ㅤ▸ O2O
Jungwon bajaba de su auto, ahora era un nuevo día, ayer había tenido la cita con Jay.
No pudo conciliar el sueño tratando de asimilar lo que había pasado.
Tomó sus cosas para entrar a la empresa, viendo como todos lo saludaban y hacían reverencia ante él, muy confundido solamente les devolvía el saludo.
Antes de llegar a su oficina fue por unos cafés y unos panes, tal vez se topara a Sunoo y podría contarle lo que pasó.
Llego a su oficina y arriba de su escritorio había un arreglo hermoso de tulipanes amarillos.
Dejó los cafés de lado junto a sus cosas y se acercó para verlas y notó una pequeña nota.
“Las flores más hermosas para el asistente más hermoso”
Las mejillas de Jungwon se sonrojaron, y se puso aún más rojo cuando vió que el que las había mandado era Jay.
Las olfateo un poco aspirando su rico olor fresco.
Tomó uno de sus jarrones y las colocó, tomando un poco de agua para regarlas.
—Son hermosas. —habló Jungwon tocando sus tulipanes.
Dos toques se escucharon en la puerta.
—Pase.
Jungwon se sentó en su oficina viendo los pendientes por hacer.
—Buenos Días.
Jungwon levantó su vista y Jay estaba frente a él, no pudo evitar sentir su corazón acelerado.
—B-buenos días señor Park.
—Dime Jay, no importa que estemos en horario de trabajo.
Jongseong sonrió acercándose a él para estirar su mano, esperando recibir la de Jungwon quien sonrió colocándola sobre la del mayor.
Jay envolvió entre sus brazos la cintura de Jungwon quien rió sonrojando y colocó sus manos en el cuello del más alto.
—¿Dormiste bien? —Jungwon ladeó su cabeza entre un sí y un no.
—¿Y usted?
—También, dormí muy bien después de nuestra cita.
Jungwon se sonrojó.
—Yo no pude dormir.
—¿Por? —Jay besó su frente mientras lo abrazaba más.
—No lo sé creo que aún estaba emocionado.
—Oh.
Se quedaron mirando unos minutos hasta que Jungwon se atrevió a dejar un beso en los labios de Jay.
—Umm, debes de darme dos, el de los buenos días y el de las buenas noches del día de ayer.
Jungwon soltó una carcajada asintiendo sonrojado.
—Um, está bien.
Jungwon dejó otro beso en los labios del mayor.
—Oye Jay.
—Dime.
—¿No está casado ni nada por el estilo? —Jungwon rió negando.
—No estoy casado, aún.
Jungwon asintió.
—Pensé que estaría casado o divorciado.
—No, ni siquiera he tenido pareja, nunca nadie me había llamado la atención, excepto tú.
Jungwon se sonrojó.
—Pero yo soy ordinario.
—Extra, extraordinario, ví algo en ti que no había visto en nadie más, tienes ese algo que le faltaba a mi vida.
Jungwon río sonrojado.
—Eso debería decirlo yo, usted es tan importante, me debo sentir yo agradecido con usted.
Jay frunció el ceño soltando a Jungwon y tomarle solo la mano.
—No debes de estar agradecido conmigo, debes de estar agradecido contigo por ser como eres, porque por ser así me gustas.
Jungwon agachó su rostro cubriendo con su otra mano sus ojos.
¿El mismísimo Jay le estaba diciendo eso?
¿El mismo que hace meses lo miraba con mala cara?
Jungwon no supo qué contestar, solo dió un pequeño beso en los labios del mayor.
—Gracias por todo lo que ha dicho.
—No es nada, ¿Paso por tí a la hora de la comida?
Jungwon asintió.
—Aquí lo espero.
Jay asintió. —Suerte con esos estados de cuenta. —el mayor rió, su Jungwon tenía mucho trabajo por hacer.
—Ni me lo digas, es mucho. —Jungwon hizo un puchero. —Más tarde vengo a ayudarte con eso, no te estreses tanto.
El menor asintió sintiéndose cálido por las acciones y palabras de Jay.
—Adiós. —dijo Jongseong saliendo de la oficina no sin antes lanzar un beso a Jungwon quien se sonrojo.
—Adiós Jay.
Su celular móvil sonó, tomándolo para contestar.
Checo la pantalla de este y vió que era un número no registrado.
—¿Bueno?
—Hola Jungwon.
Su voz.
¿De nuevo él?
—¿Qué quieres? —su tono de voz se escuchó enojado y serio.
—¿Me extrañas?
—¿De qué mierda hablas?
—Ya verás Yang, ya verás.
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