CHAPTER TWENTY
❝viejas amistades❞
cobra kai season 4 | act. three

EL PATIO DE MIYAGI-DO se quedo en un silencio incómodo hasta que Demetri alzó la mano.
—¿Comenzar qué, exactamente?

Daniel y Johnny se miraron con confusión y el primer nombrado tomó la palabra.
—Comenzar una nueva era. Muchos solíamos ser enemigos, pero las rivalidades no deben durar para siempre. Quedan pocos meses para el Torneo All Valley y nunca antes habíamos tenido tanto en juego. Sabemos que los Cobra Kai usarán todos los trucos sucios que puedan. Y solo podremos vencerlos...

—Si los golpeamos tan fuerte que se caguen en sus pantalones —interrumpió Johnny gritando—. Llevaremos las cosas al siguiente nivel. Les enseñaremos a agredir mucho más fuerte que Cobra Kai. ¿Y si atacan primero? ¡Ante-atacaremos!

—No nos adelantemos —dijo Daniel—. Responderemos a lo que hagan ellos.

—Las águilas no responden —se quejo Johnny—. Se abalanzan y toman lo que quieren. Y eso haremos, recuperar el Valle.

—Lo recuperaremos de forma controlada y organizada.

—¡Mordemos primero!

—Bien —Daniel suspiró—. Bien, empecemos con ejercicios sencillos.

—¡Fórmense!

Todos caminaron hasta quedar en dos lineas paralelas con los dos senseis de frente. Daniel habló primero.
—Ahora respiren y síganme.

Los chicos de Miyagi lo siguieron y Luca miro confundido hacia los lados sin saber si debería hacer los ejercicios de respiración. Su duda se resolvió cuando Johnny gritó:
—¡Posición de combate! Pierna derecha atrás y patada delantera.

Mitch dio una patada, dandole a Nate que cayó de cara hacia adelante. Luca trató de no reírse muy fuerte.
—Me encanta este lugar.

Luego de un rato todos se pusieron en un círculo al rededor de Bert y Mitch, que iban a pelear. Johnny les dio la indicación de que empezaran pero no mucho después Daniel se interpuso desconcertado.
—Alto. No paran de golpearse. ¿Les enseñas defensa?

—La mejor defensa es atacar —dijo Mitch sonriendo.

Bert le dio una patada en las costillas logrando que Mitch cayera de espaldas contra una roca enorme.

—¿Por qué tienes una roca en tu dojo? —preguntó Johnny.

Los siguientes fueron Sam y Demetri, que empezaron a dar vueltas y vueltas sin atacarse. Luca se cruzó de brazos confundido.

—Eso es —dijo Daniel—, sigan dando vueltas. No se precipiten. Concéntrense.

—Hagan algo —reclamó Johnny—, ¿qué diablos es esto?

—No funciona así —dijo Demetri—. Reaccionamos a la provocación.

Johnny tomó la botella de agua que Luca tenía en la mano y se la lanzó a Demetri.
—¿Te provoqué?

Luego de eso decidieron ir a los autos.

—Encerar, pulir —dijo Daniel paseándose—. No importa cuantas veces lo hayan hecho. Siempre deben practicar los fundamentos básicos.

—Eso es, límpienlo bien —gritó Johnny mientras todos recogían basura del suelo del auto—. Quiero que parezca nuevo. Saquen todas las latas. Si encuentran dinero, es mío.

Daniel y Johnny hicieron un circuito con distintas cosas. El rubio rompió otra botella en el suelo.
—¡Vamos, gusanos! ¡Más rápido!

Luca estaba corriendo cuando escucho a Daniel gritar:
—¡En el bote no!

Se dio la vuelta para ver a Chris vomitando dentro de un bote de madera y puso una mueca de asco junto a Halcón.

Luego de eso fueron adentro y Halcón terminó peleando con Mitch. Luego de un par de golpes y patadas, el pie de Halcón atravesó la puerta del dojo.
—Mierda.

—¿Ves? —dijo Daniel frustrado—. Por eso no peleamos aquí.

—De acuerdo —dijo Johnny ignorándolo—, ¿quién sigue?

Luca estaba realmente cansado luego de ese entrenamiento. Su cuerpo entero le dolía y la ducha solo le había dado más sueño.

El timbre de la casa resonó por las paredes. Luca iba a fingir estar dormido pero Cassie gritó:
—¡Se que estas despierto! ¡Ve tu!

Y con quejido se levantó a regañadientes y bajo las escaleras. Tomó aire, para fingir no estar cansado y abrió la puerta.

—Hola —dijo la rubia sonriente.

Luca tardó un par de segundos en reaccionar y abrazar a su amiga tan fuerte que se quejó sin aire.
—¡Suelta!

—¿Que haces aquí? —preguntó Luca sorprendido, alejándose.

—Mamá y papá se divorciaron —dijo Sophie alzando los hombros como si nada—. Mamá quería un nuevo comienzo o lo que sea así que nos mudamos.

—Lo siento mucho —dijo el frunciendo el ceño—. ¿Como supiste donde vivo?

—Tengo mis contactos —sonrió—. Lamento no haberte avisado antes pero la mudanza fue un tanto... caótica.

—No te preocupes —rió Luca—. Yo tampoco te escribí, ¿quieres pasar?

—Pensé que me ibas a dejar afuera —se burló a lo que Luca rodó los ojos y la dejó pasar—. Tu tienes mucho que contarme, tus historias en instagram no son suficientes.

Luca la guió hasta su habitación y los dos se recostaron en la cama. Molly le había instalado una televisión frente a la cama porque ya no sabía que hacer con ella y Cassie ya tenía una en su habitación.

A veces le parecía absurdo la cantidad de dinero que tenía esa mujer.

—Me gusta tu habitación —dijo Sophie recorriendo todo con la mirada—. Es más espaciosa que la anterior.

—Es bonita —dijo el, prendiendo la tele para poner música en spotify—. Bien, ¿que quieres saber?

—Todo, duh —la rubia tomó una de las almohadas y la abrazó, apoyando su espalda en la pared—. ¿Quien es Robby?

—Mi novio —contestó y Sophie alzó las cejas—. Larga historia.

—Tengo tiempo —dijo divertida.

Luca bufó y se acomodó, apoyando su cabeza en la mano y comenzó a contar absolutamente todo desde el principio.

Sophie era su mejor amiga y de las pocas personas que realmente le caían bien de su antigua escuela. Ella nunca lo había juzgado y a pesar de que ninguno de los dos solía hablar mucho por mensaje y podían pasar meses sin hablar, nunca había sido incómodo. Los dos se conocían desde pequeños y su amistad nunca había cambiado.

—Todo por un dojo —dijo sorprendida—. Que loco. Así que... ¿Karate? ¿Ahora eres karateka?

—Este lugar es una completa locura —negó Luca—. No soy karateka no seas idiota.

Sophie rió.
—Dudo que me pase algo si no entro a algún dojo. Soy feliz con la escuela y mis clases de piano.

—Buena idea —dijo el, sonriendo—. Algún día te presentaré a los chicos, Ethan te caerá bien.

Cassie entró a la habitación como Pedro por su casa, mirando su teléfono mientras escribía algo.
—Lu, ¿quien er...?

Levantó la cabeza, viendo a los dos chicos mirándola y bajo el celular con confusión. Cassie no conocía a Sophie en persona y si Luca no recordaba mal, solo había visto fotos de la rubia de pequeña.
—¿No me vas a presentar a tu amiga?

—Tienes novia, Cassandra —se burló.

—¡No me refiero a eso!

—Ella es Sophie —dijo Luca y la rubia saludó con la mano—. Mi mejor amiga de Nueva York, se mudó con su mamá.

—Por eso te me hacías conocida —dijo Cassie sonriendo—. Bienvenida entonces.

—Gracias —sonrió Sophie.

—A lo que venía —Cassie miró a Luca—. Me debes cinco dólares, pedí una pizza porque mamá no vuelve hasta mañana y no tengo ganas de cocinar.

—¿De donde quieres que saque cinco dólares?

—Tu verás —Cassie se dió media vuelta y salió por la puerta—. ¡Nos vemos Sophie!

—¡Bye! —gritó ella y rió al ver la cara de amargado de Luca—. Me cae bien.

—¿Te quedas a cenar? —preguntó Luca.

Sophie negó.
—Mamá me espera, le dije que venía un rato. De hecho, me tengo que ir.

Luca rió y se puso sus pantuflas. Sophie volvió a abrocharse los zapatos y los dos bajaron, mientras la rubia le contaba un poco sobre como fue mudarse. Cuando llegaron a la puerta, Sophie lo abrazó con fuerza.
—Me alegro que estes aquí, no se que haría si no tuviera a un amigo. No se como lo hiciste.

—Cassie fue de gran ayuda —dijo el, correspondiendo su abrazo—. ¿Vives muy lejos? ¿Quieres que te lleve?

—No, no te preocupes —negó—. Vivo a dos calles, te aviso cuando llegue.

Luca dudó pero Sophie lo miró mal.
—Tengo gas pimienta, no va a pasarme nada.

—Bueno —aceptó de mala gana—. Avísame apenas llegues o voy a ir a buscarte.

—Lo que sea, Capitán América —se burló, despidiéndose con la mano mientras se alejaba—. Nos vemos.

Luca se despidió y cerró la puerta cansado. Fue a servirse un vaso de agua y se lanzó al sofá junto a Cassie para ver una película mientras esperaban la comida que tardó casi una hora en llegar.