027. minefields
CHAPTER TWENTY-SEVEN
❝campo minado❞
cobra kai season 4 | act. three
LUCA DESPERTÓ CUANDO Robby lo hizo. Estaba increíblemente cansado y apenas podía abrir los ojos pero el movimiento de Robby levantándose de la cama lo alertó y bostezó antes de sentarse.
—¿A dónde vas?
Robby se volteó, un tanto asustado. Se veía terrible. Las círculos oscuros descansaban bajo sus ojos rojos, su cabello estaba desordenado y se veía asquerosamente confundido.
—¿Como llegue aquí?
Luca le dio unas palmaditas a la cama, esperando a que se siente y Robby suspiró, pasando una mano por su cabello para quitarlo de su cara y se sentó a su lado.
Luca abrió un pequeño cajón y sacó un ibuprofeno para dárselo a Robby antes de hablar.
—Tienes jugo allá. Bueno, Ethan te trajo. No me dijo que pasó pero dijo que estabas en la playa y que lo habías llamado borracho.
Robby suspiró, tomando la pastilla y bajando la mirada, viéndose arrepentido. La amargura en la boca de Luca se intensificó pero decidió no demostrarlo, tratando de quedarse tranquilo y dejarlo explicar antes de saltar a conclusiones, como hacía la mayoría de veces.
Ethan le habría dicho si hubiera pasado algo, ¿verdad?
—No me acuerdo que le dije —murmuró luego de tomarse la pastilla—. Lo siento. ¿Te dije algo a ti?
—No —negó, rascando su nuca—. Estabas dormido cuando llegaste.
—Perdón por preocuparte —continuó, finalmente alzando la mirada para encontrarse con sus ojos—. No se que me pasó, yo...
Luca acarició su mejilla, una mirada amable llenando sus ojos.
—Esta bien, Rob. Estás bien, eso es lo que importa. Aunque si vuelves a emborracharte en una playa un jueves voy a asesinarte, ¿entendido?
—Mensaje recibido —dijo sonriendo un poco.
—¡Lu! —dijo Cassie tocando la puerta—. ¡Mueve el culo o te dejo aquí!
—¡Ya voy! —gritó de vuelta y Robby puso una mueca—. Lo siento, tengo que ir a la escuela.
—Yo también me voy —dijo Robby, tomando sus zapatos del suelo y poniéndoselos—. ¿Nos vemos otro día?
Luca se vistió con lo primero que encontró y asintió, dandole un corto beso en los labios.
—¿Seguro que estás bien?
Robby asintió, dándole una sonrisa leve.
—Lo prometo.
—Espera a que nos vayamos —dijo Luca antes de salir por la puerta—. Molly no te puede ver.
Robby asintió y Luca le dio una última mirada de preocupación antes de salir y cerrar la puerta detrás de el.
Luca había llamado a Sophie esa tarde y ella había aceptado ir a una clase karate con el. Era una especie de prueba para ver si le terminaba de gustar el karate.
Solo que ya habían pasado veinte minutos y ni Sophie ni Piper habían llegado.
—Está un poco atrasada —dijo Johnny—. No hay problema, son solo unos minutos.
—Veinte minutos, en realidad —dijo Mitch.
—Le enviaré un mensaje —dijo Miguel, sacando su teléfono del bolsillo—. Para saber dónde está. Veamos... Oh no.
—¿Qué? —preguntó el sensei.
Todos se acercaron a Miguel, que mostraba en su teléfono un En Vivo de Piper dónde habría un paquete de Cobra Kai.
—Lo mejor para lo mejor. A patear traseros con Cobra Kai.
—¿Se unió a Cobra Kai?
—Tienen ropa de diseñador para sus nuevos alumnos —explicó Miguel—. Tienen nuevos reclutas.
—Sí, genial —dijo Johnny sarcástico—. ¡Qué perdida de tiempo! Incluso aprendí feminismo.
—No nos rindamos —insistió el latino—. Para ganar, necesitamos una chica.
—¿Quién será? —preguntó Johnny—. No tenemos el dinero de Cobra Kai. No hallaremos una campeona.
—Yo no era campeón cuando lo conocí. Me convirtió en uno. Vio en mí algo que nadie más vio. Ahora debe ver eso en otra persona. Tenemos que ser creativos.
—¡Todos piensen de forma creati...! ¿Tu quién eres?
Luca se volteó, viendo la cabellera rubia de su amiga entrando al lugar con una mueca confusa y sonrió antes de correr y darle un abrazo.
—¡Sophie!
—¿Llegué muy tarde? —preguntó y Luca notó con Johnny los miraba con ojos entrecerrados—. Tuve que venir en bicicleta y me perdí.
—¿Estás aquí por el karate? —preguntó Johnny.
—Sí, Luca me llamó y me dijo que buscaban chicas —asintió—. Siempre quise aprender karate.
Luca frunció el ceño, mirándola con una ceja alzada. Sophie sonrió divertida cuando Ethan habló.
—Bienvenida.
—¿Si te gustó? —preguntó Luca y Sophie asintió.
—El sensei Lawrence es divertido —dijo sonriendo—. Los ayudaré a seguir en el torneo.
Miguel, Ethan, Luca, Sophie y Bert se sentaron en las gradas, donde iban a ver uno de los debates a petición de Bert. Bert y Miguel eran los únicos que realmente estaban prestando atención, los otros tres se dedicaron a conversar para que Ethan conociera un poco más a Sophie.
—La pena capital es una sanción del estado de California —dijo una de las chicas debatiendo—. Desde marzo dos mil diecinueve se detuvieron las ejecuciones por una montaña emanada por el gobierno...
Johnny se sentó al lado de Miguel que frunció el ceño confundido y preguntó.
—¿Sensei? ¿El debate no es de nerdos?
—Lo es, por eso nos vamos —dijo Johnny con un enorme bolso en las piernas—. Tienes razón. No renunciaré a la división de chicas. Estoy seguro de que Sophie puede ganar pero aún así quiero una más. Estoy siendo original. Miren.
Johnny le entregó el bolso a Miguel que lo abrió emocionado y al ver su contenido, su sonrisa se fue borrando poco a poco hasta que sacó un vestido y una peluca con confusión.
—Sensei...
—¿Viste la película Ladybugs? —preguntó Johnny—. La vi con una chica, larga historia. Es sobre un entrenador que nadie respeta, y su equipo de fútbol femenino que apesta. Hace que su hijastro se vista de chica y empiezan a ganar.
—¿Quiere que nos vistamos como chica? —preguntó Luca confundido.
No se iba a poner un vestido.
—¿Qué? No —negó Johnny rodando los ojos—. Deben ganar la división de chicos. Aliento de Gorila. No es el mejor, pero puede derrotar a las chicas. ¿Qué opinan?
—Muchas cosas —suspiró Miguel—, no sé por donde empezar.
—Johnny, ¿te golpeaste la cabeza? —preguntó Ethan sonriendo inocentemente.
—Eso no va a funcionar ni en cien años —aportó Sophie con una mueca.
—Mi oponente es un idiota —gritó la chica del debate—. Sus pruebas y sus argumentos no tienen sentido y me morí del aburrimiento. Lo que es irónico, porque debatimos sobre la pena de muerte.
—¿No restará puntos por falta de decoro? —preguntó su contrincante.
—Al diablo el decoro —gritó la chica—. ¿Quieres saber qué opino de la pena de muerte?
La chica caminó hasta su oponente y le quitó el libro, rompiéndolo a la mitad.
—Ay me dolió —lloriqueo Ethan en voz baja.
—¡Oye, mi libro!
—Cedo mi tiempo —dijo antes de volver s su lugar.
—A ella me refería, sensei —empezó Bert—, le encantan las actividades...
—Cállate, Bert —dijo Johnny interrumpiendo—. Encontré a la chica más ruda del Valle.
Luca estaba esperando a que me empiece la clase cuando Cassie lo llamó.
—Oye, tonto, mamá no vuelve esta noche y dijo que cocinemos, ¿puedes hacerlo tu?
—No —dijo rodando los ojos—. Tengo entrenamiento hasta tarde, llegaré en la noche.
—¿Pedimos comida entonces? —preguntó la pelirroja—. ¿Sushi?
—De una —asintió Luca—. Pide ochenta piezas.
—¿Ochenta? ¿Que eres tanque sin fondo?
—No juzgues, Cassandra —contestó de mala gana.
—Bueno, ochenta —dijo la chica con un bufido—. ¿Pagamos mitad y mitad?
—Sí, te transfiero luego —dijo mirando sus propios pies—. Me tengo que ir, adiós.
—Mándale saludos a Johnny —dijo antes de cortar.
Luca prendió su celular, revelando el fondo de pantalla de una foto que tenía con Robby. Era una selfie donde el salía en primer plano, usando un gorro al revés y sonriendo, Robby sale atrás, sonriendo y haciendo un signo de rockero.
El castaño sintió dos manos en sus hombros y se sobresaltó, girándose y encontrándose con Johnny que sonreía divertido hasta que vio el teléfono y el fondo de pantalla.
—¿Ese es Robby?
Luca bajo la mirada a su teléfono, apagándolo y volviendo a ver a Johnny un tanto nervioso.
—¿No?
—¿Son amigos? —preguntó confundido.
—Eh... —Luca rascó su nuca con nerviosismo—. No exactamente.
Johnny alzó una ceja.
—¿Eso que significa?
—Robby es mi... uhm... novio... —dijo finalmente, sus ojos analizando la cara de Johnny por cualquier indicio de algo.
—¿Robby es gay? —preguntó frunciendo el ceño.
—Es bisexual —dijo Luca un poco incómodo—. Igual que yo.
—¿Que es biseptual?
Luca rió un poco.
—Bisexual. Significa que le gustan las chicas y los chicos.
—Ah —dijo Johnny con una mueca que no supo identificar—. Bueno, apúrate, va a empezar la clase.
El rubio se dio media vuelta y se fue junto al resto de chicos y Luca parpadeo un par se veces, pensando en si Johnny estaba molesto o no. ¿Estuvo bien en decirle? ¿No era algo que Robby tenía que hacer? Robby no habla con Johnny. ¿Le hubiera dicho algún día? ¿Se iba a enojar con el?
Luca volvió junto a Ethan cuando Johnny gritó.
—Escuchen, nerdos. Hoy vivirán un mundo de dolor. De acuerdo, a formarse. Tenemos dos nuevos miembros hoy. Ellas son Devon Lee y Sophie Norwood, nuestras nuevas campeonas.
—Hola, mi pronombre es ella —dijo Devon.
—El mío también —dijo Sophie con una pequeña sonrisa confundida.
—Los únicos pronombres que aceptamos son sensei y estudiante —dijo Johnny.
—Esos son sustantivos —dijo Devon una ceja alzada.
—Lo siento —se disculpó, sarcásticamente—. Creo que lo que quise decir es ¡silencio!
—Eso es un imperativo...
—Fórmense —gritó de nuevo.
Las dos chicas se pusieron de pie al lado del resto de alumnos. Johnny comenzó a caminar de acá para allá mirando de arriba a abajo a todos.
—La lección de hoy es sobre hacer trampa. En Colmillo de Águila no creemos en pelear sucio. Cobra Kai no sigue las mismas reglas. Debemos estar listos para sus trucos sucios.
—Como en Contacto sangriendo, cuando le arrojan tierra a Van Damme —dijo Devon con una sonrisa.
—Exacto —apuntó Johnny—. Alguien hizo su tarea.
—También vi las secuelas —dijo Devon con una sonrisa orgullosa—. Y Fuerza delta, Billy, el defensor, Octagón y Lady Dragon. Cynthia Rothrock es una bestia.
Luca frunció el ceño confundido mientras Johnny sonreía orgulloso.
—Claro que sí.
—Yo vi El último dragón —dijo Mitch.
—Cállate, Aliento de Gorila —dijo Johnny volviendo a su mueca de molestia—. Y ahora prepárense para un entrenamiento riguroso. Excepto tú, Díaz. Ven conmigo.
—¿Qué? —preguntó Miguel volteando a ver a Ethan que alzó los hombros igual de confundido.
—El torneo será pronto —explicó Johnny—. No puedes lesionarte. Esto se pondrá un poco peligroso. Serás mi cosensei, ¿de acuerdo?
Ethan y Luca se miraron con la misma cara de terror y los dos suspiraron.
—Estamos muertos.
—Bueno, prepárense. ¡Comencemos!
Todos tenían un brazo amarrado en el pecho mientras Sophie y Devon pasaban por al frente de todos con los puños en alto. Johnny explicaba.
—Si les dislocan el hombro, lucharán con un brazo.
—Eso ya lo hice —murmuró Ethan de mala gana.
—¡Cómo en Campeón de campeones! —gritó Devon antes de lanzar una patada hacia Bert que simplemente dio un paso atrás.
—Estás muy lejos —le dijo Johnny a Devon—. Estás extendiendo tu patada. Trata...
Devon le dio una patada a Bert en el brazo atado y el chico se quejó. Johnny asintió complacido.
—Nada mal.
—Me enorgullece no cometer el mismo error dos veces.
—Norwood, te toca —Johnny se giró hacia el—. Luca, ven aquí.
El neoyorquino suspiró pesadamente antes de caminar frente a Sophie y ponerse en posición de combate. Sophie elevó los puños con una mueca divertida. La rubia le lanzó una patada a la cabeza que Luca bloqueó agachándose pero Sophie tomó la oportunidad para hacerle una barrida y el castaño cayó de espaldas al suelo con un quejido.
—¡Bien hecho! —aplaudió Johnny.
Luca se levantó y caminó hacia Ethan con una mueca de dolor.
—Johnny se enteró de que Robby es mi novio... creo que me odia.
—Te regalo mis fuerzas porque se te viene duro —dijo el más bajo con una mueca de compasión.
Luego de un rato, todos estaban en fila y las dos chicas tenían que patear a los chicos en la entrepierna. Johnny caminaba por ahí.
—Ningún truco es demasiado sucio y ningún golpe es demasiado bajo para ellos. Tienen que estar listos.
Sophie susurró un corto "perdón" y Luca aguantó la respiración. Apenas la rodilla de la chica lo golpeó cayó de rodillas con lágrimas en los ojos e inclinándose hacia adelante con dolor.
—Puta madre.
—¡Eso es! —alentó Johnny—. ¡Sigan!
Uno por uno fueron cayendo entre quejidos de dolor y lloriqueos, mientras Miguel miraba todo con una mueca. Devon chocó los cinco con Sophie.
—Realmente les diste duro.
—Mis McNuggets... —se quejó Mitch sin aire.
—Si van a vomitar, tráguenselo —dijo Johnny antes de mirar a Miguel—. Llevan protectores, ¿no?
—No —murmuró Ethan desde el suelo.
Poco rato después todos tenían hielo. Luca estaba sentado en el suelo con la espalda pegada en la pared y Sophie estaba a su lado, acariciando su brazo.
—Lo siento, perdón, perdón.
Luca negó, sosteniendo el hielo con los ojos cerrados. Si no se movía no dolía.
—No es tu culpa.
—Buen trabajo hoy. Pónganse hielo, mañana continuamos —Johnny se volteó hacia Miguel—. Tu mamá quiere que cenemos en familia, así que no llegues tarde.
—Debe ser lindo ser el favorito —dijo Mitch molesto antes de darle la bolsa de hielo a Miguel.
—Sí —dijo Bert—. ¿Te va a arropar?
Luca y Sophie se despidieron con la mano antes de largarse. La rubia lo ayudaba a caminar como podía.
—Pateas fuerte —se quejó Luca mientras caminaban hacia el transporte público—. Johnny se enteró antes de la clase que Robby es mi novio.
—¿Y? —preguntó ella, su entrecejo fruncido con confusión.
—Robby es su hijo —explicó y Sophie frunció el ceño—. Sí, ya se, no se parecen en nada.
—¿No sabía que estaban juntos? —preguntó ella, sentándose a su lado cuando llegaron al paradero—. ¿Cómo? ¿Nunca se juntan en su casa?
—Uhm... Robby no habla con el —dijo, apretando los labios en una fina linea por un segundo—. Larga historia. No se llevan bien.
—Entiendo —asintió ella—. Bueno, espero que se le pase cualquier emoción que tenga porque se veía molesto. ¿Notaste que solo alentaba cuando te golpeaba a ti?
Luca bufó, cruzándose de brazos.
—Sí, lo noté.
El bus llegó y los volvieron a levantarse, Luca aguantando el quejido y se subieron, pagándole al conductor y caminando para buscar un asiento. Estaban lejos, iban a ser por lo menos cuarenta minutos de viaje.
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