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021. family trouble

CHAPTER TWENTY-ONE
❝problemas familiares❞
cobra kai season 4 | act. three









—¡Saluden! —gritó Johnny.

—Con el sensei Lawrence queremos prepararlos para el torneo —dijo Daniel.

—Pero tenemos distintas formas de hacerlo.

—Sabemos que enseñarles estilos opuestos al mismo tiempo puede ser confuso.

—Así que se nos ocurrió una solución. Dividir y conquistar —dijo Johnny y todos se miraron con confusión—. Colmillo de Águila entrena afuera.

—Y Miyagi-Do lo hará acá.

—¿Por qué terminan las frases del otro? —le preguntó Luca a Cassie que alzó los hombros.

—Juntos somos más fuertes —replicó Miguel.

—Seguimos juntos —dijo Daniel.

—Pero por separado —termino Johnny—. En lados opuestos del dojo. De acuerdo, Águilas, síganme.

—Los Miyagi-Do, vengan aquí.

Luca bufó y siguió a Johnny hasta en otro lado del dojo caminando junto a Halcón.
—La idea era trabajar juntos.

—¿Cuando has visto al sensei Lawrence y a LaRusso trabajando juntos? —preguntó el de cresta.

Luca alzó los hombros cuando Johnny gritó.
—¡Fórmense! Halcón, como eres nuevo en Colmillo de Águila, ven aquí.

Halcón hizo una reverencia y se acercó hacia Johnny que le hizo una barrida apenas estuvo suficientemente cerca.
—¿Qué diablos?

—Hoy practicaremos barridos frontales —dijo Johnny—. Con Halcón.

—Está bien, sé que fui un idiota, pero lo siento —se disculpó el chico.

—Hablar es gratis —negó Johnny—. ¿Quién sigue? Aliento de Gorila, vamos.

Todos empezaron a tomar turnos para golpear a Halcón. Luca puso una mueca pues sabía que al otro día su amigo iba a estar completamente adolorido.
—Deja de llorar como niña, levántate. No seas cobarde. Golpéalo en la cara. ¿Lo golpeaste en las bolas? ¿Qué te pasa? ¡Buen golpe! En el estómago.

Daniel salió del dojo con expresión harta.
—Sensei Lawrence, ¿puedo hablar contigo?

—Chicos, descansen —Johnny le dio un golpe en el pecho a Halcón—. Camina. ¡Vamos bien!

Luca se acercó a su amigo y le dio unas palmadas en el hombro.
—Considera esto un karma.

—Púdrete.

—Yo también te quiero amigo —dijo divertido antes de alejarse hacia Miguel y empezar a conversar con el.

Vio como Ethan le daba una bolsa de hielos a Halcón y este entraba al dojo. El chico LaRusso se acercó a ellos y los tres comenzaban a hablar. No tuvieron mucho tiempo pues Daniel y Johnny volvieron, gritándose el uno al otro.
—Siempre supe que sería un desastre.

—Todo es un desastre contigo —reclamó Johnny.

—¿Qué? ¿Conmigo?

Luca se giro para mirar. Halcón pareció compartir un par de palabras con Daniel antes de irse con expresión cansada. Johnny reclamó otra vez.
—¿Qué carajos hiciste?

—¿Qué hice? —preguntó Daniel—. Yo no lo golpeé todo el día.

—Entrenamos para el All Valley, no aprendemos yoga.

—No insultes a mi dojo frente a tus alumnos.

—No me digas como entrenar —negó—. Haré lo que quiera.

—Sé lo que haces —dijo Daniel siguiendo a Johnny.

—¿Sí?

—Mientras estén bajo mi techo, son nuestros alumnos.

—Sí, lo sé —dijo Johnny sarcástico—. ¿Bajó qué techo? Estamos afuera.

Luca suspiró y Cassie se acercó hacía el.
—Bueno, creo que el plan no funcionó.

—Me parece impresionante como no pueden tener una conversación sin discutir —dijo el negando.

Luca veía una película de Star Wars con sus audífonos cuando empezó a escuchar gritos de fondo. Pausó la película y se quitó los audífonos tratando de escuchar.

—¡No es normal, Cassandra! —gritó Molly, Luca supuso que estaban en la cocina—. Solo soporto que estes saliendo con Sam porque ella y los LaRusso me caen bien pero irse a Chicago esta fuera de discusión. Iras a Columbia como siempre hemos dicho y punto.

El chico se levantó de golpe de la cama y bajo sin hacer ruido un par de escalones. No iba a meterse aún.

—¡Es mi vida! —gritó Cassie—. Debería ser mi decisión.

—Tienes diecisiete aún y vives conmigo por lo que no lo es —dijo Molly, cruzándose de brazos—. Como tu madre es mi deber tomar las decisiones que sean mejores para ti. No voy a seguir hablando del tema, vete a tu habitación.

—¡No voy a ir a Columbia! —gritó Cassie antes de darse media vuelta y correr escaleras arriba.

Luca la siguió, escuchando los gritos de Molly de fondo y los dos entraron a la habitación de Cassie. Las paredes eran blancas pero apenas se veían pues estaban cubiertas por posters de distintos cantantes, películas, series y cualquier cosa que se les ocurra. Era casi igual de grande que la habitación de Luca e igualmente la cama estaba en medio de la habitación. El escritorio estaba en una de las esquinas y encima de este estaba repleto de fotos polaroid.

La mayoría eran de Sam, Ethan y Luca pero también habían más personas. Había una caja abierta, repleta de vinilos variados y el tocadiscos a un lado. Al lado de la ventana había un enorme librero lleno de libros y Luca estaba casi seguro de que Cassie no había leído ni la mitad. Del techo colgaban plantas falsas al igual que pequeñas luces que funcionaban gracias a pilas. Había una pequeña repisa que tenía velas y pequeñas plantas sintéticas.

Cassie se negó a mirarlo y se quedó con la vista fija en la cama, respirando entrecortadamente. Luca cerró la puerta detrás de el.
—Cass...

—Vete —lo interrumpió con voz rota.

—Cassie, ¿Molly no lo acepta? —preguntó Luca sin moverse.

La pelirroja no respondió pero soltó un sollozo y eso fue suficiente para que el chico se acercara y la abrazara. Cassie se aferró a la camiseta a cuadros de su primo y enterró la cara en su pecho, sollozando sin parar.

Luca acaricio su espalda, dejándola llorar. Cassie no era una persona que demostrara lo que sentía, especialmente si estaba triste por algo. Probablemente solo te enterarías si esta enojada y es porque te esta ignorando o gritando. Los dos eran parecidos en ese sentido. No quería intentar decir algo y cagarla más.

—Nunca ha estado de acuerdo —dijo Cassie sin alejarse—. Dice que no es normal. Se que me muestro muy confiada con el tema fuera pero no lo soy. Odio ser así. Daría cualquier cosa porque me gusten los chicos. Fue un gran problema cuando se entero que salía con Sam, casí me prohibde verla. No hace drama ahora porque se lleva bien con el señor LaRusso.

—¿No sabe sobre Robby y yo? —preguntó en voz baja.

Cassie negó.
—No le digas, odia a Johnny.

—No iba a decirle.

Los dos se quedaron en silencio, Cassie se separó y se limpió las lágrimas con las mangas de la sudadera antes de mirar a Luca con la barbilla temblando.
—La odio, Lu.

Pudo sentir como su pecho se hundía cuando escucho eso. No supo que decirle, sabía de primera mano que Molly podía ser muy mala si quería y que no era nada agradable convivir con ella. Es decir, el llevaba un par de meses junto a ella y la odiaba pero era su tía.

No eran cercanos como para que le importara.

Cassie era su hija, ¿que tanto le había hecho para que odiara a su madre? Porque a Cassie le caían mal muchas personas pero no odiaba a muchos.

—Estoy tan cansada —murmuró—. Arruina todo para mi. Todo. ¿Por qué no puede simplemente alegrarse por mi? Sam me hace muy feliz, muy feliz. Todo con Sam es tan fácil pero cada vez que trato de hablar con ella sobre el tema, pone mala cara y si antes nos llevábamos mal, desde que sabe que soy lesbiana es peor. Siento que le doy asco. Lo único que hace es fingir que en realidad no es mi novia y que algún día voy a llegar con un novio. ¿Por qué no puede aceptarme como soy?

—No lo se, Cass —dijo Luca con una mueca—. Hay gente muy tonta y si Molly no es capaz de ver la increíble persona que eres por encima de tu sexualidad, no merece nada de ti. No le debes nada, especialmente sabiendo como te ha tratado todos estos años.

—Lo se, pero es mi mamá —dijo con voz cansada.

Luca volvió a abrazarla y los dos se dejaron caer en la cama en silencio. Cassie lloró hasta que se quedó dormida y Luca no tardó en seguirla, con un pensamiento recurrente en su cabeza.

Molly Weber podía joderse.
























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