007. pretty boy
CHAPTER SEVEN
❝bonito❞
cobra kai season 2 | act. one
LUCA ESTABA HACIENDO PANQUEQUES mientras Cassie hablaba con Ethan por videollamada.
—Luego nos echaron de la pista —dijo Ethan—. No entiendo que le ve Miguel, no voy a negar que es atractiva pero, se supone que a alguien le gusta una persona por su personalidad no por el físico.
—Ethan estábamos ahí —le dijo Cassie—. Al menos los dos siguieron adelante, ¿no?
—¡No! —dijo Ethan frunciendo el ceño—. Y por más que intente no quererlo no puedo. ¡Lo odio, que rabia!
—¿Vas a la fiesta? —preguntó el castaño empujando levemente a su prima para saludar—. Moon dijo que podíamos ir, su mamá no esta. Sam invitó a los de Miyagi-Do.
—¿Fiesta? —preguntó Ethan confundido.
—Sí —le dijo Luca—. Si vas te encontramos a alguien para que te olvides de Miguel. Al menos por una noche.
Se escuchó un ruido y Ethan se despidió:
—Oigan, les hablo luego. Nos vemos allá.
Los dos se despidieron y apenas Ethan cortó, Cassie se sentó sobre la mesa, dejando los pies colgando.
—¿Ya terminaste? Tengo hambre.
Luca rodó los ojos y le sirvió un panqueque. Se sentó a su lado dejando el jarabe de maple y unas frutillas sobre la mesa pero el timbre resonó por toda la casa.
—¿Invitaste a alguien? —preguntó Luca levantándose.
—No —negó Cassie comiendo una frutilla.
Luca abrió la puerta con confusión y luego vio a Robby con ojos llorosos.
—Robby —dijo sorprendido antes negar—. ¿Estás bien? ¿Que pasó?
—¿Podemos... salir? —preguntó con voz temblorosa—. Por favor.
—Uhm... sí, claro —Luca volvió a entrar a la casa y sacó sus llaves antes de gritar:— ¡Cassie! ¡Voy a salir vuelvo en un rato!
—¿A donde vas? —gritó la pelirroja—. ¡Yo voy donde Sam!
—¡No se! —le gritó de vuelta—. ¡Que te vaya bien! ¡Avísame cuando llegues!
El neoyorquino salió de la casa y cerró la puerta. Robby se abalanzó sobre el y lo abrazó con fuerza. Luca quedó paralizado por un segundo pero luego correspondió el abrazo.
—Mi mamá va a ir a rehabilitación —murmuró Robby sin soltar al chico.
—Eso es bueno, ¿no? —preguntó Luca confundido—. ¿Por qué lloras?
—No se yo... —Robby sollozó y se alejó, pasando las manos por su cara con desesperación—. No lo se. Lo siento, no debí venir.
—Hey —Luca puso una de sus manos en la mejilla de Robby y lo obligó a mirarlo—. Está bien. Puedes venir cuando quieras, estoy aquí si lo necesitas.
Luca tomó su mano y comenzó a caminar, Robby asintió y tomó un respiro hondo antes de suspirar.
—No la veía hace unos meses. Estaba tan enojado con ella y cuando me dijo que iba a rehabilitación me sentí tan... me sentí como un imbécil por enojarme en primer lugar.
—En mi experiencia es normal —dijo Luca evitando el contacto visual—. Es decir, eres menor de edad no puede simplemente dejarte solo.
—¿En tu experiencia? —preguntó Robby.
Luca cerró los ojos mientras suspiraba.
—Mi mamá desapareció.
El ojiverde paro en seco, viendo a Luca con pura preocupación mientras el se tensaba notablemente.
—Por eso estoy aquí en Los Ángeles —confesó un tanto incómodo—. Llevaba una semana sin aparecerse por casa y la chica que venía a lavar el departamento llamó a la policía... y me mandaron aquí ya que Molly es la única familiar que tengo. Y de cierta manera estoy enojado con mamá por simplemente desvanecerse, ¿sabes? Se que ella esta bien pero podría haber dejado un mensaje o algo.
Luca soltó una risa que interrumpió al ver que Robby no tenía una pizca de diversión en la cara.
Se sintió extraño, nunca lo había hablado con nadie. Ni siquiera con Cassie. Y Robby lo miraba como si fuera una copa de cristal a punto de romperse.
—No me mires así —pidió incómodo.
—¿Estás bien? —preguntó Robby.
—No me importa —dijo Luca alzando los hombros, quitándole importancia—. Solo me molesta que no haya avisado. Tampoco pasaba tiempo en la casa para que sea tan traumático.
Los dos se quedaron en silencio, escuchando los autos pasar por la calle a gran velocidad.
—Mi mamá tampoco pasaba mucho tiempo en casa —dijo Robby mirándolo a los ojos—. La última vez que la vi me dijo que se iba a Cabo con su novio y nunca volvió hasta hoy.
Robby volvió a tomar su mano, esta vez entrelazando los dedos y volvió a caminar. Luca se quedó en silencio, sintiéndose un tanto culpable por haber metido a su mamá en la conversación.
—No estaba tratando de hacerlo sobre m...
—¿Cómo era tu escuela en Nueva York? —interrumpió Robby—. Nunca hablas de tu vida allá.
—Uhm... —Luca suspiró—. No me enorgullezco de las cosas que hice. Prefiero no hablar de eso.
—Yo tampoco me enorgullezco de las cosas que hice en el pasado, Lu. Si crees que voy a juzgarte estás completamente equivocado. Me importa quien eres ahora, no quien fuiste en el pasado.
—No se como explicarlo —dijo frustrado—. Yo... cuando era pequeño me molestaban mucho. Una vez un chico me rompió la muñeca porque salió un rumor de que me gustaban los chicos. Después de eso me negué a que me siguieran molestando por lo que... prácticamente me uní a su grupo de amigos. No eran realmente mis amigos pero me juntaba con ellos y hacia lo que quisieran para que no me molestaran.
»Me obligaban a molestar a niños más pequeños porque les divertía verlos llorar. Si nos encontraba algún profesor me echaban la culpa y terminaba castigado yo. No se si hice lo correcto pero funcionó para que no se metieran conmigo. Antes de venir aquí me disculpe con los chicos a los que les hice daño cuando me juntaba con ellos pero...
—Te disculpaste —interrumpió Robby—. Eso es lo importante. No fue tu culpa.
—Hasta el día de hoy pienso en que quizás si me dejaba molestar, los otros chicos no hubieran... —se interrumpió a si mismo con un suspiro—. Soy literalmente un desastre, Rob.
—Eres un desastre muy bonito —bromeó Robby, logrando que Luca sonriera—. Hiciste lo que pudiste para no pasarla mal, eso no tiene nada de malo. No te culpes por eso, que los chicos de Nueva York sean unos imbéciles no es culpa tuya.
—Gracias —dijo Luca volteando a verlo—. De verdad. No me gusta hablar de estas cosas pero tu... no lo se.
Robby sonrió y le acarició el dorso de la mano con el pulgar.
—Yo también estoy aquí para lo que necesites, bonito.
El estómago de Luca se revolvió con un sentimiento de nervios que lo hizo sonreír. Sus mejillas se calentaron de la nada y bajo la cabeza con vergüenza.
Dios, que le pasaba.
Robby rió levemente antes de abrazarlo y dejar que Luca oculte su sonrojo en el hueco de su cuello.
—Te ves tierno sonrojado.
—Cállate, Robert.
—Cállame —contestó sin pensarlo mucho.
Luca elevó la mirada con una ceja alzada y ahora fue turno de Robby para sonrojarse. El neoyorquino sonrió burlón antes de estampar sus labios contra los de el en un beso suave.
Robby lo tomó de la camiseta, acercándolo más y Luca llevó sus manos hasta las mejillas del chico. El beso comenzó a ser cada vez más rápido y sin realmente darse cuenta como, la espalda de Robby chocó contra un muro y los dos se separaron con las respiraciones agitadas.
—¿Vamos a mi casa? —preguntó Luca relamiendo sus labios—. Cassie fue donde los LaRusso y Molly trabaja.
Robby asintió y volvieron a caminar por donde venían. No se demoraron más de diez minutos en llegar y comenzar a subir las escaleras hacia la habitación de Luca.
Los dos entraron y Luca cerró la puerta, por si acaso. Robby observaba todo con curiosidad.
—Tienes una colección de legos, una de Funkos y otra de latas de RedBull —dijo divertido—. ¿Eres un coleccionista o algo así?
—Cierra la boca —contestó acercándose a él y besándolo nuevamente.
Y los dos se dejaron llevar cuando cayeron sobre la cama.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro