CHAPTER ELEVEN
❝entrenamiento❞
cobra kai season 3 | act. two

—La debilidad es inaceptable —dijo Kreese—. La pelea en la escuela fue una vergüenza. Perdieron soldados y también la batalla. Pero no volverán a perder. Díaz era uno de los nuestros. Lo que le hicieron nos lo hicieron a todos. Y tendrá repercusiones. No mostraremos piedad. No mostraremos debilidad. ¡Contraatacaremos y atacaremos fuerte! ¿Está claro?

—¡Sí, sensei!

Kreese iba a hablar otra vez pero Ethan LaRusso entro al dojo con brusquedad y la cara roja. El adulto sonrió.
—Ethan, tanto tiempo sin verte.

—Vete a la mierda —escupió Ethan caminando hasta el y dándole un empujón.

Luca apretó los labios, debatiendo si debería interrumpir o no.

—No has venido a clases.

Ethan apretó los puños y Halcón dio un paso adelante pero el más bajo lo apunto con la mano, sin dejar de mirar a Kreese.
—Das un paso más y te rompo la nariz, Moskowitz. Me prometiste que si me unía a tu jodido dojo, mi hermana y Cassie estarían bien.

Luca frunció el ceño con confusión, mirando alternadamente a los dos.

—Yo no te prometí nada —Kreese se cruzó de brazos—, tú fuiste muy ingenuo para creerme. Solo fue una manera de traerte aquí.

Ethan levantó el brazo para dar el primer golpe pero Luca de adelanto y lo alejó de su sensei.
—¿Te volviste loco?

—¿Por qué lo defiendes? —dijo Ethan con rabia—. No, déjame cambiar la pregunta. ¿Por que sigues en este dojo? ¿Es que no te das cuenta?

¿Había realmente una explicación válida para que el siguiera ahí? ¿Cómo le podía explicar a su mejor amigo que sin el karate sentía que se ahogaba? ¿Como podría explicarle que no sabía que mas hacer para no seguir pensando?

—¿Crees que venir al dojo a pelear es inteligente? —reclamó, en vez de responderle—. Somos por lo menos dieciséis contra ti, ¿de verdad crees que puedes ganar?

No quería pelear contra Ethan. Era lo ultimo que quería hacer pero no sabía cómo hacerlo entrar en razón.

Ethan tensó la mandíbula y cerró los ojos respirando ondo antes de volver su mirada al sensei.
—No hemos terminado.

—Estoy seguro de que no —contestó con satisfacción.

Ethan le dio un empujón a Halcón y salió por la puerta antes de desaparecer en la esquina del dojo. Luca suspiró y paso las manos por su cara antes de girarse y ver que Kreese tenía su vista pegada en el.
—Di Angelo, ve a mi oficina quiero hablar contigo.

Todos comenzaron a murmurar y a reír mientras Luca caminaba hacia la oficina. Pocos segundos después Kreese entró y cerró la puerta.
—¿Que te pasa?

—¿A que se refiere? —preguntó el adolescente, un tanto nervioso.

—Estas distraído —Kreese se cruzó de brazos—. Apenas escuchas cuando hablo. ¿Es por el chico Keene?

—No —mintió.

—Tienes que olvidarte de el —dijo, tranquilo—. El fue el que dejo a Díaz en el hospital, Luca. Es el enemigo.

—No fue culpa de Robby —dijo, mas a la defensiva de lo que esperaba—. Fue un accidente.

—¿Hacer que alguien caiga por un balcón es un accidente?

Luca se quedo mirando a su sensei con los dientes apretados, tratando de mantener la calma y no golpearlo ahi mismo.

¿Quien carajos se creía para hablar sobre Robby? ¿Acaso lo conocía? ¿Con que derecho...?

—Se que el y tú tenían... algo —murmuró Kreese con una mirada de... ¿lastima?—. Pero necesito que te concentres. Ese chico va a ir a la cárcel y tu tienes que concentrarte en el entrenamiento. Eres de los mejores luchadores junto con el señor Moskowitz. Necesitamos un nuevo campeón con Díaz fuera. No lo arruines por un mocoso que no se molesta en devolverte los mensajes, ¿entiendes? Tómalo como un consejo de mi parte.

Kreese puso su mano en el hombro del contrario y Luca sintió un nudo en la garganta. ¿Por qué le afectaba tanto si ni siquiera era serio?

Se había prometido a si mismo no encariñarse, Robby era solo una distracción para el verano.

Kreese tenía razón. Ahora tenía que enfocarse de nuevo.

—Alumnos —dijo Kreese saliendo de la oficina—. Trabajaron duro hoy. Así que antes de que se vayan, tengo algo para ustedes. Quiero presentarles a un amigo —Kreese quito la mano de la espalda dejando ver a un ratón sobre su mano y todos soltaron un "aww".

—Genial —dijo Bert—. ¿Cómo se llama?

—No lo sé —alzó los hombros—. ¿Cómo le ponemos?

—Halcón Junior —dijo Halcón y Luca frunció el ceño.

—Que nombre estúpido —dijo divertido.

Halcón lo miro mal y Luca rió.

—¿Que opinas? —le preguntó Kreese a Bert.

—¿Clarence?

—Clarence —repitió—. Bien. Tómalo.

Kreese le dio el pequeño ratón a Bert y sonrió. El de lentes comenzó a jugar con el mientras el sensei volvía a hablar.
—Es hora del almuerzo.

—¿Puedo alimentarlo? —preguntó Bert.

—No. Puedes alimentarlo a él.

Kreese sacó la tela negra de sobre la caja, dejando ver a una serpiente y Luca se congeló en su lugar. Bert se removió incómodo.
—¿Qué come?

—Le gusta comer... Clarence —dijo el sensei. La sala se sumergió en un silencio incómodo mientras todos se miraban con confusión—. Está bien. Ven. Vamos.

Bert se acercó inseguro mientras el adulto abría la pequeña rejilla de la caja de cristal. Todos miraban expectantes, dudosos si Bert lo haría o no y Luca tuvo el impulso de salir corriendo y largarse.

—No puedo —negó Bert.

—Está bien —dijo Kreese, volviendo a tomar a Clarence con una sonrisa—. Lo entiendo. Clarence es tu amigo. Puedes oponerte. ¿Quién más se opone?

Luca quizo levantar la mano pero tenía el cuerpo congelado y no logró moverse. Un par de chicos alzaron los brazos y Kreese volvió a hablar.
—Están fuera del equipo. ¡Fuera! ¡Dije que se fueran!

Kreese dejo caer al ratón dentro de la caja y acabó la clase. Luca tomó sus cosas lo más rápido que pudo y se fue, sin despedirse de nadie y caminó hasta la casa.

Cassie trató de hablar con el pero Luca paso directamente a su habitación a sacar ropa limpia y encerrarse en el baño. Se apoyo en el lavamanos y cerró los ojos sintiendo su almuerzo en la garganta.

Escuchó toques en la puerta y luego la voz ahogada de su prima.
—¿Lu? ¿Estás bien?

—¡Sí! —mintió, tratando de mantener su respiración tranquila—. Voy a darme una ducha vengo de entrenar.

—¿Sigues entrenando en Co...? Sabes que, no voy a tener esta conversación contigo —Cassie tomo una pausa antes de volver a hablar—. Ethan viene en un rato, para que sepas.

—Bueno, ahi hablamos.

Ethan llevaba un rato en la habitación de Cassie. Luca ya se había calmado, la ducha lo ayudo y ahora iba subiendo las escaleras con una bolsa de papas.

Solo tenía que fingir que estaba bien y nadie sospecharía nada.

—¿...decir a Luca que Robby esta en prisión?

Luca abrió la puerta de golpe, alarmado de nuevo.
—¿¡Prisión?! —antes de seguir gritando pensó en algo más que decir—. ¿Están escuchando a Taylor sin mi?

—Correccional —corrigió Ethan, abrazando un oso de peluche de Cassie—, y sí.

—Auch —el neoyorquino se sentó al lado de Ethan en la cama y comió una papa. Trato de disimular su preocupación—. ¿Robby esta bien? ¿Le paso algo? ¿Como llego a la correccional?

Bueno, no le resultó.

Ethan abrió la boca pero Cassie se le adelantó y mientras caminaba de un lado a otro por la habitación contó como Daniel llevó a Ethan a hablar con Robby para entretenerlo mientras la policía llegaba ya que los había llamado diciendo que Robby se iba a entregar y que le bajaran la sentencia.

—Tu papá es un idiota —dijo Luca cruzado de brazos.

¿Que clase de solución es esa? ¿Traicionar la confianza de Ethan y la de Robby?

—¡Eso es lo que yo dije!

—¡Ya todos sabíamos eso! —interrumpió Ethan estresado—. El problema es que Robby piensa que yo lo ayudé.

—Iré a verlo —dijo—, cuando pueda. Le explicaré la situación, no te preocupes.

Sí, dijo que iba a enfocarse en el karate y no preocuparse más por Robby pero ir a verlo un par de veces no iba a matarlo, ¿verdad? Solo tenían que conversar unas cosas y lo dejaría en paz.

—Ojalá te crea —murmuró Ethan con un leve puchero involuntario—. Me va a odiar de por vida.

—Si te pones a llorar te voy a lanzar un tacón a la cabeza —amenazó Cassie—. Mírale el lado positivo, ya no tiene que huir y esconderse.

—Creo que yo preferiría huir y esconderme a ¡estar en la jodida correccional! —dijo Luca.

Robby, en ese lugar lleno de delincuentes... La preocupación lo invadió de nuevo y tuvo que respirar para no ir y encerrarse en su habitación.

—Yo estaba enojado contigo —dijo Ethan mirando a Luca con el ceño fruncido.

—Ah —Luca se comió una papa—. ¿Que hice ahora?

—¿Sabes que? Nada —Ethan rodó los ojos—. Estoy enojado con mucha gente, no voy a gastar energía en enojarme contigo.

—Yo propongo —dijo Cassie, por fin dejando de caminar—, que Ethan se quede a dormir y hacemos maratón de Harry Porter para pasar las penas.

Sí, quizá un maratón de Harry Potter lo ayudaría.
—No veo la mala idea.

—Tengo que buscar ropa y mis cosas pero yo acepto —Ethan le robó una papa a Luca y caminó hasta la puerta—. Vuelvo en media hora.