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DE REGRESÓ

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Regresé a el castillo para seguir ayudando un poco. Había acabado con algunos demonios tanto rojos como grises que se cruzaban por mi camino.

Llegue al castillo justo a tiempo para observar algunos caballeros sacros estar atacando a sus aliados. Sabía que se trataba del mandamiento de el pequeño Doris, ya que los caballeros expresaban que le servían a el Rey Demonio.

──Parece que un poder mágico los controla. ─habló el hermano de Jericho muy mal herido. ──No creo... si es un poder mágico se siente muy diferente.

Para mi pésima suerte mis habilidades curativas no están condiciones de usarse, sinceramente no puedo usar mi poder del todo, cuando el sol evaporó gran parte de mi era más que nada magia.

──Es el mandamiento de Zeldris. ─escuche la vos de Monspeet a unos metros de mi. ──Acepten mi consejo. No peleen, solo ríndanse. Hablando en serio, sus oportunidades de ganar en estas circunstancias son... ¿Derieri, tu que opinas? ─le preguntó a su compañera.

──Cero. ─dijo sin darle importancia.

──No, yo diría que es un poco más alto que eso. ─las miradas fueron a parar en Denzel que caminaba muy seguro de si mismo. ──Si puedo arrancarles las cabezas a ustedes dos aquí y ahora.

──Oi, Denzel, parlotear no funciona con ellos~ ─habló el zorro.

──Estoy con el zorro. ─ambos chocamos las manos. ──Solo harás que te maten.

──Pecado del zorro y delfín, Ban, Scarlett... por favor cuiden de su majestad y a las princesas en mi lugar. ─me iba a negar pero el zorro me tapo la boca.

──¡Sir Denzel... ¿en serio pretende pisar el campo de batalla?! ─le preguntó Deathpierce. ──El momento para hacer eso aún no llega. ─ladeé mi cabeza con curiosidad ante eso.

──Te equivocas... ahora es el momento perfecto. No te preocupes... lo he decidió... y, voy con propósito y determinación.

──Claro~ con propósito y determinación... pero para ir directo a tu muerte. ─susurré rodando mis ojos.

──Por el futuro del reino y sus niños... feliz doy la vida en estos viejos huesos. ─terminó de hablar. ──Ya retrocede, Deathpierce.

Yo solo me cruce de brazos con curiosidad de lo que el viejo fuera hacer. Algo dentro mío me gritaba con tomar su espada y la destrozara.

──Debo de estar escuchando mal... ─habló Monspeet. ──Hace un momento juraba que decías que nos ibas a matar.

──¿Oh? Entonces es seguro decir que has escuchado bien. ─habló el hermano de Barta.

──¡Hah! ¿Quién va a matar aquí, puedo preguntar? ¿Y cómo? Seguramente no estabas insinuando que sería un viejo como tu? Alguien que ni tiene poder suficiente para dañar un sólo pelo a uno de nuestros "rojo".

──Los demonios rojos ni tienen pelo, Monspeet. ─él me miro mal mientras Derieri miraba a otro lado con una pequeña sonrisa.

──No seré yo quien les arranque la cabeza.

──Hmp? ─mire a Denzel, me inquietaba lo que fuera hacer.

──Rugitsu yori dore... "Nerobasta". ─habló tomando la empuñadura de la espada.

──¡Hay alguien... dentro de su espada! ─expresó Derieri. 

Denzel levantó la espada al cielo mientras recitaba encantos para cortar sus nudillos bañando un poco de sangre a la espada para después hacer un circulo de su sangre en el suelo.

──¡Viene... algo! ─habló Howzer mirando toda la escena.

──¡¡Manifiéstate!! ─dijo y la sangre que formo el circulo comenzó a brillar.

──¡Esta es...!! Es como la presencia que sentí del Cierno de Cernunnos. ─escuche a el zorro pero lo ignore.

Apreté mis puños al sentir su maldita presencia hacerse presente. La presencia de la mujer que una vez nos encontró a Mael y a mi juntos y como no puede cerrar la maldita boca le dijo a Ludociel. Jamás olvidaré ese dia, el dia en que él temia por acabar con mi vida y a la vez temia por desobedecer a su hermano.

¿Y que harías si la persona la cual te inspiraste para llegar a ser lo que eres, siendo su orgullo y alegria te ordenara matar a la persona que se convirtió en lo más preciado para ti siendo tu mundo entero?

Bueno, es una sensación horrible que Mael paso por culpa de esa perra.

──Sir Denzel ha elegido ofrecer su vida... ¡Para que su cuerpo sea usado como recipiente para su manifestación... diosa! ─expresó Deathpierce llorando.

Mire la silueta de ella aparecer encima de Denzel para terminar por entrar en el cuerpo de él.

──Howzer, ¿también viste eso? ─le preguntó Gil.

──Sí... pareció como si una mujer con alas brotara y se absorbiera en el cuerpo de Sir Denzel.

──Eres una diosa, ¿cierto? ─le preguntó Deathpierce.

──Soy la Lanza Divina Corporal, Nerobasta. Aunque entre tú y yo, hubiera preferido una forma ligeramente más joven. ─tome mi empuñadura pero Ban me abrazo de la cintura para evitar que haga una estúpidez.

──¿Qué piensas hacer, Sacrlett? ¿Acaso estas loca?

──¡¿Qué que voy hacer?! ¡Voy a matarla como debí hacerlo hace 3000 años! ─todos se sorprendido de mi ira hacia ella, quien me miro ante mi grito.

──Pero si eres tú, Scarlett. Me sorprende que recuerdes, después de todos Ludociel-sama te sello tus recuerdos. Aunque preferiría que te hubiera matado. ─dijo con un tono burlón.

──¡Bastarda! Acaso ya olvidaste tu posición patética diosa. Como osas tutearme maldita lacaya. No olvides que yo oertenezco a la realeza. ─sonreí de medio lado. ──Creo que Mael te lo dejo claro en muchas ocasiones, ¿no, querida? ─sólo borro su sonrisa para mirar a otro lado.

──Bueno... si me permiten ser directa, ¿qué es lo que quieren de mí? ─cambio el tema pero aún así el zorro no me soltaba. ──Sólo puedo asumir que mi resurgimiento sea contingente bajo alguna solicitud.

Se quedó en silencio en cuanto prestó su estúpida atención a su alrededor dándose cuanta de que los demonios ya no estaban en el sello.

──No puede ser... ¿un demonio? ¿Aún siguen habiendo restos de esa guerra?

──Idiota. ─me reí atrayendo su atención. ──Aún no te has dado de su presencia. ─dije sintiendo a Derieri descender a el suelo con un semblante de enojo.

──¡¡¡Y este...!!! ─habló mirando a la demonio al sentir su magia.

──Te acuerdas de ella, ¿no? ─dije al verla quedarse en silencio asustada por ella.──Es Derieri de la pureza, de los Diez Mandamientos. ─ladie mi cabeza con una ligera sonrisa. ──La misma que presenció la muerte de su hermana por ustedes lis dioses.

──¡¿Cómo puede ser posible?! ¡Los Diez Mandamietos debieron ser sellados por el "Ataúd de la Eterna Oscuridad" de nuestra diosa! ¡¿Qué tonto libero su sello?!

──Ciertamente, ¡el poder del clan demonio es temible! Así que... por favor... ¡¿nos podría prestar su fuerza?! ─solté una pequeña risa ante eso.

──Eso significa que ustedes... ─en su frente se podía ver las venas marcadas de enojo por toda esta situación. ──Me han concedido a mi, una diosa, su cuerpo como recipiente para el mero propósito de eliminar a los Diez Mandamientos.

──Para derrotar al clan demonio, como su recipiente, deseo sacrificar su vida. ─le dijo Deathpierce.

──Me niego aceptar su solicitud. ─dicho eso extendió sus alas volando lejos.

──Cómo lo supuse, Nerobasta no esta a el nivel de pelear contra un mandamiento. ─cerré mis ojos.

──Bueno. ¡Parece que no perderá tiempo~! ─musitó el avaricioso.

Unos demonios se interpusieron en su camino. 

──¡Osas bloquear mi camino! ¡Qué así sea! ¡¡ARK!! ─una esfera los encerró haciéndolos pedacitos hasta desaparecer. ──¡Sé condenado hasta a la ruina por la luz de dios!

──Un poder que específicamente contrarresta nuestra oscuridad para desintegrar al atacar a su objetivo con partículas de luz... una magia por excelencia del clan de dioses.

──No sabia que ahora eres maestro, Monspeet. ─lo mire de reojo. ──Explicas muchas las cosas.

──Es bueno informar de las cosas.

En eso Derieri fue detrás de Nerobasta quien la encerró en una arca.

──¡Derieri! ─gritó Monspeet.

──Será mejor que te quedes ahí al menos de que quieres encontrarte con tu destino. ─le dijo la antes pelirrosa pero no contó que Derieri saliera del arca intacta, menos su largo cabello.

──Dire esto con claridad. ─dijo la rubia. ──Estás muerto.

──¡¡Muere!! ─uso su espada cortando su cuello pero su oscuridad la curó.

La idiota de Nerobasta no puede llegar a ser más idiota. ─pensé mirando y escuchando todo.

──Ya, ya... abstengamonos de hacer algo imprudente antes de que lleguemos a arrepentirnos. La diplomacia y la razón podrían ser nuestro mejor recurso, ¿no, creen? Bien, comprendo totalmente por que personas como ustedes tienen rencor hacia nosotros los dioses.

Comenzó hablar hipócritamente al ver que no puede matarla y no puede escapar de ella. Esa es una de las razones por la cual odio a Nerobasta, su simple hipocresía me da asco. ¿En serio cree que Derieri la escuchara hablar después de haber matado a su pequeña hermana? De matar a niños inocentes de la guerra.

──Si violamos el pacto que hicimos con ustedes por no cumplir nuestra palabra... y sí, puede que nos hayamos excedido de nuestro limite cuando decidimos masacrar todos sus niños que manteníamos prisioneros... pero tales decisiones apresuradas fueron hechas por nuestros lideres, simplemente actuamos bajo su...

Derieri no lo soportó más y con su mano la partió a la mitad y no la culpó yo hubiera hecho lo mismo después de escuchar todo eso.

──Maldita hipócrita. ─susurré mirando a otro lado, Derieri volvió a un lado de Monspeet.

──Derieri... entiendo como te sientes, pero sería mejor que demostrarás un poco de control. ─le dijo. ──Osea, solo estabas lidiando con una de clase lanza divina corporal así que termino favoreciendote... pero si hubiera sido uno de los cuatro arcángeles, hubiera sido una historia completamente diferente.

──Ahórrate tu mirada, Monspeet. ─dije al verlo mirarme en cuanto nombro a los arcángeles.

──Haré que vuelva a crecer tu cabello. ─dijo dando suaves palmadas en su cabeza.

Me di cuanta de que todos se habían ido adentro del castillo después de que matará a Denzel. Ni siquiera me di cuenta cuando el zorro me soltó.

──Y con esto, ahora podremos decir que oficialmente el castillo ha caído. ─sentí sus miradas en mi. ──¿Qué dices, Scarlett? Vuelves a estar de nuestro lado o seguirás del lado de los humanos.

──Soy el Pecado de la Tristeza. ─los mire. ──El Delfín Sangriento de los Ocho Pecados Capitales. ─me cruce de brazos. ──La Daga Sangrienta de Las Tres Lunas ha perecido desde que Mael murió.

Di media vuelta alejándome de ellos dos, se que les dolió eso y más a la rubia que es la que siempre confiaba para hablar.

Solté un suspiro terminado por llegar a un lugar apartado de todos, no tenía ganas de pelear, mis energías se están reponiendo. Levanté mi mano creando un charco de agua donde apareció Sora.

──Lady Scarlett, ¿se encuentra bien?

──Sí, me encuentro bien. Pero alguien no lo esta. Pero dejando eso de lado, ¿cómo esta Ezio?

──Sigue recostado durmiendo, su magia no ha disminuido ni aumentado. ─cerré mis ojos soltando otro suspiro.

──Su tiempo se esta agitando. ─mire a otro lado cruzando mis brazos. ──Sora. ─la llame mirándola. ──Tengo una orden para ti.

──La escucho Lady Scarlett.

──Lleva lágrimas del manatial a Camelot. Busca a Zeldris, dile que el las lágrimas curara las heridas de Estarossa.

──¿Esta segura?

──Muy segura. No dejaré que el padre de mi hijo muera cuando el lo esta haciendo. ─baje mi cabeza. ──No soportaré estar sola de nuevo.

──Esta bien. Si así lo desea cumpliré sus ordenes, my lady.

──Una cosa más. Lleva a Ezio a Camelot y cuídalo, en estos días que viene no podré estar con él pero iré cuando pueda.

──Entendido. Con su permiso, lady Scarlett.

En solo unos segundos desapareció de mi vista. En eso escuche el estruendo de el castillo ser destruido, logré mirar a Merlín atrapar a uno de los mandamientos en un tubo de ensañó, seguramente para que sea uno de sus tantos conejillos de india.

Después de eso sentí la presencia de la brocheta de Zaratras pelear junto a Hendrickson contra Dreyfus o mejor dicho contra el demonio que poseía su cuerpo.

En un momento a otro el estúpido de Fraudrin ya no pudo de estar en el cuerpo de Dreyfus y mostro su cuerpo completo. Merlín puso a los demás en su cubo perfecto salvandolos del poder de este.

Camine a paso lento con una sonrisa al sentir la presencia de Meliodas pelear con él.

──No creo que revivir viejos tiempos este mal, ¿o si?
 
Tome mi daga y haciendo un corte en mi brazo bañe la hoja de sangre.

──¡Ira asesina! ─moví mi daga en un rápido movimiento.

A los segundos logre escuchar la explosión que se creo en el momento en que Fraudrin recibió la estocada en su pecho.

Mientras el humo se dispersada caminaba con mi brazo recargado en mi hombro llegando a un lado de Meliodas.

──Así que estas de regresó, ¿eh, Scarlett?

──Lo mismo digo, Meliodas. ─lo mire de reojo sintiendo su poder más elevadi que la última vez, era casi justo como en aquellos tiempos.

Fraudrin miro a nuestra dirrecion, se levantó intento atacarme pero le di una cortada en su pierna haciendo que se arrodillara.

──Así que osas desafiarme demonio endeble. ─lo mire fríamente jugando con mi daga.

──¡Sirena asquerosa! ¡Estas heridas no son nada, sanaran de inmediato gracias a mi oscuridad! ─me gritó.

──Realmente no conoces tu nivel, ¿cierto? ─dije apareciendo en su espalda cortando su brazo dando un patada haciendo que cayera a metros de mi.

──Ya lo olvidaste por completo, Fraudrin. ─habló Meliodas mientras observaba con sus manos en sus bolsillos y su marca activada con una sonrisa en su rostro. ──Scarlett recibió la bendición de el Rey Demonio capaz de matar a un demonio con sola una estocada de su daga sin importar si tiene siete corazones. ─camine llegando a su espalda colocando mi daga en su cuello sintiendo su miedo. ──Solo se necesita una gota de su sangre en su cuchilla y con eso podría cortarte la cabeza a cualquier demonio matándolo de inmediato. ─mi miraba se oscureció mientras le hacia un leve corte en su cuello. ──De ahí su sobrenombre, La Daga Sangrieta. El Verdugo bajo las ordenes directas de dos reyes y el más despiadado.

──Hace tanto que no miraba esas expresiones. Hace tiempo que no olía el olor a miedo y desesperación.─sonreí de medio lado oscureciendo mi rostro, solo el color de mis ojos se dejaba ver. ──Realmente es una gran satisfacción.

──Destruir por completo cualquier esperanza que tuvieras y convertirla en desesperación... y entonces saborear la muestra de abatimiento escrita por tu cara. ─sonrío de medio lado, esa sonrisa que no había vistos desde hace mucho tiempo. ──Realmente no hay mejor sensación, ¿no es cierto, querida?

Sonreí imitando su acción.

──Estas en lo correcto, Meliodas. ─relambí mis labios mirando el hilonde sangre correr por su cuello.

──¿Sir Meliodas, Lady Scarlett? ─escuche a Hendrickson sorprendido de nuestras actitudes y tono de voz.

──No... ─habló Dreyfus. ──¿De verdad son... Sir Meliodas y Lady Scarlett?

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━━「Lo siento, pero no tuve tiempo para hacer dos capítulos :v」━━

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