━━O12
━ESTAROSSA━
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Una vez que mi herida sano decidí regresar a Camelot para ver como iban. Probablemente Meliodas ya había acabado con el albión sin dificultad.
Cree un charco de agua desapareciendo para aparecer en Camelot. Mi cuerpo se tensó por un momento al sentir un gran poder mágico junto a el poder de el capitán como aquella vez en el festival de Vaizel.
Al llegar a donde se originaba tan poder observa a la princesa junto a Hawk y el rey estar resguardados en el cubo perfecto de Merlín. La busque con la mirada encontrando a Slader muy mal herido cuidando a una estatua de piedra idéntica a Merlín mientras que Diane miraba mal herida a el capitán pelear contra una armadura alta y delgada, este estaba bajo una gran neblina oscura que Meliodas controlaba con esa marca en su frente.
Pero en un segundo él lanzo su lanza atravesando a el capitán para después darle el golpe de gracia a los demás destruyendo de una pisada la cabeza de Merlín. Me quedé inmóvil en cuanto sintió mi presencia llegando al frente mío, no tenía miedo alguno al verlo al frente mío, mantuve mi mirada sin expresión.
──¡Pero si eres tú, Scarlett! ─entre cerré mis ojos. ──¡Ha pasado tanto tiempo y tú te sigues viendo igual!
──Diría que me alegra verte pero para mi buena suerte no tengo recuerdo alguno de haberte visto en mi vida. ─dije haciendo que soltará una risa.
──¡Qué gracioso!¡Te recuerdo que soy Galand, el mandamiento de la Verdad! Y sabes mejor que nadie, que no puedes decir mentiras en mi presencia. De lo contrario te convertirás en piedra. ─no sentía nada de nada, solo tenía en claro que Merlín le mintió y termino así. ──No te convertirse en piedra. Realmente no recuerdas nada, ¿cierto?
──Creo que es inútil contestar algo que y te había dicho.
──Bueno, eso no quita el hecho de que los demás se alegrarán de verte. ─en un segundo me cargo en su hombro.
──Si aprecias tu miserable vida bajame ahora mismo. ─este hizo caso omiso a mi llamado.
──Tranquila, en unos segundos te llevaré ante él. ─dijo llegando frente a la princesa y los otros dos.
──¿Él? ¿A qué te refieres con eso, idiota? ─me ignoro mientras intentaba romper el cubo perfecto, pero no tuvo efecto.
Después de eso les dijo unas palabras a los tres para terminar por dar un gran saltó.
──Supongo que esto cuenta como un ejercicio, ¿no, Scarlett?
──Cuando me bajes te voy a golpear. ─dije sintiendo el viento golpear mi parte trasera. Por un instante logre mirar una pequeña luz de magia en su "cuello", me era particularmente conocida.
──¡Sí, diría que si! ─se contesto a si mismo después de mis palabras para después soltar una risa y acelerar la velocidad de vuelo.
──Idiota. ─gruñi al no saber a donde carajos me llevaba.
A los pocos minutos logré sentir como decencia a la superficie.
──Miren, Galand acaba de llegar. ─escuche una leve voz femenina. ──Y creo que trae el almuerzo.
Sentí como el idiota me dejaba en el suelo con delicadeza, como si fuera de cristal ajeno y temia por romperlo condenado su muerte.
──¿Qué es lo que traes ahí, Galand? ─escuche otra voz que no sabia con certeza si era de hombre o mujer. ──¿Una humana?
──Da igual, puedo sentir un gran poder emanar de su interior. ─volvió a decir la voz de antes. ──Entre más lo siento más quiero devorarlo.
Yo solo permanecía dando la espalda a ellos con mi rostro escondido entre mi cabello que ocultaba todo mi lado izquierdo. Antes de siquiera dejar que el demonio llamado Galand hablará, de un rápido movimiento le di una patada mandando hacia arriba ante la fuerza que use.
Cree un lazo de agua enredandolo en su cuello terminando por jalar el lazo para que se estampará contra el suelo.
──M-maldita... ─exclamó mirándome.
──Vaya... esto es interesante. La humana se resis... ─use el lazo tomando ahora el cuello de ella atrayendola a mi rostro.
──Me vuelves a confundir con una asqueroso humano... y lo último que harás será ver la luz del dia. ─en cuanto miro mi rostro su expresión fue de sorpresa.
──Oh pero que sorpresa nos trajo Galand. ─escuche una ligera y tranquila voz masculina. ──Si es nada más y nada menos que Scarlett. ─mire de reojo a el demonio que jugaba con su bigote. ──Veo que no has cambiado nada.
Lance a la chica de cabello morado lejos de mi desapareciendo el lazo de agua. En un segundo una chica apareció al frente mío, esta tenía el pelo largo en punta de color naranja, a diferencia de la otra no llevaba ropa solo la materia oscura la cubría.
Sin decir palabra alguna y sin saber la razón me tiro un golpe que me hizo retroceder, logré pararme antes de chocar contra rocas. Levante mi vista observando como no perdió tiempo y comenzó a tirarme una serie de golpes. Ni me inmuté ante sus golpes, eran ligeros y no me causaban daños, pero cada que tiraba otro la fuerza aumentaba, pero nada que pueda dañar gravemente a una sirena.
──Suficiente. ─paré su puño con mi mano. ──Te dire algo que seguramente debes de saber si realmente me conoces. ─la mire inexpresiva apretando su puño. ──Nadie de ningún clan podrá superar la fuerza de las sirenas. Y menos la de la princesa.
Y en un segundo logre darle un golpe que la mando a volar a muchos metros de distancia del suelo. Di un salto apareciendo a su espalda dando un último golpe haciendo que por poco se estrellara contra el suelo, si no fuera por el demonio que la tomo entre brazos.
──... cambias... lett. ─la escuche decir a la vez que llegaba retirado de ellos.
──¿Por qué debería de cambiar? ─a pesar de no haber hablado corrido logre entenderla.
──Es impresionante que sigas viva. ─esa voz se me hacia conocida por el hecho de que es casi igual a la del capitán. ──La última vez que te vimos estabas peleando...
──Meliodas. ─lo interrumpi, tenía la misma altura pero distinto color de cabello. ──Eres hermano de Meliodas, ¿cierto? ─logre ver a la mayoría fruncir el ceño ante eso.
──Creo que aquí esta pasando algo muy inusual. ─dijo la chica que parecía una víbora.
──¡Cierto! ─las miradas pasaron a Galand. ──Scarlett no tiene recuerdo alguno de nosotros.
──Así que lo que le hizo ese arcángel fue sellarle sus memorias. ─dijo el azabache pensativo. ──Esto si que es sorpresivo.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo al sentir una presencia a mis espaldas. Gire mi cabeza lentamente, abrí mis ojos al ver un hombre de cabello plateado mirarme con un toque de ¿felicidad? No podía leer lo que pensaba o sentía, esto mismo ocurría con Ezio. Realmente el tiene un parentesco con él, ¿por qué? Será acaso qué...
──Vaya que no recuerda nada. ─dijo la chica. ──De lo contrario ya se había alejado dándole un golpe. ─no entendía con certeza a lo que se refería con eso.
El viento soplo moviendo mis cabellos dejando ver mi lado izquierdo de mi cuerpo, mostrando mis tatuajes y mi cicatriz.
Él frunció el ceño ligeramente al mirar la cicatriz, paso su mano por mi mejilla. Cerré mis ojos al sentir el tacto helado de su guantelete acariciar mi cicatriz deje de sentirlo para ahora sentirlo en mi pecho, trazando mi tatuaje del delfín.
Una parte de mi disfrutaba el tenerlo cerca mío y otra muy adentro me grita que me apartará de él. Pero la primera ganó y me quede mirando sus ojos oscuros, no sabía que decir, ni siquiera se su nombre y dejo que me toque como si fuera su mujer.
Mujer. ─mi cabeza de pronto hizo click.
Talvez él es...
──Estarossa. ─dije suavemente sacando una pequeña sonrisa de su parte.
──Es bueno saber que no olvidas del todo a tu esposo. ─su voz me hizo estremecer y por una razón no me sorprendí de eso.
Abrazo mi cintura pegando mi cuerpo a el suyo disfrutando del choque entre ambos. Deslizo lentamente su mano de mi cintura hasta mi trasero dando un pequeño apretón que me hizo colocar mis manos en su pecho, sin esperarlo saco sus alas volando lejos de todos.
No lo sé ustedes. Pero a mi me gusto su forma de ser.
Y mi cuerpo pedia más.
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