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016. stay with me

CHAPTER SIXTEEN
❝quédate conmigo❞
scream vi: maniac | act. two











AL DETECTIVE BAILEY se le ocurrió una idea de como atrapar al asesino y casi todos estuvieron de acuerdo. Sam, Tara y Tyler estaban caminando por el parque mientras Kirby, Ethan, Mindy y Chad estaban en una van. El detective Bailey estaba cerca de ellos, observando todo y Gale estuvo obligada a irse a casa.

—Debieron quedarse con ellos —reclamó Sam.

—Eso no va a pasar.

—No tiene caso que los tres nos arriesguemos —insistió.

—No nos arriesgamos —dijo la más pequeña—. Somos tu apoyo.

Oye, Sam, no pierdas la sangre fría, ¿me oyes? —dijo Kirby por el audífono.

—Estamos bien.

El teléfono comenzó a sonar, de nuevo estaban llamando desde el teléfono de Richie. Sam contestó.

—Te vas a morir, ¿sabes?

No. Tú te vas a morir, Samantha. Ahogada en tu propia sangre mientras destripo a tu hermana.

No si te encontramos.

Para ser una mente criminal maestra, no eres muy lista. ¿Ansías que llame y que esté cerca para que la policía me atrape? Pues no estoy cerca. Estoy un paso adelante. Te veré pronto, Samantha.

¿Lo rastreaste? —preguntó Sam.

Sí —contestó Kirby—. La geolocalización está apareciendo. Es en el Upper West Side.

Un frío recorrió la espina dorsal del chico que palideció de golpe. Se hubiera caído si no fuera por Tara y unas náuseas inundaron todo su cuerpo.

Un edificio de departamentos del otro lado de la ciudad.

¿En la noventa y seis Oeste? —preguntó Tara viendo a Tyler.

¿Cómo lo supiste?

Mi mamá —dijo Tyler antes de salir corriendo.

—Danny trabaja en el Upper West Side —dijo Sam corriendo junto a el—. Llegará antes.

—O puede matarla —dijo Bailey sin tacto alguno—. ¿Es posible que él sea el asesino?

—Tenemos que llegar allá ahora.

—Esta a cincuenta calles. Puede no ser cierto. ¡Esperen un segundo!

—No tenemos un segundo —reclamó Sam.

—Confía en mi. Decidamos bien.

Tyler se subió en el asiento del conductor y Tara en el copiloto. La chica llamó a su hermana y los dos vieron como Bailey abría la boca indignado.

—¿Qué hacen? Oigan, bájense de mi auto. ¿Qué les pasa? ¡Es una patrulla!

—¿Usamos la sirena? —preguntó Sam entre los dos.

—¿Robaremos una patrulla y no la usaremos? —preguntó Tara prendiendo la sirena mientras Tyler arrancaba el auto a toda velocidad.

Durante todo el viaje, Tyler estuvo temblando. Era como si la historia se estuviera repitiendo y apenas podía ver bien por lo que casi chocaron más de una vez.

Pero incluso cuando manejaron a más velocidad de la permitida, llegaron tarde.

Se lanzó hacia la puerta, abriéndola de golpe y vio a su mamá en el piso, con Ghostface apunto de enterrarle un cuchillo en la cabeza.

Sam agarró una pistola que estaba en el piso y le disparo al asesino que salió corriendo por las escaleras. Tyler corrió hacia Gale y con las manos temblando hizo presión en la herida.

—Mamá, mamá —llamó con voz temblorosa—. Mamá, no cierres los ojos. Quédate conmigo, por favor. Dime algo, vamos.

Tyler puso sus manos en las mejillas de la adulta con las lágrimas cayendo sin parar y Sam hizo presión en la herida.

—No me dejes tu también —suplicó en voz baja—. No puedo... no...

—No pudo conmigo —dijo negando apenas—. Dile a Sidney que no pudo conmigo.

Sus ojos se cerraron. Tyler respiraba cada vez más rápido, sintiendo que todo el mundo daba vueltas a su alrededor. El volumen de toda la habitación bajo y la vista se le nubló.

—¡Mamá! ¡No! ¡Mamá! —Tyler abrazo su cuerpo con delicadeza mientras lloraba y balbuceaba cosas—. Lo siento, lo siento, lo siento mucho, mamá por favor no me dejes. No te odio, ¿sí? No debí decir todo eso. ¡Mamá, abre los ojos!

—¡Háganse a un lado! —pidió la paramédica.

—¡No! ¡Suéltenme! ¡Mamá!

Un señor lo obligo a retroceder y su espalda chocó con el pecho de Sam que lo rodeó con sus brazos logrando que los dos cayeran de rodillas y Tara se agachara para abrazarlos a los dos.

La culpa es un sentimiento en donde permanentemente sientes que hiciste algo malo, fuiste una mala persona o que le hiciste daño a los demás.

Un sentimiento que Tyler no logró sacar de su pecho en todo el rato que estuvo entre los brazos de Sam, esperando noticias del hospital. Todos habían intentado hacer que hablara pero no podía.

No era capaz de decir nada.

—Vine lo antes que pude —dijo Danny agitadoz

—¿En serio? —preguntó Tara, también abrazando a Tyler.

—Estoy muy asustada. No quiero que me vuelvan a hacer daño —dijo Mindy.

—Yo tampoco —siguió Chad.

—Y no quiero que te hagan daño otra vez.

—Lo sé —dijo apoyando su cabeza en el hombro de su hermana, al igual que Tara—. ¿Qué hacemos ahora?

—Tal vez él gane esta vez —dijo Sam, haciendo que Tyler la mirara con ojos aguados—. Quiere castigarme. A mí. Y tal vez se lo permita. Voy a dejar que me atrape. Si es lo que tengo que hacer para que ustedes se salven, vale la pena.

—No haremos eso, Sam —negó Tara—. Regresaste a Woodsboro para protegerme. Todos los días decides protegerme. No estaríamos vivos de no ser por ti. Deja que ahora te protejamos.

—No.

—Sí. Somos un equipo, ¿recuerdas?

—De hecho... —dijo Mindy levantándose—, somos familia.

—¡Exacto! —Chad se levantó y ayudo a Tyler—. ¡Los Quintivivientes! ¡Venga!

Todos juntaron las manos en el centro menos Sam.

—¿Quinti qué? —preguntó Danny.

—Un chiste local —explicó Chad.

—No dejará de perseguirnos...

—¿No hay un lugar seguro donde escondernos? —preguntó Ethan.

—Siempre nos encontrará —hubo un silencio hasta que Tara hablo de nuevo—. Aprovechemos eso.

(•••)

Me están haciendo pedazos porque no abandono el caso, ¿y me pides que haga qué?

Queremos atraerlo a un lugar seguro y atraparlo ahí —explicó Tara.

Y luego, ¿qué?

—Matamos al hijo de puta —habló Tyler por primera vez con los ojos llenos de rabia.



















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