CHAPTER THIRTEEN
❝lista de sospechosos❞
scream vi: maniac | act. two

TYLER TOMÓ LA camioneta que en su momento perteneció a Dewey y se fue al cementerio apenas dejo a las chicas en la puerta de su departamento.

Le parecía estúpido que Dewey estuviera enterrado en Nueva York y no en Woodsboro. No era lo que el hubiera querido pero Gale había insistido para que les fuera más accesible ir a visitarlo si así lo querían.

El nunca estuvo de acuerdo.

—Hola, papá —murmuró, sentado frente a la tumba cruzandose de piernas—. Me peleé con mamá de nuevo por lo del libro. Se que no te gusta que discuta con ella pero, escribió un libro sobre como te asesinaron y... no lo se. Es estúpido. Ghostface volvió y estoy realmente asustado. Más por mamá que por mi, si te soy sincero. Le dije que la odio y...

Una lágrima cayó lentamente por su mejilla y suspiró, rompiendo un pedazo de papel que tenía dentro de su bolsillo en miles de pedazos.

—No quiero perderla a ella también. No puedo... No se si confiar en Ethan, Quinn y Anika o no, Chad y Mindy podrían ser sospechosos y odio pensar eso porque son de los pocos amigos que me quedan —se limpió las lágrimas y sonrió con tristeza—. Hablando de algo más alegre, creo que me gusta Tara. Se preocupa por mi y siento que es de las pocas personas en las que realmente puedo confiar en momentos como estos —Tyler se quedo en silencio, escuchando los ruidos lejanos de la cuidad de Nueva York—. Te extraño mucho, papá.

El sonido de llamada inundo el lugar y Tyler se tensó de un segundo a otro. Comenzó a observar todo su alrededor con detalle, paranoico. Tenía su arma escondida en el cinturón de su pantalón de todas formas. Con las manos temblando sacó el teléfono de su bolsillo y al ver que era Sam, soltó un suspiro aliviado y contestó.

—Casi me das un infarto, idiota. ¿Qué pasa? —preguntó intentando que su voz no suene tan temblorosa.

—Lo siento. Mindy nos citó al parque frente a la universidad, ¿puedes venir?

—¿Ahora?

—Sí, quiere hacer su monólogo para mostrarnos quien cree que son los asesinos —Sam rió y Tyler negó sonriendo de manera casi invisible—. ¿Es mucho pedir que nos recojas? Tara esta cansada y no quiere caminar.

—A las órdenes de las señoritas —dijo con tono de broma, levantándose.

—¡Te quiero! —escuchó a Tara lejanamente antes de que acabara la llamada.

Una vez todos llegaron y se sentaron en una media luna, Mindy se levantó juntando sus manos con una sonrisa.

—A ver, nerds, ¡atención! Por aterrador que sea esto, me alegra tener chance de redimirme por no atinarle a los últimos asesinos. Super. Okay, como yo lo veo, alguien trata de hacer una secuela de la recuela.

—¿Qué es una recuela? —preguntó Anika levantando la mano.

—Si va a explicar todo de nuevo me voy —se quejó Tyler y Tara rió en voz baja.

—Eres hermosa, cielo. Las preguntas al final.

—Stab 1 se ubicó en Woodsboro —dijo Sam—. Stab 2, en la universidad.

—¿Entonces el asesino copia las pelis? —preguntó Tara.

—Es una posibilidad —aceptó Mindy—. Los héroes ahora son universitarios: sí. Hay nuevos personajes para la lista de sospechosos y de cadáveres: sí, sí y sí.

—No me gusta esto —negó Ethan nervioso.

—No solo se trata de Stab 2.

—¿Por qué?

—Tendría lógica si fuera nada más una secuela, pero no es una secuela porque ya nadie hace meras secuelas.

—Estás diciendo "secuela" demasiadas veces y me estoy confundiendo —dijo Tyler.

—Lindo, déjame terminar —Mindy le lanzó un beso y abrió los brazos—. ¡Esto es una franquicia! Y existen ciertas reglas en una franquicia continua.

—Ya lo presentía —musitó Sam suspirando.

—¡Regla uno! Todo es más que en la pasada. Más presupuesto, más actores, más cadáveres. Persecuciones, tiroteos y decapitados, superan a los anteriores para atraer público.

—¿"Decapitados"? —preguntó Chad tomando notas en una libreta como si fuera secretaria.

—Decapitados —asintió su hermana—. Regla dos: de lo que pasó la última vez, esperen lo opuesto. Las franquicias sobreviven al desafiar expectativas.

—¿Entonces no van a matar a mi mamá? —preguntó Tyler y todos los miraron con la mandíbula en el piso.

—No bromees con eso, Tyler —lo regañó Sam mientras el levantaba los brazos inocentemente.

—Okay... continuando. Si la última vez los asesinos fueron nerds de cine llorones, con Letterboxd y sin personalidad, verán que esta vez será lo opuesto.

—¿Que tienes contra Letterboxd? —dijo Tyler indignado—. Yo tengo esa aplicación.

—Exacto —sonrió con burla y volvió a hablar—. Regla tres: nadie está a salvo. ¿Los personajes originales? Carne de cañón. Los incluyen solo para matarlos como recurso barato de nostalgia. La cosa no pinta bien para Gale y Kirby.

—Oh...

—Tyler, si sigues interrumpiéndome te asesino —Tyler sonrió con inocencia y Mindy rodó los ojos—. Esa no es ni siquiera la peor parte.

—En esta parte nos dice la peor parte —aportó Chad.

—La peor parte es que las franquicias son solo episodios diseñados para impulsar una marca, o sea que los personajes principales ya son enteramente prescindibles también. Laurie Strode, Nancy Thompson, Ellen Ripley, Sally Hardesty, Jigsaw, Tony Stark, James Bond... ¡Hasta Luke Skywalker! Todos murieron para que sus franquicias vivieran. Por tanto, no solo el grupo de amigos: nosotros podemos morir en cualquier momento, especialmente Sam, Tara y Tyler.

—¿Cualquiera de nosotros? —preguntó Ethan.

—Sí.

—¿O sea que... soy del grupo de amigos? —comenzó a ver hacia todos lados con nerviosismo—. ¿También soy un blanco o...? ¿Voy a morir virgen?

—¿Eres virgen? —preguntó Tyler con el ceño fruncido.

—Fue una aportación rara —dijo Mindy sonriendo—. Pero nos lleva a los actuales sospechosos: Ethan, el inocente retraído del que nadie sospecha, por inocente y retraído.

—¿Soy un sospechoso porque... por azar comparto dormitorio con Chad y Tyler? —preguntó. Se notaba a kilómetros que estaba más nervioso de lo normal y ni a los mellizos Meeks-Martin, ni a Tyler les agrado eso.

—Los sorteos de dormitorio se manipulan. Quizá lo arreglaste para acercarte —se dió la vuelta—. Quinn. La compañera de cuarto promiscua. Un clásico del cine del horror.

—"Sexo positiva", pero... ¿gracias?

—¿Por qué vives con Sam y Tara?

—Contesté su anuncio en internet.

—Okey. No digas más. Tú sola te estás inculpando.

—El anuncio fue anónimo —defendió Tara—. La investigamos y su papá es policía.

—Es más probable que sea la asesina: un papá policía es la fachada ideal. ¿No recuerdas cómo funcionan estás películas, Tara?

—¿Siempre es así? —preguntó Quinn y Sam bajo los hombros mientras asentía.

—Y, por último, Anika —sonrió y las dos lanzaron besos al aire—. No confíen en el enamorado. ¿Verdad, Tyler?

—Te aborrezco.

—Entonces ya tenemos las reglas y a los sospechosos —interrumpió Sam.

—No, espera —dijo Ethan—. Y ustedes, ¿qué?

—Podemos descartar a los cinco que vivimos en Woodsboro hace un año —dijo Mindy como si fuera obvio.

—Concuerdo —sonrió Chad.

—No estoy de acuerdo —negó Quinn—. ¿Y si el trauma por el que pasaron hizo que uno o más de ustedes enloquecieran?

—Sí, Tyler tiene ataques de pánico a cada rato —acusó Ethan.

—Te voy a matar —dijo levantándose pero Chad lo obligó a sentarse otra vez.

—Golpe bajo, rulitos —dijo Chad apuntándolo con su lápiz.

—O que la fama por los asesinatos hizo que quisieran más —siguió a la defensiva—. Porque, siendo honestos, algunas teorías en internet sobre Sam son...

—No te atrevas —se metió Tara.

—Okay —interrumpió Anika—. Tiene razón. Hay que enfrentarlo: si todos somos sospechosos, ustedes también.