capítulo tres: reencuentro.
Después de varios comentarios sarcásticos por parte de Jungkook y de unos cuantos lloriqueos por parte de Yoongi, ambos finalmente llegaron al tan ansiado hotel, se maravillaron con todos los lujos que había dentro, si así era el hotel pues vaya que tenían altas expectativas sobre el casino y el bar.
Por otra parte, Taehyung y Jimin se quejaban muy agotados. ¡Ambos llevaban las maletas de Seokjin desde la entrada! Eso ni siquiera era trabajo de ellos, ¡Eran de los botones!
—Seokjin, ¡Vous êtes paresseux! (¡Eres un flojo!)—Se quejó el grisáceo con molestia al notar que no movía ni un solo dedo para ayudar.
—Pésimo servicio.
Taehyung suspiró fastidiado y dejó las maletas acomodadas a un lado del gran closet.
—Al menos ya hemos llegado al hotel y tendremos una linda visita al casino. Dios, sí, lo necesitaba.
—Y habló el chico que no quería venir. —Le recordó Jimin entre coquetas risas y soltó las otras maletas en el suelo sin importarle que fueran de Seokjin.
—¡Hey, alto ahí, francés idiota! Recoge mis maletas ahora.
—¡Mejor vamos al casino!—Sugirió Taehyung con gran entusiasmo en su voz, rodeó con su brazos a sus dos amigos.
—Tú sólo quieres jugar en aquellas máquinas que estafan, aw, eres un bebé.
Taehyung frunció el ceño totalmente indignado y golpeó el hombro de su mejor amigo.
—¡Eso es lo divertido de aquí!
—Lo divertido de aquí es el alcohol. —Expresó Seokjin apretujando las mejillitas del pelirrojo con adoración, Jimin los miró con una incomodidad que tuvo que esconder.
—Tú no bebas, chérie. ¡Tu es innocent! (Tú eres inocente. )—Siguió el grisáceo molestando mientras acariciaba la cabeza de Taehyung como si de un perrito se tratase.
—¡Ya, hyungie!
—¿Podemos irnos al casino?—Cuestionó el pelinegro sacando su ropa de la maleta, tenía que estar presentable si hoy iba a conseguirse algo de acción. —Escuché que tienen buen alcohol.
—¡Seokjin!
—Yah, son muy aburridos. —Soltó el mencionado con diversión por las expresiones de sus amigos.
Cuatro chicos caminaban por el casino observando cada cosa con asombro y diversión. Más asombro por parte de Hoseok que de cualquiera.
—¡Oh, mira! ¡Por allá está la capilla de casamientos!
—Sólo la gente ridícula se casa allí. —Expresó Jungkook entre risas y jaló a Hoseok cuando quiso colarse a la boda de ¿un chico y...una muñeca inflable?
—Yo diría que no existe nada más ridículo que tú. —Le dijo Namjoon tranquilamente caminando hacia la barra en espera de una bebida.
—Yah, Namjoon hyung. Tú sólo me molestas, ¿Qué te hice? ¡Juré que yo no bebí tu malteada!—Gritó el pelinegro desde lejos tratando de seguir los pasos apurados de su amigo.
Namjoon se alejó del ridículo de su amigo y caminó más rápido dejándolos a los tres atrás. Al parecer esos tontos se habían entretenido con la ruleta, llegó a la barra y pidió una bebida cualquiera relajándose.
—¿Por qué acepte venir con estos tres tarados?—Se cuestionó mentalmente aunque en realidad lo había dicho en voz alta.
—No lo sé, señor. Dígame usted.
Namjoon lo miró por un segundo.
—Qué te importa.
El barman abrió la boca indignado y se fue atendiendo a los demás clientes. Él en cambio se encogió de hombros restándole importancia al asunto.
Miró a la gente que rondaba por ahí, todos absortos en su mundo. Tres amigos llamaron particularmente su atención, al parecer se estaban peleando. Podía ver perfectamente como un pelinegro jalaba del cabello a otro chico bajito de cabello gris mientras soltaba palabras raras y un pelirrojo tapándose la cara con vergüenza.
Espera un momento. ¿Acaso era...?
No, no podía ser. ¿En serio Jungkook tenía la suerte tan jodida?
Inconscientemente soltó una carcajada, una carcajada que luego se convirtieron en varias.
—¿De qué tanto te ríes, Namjoon?
Dirigió su mirada hacia sus amigos que estaban frente a él, una idea grandiosa apareció en su mente. Oh, se divertiría mucho.
—Oh, nada. ¿Vamos al tragamonedas?
—¡Por supuesto! Y luego vamos por algo de diversión, ustedes me entienden. —Expresó Jungkook codeando a Namjoon para que captara su referencia, el contrario le brindó un golpe en la nuca.
—Cuida tu comportamiento, idiota.
Jungkook soltó un quejido por el golpe y caminó siguiendo a su amigo quien se dirigía al tragamonedas con apuro.
—Yah, ¿Podemos comer algo después? ¿O ir a la capilla? ¡Quiero casarme con Yoongi!—Sugirió Hoseok entusiasmado, Yoongi se atragantó con su saliva muy sonrojado.
—Hoseok, cállate.
Yoongi agradeció que lo callaran y siguió con su camino detrás de los demás, Namjoon cuando visualizó que estaban acercándose a los tres amigos que pararon de pelear, se giró un poco para ver a sus propios amigos distraídos.
Kim Namjoon, eres malo.
—Oye, Tae. ¿Acaso no es el imbécil?
Y no aguanto más. El chico de cabellos celestes se carcajeó fuertemente al escuchar como el chico pelinegro se refería así a Jungkook.
—Uh, ¿Qué dices?—Preguntó un confundido Taehyung chocando con la mirada de Namjoon y de los tres amigos detrás de él.
Jimin los miró confundido y soltó un suspiro cuando notó a Jungkook, ¿acaso no podía dejar de molestar un segundo?
—¿Tú qué diablos haces aquí, pequeña desgracia?—Jungkook salió detrás de Namjoon cuando escuchó su voz y miró con cierta burla al pelirrojo enfadado.
—Podría cuestionar lo mismo, zopenco. ¿Acaso me sigues? ¿Tan obsesionado estás conmigo?
—Ha ha ha, ¿Por qué te seguiría? El mundo no gira alrededor de ti, Taehyung.
—Pues al parecer en el tuyo sí, siempre estás molestando, idiota neandertal. —Se quejó Taehyung con sus cejitas fruncidas por el enojo, si no lo detenían en serio borraría su estúpida sonrisita del rostro a golpes.
—¿No puedes vivir sin insultarme?
No era tanto que explicar que Namjoon y Seokjin casi estaban muriéndose de la risa.
Yoongi sólo miraba confundido y Jimin lo miraba de mala manera.
Hoseok sólo podía pensar en maneras de casarlos a ambos.
—¡Ugh! No perderé mi valioso tiempo contigo, estoy para divertirme, no para hacerte caso en tus tonterías. —Taehyung se giró molesto jalando consigo a sus dos amigos, Jimin rodeó su cintura sin importarle la mirada asesina de Jungkook.
—¡Pues lo mismo digo! No quiero verte en lo que resta de mis vacaciones, ¿de acuerdo?—Le exigió el pelinegro caminando también con enojo hacia la misma dirección que el pelirrojo.
—Yah, Jungkook. Es del otro lado.
Dios, Namjoon se haría pipí ahí mismo de las tantas carcajadas que soltaba. Jungkook jaló a su hyung en otra dirección mientras era seguido por Hoseok y Yoongi.
—¡Púdrete, imbécil!
—¡Púdrete también, pequeña desgracia!
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