No tenía idea de cuanto tiempo tenía aquí en la barra junto a esta preciosa rubia, tampoco sé cuantos tragos me he tomado pero puedo jurar que ya soy un desastre. Tengo el labial corrido de la chica por mis mejillas y labios, parezco de esos bebés a los que besan sus tías.

Joder, aunque no me quejo. Esta chica es preciosa y muy divertida, creo que se llamaba Sandy o algo así. No me importaría recordar su nombre toda la noche, eh.

—¿Te sientes mejor? ¡Aún no puedo creer que tu esposo te fuera infiel! Eres un chico demasiado guapo, Jungkook. —Murmuró la chica con sus dos manos entrelazadas a mi cuello, estábamos muy cerca.

Nos hubiéramos dado el sexto beso de la noche si no fuera porque alguien me jaló.

Con alguien, me refiero al gruñoncito e inoportuno de Taehyung.

—Mira nada más, ¿qué es esto? ¿Tu consolación?

—¡Pues sí! Me has sido infiel, quiero el divorcio.

—¡Te lo doy con gusto, desgraciado!—Exclamó Taehyung con indignación, aún sostenía mi mano y creo saber porque está aquí. Ah, no no. ¡Ni crea que me dejaré mandar o caeré en sus chistes! —Pero por ahora, te jodes y vienes conmigo porque aún somos esposos, por si no lo recuerdas.

Mis ojos observan a Taehyung en busca de que este bromeando y se marche de vuelta con sus amigos pero su expresión seria me dice que no es así, mi ceño se frunce aún observándolo y niego rotundamente.

—¿Jungkook?—La voz de aquella rubia me logra poner frustrado por la situación en la que estoy, ni siquiera puedo negar que soy esposo del mini diablo.

—¡Yah! Estamos en pleno proceso de divorcio.

—¡No seas mentiroso, Jungkook!—Reclamó Taehyung dándome un manotazo, me río sin querer porque en verdad su mano duele. —Tengo la sortija, amorcito. ¿Lo olvidas? Casados hasta que las vegas nos separe.

Taehyung alza una ceja burlón y muestra la sortija en su dedo anular, tiene mi nombre grabado en la suya.

—¿Casados hasta que las vegas nos separe?

—Sí, taradito. —Murmura acunando mis mejillas, sus manos son suaves pero, ¿qué diablos hace?

—Corrección, hasta que una sexy rubia nos separe. —Le respondo dedicándole una sonrisa pícara a la chica que aún está en frente de nosotros, parece muy confundida.

El rostro de Taehyung se endurece y quita sus manos de mis mejillas, parece muy serio, creo que no le agradó mi broma.

—Ay no, yo no destruyo matrimonios, ahí se ven.

Maldigo en voz baja cuando la sexy rubia se va para regresar a su área de trabajo, después dirijo mi mirada al pelirrojo molesto.

—Yah, ¿por qué me miras así?

—Pulgoso infiel. —Declara acercándose de nuevo a mí para limpiar la manchas de labial en mi rostro, una mueca de asco se adueña de su cara y yo me río en voz alta.

—¡Tú me fuiste infiel primero con ese!

—No es cierto, yo no me besé con nadie, no cuenta.

Taehyung termina de limpiar mi rostro y toma mi mano para salir de aquel lugar, oigan, estoy teniendo una perfecta vista aquí atrás.

—Te voy a sacar los ojos si estás mirándome el culo. —Él dice amenazante mientras seguimos caminando con las manos entrelazadas, vuelvo a reír, estoy demasiado borracho que quiero reírme hasta de ese señor que se ha caído en la alfombra.

—No estaba mirando nada, tienes una mente muy sucia, mini esposito.

—Sólo cállate hasta que lleguemos a la habitación.

—Oh joder, chico promiscuo, primero invítame un trago. —Le digo con con coquetería, una vez más miro su perfecta retaguardia y Taehyung me da un manotazo.

—¡Sólo te llevo para que descanses, idiota! Ya es muy tarde y dudo que tus amigos te abran la habitación, además puedo jurar que eres tan estúpido que dejaste la tarjeta en la habitación.

El sonrojo en sus mejillas me divierte y cuando caigo en cuenta de sus palabras, protesto indignado.

—¡Oye!

—¿Qué? Sólo digo la verdad, no te quejes.

—¡Jungkook-ah! ¿Ya te llevan a dormir? ¡Con razón casi no te vimos!—Se burló Namjoon acompañado de Yoongi y por supuesto que también Hoseok.

—Tae, iré con los chicos ahora-

Suelto la mano de mi mini esposito dispuesto a caminar con mis amigos y con suerte, para poder seguir bebiendo e ir con otra chica sexy de por ahí.

—Ah no, tú arruinaste mi noche y lo justo es que yo arruine la tuya. —Murmura cerca de mí con una sonrisa burlona, me quejo siguiéndolo.

—¡Taehyung-ah! Vamos, no seas así de cruel.

—Nop.

Escucho las risas de mis amigos y me giro para dedicarles una mirada fea, ya me las pagarán esos idiotas.

—¡Duerme bien, Jungkookie! Mañana le pides permiso a tu esposo para salir. —Esta vez se burla Hoseok de mí, segundos después, los demás estallan a risas. 

Inmaduros imbéciles.

—Esto ha superado los límites de odio, te pasaste. —Lloriqueo subiendo las escaleras con Taehyung, diablos, su habitación queda algo lejos.

—¡Tú te pasaste cuando nos casaste!

—¿Yo? ¡No te hagas! ¡Yo te ví muy contento en el vídeo mientras gritabas que le mandarías fotos a la bruja de mi madre!

Escucho su risa y me quejo palmeando su retaguardia, él se gira y me da el cuarto manotazo de la noche.

—Ya hemos llegado a mi habitación, bueno, no hagas ruido o mi amigo Seokjin te cuestionará hasta el color de tu ropa interior.

Lo miro sin entender mucho pero le digo que sí, Taehyung abre la puerta de la habitación con su tarjeta y refuerza el agarre en nuestras manos.

—¿Aquí se duermen temprano? Qué aburridos. —Le susurro siguiéndolo, él observa a todos lados en espera de que no se encuentre nadie.

Y por suerte, así es. No hay nadie en la habitación.

—Bien, no hay nadie. —Aclara entrando a otra habitación, vuelve a cerrarla cuando yo entro y me tiro a su cómoda cama sin importarme. —Muévete, también quiero acostarme.

—Chico promiscuo, ¿de nuevo?—Le cuestiono moviendo mis cejas y con una sonrisa de coquetería.

Taehyung se deja caer justo a un lado mío y toma una almohada para recargarse, no sin antes pegarme con ella.

Ah, este mini diablo.

—Ya cállate y duerme, Jungkook.