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♯❚ chapter five.

En Incheon, la noticia del paciente que escapó en Seúl también se anuncia en televisión dos días después del incidente. Sin embargo, no se le da tanta relevancia como en la cuidad donde sucedió el altercado.

Taehyung apaga su televisor decidido a no darle demasiada importancia al asunto que está pasando en Seúl, sólo espera que atrapen al tipo que anda suelto por las calles. Él realmente no soporta ver a tantas personas murmurando y temiendo salir de casa.

—¿Has visto las noticias esta mañana por televisión?—Cuestiona la voz de Jimin a través de la línea, la angustia puede notarse en su voz. —Al parecer escapó un asesino en el sanatorio de Seúl.

—Sí, no entiendo porque hay tanto alboroto. —Él se queja tomando el periódico que anteriormente fue depositado en su puerta, la cerró con rapidez y volvió al sofá en donde desayunaba tranquilamente. — Quiero decir, a cualquiera le asusta pero no es para tanto. Lo devolverán pronto a su lugar, estoy seguro.

—¿Cómo es que tú no estás asustado? En cualquier momento podría salir ese asesino.

Taehyung suspira encogiéndose de hombros aunque el otro no pudiera verlo, deja caer el papel periódico en la mesa con pesadez.

—No lo sé, creo que a veces comienzo a acostumbrarme al mundo que tenemos. —Le dice con calma, en realidad sin ninguna preocupación por la situación en Seúl. — Además, estamos en Incheon, es lejos como para preocuparnos de ese loco suelto.

Park soltó un largo suspiro a través de la línea, no era la primera vez que lo escuchaba hablar así. Aún así, no estaría dispuesto a discutir con él, no sería buena idea.

Sí, bueno. Te hablaré después, ¿Sí, Tae? Estoy que pierdo la cabeza con los problemas algebraicos.

—Está bien, suerte en eso. Escuché que el profesor pidió primero el proceso de como lo resolviste.

Jimin se quejó por la línea, Taehyung se recargó en el sofá por completo y rió suavemente.

Bueno, tengo que irme o mamá me colgará si no paso esta prueba. —Informa soltando quejidos muy graciosos para Taehyung, incluso la voz de la señora Park podía escucharse en el fondo insistiendo en que tenía que finalizar la llamada.

—Diviértete mucho con los problemas algebraicos, Jiminnie-ah.

Otro quejido se escuchó desde el otro lado de la línea, al parecer era Jimin luchando porque su madre no le quitara el teléfono.

—¡Diviértete con los maratones de prevención en la cuidad! ¡Los programas educativos para ti, Tae!

Taehyung se ríe antes de finalmente colgar la llamada, se guarda el móvil en el bolsillo y cierra sus ojos por unos instantes. Maldice por despertar tan temprano, él y su costumbre de colocar la alarma en la hora equivocada.

Cuando piensa que está lo suficientemente somnoliento, el sonido de su teléfono logra despertarlo malhumorado por no obtener sus minutos de sueño.

—¿Sí? ¿Quién habla?

—Taehyung, soy mamá.

Taehyung toma el móvil entre sus manos y mira el número extrañado, se supone que no recibiría llamadas de su madre hasta al mes siguiente.

—¿Mamá? Creí que llamarías dentro de un mes, ¿qué ocurre?

—Tae, yo, dios mío. Tu padre, él falleció. Sé que no es manera de avisarte pero no puedo salir del país, están investigando todo acerca de su muerte.

Kim aprieta el teléfono sin saber que responder, de un instante a otro siente que se ha quedado sin palabras y que su respiración es agitada.

—¿Tae? ¿Cariño, sigues ahí? Dime algo, por favor. No me preocupes.

La voz preocupada de su mamá resuena por la otra línea, sus ojos brillan por las lágrimas que quieren asomarse y antes de pueda permitirse llorar libremente, se asegura de colgar la llamada.

Tal vez su padre no fue el más cariñoso del mundo pero siempre estuvo cuando lo necesitó, lo cuidó y le apoyaba cuando estaba mal. A veces sonreía cada vez que él llegaba con una buena nota y lo disimulaba para que no lo notara.

Su padre le quería a su manera, lo hacía. Y ahora ya no podría decirle sus notas nunca más, jamás volvería a compartir momentos a su lado.

Tapa su rostro con sus manos dejando las saladas lágrimas bajar y se deja desahogarse completamente.

Completamente después de tantos años.

[...]

Dos días después, Taehyung es abrazado efusivamente por su madre, parece demasiado desconsolada.

Ella le menciona que el funeral se llevó a cabo dos días después de la muerte de su padre, se disculpa por no haber avisado el mismo día pero dice que se debió a la interrogación de la policía y a la constante presión de ellos.

Finalmente, la policía declara que fue un homicidio planeado pero que no se encuentra ninguna prueba que delate al culpable. Todo parecía haber sido colocado en su lugar y nada parecía servir como evidencia, alguien se había encargado de manipular los hechos.

—Sigo sin creer que la maldita policía no pueda dar con el paradero del asesino de papá. —Expresa golpeando la mesa con fuerza, su madre palmea su hombro con suavidad intentando calmarlo. — ¡Es absurdo! ¡No hay nada!

—Cálmate, Tae. —Pidió suavemente la mujer mientras dejaba caricias en el cabello de su hijo, sentía la culpa en su sistema pero no podía hablar, no tenía la valentía y menos ahora que había presenciado lo despiadado que era Jeongguk. — Tarde o temprano, la verdad saldrá a la luz.

—Y si esa verdad no sale, yo mismo me encargaré de buscar al culpable de que mi padre este muerto.

Pero Taehyung no sabía que aquel culpable estaba más cerca de lo que pensaba y aún peor, en busca de él.

—Debes dejar que la policía se encargue de esto, Tae.

—¡No! ¿Qué no te das cuenta, mamá? ¡A ellos no les importa! Seguirán diciendo que no hay evidencia hasta dejar el caso en el olvido. —Exclamó alterado, levantándose con brusquedad de la silla y caminando a la puerta para salir de aquel ambiente que de alguna manera lo sentía asfixiarle. — No permitiré eso.

Cerró la puerta con fuerza y caminó por el pavimento, cruzando al otro lado de la calle y siguiendo con sus pasos hasta llegar al destino que quería.

Necesitaba aire.

¿Qué mejor que conseguirlo cerca del río? Era una opción viable, aún mejor cuando lo notó solitario. No quería niños perturbando su paz o gente molesta lanzando basura a la cristalina agua.

Se sentó en una de las grandes rocas, suspirando por tener un poco de reconforte en aquella soledad y la brisa calarle en el rostro. Tanteó sus bolsillos en busca de la cajetilla que había comprado por la mañana y tomó un cigarrillo, colocándolo en sus labios.

Sí, era un mal hábito pero a veces calmaba su estrés o su ansiedad.

—¡Ah, maldición! —Jadeó molesto cuando no encontró ningún encendedor en su bolsillo, seguramente debió olvidarlo en casa o se le cayó al cruzar la calle. — ¿Es en serio? Vaya suerte que me cargo hoy.

Resignado, sacó el cigarrillo de sus labios y justo cuando iba a devolverlo a sus bolsillos. Una tatuada mano apareció en su radar, ofreciéndole un encendedor.

—¿Necesitas fuego?

Taehyung alzó su vista para ver al dueño de aquella melódica voz y definitivamente la vista le gustó.

Era un hombre alto y pelinegro, aparentemente de unos veintitrés o veinticuatro años, al menos eso calculaba Taehyung. Tenía tatuajes en ambos brazos y visualizó que también en las manos, se preguntó si acaso portaba abajo de aquella playera.

—Sí, necesito fuego y saber tu nombre. —Soltó sin vergüenza alguna, Taehyung pensó que oportunidades de conocer a chicos guapos sólo ocurre una vez en la vida y que se pegaría en la cabeza si dejaba ir al guapo joven. — ¿Y bien? ¿Me lo das?

El muchacho abrió sus ojos con sorpresa y Taehyung juraría que lo vió sonrojarse mientras le ofrecía aquel encendedor que no dudó en tomar para su cigarrillo.

—Puedes llamarme Jeon, uhm. —Respondió aquel joven mirándolo con detalle, como si temiera que no fuera real. — ¿Cómo te llamas tú?

—Taehyung, Kim Taehyung.

Jeon sintió sus manos temblar con violencia y sus ojos amenazar con liberar lágrimas a montones.

—¿Estás bien? Luces pálido y algo desorientado. —Murmuró alzando una ceja y liberando el humo del cigarrillo entre sus labios, Taehyung se sintió raro con aquel joven viéndolo con ojos brillosos.

—Sí, sólo..me pareciste conocido.

—Dudo eso, tengo como dos días aquí en Seúl.

Además, con ese rostro estoy seguro de que no te habría olvidado.

Pensó Taehyung.

Sí, fue sólo una sensación, lo siento.

Jeon se colocó en otra roca, sentándose y mirando tranquilamente el río moverse.

—Entonces Jeon, ¿qué te trae por aquí? ¿Qué hacías en este río?

El azabache le miró a los ojos y sonrió con algo de pena.

—Esperaba a alguien, pensé que si lo hice mucho tiempo antes, aún podría esperar nuevamente pero esta vez en el lugar donde ambos solíamos jugar cuando éramos críos.

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