나비
Yoongi se disculpo brevemente mientras se movía fuera de la cafetería, realmente no le apetecía comer en compañía de sus ruidosos amigos ese día. Solía ser activo con ellos pero conocía sus limites y a veces simplemente ocupaba mucha energía que a veces no le sobraba en esos momentos que aun que no lo pareciera, disfrutaba. Camino con calma hasta su salón, a esa hora la mayoría de sus compañeros estaban en la cafetería, el resto seguramente por otras partes de la institución.
Suspiró al ver que la puerta estaba abierta, asomándose para verificar que no hubiera ningún profesor, pero se sorprendió al ver a uno de sus compañeros de clase; mas precisamente Kim Taehyung, dibujando una mariposa en su brazo. Suspiró y sé quedo pensando unos momentos en que hacer, porque ahora tendría que buscar otro lugar donde comer.
— Taehyung.. — Se disipó al escuchar al otro nombrarse a sí mismo, volteo su mirada y hizo una mueca confundida al verlo acariciar el dibujó.
Sus instintos le hicieron esconderse cuando sintió al otro levantarse, así que rápidamente avanzó hacia atrás y fingió que apenas estaba llegando para cuando el otro salió. El chico al verlo rápidamente hizo una pequeña reverencia como si nada y siguió su camino. YoonGi solo suspiro mientras entraba al salón, eso había sido raro pero bueno, quién era el para juzgar lo que los demás hacían.
Entro al salón con calma, sin cuestionar mucho más las acciones del omega. Curiosamente se sentaban cerca, Taehyung siempre se ubicaba al lado de la ventana sin importar si llegaba tarde o temprano, incluso el estaba acostumbrado a bufar cuando veía a la gente ocupar su lugar. Recuerda que el año anterior, en ese mismo asiento se sentaba Jungkook, un alfa conocido por ser delicado y ambicioso.
Había sido amigo de él un tiempo porque Seokjin conocía al alfa y al parecer eran buenos amigos, pero un día el chico desapareció de sus vidas y simplemente no volvió a saber más de el, Seokjin tampoco. En fin, volviendo a su intensión principal, abrió toper con el almuerzo que había preparado su madre, sonriendo al ver que de nuevo había hecho arroz con forma de gatito y relleno de atún. El olor complacía a su lobo Interior, haciéndolo revolverse con hambre.
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