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━SOLOS━
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Esta sensación que sentía en mi cuerpo era realmente encantadora. Hacia mucho tiempo que no la sentía y aunque me lo dije a mis misma que iba a dejar de hacer esto, sinceramente no puede dejarlo.
Verla sangre correr y salpicar por mi cuerpo, esa sangre de mi enemigo dejando un panorama escarlata como lo es mi cabello es... satisfactorio para mi.
Pero por respeto a los presentes tartaré de no hacer eso, ya tengo suficiente que Griamore me miro con terror y los demás igual tan solo con cortarle un brazo a Fraudrin y estar a punto de cortar su patética cabeza.
Es por eso que odiaba morir, porque mis poderes regresan al igual que mi yo del pasado y eso era muy peligroso y más ahora que tengo mis recuerdos restaurados.
Retiré mi daga de su cuello colocandola en mi espalda junto a la otra. Me aleje de él para llegar al frente justo a un lado de Meliodas.
──No veo lo necesario usar mi poder con alguien como tu. ─hablé cruzando mis brazos. ──Sinceramente puedo acabarté con un simple golpe. ─mi mirada se oscureció. ──Pero eso sería fácil... ¡y nada divertido! ─exclamé golpeando su mandíbula elevandolo en el aire, en un segundo hice que se estrellara de nuevo contra el suelo usando un látigo de agua.
Este se repuso después de eso.
──Terminemos con esto, Fraudrin. Y esta vez nos encargaremos personalmente de que seas eliminado de este mundo. ─habló Meliodas a mi lado.
──Meliodas... Scarlett... Su poder mágico es igual... al de sus antiguos... ─balbuceo.
Levantó su brazo dispuesto a golpearnos, no tuve necesidad de hacer algo simplemente deje a Meliodas que hiciera lo que sea. Y con ese me refiero a que termino por atravesar su cuerpo en varias ocasiones dejando orificios por todos us cuerpo.
──¡Eres un monstruo! ─exclamó mirando a el rubio, su tamaño disminuyó quedando de rodillas al frente mío mientras Meliodas tenía su espalda pegada con la mia. ──¡Ambos los son!
──Oh, cariño. ─lo mire fríamente. ──Y apenas lo notas... ─eleve mi mano creando un martillo de agua en su cabeza. ──, estúpido. ─cerré mi puño haciendo que el martillo golpeara su cabeza.
──¡Incluso contra un mandamiento sus poderes son increíbles! ─escuche exclamar a Howzer.
──Claro que lo es. ─afirmó Melín. ──El poder de Fraudrin es de 31 000, el del capitán es el doble mientras que el de Scarlett es quince veces más y elevado si usa su tridente. Y ahora que Meliidas esta en su forma demoniaca su numero es mucho mayor.
──Hace 3000 años... hace 26 años... vagabas en esos sueños sentimentales, nosotros nos vengamos de las diosas, y nos vengamos de ti.
Me acerque a él dándole unas suaves palmadas en su mejilla.
──¿Te acuerdas de nuestro juego? ─pregunté con una sonrisa. ──El que siempre usábamos cuando peleábamos juntos.
──Hablás del "Si toca pierdes". Como olvidar nuestra diversión. ─lo escuche a mi espalda. ──No estaría mal revivir viejos tiempos.
Sonreí cerrando mis ojos con una sonrisa.
──Bien, comencemos. ─le tire un golpe en la mejilla a Fraudrin.
Antes de que tocara el suelo Meliodas apareció dándole otro este ocasiono que se elevara así que di un salto para darle una patada mandandolo de regreso, Meliodas lo golpe antes de que tocara el suelo.
Y básicamente este era nuestro juego. Golpearlo para que no tocara el suelo, el que no logre golpearlo a tiempo perderá cuando toque el concreto. Y por un descuido mío, no logre golpearlo a tiempo haciendo que se estrellara contra las rocas.
──Ups. Me descuide. ─dije caminado a su dirección.
──Significa que estamos 582 a 584 a mi favor, ¿no querida Kale? Creo que siempre terminaré ganando. ─solo cerré mis ojos.
──Talvez es porque te dejo ganar, Meli. ─llego a un lado mio. ──Me puedes hacer el favor de no morir, Fraudrin. Que esto recién empezó.
──Oye... ─gracias a mi oído logre escuchar el murmullo de Ban. ──Esos no son el capitán y la Scarlett que conozco.
──Soy un miembro de los Diez Mandamientos. ─se levantó mal herido. ──¡Soy Fraudrin, el Mandamiento del Desinterés!
──Sabes bien que jamás recibiste un mandamiento del Rey. No eres más que un simple suplente, de la persona que iba hacer el verdadero Mandamiento después de Gowther. ─cerré mis ojos al saber lo que diría. ──O acaso ya olvidasté que Scarlett rechazo el puesto.
──Prefería hacer el Verdugo que un patético Mandamiento. ─dije mirando a otro lado.
──¡Silencio, traidor y asquerosa sirena! ─alce una ceja ante su gritó ──¡Tengo el orgullo de la raza demoniaca! ¡El orgullo que tú perdiste! ─lo mire sin expresión al ver como comenzaba a elevar toda su fuerza para autodestruirse. ──Zaratras me dio una pista. ¡No pretendo morir tan fácilmente! ─nosotros solo sonreímos de medio lado. ──¿Van a seguir manteniendo esa sonrisa burlona para siempre, malditos?
De su pecho se comenzó a ver una luz negra con algunos toques de electricidad roja.
──Aunque no logre acabar contigo, acabaré con todo este reino de la faz de la tierra. Por su imprudencia todos los humanos que lograron sobrevivir escondidos serán aniquilados.
Lleve mi mano a mi boca escondiendo el bostezo que su palabrería me causaba incluso me senté siendo yo esta vez la que pegará mi espalda con la de Meliodas.
──Si vas a morir, apresurate. Que estamos comenzando a sentir sueño. ─le dijo Meliodas.
──Por cierto, si vas hacer eso, procura acabar con todos los patéticos humanos. Haber si eso puedes hacer bien. ─me cruce de brazos cerrando mis ojos.
──¡Malditos! ¿Cómo no sienten vergüenza al decir eso? ─escuche a la princesa Verónica.
──Oye, Merlín, ¿provocarlos es parte de la estrategia de el capitán y Scarlett? ─preguntó el zorro pero ella no contestó.
──¡Dreyfus! Al menos te llevaré conmigo al otro mundo. ─le dijo Fraudrin. ──Es una lastima por tu hijo.
Mire sin expresión alguna al hijo de Dreyfus abrazar a Fraudrin creando una esfera con su magia. De eso modo si él se autodestruye el pequeño morirá.
──¡Te lo suplicó! ¡No lo hagas, no mates a mi papá y a los demás!
──¡Ya basta, Griamore! ¿Qué haces? ─gritó Dreyfus corriendo a la esfera dando golpes para que se destruyera pero no lo logro.
──¡Ya basta! ¡Desvanece este hechizo, Griamore! ─le gritó Fraudrin pero él lo negó. ──Por favor... se un buen niño. ─a los segundos sucumbio ante sus sentimientos. ──No mataré a tu papá ni a nadie más
──¿Me lo prometes de verdad? ─la luz en su pecho desapareció indicando que no se auto destruirá.
──Sí. Derriba este muro, Griamore. Y vuelve con tu papá. ─él hizo caso.
Yo por mi parte me levanté del suelo colocándone al lado de Meliodas. Esto ya estaba por terminar de la mejor forma.
Fraudrin camino unos pasos llegando al frente nuestro.
──Maténme.
Ambos nos miramos sin expresión alguna entendiendo al instante sin necesidad de palabras la forma de matarlo.
──¡Esperen! ─gritó Gramore.
Pero nuestras miradas se oscureció mientras se escondia en nuestro cabello. Una sonrisa se hacia presente en nuestros rostros. Y como si hubiéramos planeado esto, ambos con sincronía le dimos un enorme golpe con nuestro poder destrozandolo por completó de la cintura para arriba sin borrar las sonrisa.
──Después de 3000 años seguimos sincronizados, ¿eh? ─lo mire de reojo. ──Siendo honesto ya extrañaba a la antigua Scarlett.
──Siendo honesta no extrañaba nada de ti. ─dije cruzando mis brazos sintiendo esas miradas. ──Pero si extrañaba las malas miradas. ─mire a los humanos con una sonrisa.
Ellos simplemente retrocedieron, y aunque ellos lo duden Meliodas y yo sentimos un dolor en nuestro pecho. Pues ver como ellos nos miran siendo como somos naturalmente lastima.
Ninguno de los dos nos movimos, solo bajamos la cabeza escuchando a la mayoría irse con miedo, y la mayor era de mi parte. Solo los pocos pecados quedaron aquí. Ban estaba a unos metros de nosotros dabatiendo si caminar a nosotros o irse, mientras Merlín mantenía su distancia, en unos segundos sentí la presencia de Escanor llegar a su lado.
──¿Cuanto tiempo vas a quedarte ahí de pie? ─le hablo el capitán sin su marca.
──¿Quieres decirnos algo? ¿No? ─dije mirándolo de reojo, mi expresión regreso a la misma, una donde evite verme triste.
──Pues sí... ─se acercó pasando por el medio de ambos dando un leve tacto, algo que sin duda nos dolió a ambos al saber como era él con nosotros. ──Me alegra que estén con vida, amigos. ─camino alejándose. ──¿Por qué no... celebramos con un banquete? ─dicho eso se fue.
Sabía que Meliodas sufría más que yo, así que lo único que pude hacer fue abrazarlo sintiendo como se aferraba a mi, no con malas intensiones sino porque realmente necesitaba ese abrazo, uno de su mejor amiga. Yo ni siquiera podía ver a Escanor a la cara, solo se daría cuenta del verdadero monstruo que juro proteger... y no quiero que eso lo aleje de mi.
──Estoy seguro que vimos a el capitán morir frente a nuestros ojos... ─lo escuche. ──A my lady también... ahora que me doy cuenta ella había muerto.
──Ellos pueden resucitar una infinidad de veces. ─le dijo Merlín. ──Debido al poder de la maldición que le impuso el Rey Demonio y la Reina Sirena.
──¿Su maldición es... no morir? Eso es increíble.
──El problema es que cada vez que revive sus emociones son consumidas y regresa al estado que conocia a cuando era el demonio más maligno. Al contrario de Scarlett que su poder real regresa y ahora con sus recuerdos restaurados, se convirte en el peor verdugo y asesina que haya existido.
Solo me limite acariciar los cabellos rubios de él. Ya no había error, Escanor ya sabe mi verdadera naturalidad, lo mejor sería alejarme para no soportar sus miradas, realmente nunca me han importado pero la suya es una historia aparte.
──Lad...
──Dejemolos solos por ahora. ─le cortó Merlín.
──Pero Lady Scar...
──Dejalá por ahora, Escanor. ─le insistio. ──Es lo mejor.
Los sentí irse a la vez que sentía las gruesas gotas de agua comenzar a caer sobre nosotros sintiendo mi pecho humedecerse y no por la lluvia precisamente, sino por las lagrimas de Meliodas. Caí de rodillas al suelo con él llorando más en mi pecho aferrándose más a mi cintura.
──Oye... acaso estas quitándome mi lugar, ¿eh, Meli? ─hable poniendo una sonrisa intentando tranquilizarlo. ──No se supone que yo era la que siempre lloraba en tu pecho y tu me consolabas.
──E-estoy seguro de que si pudieras llorar lo harías, Kale... y no lo hiciera el cielo por ti. ─mi sonrisa permaneció cerrando mis ojos.
──Todo estará bien. ─alce mi cabeza sintiendo las gotas bajar por debajo de mis ojos simulando lágrimas. ──Solo espero que si lo este. ─cerré mis ojos sintiendo lo húmedo en mis mejillas.
──Tengo miedo, Kale. Miedo de convertirme en lo que fui en el pasado. Y si eso pasa te dañaré de nuevo y no quiero hacerlo. Pero... tengo que serlo para salvar a Elizabeth. Ahora se que cuanto contigo para que logres controlarme, eres la única a la siempre escucharé en cualquier circunstancia porque a pesar de todo y apesar de amar a Elizabeth con mi vida... jamás, pero jamás en mi vida olvidaré a mi primer amor.
──Lo sé, Meli... siempre me lo has dicho. ─acaricie sus cabellos. ──Lamento mucho no haber correspondido tus sentimientos... si tan solo hubieras llegado un mes antes.
──Él fue muy afortunado al tenerte. Al poder tener lo que yo una vez anhele con tanto amor. Y a pesar de que no fui tu primer besó o tu primer amor. Tú si lo fuiste el mío.
──Se que no es momento de decirlo pero... aun recuerdo la paliza que te di por hacer eso. ─él soltó una pequeña risa.
──Me lo merecía por besarte a la fuerza. ─murmuró.
──Eras un estúpido. ─susurré mirando el cielo sintiendo las gotas mojarme por completo.
Y yo más estúpida por no ponerte limites en algunas cosas. Realmente nunca acepte que tus intensiones fueran más que de una amistad. ─suspiré cerrando mis ojos.
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