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ㅤ▸ O19

Jungwon miraba la gente fina que estaba en ese lugar, aún iba tomado de la mano de Jay quien iba caminando junto a él hacía la mesa que se les asignó.

Jongseong le sonrió antes de sacar la silla para que se sentará, Jungwon se sonrojó, nunca ninguno de sus pocos novios que había tenido había hecho eso, ni mucho menos llevarlo a comer a un restaurante tan elegante.

—¿Qué deseas ordenar Won? —preguntó Jay leyendo la carta mientras Jungwon también leía pero no entendía nada.

—Lo que usted pida estará bien. —Jay rió. 

—Hablame de tu no de usted, además estamos de cita.

Jungwon asintió.

—Señor Park, ¿qué son los a-almas? —Jay rápidamente busco en el menú hasta encontrarlo.

—Los almas es un tipo de caviar.

—Oh, ¿Y por qué cuesta tanto?

—Es que es importado desde Irán, además te lo entregan en una caja de oro. —Jungwon abrió los ojos.

—¿Por eso es caro? —Jongseong asintió. 

—¿Ya sabes que ordenadas? Puedes pedir lo que quieras.

Jungwon no sabía si había sopas o algunas hamburguesas, tenía mucha ganas de una. 

—Mmm, no sé qué pedir señor Park. 

—Jay, dime Jay, puedes pedir lo que quieras.

—Pero, no sé qué pedir, no conozco nada. 

Jongseong asintió viendo el menú. 

—Puedes pedir medallones.

Jungwon negó con una mueca. —No me gusta.

Jongseong volvió a leer. —¿Calamar? 

Jungwon volvió a negar.

—¿No tienen tacos? —Jay negó. 

—¿Tacos? —el menor asintió. —Nunca los he probado.

—Oh, son muy ricos, en especial me gustan los caseros, usualmente los acompaño con spaghetti.

—Nunca lo he probado, no como en casa, siempre como fuera. —Jungwon asintió. 

—¿Su madre nunca le cocinó algo parecido?  Jay negó. 

—Mi madre murió cuando yo tenía 1 año, a esa edad solo bebía leche.

El corazón de Jungwon se estrujó, sintió que pisó en terreno peligroso. 

—Jay.

—Dime. —habló el mayor dejando la carta para prestarle su atención a Jungwon. 

—¿Me permite cocinarle algo? ¿Algo casero? 

Jongseong ladeó la cabeza. 

—Quisiera que fuéramos a comer a mi casa, podría cocinar algo rico para usted. 

Jay sonrió asintiendo.

( ☕ )

Jungwon y Jay llegaron al departamento del menor.

—Es muy linda. 

Jongseong observaba el interior de la casa de Jungwon, era muy hogareña y con colores cálidos, además del rico olor a manzana con canela.

—Gracias, puede tomar asiento. —Jay negó.

—¿Puedo ayudarte? —Jungwon asintió. 

—Venga, le pondré un mandil. 

Jay se acercó dejando que Jungwon acomodara el mandil, pasando el tirante por su cabeza y amarrandolo por su cintura, el mandil era negro con adornos rojos. 

Jungwon se colocó el suyo y comenzó a buscar las cosas en la alacena.

—¿Le gustaría probar el spaghetti de tomate? —Jay asintió. —Entonces le haré la especialidad de la casa. 

Jongseong rió y Jungwon le dió unos tomates.

—Antes de cocinar alguna fruta o comer alguna verdura, está se debe lavar. 

—Oh.

Jay abrió el grifo y lavó los tomates junto a una cebolla que Jungwon le había dado. 

—Después la cortaremos en pedazos y así la licuadora no se trabe. —Jongseong asintió.

Jungwon comenzó a rebanar los tomates cuando sintió unas manos rodear sus brazos y colocar unas manos sobre las suyas, cortando junto con él las verduras.

Levantó su vista hacia un lado de su hombro, Jay estaba detrás de él, apoyando su mentón en su hombro mientras cortaban las verduras.

Su mirada volvió hacia el frente y una sonrisa se pintó en sus labios junto a sus mejillas ruborizadas.

—¿Lo estoy haciendo bien? —Jay habló a lo que Jungwon asintió sintiendo al mayor retirarse una vez que todo estuvo cortado. 

—Ahora vamos a licuarlo, pero antes vamos a colocar agua en esta olla. —Jungwon tomó un traste hondo y de color plateado con agua. —Y echar el spaghetti para que se cosa.

Jay asintió colocando los pedazos en la licuadora junto a un poco de agua. 

Jungwon observó lo guapo que Jay se miraba su peinado de caída de lado pues estaba viendo como la licuadora hacía su trabajo, su perfil era hermoso y la luz del fondo lo ayudaba mucho.

Cuando la licuadora se apagó volvió a reaccionar.

—Ya terminé, ¿ahora que sigue? 

—Oh, vamos a esperar que el spaghetti hierva y vertiremos la mezcla para después sazonar.

Jay asintió.

( ☕ )

Jungwon y Jay estaban sentados mientras veían su platillo.

El spaghetti estaba en el plato con queso rallado encima y un poco de romero y cilantro por encima.

—¿Esto lo cocinamos nosotros? —Jungwon asintió.

—¿Gusta probarlo primero?

—¿Me darás ese honor? —Jungwon rió tomando un poco con su tenedor para llevarlo a la boca de Jay quien lo recibió. 

—Dios. —Jay abrió sus ojos, el sabor era exquisito, era rico y fresco.

—¿Está bueno? —Jay asistió. 

—Es mucho mejor que todo lo que he probado.

Jungwon bajó la mirada sonrojado. 

—No exagere, es solo pasta. 

Jay negó.

—La mejor pasta que he probado. —dijo Jay acariciando la mano de Jungwon que estaba sobre la mesa, este se sonrojo por el acto y solo rió bajito.

( ☕ )

Estuvieron platicando por unas horas, conociendo más al otro, las risas no faltaron y mucho menos los cumplidos.

Ya era tarde, la noche estabas cayendo.

—¿Entonces ya se va? —Jay asintió. 

—Tengo que terminar unos pendientes. —Jungwon asintió tomando los platos para dejarlo en el lavabo.

—Muchas gracias por la cena.

Jungwon negó con sus manos. —No es nada, lo acompañó a la salida.

Jay y Jungwon se levantaron y se dirigieron a la puerta.

—Nos vemos mañana Jay. —este asintió. 

Dió un paso al frente y entre sus brazos enrolló la cintura de Jungwon para dejar un casto beso en sus labios, Jungwon paso sus manos alrededor de los hombros de Jay besándolo de nuevo, con mucho cariño y paciencia.

—Gracias por la cena estuvo riquísima. —Jay dijo aún abrazando a Jungwon. —Me gusto haber estado contigo hoy.

Jungwon se sonrojo abrazándolo un poco más.

—No fue nada, puede venir cuando guste, espero tenga buen camino. —ambos se separaron. 

—Buenas noches. —Jay dió la vuelta. 

—Mm, Jay. —este volteo.

—¿Pasó algo- 

Jungwon caminó hasta colocarse de puntillas y dejar un besito en los labios de Jay quien lo recibió encantado. 

—Cuando llegues avísame por favor. —dijo Jungwon con sus mejillas ruborizadas. 

—Yo te aviso.

Jungwon se devolvió al interior de su departamento y agitó su mano despidiendo a Jay quien sonrió e hizo lo mismo. 

Jungwon cerró la puerta, su corazón estaba agitado y sus mejillas sonrojadas. 

“Fue la mejor cita”

Pensó Jungwon mientras tocaba sus labios.

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