡Delfín Sangriento! ─un delfín termino por devorar la oscuridad liberandonos. ──¿Dónde están todos? ─pregunté al no ver a nadie. ──¡Ezio! ¿Dónde estas? ─grité preocupada.

──¡Scarlett no te preocupes! ─logré escuchar una viz debajo nuestro.

──¿Esa voz? ¿Diane? ─y en un segundo de la tierra salieron todos incluido mi pequeño.

──Scarlett, ¿estas bien? ─preguntó la gigante.

──Mamá.

──¡Ezio! ¡Chicos! ─abrace a mi hijo.

──¡Bleaargh! ¡Me trague la tierra! ─exclamó Howzer.

──¿Fue sabroso? ─le preguntó Guila. 

A lo lejos mire un enorme tornado de agua, sabían que habían sido las dos gracias combinadas atacando a Estarossa y no creo que logre sobrevivir después de eso. 

──Todo de repente se volvió tranquilo. ─dijo Diane.

──Una gran aura se ha desvanecido. ─habló esta vez King.

──¡Capitán! ¡¿Cuál de ellos ganó?!

──Eso es lo que me gustaría saber. ─contesto Howzer.

──¡Capitán! ¿Qué tal si tomamos esta oportunidad para comer?

──¡Oh, buena idea!

──¡Este no es el momento para relajarse comiendo! ─les dijo.

──¡Capitán!

──¡¿Ahora qué necesitas?!

──¿Qué deberíamos hacer con los diez mandamientos aquí? Ella es un demonio, se supone que deberíamos matarlos a todos, ¿verdad?

──Dime... Scarlett. ─Ezio se alejo un poco de mi para hablar con ella. ──Antes de que Monspeet muriera protegiéndome... ¿cuales eran las palabras que siempre escondió pero siempre quiso decirme?

──Él siempre estuvo a tu lado, sin importar nada. ─cerré mis ojos. ──Nunca tuve la oportunidad de tener una charla donde tu no estuvieses presente. Así que lo siento, Deri, no se cuales eran esas palabras.

──Sí, eso pensé. ─bajo su cabeza. ──Yo siempre pelee descaradamente e imprudentemente, y él siempre estuvo detrás de mi, sin decir palabra alguna. Solo protegiendome.

──Entonces eras como yo antes. ─esto la impresiono. ──Antes siempre asesinaba a personas por ordenes, las primeras veces me eran difíciles completar incluso no las llevaba acabo y gracias a eso mi madre me torturaba sin importarle lo que sufría. Pero había una persona que me hacía sentir bien, que me quitaba mis lágrimas y las reemplazaba por risas, a pesar de que fuera del clan enemigo él siempre estuvo conmigo protegiendome de mi misma, de perderme. Es por él que aun conservo mis sentimientos. ─sonreí mirando hacia abajo, por una extraña razón los recuerdos estaban borrosos. ──Escucha, Derieri. Talvez no se lo que Monspeet pensaba de ti, pero te aseguro que lo más importante es lo que sintieras por él.

──¡Los cuatro arcángeles han vuelto!

──¡Están ilesos maestros, Sariel y Tarmiel!

Ante esos gritos yo solo los mire volando sobre nosotros, sabia que algo como esto iba a pasar.

──Yo... ¡no puedo creerlo! ¡¿Ya derrotaron a Estarossa?! ─preguntó Howzer.

──No debería de quedar nada más que polvo de él. ─contestó Sariel.

Sin embargo la mayoría sentimos el poder de Estarossa llegar hasta nosotros.

──Perdone...pero detrás de usted. ─señalo Guila.

──¿Qué demonios? ─exclamó Tarmiel al verlo.

──¿Cómo es esto posible? ─preguntó Sariel.

──No... ─lleve mi mano a mis labios al verlo en ese estado. ──¿Qué demonios estas haciendo?

Parecía como si su cordura se hubiera esfumado por completo.

──¡¿Cómo escapaste de esa dimensión?! Debería ser imposible para alguien sin el mismo nivel que el maestro. ─comentó Sariel.

──No solo eso, estabas a las puertas de la muerte, ¿y ahora estas completamente curado? ─murmuró Tarmiel.

──Su comportamiento es totalmente diferente que el de antes. ─dije una vez que salí de mi pequeño trance.

──¡¡Podría ser...!! ─habló Derieri.

──Su nivel de poder es... ¡¡88 000!! ─exclamó Hawk. ──¡Santos pedazos de tocino

──Su retorcida alma se ha envuelto más aun. ─dijo Gowther.

──¡¿Ahora qué?! ─preguntó el cerdito.

──Vamos chicos. ─habló. ──¡Jueguen un poco más conmigo!

Y en un segundo se lanzo abrazar a Tarmiel.

──¡Aléjate de mi loco! ─gritó intentando alejarlo.

──Esta bien, ahí esta~. ─dijo alzando sus manos arriba separándose de él.

Y en un rápido movimientos logro herirlo haciendo que cayera al suelo.

──¡¡Tarmiel!! ─gritó Sariel. ──¡La oscuridad le impidió a Tarmiel cambiar de forma a liquido!

──¡Vamos a jugar! ─dijo con intención de abrazarlo pero un tornado se lo impidió causando que saliera herido.

──No me meto con demonios. ─y en un segundo él logro traspasar su tornado logrando tomarlo en brazos fuertemente. ──¡¡Él traspasó... mi poder de tornado!! ─balbuceo pero logró salir de su agarre cortándolo por la mitad.

──¡¡Increíble!! ¡Ustedes si que son fuertes chicos! ─dijo como si eso no le doliera o preocupará.

──Rompió todos los huesos de mi cuerpo en un solo ataque. ─habló Sariel mal herido mirándolo. ──¡¿Qué cosa en el mundo puede estar detrás de ese extraordinario aumento de poder?!

El cuerpo de Estarossa regresó a ser uno solo, su habilidad de curación era simplemente impresionante y su fuerza lo era más. En ese momento Tamriel uso su Gracia creando un pilar de agua perforando su cuerpo.

──Increíble. ─dijo sin mostrar emociones más que esa sonrisa que tenía. ──¡Ustedes los cuatro arcángeles están un nivel más allá!

──¡¿Es-esta vivo?!

──¡Imposible! ¡Se ha convertido casi tan fuerte como Sariel y yo! ─exclamó mirándolo.

──Sí, pero ahora esta acabado. ─dijo curando sus heridas por completo.

──¡¡No bajes la guardia!! ─gritó Derieri. ──¡Estarossa esta tomando el mandamiento de Galand!

──Hombre, ustedes de verdad me están poniendo contra las cuerdas. ─lo escuchamos hablar. ──Ni siquiera dos de ellos fueron suficientes. ─logre ver como relambio sus labios.

──Espera. ¡¿Obtuvo otro mandamiento además del suyo?! ─preguntó Sariel.

──¡¿Es eso posible?!

──Pero... ni siquiera puedo vencerlos, chicos. Entonces no tengo oportunidad... de vencer al hermano mayor. ─cerré mis ojos al saber que se refiere a Ludociel.

En eso de su mano se dejo ver decreto que era antes de Monspeet.

──¡¡El mandamiento del silencio de Monspeet!! ─gritó Derieri al ver como intentaba absorberlo. ──¡¡Aún planea absorber otro mandamiento!!

Ya era tarde, ya lo había absorbido por completó. Se creo un gran tornado de materia oscura.

──¡Esto es malo! ¡Todo alejense de aquí!

──Mamá, tenemos que irnos de aquí. ─me tomo de mi brazo pero no me moví. ──Madre.

──Vete tu. ─antes de que dijera algo coloque mi mano en su pecho envolviendolo en un escudo de agua, esto solo lo protegerá y es lo mejor que puedo hacer.

──Co...cómo pudo esto... ─escuche a los dos arcángeles hablar.

──Ustedes no se callan, verdad. Solo aguantelo y dejen que los maté... ─y ante sus palabras en un movimiento traspaso a los dos. ──¡¡El gran Meliodas!! ─y se dejo ver en su modo asalto.

¿Qué demonios te sucede, Estarossa? ─pensé mirandolo sin reconocerlo, para mi solo era un completo desconocido.

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