Un nuevo día de sufrimiento inició para Taehyung, no es porque su padre o su madre fueran horribles personas, al contrario, sus padres generaban que varios de sus compañeros lo envidiarían. Padres jóvenes pero no inexpertos, que supieron criar un hijo a pesar de la edad.

Lastimosamente, ni la mejor crianza del mundo podía sanar el dolor que sentía, el terrible sentimiento del vacío en su interior y el dolor de su lobo que trataba de sobrevivir, de respirar, pero no encontraba razones para hacerlo. Su razón parece sencilla, inclusive estúpida, pero es la razón de su dolor y sufrimiento. Después de la muerte de Jungkook todo fue un borrón, un negro profundo y un vacío ensordecedor. La muerte de su alfa, su destinado.

Quizás no dolería tanto si nunca lo hubiera conocido, si nunca hubiera caído por sus ojos de Bambi y su pasión por el boxeo. Cuando despierta después de esos precios sueños, que lo sabe, son sueños, pero por eso no quiere despertar. No quiere dejar ir el sentimiento cálido que lo envuelve en los recuerdos del lobo, del alfa, de Jungkook.  Como siempre el llanto lo ataca, y ya no puede parar, solloza grita, sufre. Han pasado meses pero es que aún no sabe cómo asimilar la perdida de su destinado, ¿Que le seguiría después de eso, la muerte también? No quería morir, pero desde que Jungkook se fue todo lo que siente e el dolor en su pecho. Grita más, mas alto hasta sentir que su garganta quema.

Sus padres que ya conocen su dolor suben preocupados y a su rescate, el olor de sus lobos calma al suyo propio, relajándose, ayudándolo a calmarse. Cuando ya puede pensar entre tanto dolor mira la hora, son las cuatro de la mañana y es demasiado temprano aún, sus padres están en silencio, solo mimandolo. El sabe que están frustrados, que les duele ver a su hijo muriendo por dentro y no saben que hacer para sanarlo.

Respira y sonríe lastimero — Perdón por despertarlos de nuevo, ma', pa'.

— No es nada cariño — Su madre le da un beso en la frente —, ¿Quieres dormir con nosotros otra vez? Pero esta vez conmigo, tu padre siempre te quiere para el y no me deja abrazarte.

Rie suave cuando escucha a su padre gruñir — ¡Eso es mentira, Jennie! Lo que pasa es que el está en el centro, eso es una competencia de quién lo abraza primero, siempre pierdes.

— ¡Dohyun! — Su madre también gruñe y empieza a jugar a las luchas con su padre.

El alboroto distrae su mente y su cuerpo un poco, riendo y siendo Feliz, aliviando la preocupación en el cuerpo de sus padres. Mira la hora y sonríe, alcanza a dormir dos horas más antes de que tenga que volver a estudiar. A pesar de que siempre duele, le anima estar con sus compañeros, su grupo de amigos y entretenerse mandándoles papeles o por el estres de las clases.

Cuando se calma, los tres van a la habitación del matrimonio Kim y se acuestan a dormir, acurrcuandose como si no tuvieran espacio suficiente, llenando de amor y calidez familiar a su ya no tan pequeño Cachorro. El sueño llega rápido, en medio del calor y la presencia de sus padres, se siente protegido como para brindarle unas buen par de horas de sueño sin ser atormentado por su dolor.

Despierta a las siete en punto, sin el calor de sus padres. Con pereza vuelve a su cuarto y entra al baño, empezando su rutina. Después de haber terminado de bañarse lo que le queda es colocarse su uniforme, negándose a verse en el espejo porque colapsara de nuevo y no puede permitirse aquello. Suspira al sentir que coloco bien su uniforme, pero como siempre termina volteando a ver el espejo, milagrosamente hoy se lo ha colocado impecablemente impidiéndole ver su cuello como debe ser.

Sale de su habitación pensando una vez más en que se lamentaría mucho tiempo si no hacía algo, pero avanzar parecía imposible en sus condiciones. Su marca de promesa no era más que una cicatriz entre violeta y pálida que resaltaba en su cuello, algo que no se iría hasta que fuera reclamado por otro alfa; honestamente no se veía a él o a su omega accediendo a otro alfa después de Jungkook. Suspira bajito y vuelve a mirar la hora, 7:25, tiene que desayunar rápidamente para que no tarde demasiado en llegar a su escuela.

A las ocho ya la puerta está abierta y sonríe suave, saludando asi a varios. Espera hasta que llegue Hoseok o alguno de sus amigos, dándose una vuelta completa al sentir como su lobo vuelve a reaccionar al ver a YoonGi, un Alfa que se sienta cerca de el y que su olor siempre logra relajarlo, pero solo quiere limitarlo a esa interacción, no se ve en otra relación, no es el momento.

— ¿Mirando otra vez a Min? — Suelta un grito.

— ¡Por la luna, casi me matas del susto Yugyeom!

El menor rie — No creí que realmente estarias como para prestarle atención, pero veo que aún no tiene ese don con su olor, ¿No?

— Ya te he dicho que no pasará nada, menos con cómo está mi lobo. Solo es algo momentáneo y ya — Suspira con suavidad, no le gusta que lo molesten con algo así.

Yugyeom solo mira a lo lejos a YoonGi, y espera que lo que su cabeza máquina sea correcto, o el realmente no sabrá que hacer por la vergüenza. Mientras tanto Taehyung vuelve a perderse en el recuerdo de la primera vez que vio a Jungkook.

La primavera está iniciando, las flores en su máxima nuestra y el tranquilo sonido de los estudiantes bulliciosos en el regreso a clases. Va con Hoseok, comiendo un sándwich sin orillas, porque no le gustan, no están muy animados, pero se ven felices. Hasta que el olor lo golpea, un chico alto y fuerte, por qué se notaba que hacía ejercicio, con un carita adorable y dientes de conejo.

Su lobo esta increíblemente despierto y no hace falta que suelte feromonas para llamar al alfa porque ya se están viendo directamente, ambos perdidos el uno con el otro, sus lobos parecen ansiosos y la euforia que lo recorre es interrumpida por los gritos de un profesor. Ve al alfa voltearse  algo aturdido y ir en dirección a su llamado.

Jungkook. Jeon Jungkook. Le encanta.

Mira con calma como se va y por impulso va con el chico con el que estaba, lo detiene y parece que su cara no puede demostrar más vergüenza, emoción y euforia.

— ¿Puedes darme el número de tu amigo? — Vaya, ni siquiera es capaz de saludar decentemente.

— ah — El chico ríe suave —, realmente parecían muy inmersos en su mundo. Solo por qué Koo te mostró interés — Saca su teléfono y le ofrece el código de kakao Talk.

Rápidamente lo escanea, sonriendo.

Por eso se niega a creer que es algo especial con YoonGi, su olor solo lo calma y aún así, ya conocía a Jungkook, es nula la posibilidad de que sea su alfa. Yugyeom solo está haciéndose fantasías falsas, algo imposible. Cuando  Hoseok lo vuelve a llamar se percata de que estuvo inmerso en si mismo mucho tiempo, suficiente para que el y Namjoon llegarán sin que se diera cuenta.

— ¿En que tanto pensabas? — Nam sonríe con suavidad.

— Estoy seguro que en cuando conoció a Jungkook, siempre lo hace cuando ve por las mañanas a YoonGi. Negándose lo que me parece obvio y por cierto, posible — Yugyeom lo interrumpe, con una sonrisa de obviedad.

Todos asienten con conformidad, parecen tener un complot con esa loca idea.

— Es imposible, solo su olor es agradable ¿Bien? Calma a cualquiera, no es especial conmigo — Rueda los ojos.

Yugyeom ríe, y Hoseok solo sonríe suave, Nam parece ser el único que no sonríe divertido, tiene más bien un deje de cariño.

— Dejenlo tranquilo chicos, ya pasará lo que tenga que pasar. Mientras tanto, lo que podemos hacer es mantenerlo cerca de Tae.

— ¿Eh? ¿Y eso por qué? — Tae hace un puchero.

— Por qué te calma — Hoseok respondió con obviedad. — deberíamos hacer que se sienten juntos, si se expone a tu olor, su lobo estará más calmado, si lo probamos y sale bien, aliviará el dolor.

Y bueno, una parte muy profunda de Tae pide que así sea, por qué el dolor es demasiado y necesita descansar.