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010. back to school

CHAPTER TEN
❝vuelta a clases❞
cobra kai season 3 | act. two









NADIE HABLA DE LO AGOTADOR que es tratar de mantener el ánimo arriba para alguien más cuando tu también te estas hundiendo.

Miguel estaba en un coma.

Ya habían pasado un par de semanas desde la pelea, habían suspendido a cada uno de los alumnos que participaron por lo que Luca y Cassie estuvieron encerrados en la casa. Molly los había castigado a los dos e independientemente de eso, ninguno tenía ganas de salir.

—Cass —llamó Luca, asomándose a la habitación—. ¿Has sabido algo de Ethan? No contesta mis mensajes.

—No —negó la pelirroja, colgando su mochila al hombro—. Sam dice que no ha salido de su habitación en días y se niega a hablar con el señor LaRusso. ¿Crees que vaya hoy?

—Podemos intentar convencerlo —sugirió, cruzándose de brazos—. No creo que el este bien, Cassie. Todo este tema con Miguel...

Cassie suspiró y bajo la cabeza.
—Trataré de hablar con el.

Ninguno de los dos siguió hablando. Luca no tenía ánimos de volver a la escuela, no creía tener la paciencia para soportar a todo el mundo después de lo que paso.

Además, decir que estaba preocupado por Robby era poco.

El ojiverde había desaparecido de la faz de la tierra. Luca quiso creer que quizá lo llamaría para asegurarle que estaba bien o incluso se conformaría con un mensaje diciendo "estoy vivo" pero nunca llegó y el hecho de que la policía lo estaba buscando no ayudaba en nada.

Quien hubiera dicho que meterse a un dojo lograría todo esta locura.

Despertó de su ensoñación cuando Sam subió al asiento del piloto y lo saludó. No se había dado cuenta de que ya habían llegado y que Cassie había entrado a la casa.
—Hola, Lu.

—Hey —la saludó con un movimiento de cabeza—. ¿Como sigues?

—Mejor, supongo —contestó, con una mueca—. Estoy preocupada por Ethan, no come, apenas duerme... No habla conmigo, Lu. No se que hacer, no se como ayudarlo...

Sam soltó un sollozo y Luca la abrazó con una casi invisible mueca. Sam se aferró a su camiseta y escondió la cara en su pecho. El chico sintió como se mojaba la ropa levemente pero decidió no decir nada.

No tenía idea de que decirle por lo que optó por acariciar su espalda con cariño y dejarla desahogarse.

Unos minutos después Sam estaba más tranquila y le dio las gracias en voz baja a Luca quien le sonrió. Cassie y Ethan subieron al auto y el chico LaRusso — que por cierto se veía terrible; tenía la piel pálida, ojeras oscuras, su cabello estaba desordenado y sus ojos estaban tan apagados que cualquiera notaría lo mal que estaba— saludó con voz débil. Cassie le extendió un sándwich de queso con jamón y Ethan lo comió a pequeños mordiscos.

Iba a ser un día muy largo.

Habían rayos X en la entrada.

Luca pensó que parecía aeropuerto mientras mostraba el interior de su mochila. Sam, Cassie, Ethan y Luca caminaban a la par y empezaron a subir las escaleras para ir a los casilleros cuando Luca se dio cuenta de que Ethan se había quedado atrás.

Ojos llorosos, manos temblando, respiración demasiado agitada para ser normal y la mirada perdida en las escaleras.

Demetri se acercó hacia Ethan por detrás mientras los chicos bajaban nuevamente las escaleras y cuando el más alto le toco el hombro, Ethan casi le lanza un puñetazo.
—Tranquilo, Capitan America —murmuró—. Somos del mismo equipo. Creo. ¿Lo somos?

—Ethan, ¿estás bien? —preguntó Cassie preocupada.

La respiración de Ethan se aceleró aún mas (si es que era posible) y antes de que alguien más le pudiera preguntar algo salió corriendo fuera de la escuela. Sam iba a seguirlo pero Cassie tomó su mano y la detuvo antes de negarle con la cabeza.
—Déjalo.

—Pero... —insistió, con la barbilla temblando.

Cassie la abrazó y Luca se cruzó de brazos.
—Va a ser más difícil de lo que creí lograr que vuelva. Evitemos las escaleras mañana.

Un grupo de chicas paso por su lado, apuntando y riéndose en voz baja. Sam las asesino con la mirada y Luca junto a Cassie les mostraron los dedos corazón sin pudor alguno.

Aunque lo dejaron cuando la consejera Blatt apareció con cara molesta.
—¿Algún problema aquí?

—Ninguno —negó Cassie sonriendo con sarcasmo.

—Si no quieren otra suspensión les recomiendo que vayan a clase —la señora de lentes miro a los dos primos—. Los estoy observando.

Luca la miro como si le hubiera salido un tercer ojo y tomo a las dos chicas antes de subir las escaleras.
—Vieja loca.

—Odio esta escuela —murmuró Cassie.

Luca se la pasó todo el día jugando Minecraft en la computadora y escuchando música en los audífonos. Cuando se ponía a jugar se olvidaba de todo por un rato y la preocupación constante desaparecía. Era una manera de fingir que nada había pasado.

Tuvo que pausar todo cuando Molly entró a su habitación de improvisto.
—Tenemos que hablar.

—No tenemos que hablar de nada —negó Luca rodando los ojos.

La pelirroja giró bruscamente la silla obligándolo a mirarla.
—Escúchame bien, no me agradas y nunca me has agradado pero te soportaba por mi hermana. Ella ya no esta, ¿lo entiendes? Vas a empezar a respetarme porque puedo mandarte de vuelta a Nueva York a que vivas en un jodido orfanato, ¿quieres eso?

Luca frunció el ceño y se cruzó de brazos.
—Cassie no te lo perdonaría y mamá tampoco.

—¿Crees que me importa lo que piense Cassie? —preguntó sonriendo—. Ella es mi hija, puede enojarse lo que quiera pero yo tomo la decisión. Mientras vivan bajo mi techo, viven bajo mis reglas. Y Rachel nos abandonó a todos, no va a volver.

—La van a encontrar —contestó Luca tenso—. Va a volver, siempre vuelve.

—Eres un ingenuo —negó con la cabeza, caminando hacia la puerta—. Tienes mi palabra, Luca. Compórtate o te vas.

Luca había desarrollado un odio hacia la escuela que ocupaba sus pensamientos la mayoría de veces. La única razón por la que iba era que necesitaba tener buenas notas así podría ir con una beca a la universidad y largarse para siempre.

El neoyorquino volvió a ir a los entrenamientos de Cobra Kai dado que había encontrado cierto comfort en el karate y los otros dojos no le gustaban. Le ayudaba a controlar su estrés y distraerlo de su día a día.

No tuvo problemas pues Tory tampoco había aparecido en el dojo. No estaba seguro de que si aparecía iba a poder mantener la cordura y no lanzarse encima de ella y golpearla hasta el cansancio.

Una parte de el la culpaba por la desaparición de Robby.

Era un pequeño pensamiento en el fondo de su cabeza pero no lo dejó volverse algo más presente. No necesitaba más odio en ese momento.

Subió un par de escalones cuando recordó que iban a evitar las escaleras cuando estuvieran con Ethan por lo que bajó nuevamente y paso su brazo por los hombros de su amigo.
—Cierto, las escaleras no. Vamos por el otro lado.

—Gracias —murmuró, con un intento de sonrisa.





























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