Jay le dió una vista a su reloj y vio que ya casi era la hora de su almuerzo, eso no era lo importante, lo importante es que iría con Jungwon a comer.

—Bueno, el trabajo puede esperar. —se levantó de su silla para salir de la oficina, casi corre hacia la de Jungwon, abriendo lentamente.

Jungwon se encontraba trabajando, se miraba demasiado lindo concentrado en lo que hacía.

Dio dos pequeños toques a la puerta, viendo cómo Jungwon se asustó un poco, volteando a verlo y sonreír.

—¿Está ocupado mi lindo asistente? —Jungwon rió y negó.

—Ya pronto acabo, ¿me esperas? —Jay asintió entrando.

—¿Me puedo sentar a tu lado para ver qué haces? —Jungwon asintió.

Jongseong sonrió y tomó una silla que estaba por ahí, colocándola a un lado de Jungwon, estando demasiado cerca, el menor se sonrojó por la cercanía, sintiéndose nervioso.

—¿Aún sigues con las facturas? —Jungwon asintió.

—Son muchísimas Jay, creo que como unas 3,000. —Jay rió acercándose para dejar un beso en su mejilla haciendo que Jungwon abriera su boca. —Y aún me faltan 500.

—Te ayudaré a facturarlas todas. —Jungwon negó quitándole de las manos los papeles.

—Es mi trabajo Jay, déjame hacerlo ¿sí? —este asintió.

—¿No tienes hambre?

—Sí, pero tengo que entregar esto mañana y no quiero atrasarme. —Jungwon puchereó.

—¿Qué quieres de comer? Yo iré a comprarlo. —Jungwon sonrió agachando el rostro.

—Mmm, quiero arroz y estofado. —Jay asintió, levantándose pero antes dejó un beso en los labios de Jungwon.

—Ya vengo.

—Jay.

El mencionado volteó prestando atención a Jungwon.

—¿Ahora que vuelvas podemos hablar? —Jay asintió.